Historias

Casa Comunitaria Nora Cortiñas ayuda a mujeres vulneradas a integrarse a la comunidad

En Merlo, provincia de Buenos Aires en marzo de 2022 nació la Casa Comunitaria Nora Cortiñas, atendiendo a la necesidad de acompañar integralmente a mujeres, niñas y niños en situaciones de vulnerabilidad por la falta de un lugar permanente para vivir. Allí, dos máquinas de coser han sido herramientas con las que cinco mujeres transforman sus vidas y se integran a la comunidad en la que habitan.  El objetivo de la casa es además de ofrecer un techo a mujeres que han sufrido violencia de género o que presentan consumos problemáticos, un espacio de contención, escucha y restitución de derechos para las mujeres, niños y niñas que transitan por este espacio de alojamiento temporal y voluntario. De lunes a viernes de 2 a 5 de la tarde se desarrolla el Taller de Costura. Un espacio creado a partir del proyecto apoyado por el  Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. Entre las telas, las tijeras, los hilos y las máquinas de coser se crea un espacio de escucha y  aprendizajes que van más allá de la costura.  Silvia, la tallerista, les comparte sus conocimientos y técnicas de trabajo y elaboración de productos con telas pero sobre todo les insiste en la autodeterminación, concentración y disciplina que deben tener para llegar a un producto final.  El taller funciona también como un espacio de integración grupal para las mujeres nuevas que llegan a habitar la casa. Con la compra de dos máquinas de coser y el acompañamiento de CREAS en la planificación y gestión de proyectos, la Casa Comunitaria Nora Cortiñas ha diligenciado nuevos recursos para acercarse y trabajar mejor con las mujeres que pasan por la casa. Planificar, les permite pensar grupalmente y por adelantado cómo sostener el Taller de Costura y la continuidad de las mujeres en él,  a pesar las dificultades del contexto y que se puedan presentar.  La falta de oportunidades económicas, de un espacio donde habitar, una rutina y una vida que las haga sentir bien consigo mismas, sumado a la mirada de estigma que suelen tener sobre ellas, son parte de los retos que sortean para integrarse en comunidad. No obstante es esto, y la autonomía que van generando al acceder a medios productivos y oportunidades de creación, lo que les da nuevas razones para vivir felices.    ¿Qué ha pasado con la casa y las mujeres desde que se creó el Taller de Costura en agosto de 2022? Las mujeres están entusiasmadas con aprender un nuevo oficio. Muchas han adquirido la rutina de ir todas las tardes a coser. Al darles una tarea, una responsabilidad, el taller sirve como espacio terapéutico y su autoestima mejora al ver que son capaces de crear. Han hecho trabajos que han generado ingresos que invirtieron en el mismo taller. Aprenden que más adelante pueden tener un ingreso a partir de su trabajo y dejar de depender de terceros. Algunas mujeres que ya no viven en la casa siguen vinculadas al taller. La Casa sigue siendo un espacio seguro para ellas. La Casa Nora Cortiñas quiere ser un espacio abierto a la comunidad, por eso están invitando a las mujeres del barrio a participar del taller. Además, las nuevas costureras empezarán a ofrecer sus servicios. El taller les ha dado herramientas de autogestión así que ellas mismas se han organizado para dar difusión y empezar su nuevo emprendimiento. De esta manera, se busca la integración de la Casa al barrio al que pertenece y que las mujeres y los habitantes conformen una misma comunidad solidaria, donde no haya estigma hacia quienes buscan nuevas oportunidades.    Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Por una Nueva Generación de fútbol, de deportes y de sueños

