Historias

Caminos Abiertos: de la formación en costura a la producción

Por: Carmina Sánchez Corrales- Asistente de Comunicación El Centro Comunitario Caminos Abiertos es un lugar de encuentro para la comunidad del Barrio San Cristóbal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entre sus actividades hay propuestas de talleres productivos de serigrafía y costura. La relación de Caminos Abiertos con CREAS no es nueva. En 2019 recibió un apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos para el fortalecimiento y producción de los talleres, que pasaron de ser un espacio de aprendizaje y formación a un espacio productivo. Con la compra de herramientas y materiales, los y las integrantes organizaron mejor su trabajo y pensaron estrategias para generar ingresos propios a partir de lo producido en el centro comunitario. Durante la pandemia cerraron muchos talleres de costura, y personas que conocían la experiencia del taller productivo se acercaron para poner la realización de los productos que necesitaban en manos de quienes participaban del taller productivo. Con esto, las mujeres con conocimientos más avanzados empezaron a dedicar su tiempo exclusivamente a la producción y se sumaron más personas a la instancia formativa. Con el crecimiento de la demanda era necesario que el taller también creciera. Las personas que participan del taller de costura son, en su mayoría, mujeres en situación de vulnerabilidad, muchas de ellas son migrantes de países como Venezuela, Colombia, Paraguay y Perú. Además, varias tienen niños a su cuidado por lo que les es difícil conseguir un trabajo fuera de su casa. La búsqueda del taller productivo de costura es que quienes asisten tengan una formación para el trabajo, con condiciones y formas de producción que se asemejan al de un taller laboral pero teniendo en cuenta las particularidades de cada persona que ahí trabaja. Abriendo Caminos, entonces, ha adaptado sus espacios para que las mujeres puedan ir con sus niños y niñas. Hay espacio de juegos, bibliotecas y el taller de costura está adaptado para que sea seguro. “Al principio hacíamos productos propios e íbamos a ferias, luego nos dimos cuenta que nos funcionaba muchísimo mejor hacer a pedido; cosemos para pequeñas marcas y emprendimientos que piden tandas chicas, el precio por producto se acuerda entre el cliente y los y las costureras, después colectivamente se decide cómo se reparte la ganancia” Agustina Pagano, docente de costura   Ampliación del taller   Este año, con un segundo apoyo del #FPPCREAS, el crecimiento del espacio físico del taller se hizo realidad. Lo que antes eran dos espacios separados, uno de corte y otro con las máquinas, pudo unirse en un solo gran taller donde la formación y la producción están juntas y pudieron destinar otro lugar para una oficina en donde se hacen las tareas de gestión del centro. Al duplicarse la superficie, el taller se ha fortalecido, más personas se están capacitando en costura y se ha generado más trabajo para satisfacer la demanda de producción que tiene el taller. Por otro lado, este nuevo espacio ha permitido que quienes forman parte del taller de costura se integren y se acoplen fácilmente con las demás actividades del centro, como el taller de serigrafía. Hasta ahora, 30 familias se han beneficiado por los ingresos que las mujeres generan en el taller productivo de costura. Si bien no todas las personas que ingresan a aprender a coser pretenden generar ingresos, todas buscan a partir de este oficio tener una mejor calidad de vida. “Hay mucho boca a boca, se van pasando la información de los talleres. Algunas mujeres se quedan mucho tiempo, otras vienen y se van al poco tiempo, hay quienes han aprendido y después consiguen trabajo en otros talleres. Hemos trabajado con personas mayores que aprenden un oficio después de jubilarse y así generan un ingreso extra ”. Agustina Pagano “Vine a Argentina a cuidar a mis nietos. Vengo al taller para salir de la casa, aprender algo nuevo y espero después poder tener algún ingreso de dinero propio” Lourdes de Venezuela.     Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos Casa Comunitaria Nora Cortiñas ayuda a mujeres vulneradas a integrarse a la comunidad Organización Yuraq Rumi: un bello ejemplo de autogestión por los derechos de la comunidad Transformando la comunidad con altura: Circrobacia en el Barrio Ramón Carrillo Jóvenes creciendo: transformando realidades en San Miguel, Buenos Aires Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt    

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Transformando la comunidad con altura: Circrobacia en el Barrio Ramón Carrillo