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS La Escuela Deportiva Nueva Generación queda en la ciudad de Córdoba. Empezó hace 4 años por la iniciativa de un grupo de cuidadores, padres y madres de familia que se reunieron en un terreno baldío a proponer actividades deportivas para las niñas y niños del barrio. «A solo unas semanas de arrancar, la cantidad de niños se fue incrementando. Llegamos a tener más de 150 niños jugando fútbol. Y después de eso fuimos ampliando las actividades, también empezamos a hacer Volleyball y Hockey para nenas y más tarde también para varones.» Christian Ramon Mansilla Presidente Escuela Deportiva Nueva Generación Con el transcurso del tiempo y a medida que fueron creciendo formaron la Asociación Civil que son hoy en día. «Después de un tiempo fuimos viendo la necesidad que había, de la cantidad de niños en situaciones vulnerables, con violencias en la casa y muchas otras cosas que afectan el normal crecimiento de un niño y ya pasamos de solamente enseñarle a jugar el fútbol y esas cosas, también a inculcarles valores. Muchos niños pasaban hambre y muchos también sufrían violencias en una zona de bastante necesidad. El fútbol fue una herramienta importante para permitirles salir de esos mundos violentos y permitirles nuevas visiones de la vida.» Estamos convencidos de que podemos lograr un cambio, no por lo que hacemos nosotros, sino por lo que el fútbol hace en ellos. Gracias a Dios hay gente como la que trabaja en CREAS que cree en estos proyectos y nos apoyan». El proyecto que apoyó el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS fue llamado ‘Sueña sin miedo, entrena sin límites’ e incluyó dos objetivos específicos: Renovar la indumentaria deportiva de las distintas divisiones. Hacer un cerramiento para contar con un espacio apto para actividades y eventos. Y, como todos los proyectos de nuestro #FPPCREAS tenía una intención más allá de la dotación material, en las oportunidades de transformación social. «Pudimos comprar nuevas camisetas para los niños y fortalecer con ello el sentido de pertenencia. Yo tengo el recuerdo de cuando era chico y nos llegaron unos botines la primera vez y yo… ¡sentía que volaba! Vemos la felicidad en ellos y sabemos que ponerse su conjunto nuevo con el logo y los colores de su escuela, ellos sienten que representan a su barrio. Se sienten identificados y es suya la escuela». Y el fútbol está, indudablemente, conectado en la profundidad con la identidad argentina. Con el Mundial de Qatar 2022 y la ejemplar presencia que ha dado el conjunto albiceleste en este encuentro de alcances globales, las emociones en el país están intensificadas y es por la esperanza que se prende en esos corazones que están hoy eligiendo el camino de su vida, que se hacía necesario contar esta historia esta misma semana. Compartirla con cuantas personas podamos y considerar de qué manera podemos brindar los apoyos que requieren este y otros proyectos que, como dice Mansilla se hacen «a pulmón», y que son alternativa de bienestar y garantía de los derechos de las infancias y adolescencias. «Estamos pasando por un momento histórico no solamente a nivel nacional sino también provincial. Nosotros en Córdoba en este último campeonato ascendieron a primera el Instituto y Belgrano, uniéndose a Talleres, con lo que tenemos los tres equipos de la provincia en la liga Profesional. Los niños crecen aquí con el fútbol y tienen a sus ídolos. Messi es Messi. Ellos lo ven como un gran referente además de que sabemos que es una gran persona dentro y fuera de la cancha. Y para hablar de esta selección no podemos hablar solo de Messi, también tenemos a Julián Álvarez (quien también es cordobés); tenemos a Otamendi, Molina, el Dibu Martínez, Enzo Fernández, Cristian «Cuti» Romero; que salió de Belgrano. El equipo en general está jugando muy bien; son un equipo. Está bueno rescatar que son 26 jugadores y los 26 están a disposición del técnico. Esto nos trae una enseñanza también para los niños, que no basta con individualismos sino que el trabajo en equipo es fundamental para llegar al objetivo. Deportivamente hablando es lo que nos está llevando a esta nueva final. Es también importante considerar la historia de cada jugador, los sacrificios que cada uno ha hecho para llegar allí. No es solo jugar al fútbol sino que hay muchas cosas detrás. Podemos escuchar la historia de Paredes, Julián Álvarez y el mismo Messi. Y aún si los niños más tarde no se dedican a jugar, que conserven esos valores para su vida cotidiana. En mi barrio se respira el fútbol y conocemos también, por medio de los padres que nos cuentan, cómo sus hijos han levantado las notas y cambiado sus comportamientos y es así como el fútbol ha transformado nuestro sector. Niños de otros barrios jugando en nuestro barrio; adolescentes compartiendo los espacios y dejando atrás rivalidades de zonas. Hoy somos todos los mismos aunque estemos en un barrio diferente. Yo ando en la calle y soy el profe de acá, el profe de allá y siento, en lo personal, que esto es algo que a mí me llena; me hace sentir alguien valioso. Tengo hijos hoy en día. Yo de niño perdí a mi mamá muy joven y no tuve la contención de un lugar como este, que te dé alternativas distintas a las calles, las drogas, la delincuencia o las violencias que les atrapa en sus entornos. La idea es que mi hijo y los niños tengan este lugar para ser contenidos y vean que hay algo diferente. A los niños les gusta el fútbol y van a elegir siempre el fútbol. Y aquí tienen una familia que los cuida. Actualmente los equipos de la Escuela Deportiva Nueva Generación están entrenando en una cancha municipal que recuperaron para poder tener el espacio físico que la envergadura de los nuevos encuentros de competencia y la cantidad de niños inscritos les fueron exigiendo. No obstante, tener su propio espacio

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Suyai y la esperanza de la no violencia contra la mujer argentina