En el barrio Ramón Carrillo, al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habitan 5.000 personas, muchas de ellas en condiciones de vulnerabilidad social. Además de la falta de empleo formal, infraestructura precaria y difícil acceso al transporte público, uno de los derechos más vulnerados en la zona sur de la ciudad es el derecho a la recreación y el acceso a la cultura. El Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, un espacio comunitario de referencia en el barrio, busca en sus propuestas dar respuesta a la necesidad de acceso a la cultura y el ocio sano para niños, niñas y adolescentes del barrio. Si bien el centro comunitario cuenta con un espacio amplio para la realización de las actividades diarias que allí se realizan, con el apoyo de CREAS a través del Fondo de Pequeños Proyectos pudieron hacer una mejoría en el lugar y en las condiciones para las clases de acrobacia en tela y artes circenses de las que, hasta a principios de este año, participaron 16 niñas mayores de diez años. Las clases de Circrobacia, como se llama el proyecto que presentaron a nuestro Centro Ecuménico de Asesoría y Servicio con aval de la parroquia Virgen Inmaculada, se daban en un salón pequeño y las telas colgaban de un techo no muy alto e inseguro para las niñas que practicaban “los escapes” y movimientos colgadas de las telas. Este espacio además lo compartían con Las Chicuelas del ritmo, un grupo de mujeres mayores que se reúnen una vez a la semana a hacer gimnasia y bailar, y que también recibió apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos en 2021. Ahora las Chicuelas ensayan en el salón y Circrobacia entrena en el patio de la planta baja. El deporte, el juego y la recreación, están establecidos por la Organización de Naciones Unidas como uno de los Derechos Fundamentales de niños, niñas y adolescentes. A través del juego y el disfrute está la oportunidad de aprender, encontrarse con otros y hacer comunidad. “Además de las habilidades motoras y cognitivas que desarrollan las niñas con las piruetas y trucos, lo importante es que se aprende en grupo. Los procesos son siempre grupales y así se fortalecen los vínculos entre quienes participan y también con las familias y el resto de la comunidad que estuvo presente en el desarrollo del proyecto” Carolina Sobral, profesora de acrobacia en tela El objetivo de nuestro Fondo de Pequeños Proyectos es fortalecer las capacidades de las organizaciones de base y de la diaconía y pastoral social de las iglesias, para que allí, en los barrios y comunidades, cuenten con las herramientas suficientes para atender las necesidades que surgen.   ¿Por qué mejores condiciones para hacer acrobacia y circo transforman la comunidad?   Con la compra de nuevo material, colchonetas adecuadas y telas que, con ayuda profesional, pudieron colgarse de un techo más alto, pudieron elegir un espacio más amplio y abierto a la comunidad. Es un patio por donde casi todas las personas que visitan el centro comunitario deben pasar. La comunidad es testigo de la disciplina de las niñas y del desafío de superarse a sí mismas que implica hacer una nueva acrobacia. La pertenencia de la comunidad y las familias al centro comunitario fue clave para poder llevar adelante el proyecto, fueron ellos quienes hicieron posible el traslado de todos los elementos del salón de clases en el primer piso al patio en la planta baja. Aportaron en comunidad a la creación de este espacio de formación y encuentro. Con lo anterior, muchas personas del barrio, incluso adultas, se han acercado a preguntar por las clases. Es un desafío de cara al futuro para el Centro Comunitario poder ampliar este espacio para que pueda llegar a toda la comunidad. “Que personas adultas vengan a preguntar por las clases de acrobacia hizo que nos acerquemos más a la comunidad y que nos pensemos como institución. Necesitamos el apoyo del gobierno para poder tener más horarios y profesoras para cubrir la demanda que tenemos de las personas del barrio” Carolina Sobral, profesora de acrobacia en tela El espacio de aprendizajes por fuera de la escuela que ofrece el Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, sirve a las niñas y niños como espacio de encuentro y contención. Al ampliar los cupos de las clases, más niñas pueden hacer uso sano de su tiempo libre, son niñas que encuentran en la acrobacia la oportunidad de enfocarse en algo que les gusta y desafía mientras crean, desde ese lugar, nuevas amistades. ¿Qué cambió con el nuevo espacio?   Las clases son más seguras y mejores, atendiendo una demanda que tenía la comunidad, en especial las niñas de Circrobacia. Las niñas están más motivadas en su aprendizaje. Ellas mismas le muestran a las profesores los trucos que quieren aprender, pues saben que tienen un espacio seguro para practicar. Se pudo aumentar la franja etaria, antes las clases eran para niñas mayores de 10 años, ahora pueden acceder a ellas desde los 9. Se logró una mejora e innovación en los servicios a la comunidad, con lo que surge también el desafío futuro de ofrecer estos y otros servicios a jóvenes y adultos. Hasta abril participaban de las clases 16 niñas, actualmente la matrícula y la asistencia se duplicó. “Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, entendemos que las actividades culturales, recreativas y deportivas hacen parte de la estrategia de las organizaciones para generar transformaciones en sus territorios y así dinamizar la vida comunitaria y dignificar a las personas ofreciéndoles nuevos recursos y oportunidades. Fortalecer estas actividades por medio del equipamiento, como en el caso de este proyecto, es fortalecer su estrategia” Rosaura Andinach, coordinadora FPP-CREAS

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Haciendo frente a la sequía en Sargento Cabral, Chaco

La sequía afecta al país desde hace poco más de tres años, siendo una de las que más ha impactado a nivel macroeconómico y en la vida cotidiana de miles de personas, principalmente en algunos territorios, uno de esos territorio es la Provincia del Chaco. En este caso, para muchas familias de la localidad de Sargento Cabral el ganado menor, cabras y corderos, forma parte esencial no solo de la alimentación de las familias, sino también de su subsistencia económica gracias a los ingresos que generan con la crianza y comercialización de estos animales. Sin embargo, con la sequía, la escasez de agua que llegaba a la zona y las limitadas capacidades estatales para dar respuesta frente a este fenómeno obligó a priorizar para el consumo humano, teniendo que dejar de lado la producción agropecuaria de las familias y acarreando con ello diversos problemas de salud y de solvencia, durante el verano del 2022 que se perpetuó a lo largo del año. El pastoreo también se vio afectado. Este es el método más usado para la alimentación de herbívoros como las vacas, cabras, corderos y ovejas, a través del cual el ganado se nutre del pasto u otras plantas de bajo crecimiento. Por la sequía, el campo y los pastizales no se recuperan y sólo queda la tierra seca, generando un estado de emergencia climática no sólo en el Chaco, sino a nivel país. Como respuesta a esta situación el Instituto de Cultura Popular – INCUPO se unió con CREAS para que, por medio del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia, (una herramienta creada para dar apoyo y fortalecer organizaciones en territorio ante emergencias que lo requieran) dieron inicio en septiembre del 2022 a un proyecto en la mencionada localidad, dado que la ayuda del Estado Nacional y de aplicación provincial no llegó a éstos productores dada la alta demanda general en la provincia. En un marco de alianza, CREAS con INCUPO se llevó adelante el proyecto “Recuperación de la producción de ganado menor de las familias de las organizaciones del departamento Sargento Cabral – Chaco” con el que cincuenta familias fueron involucradas en la construcción de soluciones para hacer frente a este fenómeno. En el contexto de las acciones que se estaban llevando a cabo para hacer frente a la sequía, a esta situación se le sumó un brote de rabia paresiante en los animales; lo que terminó de agravar la situación para las familias, y requirió nuevas respuestas ante este nuevo desafío. “Llevamos peleando con la sequía cuatro años pero los dos últimos fueron los peores. Hay lugares donde no se consigue agua, si no hay lluvia no se recupera el campo y no hay pasto para los animales. Hubo que buscar alternativas para darles de comer. Cuesta para un productor pequeño comprar balanceado; si uno tiene otro oficio puede, pero a veces toca descuidar los animales” Walter Sandoval, pequeño productor de Colonia Elisa, Sargento Cabral, Chaco ¿Qué hizo INCUPO junto con las familias y organizaciones de la zona para mejorar la situación de emergencia?   Se trabajó con las organizaciones de productores y las familias para conocer el impacto de la sequía a nivel local. Se trabajó en el relevamiento de la cantidad de animales que tiene cada familia. Con la entrega de un botiquín de productos veterinarios y vacunas contra la rabia paresiante, las familias pudieron hacer frente rápido a la situación sanitaria del ganado menor. Generaron un fondo rotatorio para poder abastecerse mejor de las vacunas Generaron mecanismos de capacitación para lograr una mayor y mejor capacidad para la atención del ganado menor. Acompañaron las etapas del proyecto y el proceso de trabajo con las organizaciones de productores. Ante la falta de pasto en el campo, con sales y suplementos vitamínicos se pudo suplir el déficit nutricional que tenían los animales. Articulando los esfuerzos de las organizaciones de productores para generar las acciones necesarias para administrar dichos recursos. Soluciones a largo plazo “De momento, la única solución de fondo en el corto y largo plazo es que llueva, en la cantidad necesaria y abundante como para volver a lograr niveles de pastura óptimos y similares a los de antes de la sequía. Si bien el proyecto logró sus objetivos, permitió que la situación de las familias de productores no se deteriore, con lo cual las actividades lograron ser un freno; las familias pudieron contar con un ingreso mínimo para su subsistencia, los cuales los complementaron con otras múltiples acciones orientadas a mantener los medios de vida, algunos debieron dedicarse a hacer otros trabajos temporarios, como realizar perforaciones para lograr puntos de extracción de agua, generación de leña y carbón, entre otros, para incrementar los ingresos, los que además se ven afectados por la inflación. La situación es crítica, ya que en la zona otras familias migraron hacia el pueblo o hacia otras ciudades, mientras que otras no lo consideran como una opción dado que son varias generaciones las que viven en dichos territorios y mudarse al pueblo o a la ciudad, agravaría la situación de pobreza de las familias, y principalmente de aquellos adultos mayores que no tendrían otras opciones u oportunidades para el trabajo y la reinserción social.”. Jorge J. Fernández, Coordinador del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia. A pesar de la necesidad inminente de resolver la alimentación para los animales y, por lo tanto, asegurar el autoconsumo y tener un ingreso, las familias y organizaciones de pequeños productores, propusieron soluciones que brindan un margen de acción mayor y que permitan, después de la reacción, el establecimiento de formas alternativas de organización y abastecimiento. A través de INCUPO, las organizaciones de productores pudieron relacionarse con el gobierno provincial de Chaco, por medio de diferentes programas provinciales, para presentar proyectos que den solución a futuro a la escasez de agua que no es nueva en la zona. «Con el Ministerio de Producción se acordó poder realizar un proyecto de abastecimiento de agua