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS Suyai es una de las organizaciones comunitarias que hemos apoyado con el FPP CREAS, se encuentra en Pilar, Córdoba, y su objetivo es el fortalecimiento de los derechos humanos. Su misión es promover valores como la cultura de la paz, el empoderamiento de la mujer, las infancias felices y libres de violencias, el ambiente sano, saludable y sostenible, el trabajo digno y la erradicación del hambre. “Somos un grupo de personas que cree y sueña con un mundo mejor. SUYAI, que significa Esperanza en lengua quechua, nos anima a pensar con un ser humano fortalecido en valores que promuevan la Paz, la Solidaridad, la Integración; el Desarrollo sustentable, el trabajo digno y un ambiente sano”. CREAS es una organización comprometida desde su identidad cristiana con la equidad de género y la eliminación de toda forma de violencia contra las mujeres. En los años pasados, además del apoyo a organizaciones territoriales, se promovió la campaña Actuando Unidas, y la Escuela de Incidencia para la Justicia de Género, con acciones orientadas a la superación de la violencia de género. El proyecto en el que las mujeres de Suyai recibieron el apoyo económico del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS fue ‘Empoderar para emprender’, y consistió en un taller con 11 encuentros para potenciar la autonomía de mujeres y disidencias, centradas en herramientas para el autodescubrimiento, el reconocimiento de potencialidades, el desarrollo de la identidad, la creatividad y las habilidades para la vida y la independencia económica. Se reunieron en la Casa de la Mujer -que fue un lugar que pulsaron con las autoridades para tener como punto de contención en medio de la emergencia de violencia en la pandemia– y contaron también con la presencia de una socio educadora que acompañó a las niñeces a cargo de las participantes. “Uno de los principales obstáculos que atraviesan las mujeres y disidencias que son víctimas de violencia de género en Pilar, es la violencia económica fruto de la dependencia e inseguridad que genera el sometimiento a un agresor. Es por ello que diseñamos con nuestro equipo este proyecto” El problema de las violencias es estructural y, por ende, transversal. Afecta directamente a las mujeres pero a su vez a toda la sociedad. Lo que es esencial comprender es que toda inequidad sugiere desbalances en el sistema y que toda violencia acarrea consecuencias devastadoras para todos los miembros de la comunidad. Por eso resulta indispensable la participación de todas las personas en su erradicación, y ella incluye la concienciación sobre estas problemáticas, propiciando espacios seguros, pacíficos, para hablar de ellas y definir maneras de transformar las realidades que las permiten. Eliminar la violencia contra la mujer es una tarea de largo plazo y alcance, que exige acciones inmediatas, interinstitucionales, interseccionales y transdisciplinares. “Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas. Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hace cumplir el derecho a la educación de las niñas, luego también le restringe el acceso a la educación superior a la mujer y limita sus oportunidades de empleo. Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias. La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas”. – Naciones Unidas Suyai nació en 2005 y desde entonces han realizado talleres, activismo y socorro a víctimas de violencia en Pilar, el duodécimo aglomerado urbano provincial con alrededor de 41.000 habitantes “La situación de las mujeres en relación a la Violencia de Género se ha incrementado en los últimos años, pasando de tener 2 denuncias diarias según fuentes recabadas por Fundación Suyai en la comisaría local en el 2015, a 4 denuncias diarias promedio en el 2020. A partir del femicidio de Verónica Totis el pasado año en cercanías de Pilar es que se generó un movimiento de mujeres organizadas por la “Declaración de la Emergencia en violencia” de la ciudad. Dicho proyecto fue trabajado por el cuerpo legislativo y las voces colectivas de organizaciones, logrando que se sancione la ordenanza de Declaración de Emergencia en Violencia y la inauguración de una casa refugio para las víctimas de violencias en Pilar, donde funciona un espacio de contención psicológica y social que actualmente realiza intervenciones a más de 100 mujeres. Fundación Suyai viene participando de este proceso en articulación con el estado municipal, organizaciones feministas, escuelas, iglesias, órganos de justicia, comedores, merenderos y referentes barriales entre otros” Para todas estas acciones, que incluyen también actividades ambientales y de reforestación, gestión de micro-emprendimientos, alfabetización, entre otras, Fundación Suyai se vincula con organizaciones sociales y comunitarias, escuelas públicas y privadas, iglesias evangélicas y católicas, colectivos de mujeres de la zona, empresas, gobierno y medios de comunicación. El trabajo para eliminar la violencia contra la mujer no para hasta que paren por completo las violencias y requiere siempre de manos y corazones que sumen. En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer te preguntamos: ¿qué puedes hacer tú en tu zona o comunidad para aportar en esta misión?   Sigamos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro

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¡Casa Chaco Stylo en Resistencia!