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Jóvenes creciendo: transformando realidades en San Miguel, Buenos Aires

En el Barrio San Ambrosio en San Miguel, provincia de Buenos Aires, Argentina, niños, niñas, jóvenes y mujeres adultas que asisten al Centro Comunitario Creciendo están llenos de preguntas sobre su cotidianidad y los cambios que implica crecer. El año pasado, para responder a las inquietudes de estas personas y como seguimiento al proyecto Kuñá Kacuáa, nacido en pandemia, presentaron al Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS el proyecto Mitarusu Kakuuá, que en guaraní quiere decir jóvenes creciendo, para seguir creando lazos comunitarios que puedan transformar las realidades de los y las jóvenes del barrio y sus familias. “Hay situaciones de violencia que viven o ven los chicos y chicas y son aprendidas desde la casa o la cultura misma, nosotros nos sentamos a replantearnos todo el tiempo este tipo de cosas” Daniela Del Valle, trabajadora social de Creciendo Este año la organización dio seguimiento a este proceso con el proyecto Mitarusu Kakuuá, que en guaraní quiere decir jóvenes creciendo, para seguir creando lazos comunitarios que puedan transformar las realidades de los y las jóvenes del barrio y sus familias. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, comprometido con el fortalecimiento de la diaconía de las iglesias y de las organizaciones comunitarias para la vida digna en las comunidades, se apoyó la compra de libros, juegos y otros materiales didácticos. Así, desde CREAS fortalecemos acciones que apunten a vidas libres de toda violencia, en la que la paz social sea una realidad en los barrios y territorios donde las iglesias y las organizaciones comunitarias trabajan por la inclusión y la dignidad de todas las personas. Con este apoyo, los chicos y chicas que asisten al Centro Comunitario Creciendo, a través de la lectura de cuentos, biografías, el trabajo educativo con audiovisuales y juegos, reflexionan y comparten vivencias cotidianas en espacios de encuentro y contención seguros, para superar la desigualdad y los patrones de violencia con los que se encuentran día a día. ¿Cuáles son los temas de los que se habla en Mitarasu Kakuuá?   Buen trato, buen vivir, cuidado propio y de los demás Cuidado del cuerpo y salud Equidad de género, Derechos y diversidades Además, el barrio cuenta con mucha población inmigrante que llegó desde Perú, Bolivia y Paraguay, con culturas distintas y formas que en ocasiones difieren de las de sus hijos e hijas. De acuerdo con las referentes del Centro, muchas mamás se han acercado al centro a agradecer por darle el espacio a sus hijos e hijas para conversar y preguntar sobre temas que ellas no se atreven a abordar o no se animan a decir en voz alta, y tienen al centro comunitario y a Mitarasu Kakuuá como un elemento más en la relación que construyen como familias. Gracias a Mitarasu Kakuuá, los y las jóvenes y el centro comunitario se han vinculado con otras organizaciones, centros comunitarios y con la escuela del barrio. A estos otros espacios, han podido llevar lo que han trabajado en el proyecto. Contó Daniela Del Valle, trabajadora social de Creciendo, que han podido llevar otra mirada de la Educación Sexual Integral, desde la cotidianidad y los aspectos vinculares y afectivos.     “Dentro del equipo del Centro Comunitario también se ve una mejoría a la hora relacionarnos entre nosotros. De respetarnos los espacios y momentos de cada uno ante las situaciones y que no todos somos iguales, que con violencia no conseguimos nada. Pueden ser frases sueltas pero a la hora de trabajar se nota mucho en el grupo de adolescentes y en el grupo de trabajo” Daniela Del Valle, trabajadora social en Creciendo Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos y Jóvenes   ¿Qué hacen los y las jóvenes para transformar los territorios? Algunos proyectos apoyados por CREAS ¡Casa Chaco Stylo en Resistencia! Mejorando la planta de Gestión de Residuos Eléctricos y Electrónicos de Nodo TAU en Rosario Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Yuraq Rumi centro comunitario

Organización Yuraq Rumi: un ejemplo de autogestión por los derechos de la comunidad

Por: Lina Salas Ramírez, Coordinadora de Comunicaciones CREAS Yuraq Rumi es una organización en la que participan 18 familias, de 64 ubicadas en Piedra Blanca, Córdoba y de las cuales más o menos el 60% son campesinos y campesinas migrantes de la comunidad boliviana quechua-parlante, conviviendo con familias argentinas. “Desde el año 2012, junto a la Fundación Gracia, nos empezamos a encontrar, conocernos, conocer a Dios y compartir nuestras necesidades y problemas. De a poco, nos aferramos a nuestras fortalezas y nos fuimos uniendo como grupo. A través de mingas de trabajo empezamos a construir un centro comunitario que actualmente funciona como iglesia, ropero comunitario, biblioteca, escuela de música, lugar de eventos sociales y espacio recreativo”. En Julio de 2020, en medio del duro contexto de la pandemia, decidieron producir su propio alimento a través de huertas familiares. Escribieron el proyecto, buscaron apoyo económico, pidieron semillas y herramientas a la Subsecretaría de Agricultura Familiar y a la Secretaría de Ambiente de la provincia y buscaron profesores que les capacitaran y guiaran. Quince familias pusieron en marcha las huertas de autoconsumo y las primeras cosechas se dieron desde abril de 2020 proveyendo alimentos en algunos casos incluso hasta abril de 2021. ¿Cómo vivieron la pandemia estas familias en el campo? Con el Covid-19 y las medidas de aislamiento social sus derechos fundamentales se vieron vulnerados: Trabajo: Quienes se dedicaban al emprendimiento con productos locales, como ladrillo y huevos, no tuvieron dónde ni a quién vendérselos, quienes trabajaban en empresas vieron reducidos sus sueldos en al menos 50% y aunque algunos recibieron apoyos del estado por medio de apoyos específicos, muchas no lograban acceder a ayudas por los trámites burocráticos para los cuales no tenían condiciones como migrantes recientes. Transporte: El único transporte público interurbano que funcionaba dejó de pasar Agua: “la municipalidad nos dejó de proveer agua o si traía era muy irregular y desigual. En resumen nos encontrábamos sin trabajo, sin transporte para comprar alimentos, y sin agua”. Solución: ¡Autonomía Alimentaria! Por un lado, frente a la emergencia hídrica y conscientes de sus derechos, convocaron a los vecinos de la zona para presentar una propuesta a la Municipalidad de Córdoba (y con apoyo de la Cooperativa Gallo Rojo de Piedra Blanca) para la cual se prepararon así: Censaron a todo el barrio Organizaron la zona en 4 sectores con una representante por sector Crearon un grupo de Whatsapp para avisar cuando llegaran los camiones de la municipalidad y organizarse para priorizar a quienes menos tenían. “En 2021 nos volvimos a juntar y decidimos seguir adelante con la producción agroecológica de verduras. Pero vimos que el agua es uno de nuestros más grandes desafíos y que si nos juntamos comunitariamente para producir iba a ser mucho mejor. Realizamos dos encuentros en donde diseñamos este proyecto para continuar llevando a cabo estrategias comunitarias que den respuestas a los problemas que obstaculizan nuestro bienestar individual y colectivo, en el camino hacia la dignidad, justicia y vida plena en Cristo”. A CREAS se acercaron a través de las convocatorias del Fondo de Pequeños Proyectos, cuyos objetivos incluyen el fortalecer el trabajo social y productivo de las organizaciones basadas en la fe. Presentaron en 2021 el proyecto Khuska Tapursunchis (“Juntos sembraremos”) y en 2022 el proyecto Crecer, con los que se propusieron, respectivamente, construir el invernadero comunitario (para la producción de frutas, hortalizas, aromáticas y flores de manera ecológica) y ampliar el sistema de captación de agua junto con un sistema de riego por goteo que permitiera optimizar el consumo. “Logramos construir el invernadero, colocamos el sistema de recaptación de agua de lluvia y, aproximadamente, cosechamos 8 bolsones de verduras semanales que nos permitieron incluir en nuestros alimentos frutos sanos y seguros. También nos sentimos agradecidos/as porque mientras trabajábamos nos tomábamos el tiempo para compartir entre nosotros/as, nos escuchamos mutuamente, compartimos las cargas, reflexionamos y aprendimos no sólo acerca del trabajo en la huerta sino también acerca de otros temas importantes para nosotras, como la fe”. Actualmente, la comunidad de Yuraq Rumi trabaja en dos áreas: Las huertas en cada casa que son pequeños invernaderos que se trabajan de manera individual y el invernadero grande, que trabajan de forma comunitaria y es el espacio común donde se encuentran a hacer intercambios de plantines, cosechas y experiencias. ¿Por qué hicimos esto? La superficie que tenemos para producir en el invernadero original es en un terreno pequeño como para pensarlo desde un punto de vista más productivo que comunitario y de autoconsumo. Para ampliar nuestra superficie de producción acordamos extendemos en los terrenos de cada una de las huerteras. Esos invernaderos pequeños en sus huertas tienen como función la producción para el autoconsumo de las familias, y también nos encontramos una vez a la semana para seguir trabajando en el invernadero grande con la intención de que toda su producción sea para la comercialización y que poco a poco se convierta en una fuente de trabajo y formación para la comunidad. De momento no hemos logrado que genere ganancias por ventas, aunque sí tenemos cubierto el autoconsumo de la comunidad. El reto en este momento es cubrir el pago de honorarios de una agrónoma que hemos sumado al equipo hace poco. Continuamos nuestro proyecto sabiendo que aprendemos en el camino y que nos soñamos esa Huerta escuela. Las mujeres siguen trabajando felices, entusiasmadas de aprender desde la lógica productiva. – Lis Tosini Belli Coordinación y logística, Khuska Huerta El espacio de Yuraq Rumi es importante para todas estas familias por los beneficios inmediatos que brinda a la calidad de vida de las familias, pero también por los espacios de capacitación y contención comunitaria que se brindan, tales como: Capacitaciones sobre producción y agroecología. Capacitaciones sobre alimentación. Apoyo integral a familias en situación de vulnerabilidad en la comunidad Piedra Blanca. Búsqueda y distribución de recursos materiales para la realización de huertas. Acompañamiento espiritual. Seguimiento de las huertas para la resolución de problemas específicos como plagas, riego, siembra, herramientas, etc. Encuentros con las y los vecinos de Piedra