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS Y aquí voy yo, yo… yo… de nuevo emocionada con los proyectos del FPP de CREAS. El mundo del freestyle es algo que me ha llamado desde hace mucho tiempo y que veo desde la banca como niña aplaudiendo. Admiro profundamente la sagacidad que requiere la improvisación y esa poética que se espeja en aquello de vivir entre la calle y el minuto, resolviendo, creativamente, y sorprendiendo alrededor con lo que nos es real y genuino. Chaco Stylo es una organización que queda en Resistencia. “Se conformó en 2005 con personas de diferentes espacios de la comunidad del Hip Hop con la finalidad de organizar eventos y actividades culturales vinculadas a esta cultura y con la impronta local, la construcción colectiva del conocimiento, la consolidación de una comunidad de afinidades y transformación social a través del arte. Además, se intentó reforzar lazos entre antiguas y nuevas generaciones y darle profundidad a ciertas prácticas para que no queden en el mero entretenimiento sino también se constituyan en espacios de búsqueda y construcción de identidad para la cultura y una salida laboral”. Lo primero que organizaron como colectivo fue un evento de Hip Hop que buscaba contemplar todas las disciplinas, lo que en la escena local y nacional era una novedad hace 17 años. Se unieron integrantes de distintos grupos pare representar al Chaco en distintos certámenes de la Argentina y se consiguieron entre 2007 y 2009 espacios de práctica de las diferentes disciplinas (rap, break dance, graffiti, DJ, como los lista el Ministerio de Cultura en este artículo que podría también ser de interés) en centros comunitarios de Barrio Güiraldes, Villa Mariano Moreno, Barrio 244 Viviendas y la localidad de Barranqueras. A partir del 2009 se obtuvo el reconocimiento de la actividad artística como actividad productiva y empezó a constituirse en una salida laboral para jóvenes. Se hicieron presentaciones de baile, rap o graffiti en diferentes eventos de forma remunerada. En el mismo año Chaco Stylo organizó eventos de Hip Hop que fueron de gran importancia en la región: BARCA-Barranqueras Arte Callejero (2009), Duelo de Titanes (2010 al 2016), Chaco Stylo (2005 al 2008), La Flota Hip Hop (2008 al 2010), Encuentro de Graffiteros (2014 al 2017) e Ishaxac (2017 al 2018). Casa Chaco Stylo es la primera casa de Hip Hop en el país. Se inauguró en 2019 y realiza actividades diversas como: Prácticas de breaking Freestyle Actividades de Cine Debate Charlas, talleres y foros Eventos en el patio para eventos Grabaciones de audio profesional Y cuentan también con una sala de lectura con biblioteca. El conjunto de expresiones artísticas que se reúnen para conformar ese estilo de vida que por el mundo llamamos Hip-Hop nació en los suburbios de Nueva York de los setenta, pero se despliega por diversas zonas de todo el globo que resuenan con el mismo flow: la calle, el barrio, la denuncia, la demanda, la expresión, y la creación que libera, que reivindica y transforma para crear una sociedad más inclusiva en la que los talentos y pasiones, así como la expresión de la personalidad, son los caminos naturales para crear movimientos colectivos y productivos. “El proyecto de esta Casa surgió justamente de la idea de generar un espacio para el desarrollo de las prácticas que hacen a la cultura del Hip Hop y que históricamente se configuraron en los espacios públicos, como plazas, o en espacios privados, precarios, circunstanciales, que dependían de las posibilidades de las personas particulares de la comunidad”. Es interesante mencionar el rol del espacio durante la pandemia para facilitar espacios de contención, vinculación y expresión, en momento de aislamiento que fue tan duro para muchas adolescencias. Con el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS se brindaron apoyos económicos para dos momentos esenciales de la Casa Chaco Stylo, ambos durante la pandemia: la construcción de su sala de grabaciones en la que se realizaron algunas producciones musicales, y en 2021 solicitaron los fondos para realizar para la Batalla de la Juventud: Arte como Oficio. Esta consistió en talleres de formación para un grupo de jóvenes bailarines y bailarinas para brindar lo que visualizaban como un espectáculo de breaking dance de calidad y con miras a presentarse en dos eventos (Resistencia y Fontana) en la segunda mitad del año 2021. También se propuso el acondicionamiento del salón de baile de la Casa Chaco Stylo “para transformarlo en un espacio plenamente apto para la formación y práctica del breaking, con todos los elementos y equipos que la disciplina requiere” y se realizó un evento de exhibición para mostrar lo aprendido. Con este tipo de proyectos CREAS reafirma el interés en brindar, desde el compromiso de fe y a través de estos apoyos, oportunidades de fortalecimiento de las organizaciones comunitarias y de base para que expandan sus rangos de acción. El hecho de que Casa Chaco Stylo busque profesionalizar las prácticas artísticas, contribuir en la transformación de paradigmas para ampliar las posibilidades laborales de los/las jóvenes desde sus pasiones y hacer realidad los espacios donde se habitan estas culturas diversas, permite que más allá de las inversiones monetarias lo que se invierta es tiempo, amor y compromiso en la reconstrucción del tejido social. Esto nos dijeron en su informe final: “Ya en el proyecto anterior realizado con CREAS, la organización se vio fortalecida por la sistematización y planificación de prácticas que antes se realizaban intuitivamente, en el mismo ejercicio de prueba y error. Al elaborar un proyecto detalladamente, considerar todas las variables de forma premeditada y ejecutarlo, adquirimos herramientas para mejorar nuestras capacidades, aumentamos los niveles de organización y caminamos hacia la profesionalización necesaria para obtener fuentes de financiamiento y pensar en nuestra actividad cultural también como una actividad productiva. En ese evento anterior logramos establecer nuestra sala de grabación que ya está brindando servicios a jóvenes raperos y raperas, beatmakers y audiovisualistas del Hip Hop. Creemos que la organización avanza en pos de convertirse en referente de gestión cultural y