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Sequía en Chaco

Una respuesta rápida a la sequía: alianzas para garantizar derechos en comunidades del norte de Argentina

Por Carmina Sánchez Corrales, Asistente de Comunicación, CREAS Para cubrir las necesidades de consumo e higiene básica una persona necesita, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre 50 y 100 litros de agua diarios. Sin embargo, en el mundo hay 2300 millones que no llegan a cubrir este mínimo básico debido a la escasez que existe de agua a nivel global.  El agua es vida. Además del consumo humano, también es necesaria para el desarrollo económico y social de un país, actividades como la agricultura y la pesca dependen de la abundancia del agua. Y para las comunidades originarias el agua tiene un profundo significado espiritual.  Según la Organización de las Naciones Unidas, las sequías han aumentado un 29% desde 2020 y Argentina no ha estado exenta de este fenómeno. En la región del norte del país, comunidades indígenas y pequeños productores han sido los principales afectados por la falta de lluvias, pues la cantidad de agua disponible no es suficiente para abastecer las necesidades humanas, ni de los animales o huertas. Como consecuencia, las comunidades pierden su seguridad alimentaria o los ingresos económicos que el ganado menor o las huertas les pueden proveer, y deben buscar alternativas para subsistir, por ejemplo, migrando a zonas urbanas. CREAS como organización de servicio y que trabaja por el cuidado de la casa común, el bienestar y la dignidad de las personas, reaccionó ante esta situación creando el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia.  Así aportamos enfocados en nuestra misión como organización, también al Objetivo de Desarrollo Sostenible – ODS- 6 “Hacer frente al reto: posibilitar el acceso al agua limpia y potable en todo el mundo”.     Con el FRR de CREAS ha sido posible establecer alianzas con otras organizaciones basadas en la fe – OBF – que están en la zona y conocen a las comunidades y sus necesidades más inmediatas. El Instituto de Cultura Popular – INCUPO y la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo – APCD – tienen como fin ayudar a las comunidades de El Chaco y Formosa a superar los efectos de la sequía en sus territorios y en sus vidas cotidianas.  Si se garantiza el derecho al agua, se garantiza además el acceso a la alimentación de las familias de la región. Por eso, los proyectos en cooperación con estas organizaciones buscan garantizar estos derechos.  “Hemos tenido una sequía muy prolongada, las lluvias no alcanzan para tener el agua que se necesita y una persona no alcanza a tener más de tres litros de agua por día” Alberto Hug, INCUPO En Chaco, el proyecto “Recuperación de la producción de ganado menor de las familias de las organizaciones del departamento Sargento Cabral”, en cooperación con INCUPO, fue la respuesta a la falta de agua y alimento para los animales que tenían los productores. Con capacitaciones y entregas de kits veterinarios, los productores pudieron salvar animales y garantizar un mínimo consumo familiar mientras se hacía frente a otros de los efectos de la sequía en la región: un brote de rabia. Por otro lado, familias wichí de San Bernardo, Las tolderías y Lote 3, han podido construir aljibes con los que abastecen huertas en las que cosechan verduras para su consumo, el proyecto Derecho Al Agua Y Alimentación Saludable se adelanta, también, en cooperación con el Instituto de Cultura Popular.    En Formosa, la deforestación y la sequía han traído como consecuencia la disminución de los alimentos que se encuentran en el monte y que las comunidades solían consumir. Es necesario, entonces, introducir nuevos alimentos a las comunidades, que aprendan a usarlos y hacer un cambio de hábitos alimenticios. Allí, ACPD trabaja con 375 jóvenes, niños y niñas de tres comunidades indígenas en el proyecto Herramientas para la disminución de la violencia, mejora de hábitos alimentarios y recomposición de espacios comunitarios.   La construcción del aljibe que beneficia la nueva huerta es muy importante porque vamos a empezar a comer alimentos más sanos como verduras y dejamos de comer sólo fideos o harinas.  Estela Soria, Las Tolderías Antes de la llegada del aljibe teníamos que caminar varios kilómetros con baldes para traer agua y poder cocinar. Estoy contenta porque recibí una huerta y mi sueño era tener una huerta para sembrar verduras porque no podíamos consumirlas. Ramona Gómez, San Bernardo.   Más sobre el Fondo de Respuesta Rápida y el Chaco: Conoce el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia De camino por el Chaco para la mitigación de los efectos de la pandemia Cooperación ecuménica en acción solidaria por la región del chaco argentino La conversación por redes sociales:  Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasLac