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Mejorando la planta de Gestión de Residuos Eléctricos y Electrónicos de Nodo TAU en Rosario

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS La planta de gestión de residuos informáticos de Nodo TAU en Rosario, Argentina, es uno de los proyectos que CREAS ha apoyado con el Fondo de Pequeños Proyectos y, en lo personal, uno que tenía muchas ganas de investigar por la pertinencia de su labor; la conexión con poblaciones jóvenes; el servicio social y el positivo impacto ambiental que brinda. Vamos por partes. ¿Qué es Nodo TAU? “Una asociación civil dedicada a la promoción del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en grupos y organizaciones sociales, particularmente aquellas que trabajan en la vigencia de los derechos sociales, civiles, económicos y ambientales de los sectores más vulnerados de la sociedad para colaborar en su inclusión social. Nodo TAU, desde una visión crítica de los fenómenos tecnológicos, promueve la democratización y el uso con buen sentido de estas herramientas, a la vez que representa, acompaña y comparte las voces de la sociedad civil en las políticas que las regulan. Está integrada por profesionales de la informática y las comunicaciones, educadores y militantes sociales dedicados a facilitar el acceso a las nuevas tecnologías a organizaciones comunitarias, barriales, eclesiales, de género, ambientales, cooperativas, grupos de base, escuelas, centros comunitarios, para fortalecer su acción institucional y que a la vez dinamicen la comunicación y organización entre todos los sectores comprometidos con la lucha contra la pobreza y la exclusión, el cuidado del ambiente, los derechos de las mujeres, de la infancia y la defensa de los derechos humanos y sociales”. Por esto, Nodo TAU tiene diversas iniciativas como las enfocadas en producir comunicaciones que formen respecto a los temas que les interesan y conecten a sus poblaciones; también participa en redes que velan por los derechos humanos y del planeta en relación con las tecnologías de la información. Uno de estos proyectos es la Planta de Gestión de Residuos Informáticos RAEE, generados por el final de la vida útil de los Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) y que son uno de los tipos de residuos sólidos urbanos (RSU) de mayor crecimiento debido a las dinámicas de uso de diversos de estos aparatos en la vida cotidiana. Entre los residuos AEE se encuentran: Grandes electrodomésticos: frigoríficos, cocinas, radiadores. Pequeños electrodomésticos: planchas, aspiradoras, cafeteras, secadores. Equipos informáticos y de telecomunicaciones: ordenadores, monitores, teléfonos. Aparatos electrónicos de bajo consumo: Radios, televisores, instrumentos musicales. Aparatos de alumbrado: bombillos, fluorescentes, LEDs. Herramientas eléctricas o electrónicas: Taladros, máquinas de coser, cortacéspedes. Juguetes y equipos deportivos o de tiempo libre: Consolas, juguetes teledirigidos, cronómetros deportivos. Aparatos médicos (excepto infectados o implantados): Termómetros, tensiómetros, estetoscopios. Instrumentos de vigilancia y control: Detectores de humo, termostatos, alarmas Máquinas expendedoras, entre otros. Los RAEE NO deben llegar a la basura. Hay dos caras de esta moneda: por un lado los RAEE tienen componentes muy valiosos (como el cobre y otros metales preciosos en las plaquetas electrónicas y procesadores) y por el otro contienen también elementos como mercurio, cadmio, plomo, bromo, selenio, bifenilos policlorados, policloruros de vinilo e ignífugos como el arsénico y el amianto, que aportan el 70 % de metales pesados a los rellenos sanitarios, donde se queman o mojan, produciendo el “lixiviado” hacia las napas subterráneas, contaminando tierra, aire y agua. “Se estima que el 50% de estos residuos están arrumbados en oficinas, hogares, entes públicos o depósitos, más del 40% se entierra o se descarta en basurales y rellenos y cerca del 10% ingresa en esquemas informales o formales de gestión de residuos”. – Nodo TAU El uso consciente de Aparatos Eléctricos y Electrónicos AEE incluye: Optimizar el uso de los aparatos y prolongar al máximo su vida útil; repararlos, evitar su deterioro. Disponer adecuadamente de los residuos en Puntos Verdes y de reciclado. Jamás a la basura, contenedores, o la vía pública. Promover sistemas locales de gestión que involucren a empresas, particulares, emprendimientos de Reciclado y logística. Desarrollo de iniciativas ciudadanas y educativas para la promoción de la reducción del RAEE y la reutilización de los aparatos. Medición de la cantidad y calidad del RAEE,y el establecimiento de metas de recuperación. Desarrollar capacidad técnica y operativa para manejar esas cantidades de residuo, y el desarrollo de mercados de valorización de lo producido. La implementación de una legislación local que incluya incentivos y cargas para la financiación transparente y sustentable del sistema. Entonces, son transversales los efectos, las causas y los/as involucrados. El asunto de los residuos eléctricos y electrónicos toca lo social, lo ambiental, lo público y lo privado. Está relacionado con intereses de los jóvenes, constituye un área de oportunidad para la generación de conocimiento, la formación de técnicos y profesionales, la generación de empleos y la contribución comunitaria al bienestar social. La planta de gestión de residuos informáticos Nodo TAU En 2019 recibimos entre los postulados para el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS este proyecto ubicado en el barrio de Fisherton Industrial. Nodo TAU operaba desde 1995 promoviendo el uso de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información (NTICs) en el sector social y mientras se encargaban de donar a las organizaciones sociales aparatos recuperados se dieron cuenta de que la gestión de residuos era esencial y lo incluyeron en sus líneas de trabajo. En 2017 abrieron su planta en Rosario y en 2019 la mejoraron gracias al apoyo económico del FPP de CREAS construyendo un aula para capacitaciones y reuniones grupales, donde aún se dictan talleres de reparación de PC, reparación de celulares y reparación de impresoras donde asisten tanto jóvenes que forman parte de la Planta como otres del barrio que se interesan en las capacitaciones. “Sin embargo, para la optimización del funcionamiento de la planta, se precisaba perfeccionar los procesos de trabajo y mejorar el movimiento de materiales en el galpón central. Esta situación permitiría aumentar la productividad y mejorar los ingresos del grupo, dado que se maximiza el aprovechamiento del espacio y se pueden trasladar, apilar y acopiar mayores volúmenes que luego se pueden

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Ninashpa, cerámicas en Santiago del Estero

Ninashpa: la oportunidad de la tierra en las familias de Santiago del Estero

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org Ninashpa es en lengua quichua la unión de tierra y fuego. Ninashpa eligió llamarse en 2021 un grupo productivo de mujeres que elaboran cerámicas en Santiago del Estero, entre las Comisiones Municipales de Bandera Bajada, La Invernada y Vaca Huañuna. Es una de las iniciativas que hemos apoyado con nuestro Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. La historia de Ninashpa es, para mí, un poema de resistencia; una bella muestra de nuestra naturaleza humana y la organización femenina; creativa y colectiva. “En el año 2019, veinte personas de parajes rurales de Santiago del Estero y otras veinte de otras provincias del país (Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires) realizamos un Campamento de trabajo productivo que giraba en torno al armado de huertas agroecológicas familiares. Lamentablemente el tiempo fue muy lluvioso esos días y poco se pudo hacer en las huertas. Pero esa dificultad abrió paso a una gran posibilidad que pudimos visualizar esos días: Nos acompañaba en el campamento Celina Veloteri, compañera ceramista de la Fundación EPyCA. Al tomar esos días contacto con el barro que estaba por todos lados, Celina se dio cuenta que con ese barro podíamos trabajar piezas de cerámica. Cerramos ese campamento con el horizonte de empezar a aprovechar esta oportunidad. En el año 2019 tuvimos nuevamente la visita de Celina Veloteri, esta vez para un campamento para comenzar el proyecto productivo de cerámica. Construimos el primer horno en Vaca Huañuna, comenzamos a aprender la técnica y dimos los primeros pasos en la producción. En octubre del año 2020, junto con la pandemia, tomó nueva fuerza el impulso del 2019. En varias zonas nos congregamos mujeres para aprender la técnica, construimos varios hornos de cerámica en Invernada Sur (2), Río Muerto (1) y El Cruce (1) y con el acompañamiento virtual de Celina fuimos aprendiendo más de este oficio”. Actualmente Ninashpa tiene 8 hornos que han elaborado las mismas mujeres, con sus manos, desde 2018, en parajes como Invernada Sur, Vaca Huañuna, Río Muerto, El Cruce, Santos Lugares y Anca Overa. Así están repartidos los grupos: El Cruce: Alicia, de 57 años; Micaela (su hija de 26) e Irma de 61. Vaca: Salma de 54, Patricia de 25, y Marisa. Río Muerto: Demetria en los 50, Cecilia 25. Invernada Sur: Eusebia, Florencia, María y Estela, todas entre 55 y 60 años. Santos Lugares: Cristian y Abel, y su hijo Edmundo con su esposa Estela. Una familia completa. Anca Overa: Sulema, Mario, Mercedes, y su familia extendida también apoya. Lucindo es otro compañero. Los hornos congregan a las familias y congregan a las comunidades, el viaje más largo que se hacen cuando se reúnen es entre El Cruce y Santos Lugares, movilizándose alrededor de 100 km (y entre una hora y media y dos de camino) que en algunos casos deben hacer en moto, dependiendo del presupuesto. Por este mismo motivo, se han decidido a producir en sus propios hornos (evitando exponer la cerámica a golpes) y se reúnen, eso sí, para continuar reforzando sus vínculos y construyendo su colectivo de manera horizontal: “Líderes somos todas, cuando nos surge algo nos juntamos a definirlo. Con Ninashpa buscamos volver a las tradiciones que heredamos. En nuestra zona era muy común que se hicieran vasijas para el agua y aunque la costumbre se había perdido, ahora todas lo hemos vuelto a hacer y quienes no las tienen, las quieren y están por tenerlas. Mientras yo hago mi vasija, hablo con mis compañeras, les explico y ellas me explican también. Intercambiamos ideas y entonces a alguna le sale un molde o una forma. Ninashpa es la lucha por mejorar como mujeres nuestra calidad de vida. En la zona hay pocas opciones laborales más que el trabajo en la propia huerta o con los animales en casa. También surgen trabajos de construcción en algunos casos y de carpintería, pero quisiéramos que se redujera la tala de árboles, aunque necesitamos trabajar. Algunas de las mujeres de nuestro grupo tienen jubilación, algunas tienen algún pequeño negocio, y para ellas también tiene un significado muy importante como lo tuvo para mí que me dedicaba a la casa y ahora estoy enfocada en mi proyecto productivo. Nos recreamos, aprendemos, creamos y vendemos lo que obtenemos de esa misma tierra que cuidamos”. Alicia Yñíguez, El Cruce. El proyecto empezó siendo labor de las madres, las tías, las abuelas. Los hombres ayudaban en tareas específicas como construir los hornos o conducir los vehículos cuando debían trasladarse, y los/as más jóvenes solían quedarse muy al margen, ayudando en tareas aisladas que se les pedían directamente. “Al vernos trabajar a nosotros en un principio nos miraban como que no les gustaba mucho”, me dijo Alicia. Esto lo quise saber de los mismos hijos y se lo pregunté a Micaela, quien había estado tímida en todo el encuentro y me dio la bonita sorpresa de una voz contundente y clara. “Nosotros no nos queríamos ensuciar tanto. Al principio yo lo veía como algo que no me gustaba. Empecé haciendo el trabajo más leve para ensuciarme lo menos posible; al menos lo digo desde mi experiencia. Después, al ver el trabajo, el cansancio, a mi mamá con las tareas más pesados, empecé a ayudarla un poco más y ahora ya me ensucio (risas). Sin ningún problema lo hago y voy aprendiendo más. Antes hacía más que nada decoración y arreglos porque es lo que más me gusta hacer. Soy profesora de pintura y dibujo así que veo un poco de mi arte en la cerámica”. – Micaela Son 25 las mujeres de Ninashpa pero alrededor de 1.500 las personas (varones y mujeres jóvenes y adultas) a las que alcanza indirectamente este proyecto: familias y amigos, compradores, personas de las comunidades. Es fascinante ver a la madre hablar de la oportunidad que surgió de la tierra misma y a la hija sentarse con ella en la misma banca, en un abrazo seguro, para hablarme juntas del impacto que esto ha tenido

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Mujeres creciendo en San Miguel, Argentina

El Centro Comunitario Creciendo está ubicado en el barrio San Ambrosio en San Miguel, provincia de Buenos Aires, donde las mujeres han tenido un papel fundamental en la conformación del barrio y del centro. Con la pandemia y el impacto que ha tenido en la vida cotidiana, en especial de las mujeres quienes se han encargado mayoritariamente de las tareas de cuidado, al centro comunitario empezaron a llegar casos de violencia doméstica y se hizo más evidente la violencia económica que han sufrido las mujeres que acuden allí. Por lo anterior, Anabella Coronel, Daniela Del Valle, y Anahí Rojas, tres de las quince mujeres que trabajan en el centro comunitario emprendieron la iniciativa “Kuña Kacuáa” que quiere decir “mujer creciendo” en guaraní, idioma originario de muchas de las familias que integran el barrio. Esta iniciativa busca brindar a través de un espacio recreativo, herramientas para reflexionar y repensar el rol de las mujeres y la crianza y desnaturalizar todo tipo de violencias hacía las mujeres.  “Desde el arte, el teatro, la meditación y el trabajo social podemos hablar sobre lo que nos atraviesa como mujeres” expresó Anabella. Según las talleristas, uno de los principales retos para enfrentar fue el tiempo disponible de las mujeres para participar en las actividades propuestas, pues a pesar de buscar un horario en el que creían que las mujeres del barrio iban a poder participar, se encontraron que justo los sábados son los días que dedican más tiempo a las tareas de cuidado de sus familias. Además, vieron la necesidad de sensibilizar primero a las mujeres que trabajan en el centro comunitario antes de salir a motivar a las mujeres del barrio. “Fue necesario empezar a trabajar desde adentro con las compañeras y con nosotras mismas porque también somos mujeres y a veces replicamos lo mismo que está afuera”  dijo Daniela quien es profesora de teatro, “cuando sana una sanamos todas, el conocernos entre nosotras como equipo nos sirvió para entender que todas venimos con una historia, que llegamos a este espacio que es un centro comunitario que está en un barrio buscando sanar y cambiar un poco la cotidianidad de las mujeres y las niñas, porque me veo reflejada en ellas” añadió. Reconocer y contar su propia historia fue fundamental para después poder hacer el acompañamiento que las mujeres del barrio necesitan y para poder prevenir las violencias “fue fundamental poder compartir nuestras situaciones de violencia anteriores y empezar a hablar sobre cómo las hemos vivido, ha hecho que ya no me duela y no me da vergüenza contar sobre esta realidad, porque entendí que no me ha pasado a mí sola. Es lo que no queremos replicar como sociedad y queremos que las mujeres se sientan acompañadas para salir de estas situaciones y queremos formar niños y varones que no repliquen violencias” expresó Anahí. “El apoyo de CREAS nos posicionó desde otro lado, llegó en el momento justo para trabajar el empoderamiento de las mujeres que hacemos parte del centro y de las que apoyamos en el barrio. Hay un antes y un después del Centro Comunitario Creciendo con Kuña Kacuáa” contó Anabella. A propósito del Día de la eliminación de las violencias contra las mujeres y las niñas, la semana del 18 al 25 de noviembre, mujeres e infantes del centro comunitario participaron en actividades de sensibilización sobre el tema. Juntas y juntos elaboraron un mural donde expresaron sus pensamientos, aprendizajes y proyecciones para una sociedad libre de violencias.