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Nuevo mural de la sede de la Red El Encuentro

Ampliando la mirada en El Encuentro: Arte y formación para fortalecer la red

  La Red El Encuentro – como lo indica su nombre – es una red que reúne a 16 centros comunitarios del noroeste conurbano bonaerense con el objetivo común de fortalecerse como organizaciones, desde la formación permanente de sus educadores y la gestión de recursos y así lograr que los 3000 niños, niñas y adolescentes que acuden a los centros crezcan en condiciones dignas. Desde su creación en 1990, es un espacio de articulación e intercambio de experiencias de trabajo comunitario y educación popular que busca incidir en políticas públicas. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS brindamos apoyos a organizaciones como esta con el fin de que promuevan acciones más estratégicas y a largo plazo en el trabajo comunitario, lo cual fortalece la articulación territorial y acompaña la formación de nuevos liderazgos.  A lo largo de quince años de vínculo hemos acompañado diferentes proyectos de Red El Encuentro. De acuerdo con Ana Gravina, parte del equipo de Coordinación, “el vínculo empezó con la idea de gestionar recursos y se convirtió en un vínculo honesto, de escucha y mucho apoyo. Siempre han estado atentos a nuestras necesidades”. Además mencionó que para iniciar el Centro Comunitario Las Suricatas el acompañamiento del Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio fue esencial.  Con el proyecto Ampliando la mirada, apoyado por el #FPPCREAS, la red ha podido nutrir su objetivo principal y fortalecer su identidad. Dos eventos clave han permitido esto: la renovación del mural de su sede principal y un viaje pedagógico a Rosario con el que educadores de la red pudieron expandir sus conocimientos, multiplicar saberes y generar estrategias creativas. El viaje a Rosario Educadoras y educadores de todas las áreas de trabajo de los centros (nutrición, jardín maternal, jardín infantil, escolares, jóvenes, coordinadores y delegados) conforman lo que en la red llaman “Mesas de acompañantes”; estructuras a través de las cuales se encargan de transmitir sus conocimientos y de acompañar a otros educadores en sus labores.  Cincuenta y ocho educadoras de las “mesas acompañantes”, hicieron un recorrido pedagógico y cultural por distintos lugares de Rosario, Santa Fe. Allí, junto con la Cooperativa ‘El horno está para bollos‘ visitaron La Toma Cultural y El Tríptico de la Infancia, un espacio de juegos y transformación pensado para la convivencia entre las infancias y adultos, en el que los educadores con la previa planificación y aprovechando cada momento del viaje, pudieron explorar y vivenciar nuevas herramientas pedagógicas para traer y replicar en su trabajo diario en el Conurbano de Buenos Aires.   Fue un espacio en el que me dejé llevar y pude preguntarme ¿qué es lo que los pibes sienten cuando juegan? Cada uno de los juegos requería una destreza distinta e iba pensando cómo podíamos traerlo al centro para nuestros niños y niñas. Aproveché todo, me gustó muchísimo. A futuro espero que otros compañeros tengan la oportunidad de tener esta experiencia enriquecedora para poder proyectarse y seguir armando algo colectivamente en el centro con todas las vivencias que tuvimos en este viaje. Yoseli Pogorzelek La experiencia en Rosario nos sirvió mucho para repensar nuestros centros comunitarios. Lo que más nos impactó fue la belleza de las propuestas, pensamos que nuestras infancias además del derecho a la educación y alimentación, tienen el derecho a la belleza. Evidenciamos y confirmamos algo que ya veníamos diciendo en los centros, el juego es una herramienta de aprendizaje. Lo que más quiero es que otros compañeros puedan tener esta experiencia. Me inscribí en un seminario con la persona que ideó el Tríptico de las Infancias para poder seguir estudiando y teorizar toda la experiencia práctica que tuvimos allá.  Patricia Palacio ¿Qué lograron los y las educadoras con el viaje a Rosario? Conocer la cultura de otra ciudad, enriquecerse de ella y así ampliar sus conocimientos. Vivenciar, experimentar en cada espacio visitado. Aclarar dudas respecto a las experiencias para poder transmitirlas y replicarlas exitosamente. Observar, elaborar un registro audiovisual de diferentes juegos para replicar en sus centros. Escuchar a otra organización social y sus luchas. El mural colectivo como fortalecimiento de la identidad En otro momento del proyecto Ampliando la Mirada, se llevó a cabo la creación de un mural colectivo en la fachada de la sede la Red El Encuentro, ubicada en José C. Paz. A través de jornadas semanales, la Red trabajó en conjunto para definir el diseño del mural basado en su identidad popular y comunitaria, su experiencia diaria en los centros comunitarios y en sus luchas por el reconocimiento formal de su trabajo.  Esta actividad no solo involucró a las 58 educadoras que realizaron el viaje, sino también a las comunidades de los 16 centros comunitarios que se iban turnando semana a semana en los tiempos que tenían disponibles para ir a la sede y aportar su pincelazo a la creación conjunta. Coordinadamente lograron sacar adelante este mural que, representando el encuentro en un abrazo, conectó con la identidad de quienes conforman la red y fortaleció los lazos que han tejido en los 30 años de trabajo comunitario. La Red El Encuentro se complementa con iniciativas de comunicación popular como La Sociedad de Fomento del Video Alternativo (SOFOVIAL), que forma parte del  Equipo de Comunicación la Red e hicieron un video en el que relatan cómo fue la creación de la nueva fachada.   “La vida diaria en los barrios es muy dura, y las oportunidades de placer son muy importantes desde lo pedagógico, lo afectivo y lo político” Ana Gravina La Red El Encuentro pretende continuar con los procesos de formación y fortalecimiento organizacional que se dieron gracias a Ampliando la Mirada. Los efectos de la experiencia del viaje y de la creación conjunta del mural se están viendo reflejados diariamente en el trabajo de las y los educadores de los espacios comunitarios. Actualmente, están en búsqueda de un carpintero para reproducir algunos materiales del tríptico en los Centros y llevarles a los  chicos y chicas algo de lo que pudieron experimentar; espacios de juego, aprendizaje y placer en su cotidianidad.  Fueron