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“No se sientan solas, aquí estamos para salir juntas adelante”: Emprendedoras Virgen de Itatí

Myriam Alejandra Barraza, es jefa de hogar, salió de Santiago del Éstero (Argentina), buscando oportunidades de empleo para sostener a su familia. Es así como llegó al barrio Virgen de Itatí, una villa de emergencia, en el conurbano Buenos Aires. Allí conoció a muchas mujeres en su misma situación, con quienes intercambió saberes en artesanía y repostería, e impulsó la conformación de la Feria de Emprendedoras Virgen de Itatí, conformada por 14 mujeres, que se definen como “un grupo de mujeres emprendedoras manualistas, artesanas y gastronómicas, jefas de hogar” Myriam expresa “Nos dedicamos a producir de manera autogestiva, creemos que la mejor manera de reducir la desigualdad es a través del trabajo y constancia en la producción de nuestros productos. Desde 2010 nos venimos organizando y participando en pequeñas ferias barriales o municipales allí comercializamos nuestros productos para poder sostener nuestros hogares.” Cada mujer tiene su propio emprendimiento, algunas tejen, otras hacen repostería o manualidades. Juntas, como grupo de emprendedoras,  participan de distintas ferias en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Con el tiempo, el grupo ha ido creciendo y así también la posibilidad de participar en más ferias de emprendedoras lo que demanda mejor equipamiento. Con el apoyo del Fondo de pequeños proyectos de CREAS, las emprendedoras lograron adquirir las herramientas para responder a la demanda de las ferias, incrementando su participación con mejor presentación y visibilidad aumentando así sus ingresos.  Las ferias representan su único ingreso, con esto se sostienen a sí mismas y a sus familias. Rosaura Andiñach,  responsable de Procesos comunitarios en CREAS expresó «Entendemos el apoyo a la Feria de emprendedoras Virgen de Itatí como una contribución a la autonomía económica de este grupo de mujeres. La justicia económica, el acceso a la producción y a la generación de ingresos propios se han vuelto elementos fundamentales para pensar el empoderamiento de las mujeres y el fin de las violencias. Ese es el sentido que desde el Fondo de pequeños proyectos, queremos darle a este tipo de apoyos» “En el grupo y en el barrio sabemos de mujeres que han sufrido distintos tipos de violencia y creen que no pueden salir adelante sin el apoyo económico del maltratador. Queremos hacerles saber que no están solas y estamos nosotras para poder contenerlas, además de un equipo profesional para enseñarles que, con sus propias manos pueden salir adelante” afirma Myriam. Las emprendedoras de Itatí están haciendo gestiones para obtener un lugar propio, un local para la venta diaria, donde exponer sus productos y capacitar a más mujeres en distintos oficios. “Nosotras distribuimos solidariamente nuestros ingresos y el trabajo para apoyarnos colectivamente, esta es nuestra manera de hacer una economía social y popular que sea sustentable y sostenible para el grupo” concluyó la emprendedora.

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Diaconía por la seguridad alimentaria en el Chaco

Castelli es una localidad de la provincia de Chaco, Argentina, ubicada a 1600 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Hace parte de la zona del Impenetrable chaqueño, una zona que presenta grandes sequías a lo largo del año que han ido aumentando con el cambio climático. La pandemia del COVID19 hizo más evidentes las dificultades de las familias de la zona, el acceso al agua, la seguridad alimentaria, la falta de conectividad o incluso de energía eléctrica. Una persona habitante de Castelli, debe caminar entre seis y diez kilómetros para tener acceso a agua potable para regar su huerta o consumir alimentos. Según la Federación Junta Unida de Misiones, las familias de Castelli son, en su mayoría, familias extensas que habitan un mismo terreno durante tres generaciones. Con la pandemia su situación económica se vio seriamente afectada, ya que muchas de estas familias viven de changas que hacen fuera de su territorio. Dentro de las familias son los y las jóvenes quienes han estado más vulnerables a las problemáticas de la zona y muchos de ellos no tienen un proyecto de vida personal. Por esto, la Junta Unida de Misiones con el apoyo de CREAS, desarrolló el Proyecto de Vida Familiar y Vida Sana Frente al Covid 19 que buscó promover través de la creación de huertas familiares, la construcción de proyectos de vida con espacios de formación virtual y presencial sobre seguridad alimentaria, liderazgo, roles y tareas para el mejoramiento de la dinámica y la economía familiar. El proyecto se enfocó en el acompañamiento a las familias porque desde ahí se llega a las personas jóvenes y la niñez. Las capacitaciones a las familias se hicieron con el apoyo del INTA  y del municipio Castelli. Además, a las familias se les brindaron herramientas de agricultura y semillas para la construcción de las huertas. Carlos Mansilla, joven estudiante de secundario que hace parte del proyecto, contó “hemos aprendido a no desperdiciar cosas como la cáscara de alimentos que no sabíamos que era buena para las huertas y las empezamos a utilizar. Con la huerta ha cambiado la salud de mi familia, el gusto de la comida. Trabajamos mi sobrina y yo, yo le he enseñado a ella a trabajarla cuando yo no estoy, nos vamos turnando” En un inicio el proyecto se planteó llegar a 20 familias de la zona, sin embargo, gracias al entusiasmo y réplica de los y las  jóvenes de la comunidad, se han sumado más jóvenes con sus familias y ahora son 30 las huertas hay en el territorio. De acuerdo con Raúl Romero, coordinador de la JUM “Los y las jóvenes son los que más han estado implicados con las huertas, que han mejorado el peso y la nutrición de las y los niños de las familias que participan en esta iniciativa” “Con la huerta en nuestra casa ahorramos. Al producir nuestros alimentos en casa los tenemos frescos todos los días y no tenemos que ir a buscarlos en otro lugar. En un principio trabajaba yo en la huerta y mi familia se inspiró y empezaron a hacer sus propias huertas” es el testimonio de Sonia Gómez, una de las jóvenes beneficiarias del proyecto, que evidencia cómo la creación de las huertas ha transformado su entorno familiar y  asegurado una alimentación sana. Desde CREAS buscamos apoyar proyectos que contribuyan al cuidado de la Casa Común, la seguridad alimentaria, la justicia social y una mejor calidad de vida para las comunidades. Rosaura Andiñach, responsable de Procesos Comunitarios en CREAS, expresó “El proyecto con la JUM responde a la necesidad de ofrecerle alternativas a los jóvenes en situación de vulnerabilidad social en un contexto en el que además la comunidad requiere iniciativas que refuercen su seguridad alimentaria. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos encontramos muy valioso contribuir a estos procesos que abordan varias problemáticas comunitarias con propuestas integradoras”.

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Jóvenes de fe en accion por trabajos decentes y economías conscientes

El pasado sábado 13 y domingo 14 de noviembre tuvo lugar el Encuentro regional: Juventud trabajo decente y economías conscientes. En el evento híbrido participaron 60 jóvenes de distintas denominaciones cristianas, que estuvieron interconectados desde cuatro ciudades de latinoamérica, San Pedro Sula, Honduras; Managua, Nicaragua; Lima, Perú; Cali y Bogotá, Colombia. El espacio de encuentro buscó propiciar la escucha y el análisis de la juventud sobre la situación de trabajo actual y cómo proyectan alternativas económicas para construir una sociedad con menos desigualdades.  El encuentro Juventud, trabajo y economías conscientes fue el primer paso para la creación de una comunidad práctica de jóvenes latinoamericanos, cercanos a CREAS, que desde la inspiración de su fe proyectan y socializan servicios locales y regionales en línea con la construcción de paz y el desarrollo sostenible. Para abrir el evento, Luis Andrés Caicedo, Obispo de la Iglesia Metodista Colombiana, hizo una reflexión sobre la Carta a Filemón e invitó a los y las jóvenes participantes a ser «Comunidades de esperanza , haciendo resistencia a los poderes que se ciernen sobre las personas más vulnerables». José Óscar Henao, presentó Ecoalaene, una comunidad impulsada por CREAS, Pidesone y Fundación cambio democrático que propone contribuir a la construcción de conocimientos para una economía real, ética y sostenible, mediante las experiencias y el diálogo entre la juventud de América Latina. En su presentación también brindó a las personas participantes conceptos claves para la reflexión como el de Economías conscientes.  Por otro lado, Christian Varela, economista miembro Economía de Francisco, contó de cómo surgió la iniciativa, el proceso que ha generado y los proyectos que han surgido. Christian invitó a la juventud a repensar la economía a partir de los bienes comunes, como principio de la Economía de Francisco. Desde Cali, Martín Nates menonita y director de Justapaz, Colombia habló sobre situación laboral actual, la precariedad, formas de contratación actual especialmente en Colombia. Además, resaltó la importancia de la incidencia desde las iglesias y organizaciones, y la movilización social desde los territorios para hacer frente a las desigualdades.  Ranate Gierus, pastora asesora de justicia de género de la fundación luterana de diaconía brasil, dio a las y los jóvenes participantes el concepto de Economías feministas “El aspecto económico al que más se le debe poner atención es la vida” además señaló que “No podemos hablar de juventudes, no existe la juventud, existen juventudes diversas y plurales”. En el encuentro los y las jóvenes reunidos compartieron los desafíos que identificaron en el trabajo en grupo desde una perspectiva del modelo económico y las dificultades que les ha generado en su trabajo. Entre los principales desafíos que mencionaron todos los países reunidos están la falta de acceso a educación de calidad, el cambio climático y la violencia estructural. Además, ven como dificultad común en la región, la falta de garantías del Estado de brindar un trabajo digno enfocado en los derechos de los trabajadores y creen que el espacio de las iglesias es vital para la toma de decisiones de las personas de fe.  Las personas participantes del encuentro señalan que pudieron encontrar ideas creativas a partir del trabajo y escucha de los otros países. Desde Perú, Eloyza Gutierrez expresó “ahora con la convicción de fe y las enseñanzas recibidas, el cambio empieza por uno mismo hasta crear un mundo mejor para las futuras generaciones”. Natalia Márquez, de Colombia dijo “Espero que desde los distintos territorios cada una de las cosas aprendidas en este espacio podamos llevarlas a acciones concretas y provechosas para las juventudes”.  El evento fue organizado por organizaciones aliadas ecuménicas como CIETS, Justapaz, CASM y Alfalit Perú y sumados al llamado a la sinodalidad de la iglesia católica como oportunidad de profundización y evidencia de transformación del movimiento ecuménico en América Latina.   

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