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Casa Comunitaria Nora Cortiñas ayuda a mujeres vulneradas a integrarse a la comunidad

En Merlo, provincia de Buenos Aires en marzo de 2022 nació la Casa Comunitaria Nora Cortiñas, atendiendo a la necesidad de acompañar integralmente a mujeres, niñas y niños en situaciones de vulnerabilidad por la falta de un lugar permanente para vivir. Allí, dos máquinas de coser han sido herramientas con las que cinco mujeres transforman sus vidas y se integran a la comunidad en la que habitan.  El objetivo de la casa es además de ofrecer un techo a mujeres que han sufrido violencia de género o que presentan consumos problemáticos, un espacio de contención, escucha y restitución de derechos para las mujeres, niños y niñas que transitan por este espacio de alojamiento temporal y voluntario. De lunes a viernes de 2 a 5 de la tarde se desarrolla el Taller de Costura. Un espacio creado a partir del proyecto apoyado por el  Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. Entre las telas, las tijeras, los hilos y las máquinas de coser se crea un espacio de escucha y  aprendizajes que van más allá de la costura.  Silvia, la tallerista, les comparte sus conocimientos y técnicas de trabajo y elaboración de productos con telas pero sobre todo les insiste en la autodeterminación, concentración y disciplina que deben tener para llegar a un producto final.  El taller funciona también como un espacio de integración grupal para las mujeres nuevas que llegan a habitar la casa. Con la compra de dos máquinas de coser y el acompañamiento de CREAS en la planificación y gestión de proyectos, la Casa Comunitaria Nora Cortiñas ha diligenciado nuevos recursos para acercarse y trabajar mejor con las mujeres que pasan por la casa. Planificar, les permite pensar grupalmente y por adelantado cómo sostener el Taller de Costura y la continuidad de las mujeres en él,  a pesar las dificultades del contexto y que se puedan presentar.  La falta de oportunidades económicas, de un espacio donde habitar, una rutina y una vida que las haga sentir bien consigo mismas, sumado a la mirada de estigma que suelen tener sobre ellas, son parte de los retos que sortean para integrarse en comunidad. No obstante es esto, y la autonomía que van generando al acceder a medios productivos y oportunidades de creación, lo que les da nuevas razones para vivir felices.    ¿Qué ha pasado con la casa y las mujeres desde que se creó el Taller de Costura en agosto de 2022? Las mujeres están entusiasmadas con aprender un nuevo oficio. Muchas han adquirido la rutina de ir todas las tardes a coser. Al darles una tarea, una responsabilidad, el taller sirve como espacio terapéutico y su autoestima mejora al ver que son capaces de crear. Han hecho trabajos que han generado ingresos que invirtieron en el mismo taller. Aprenden que más adelante pueden tener un ingreso a partir de su trabajo y dejar de depender de terceros. Algunas mujeres que ya no viven en la casa siguen vinculadas al taller. La Casa sigue siendo un espacio seguro para ellas. La Casa Nora Cortiñas quiere ser un espacio abierto a la comunidad, por eso están invitando a las mujeres del barrio a participar del taller. Además, las nuevas costureras empezarán a ofrecer sus servicios. El taller les ha dado herramientas de autogestión así que ellas mismas se han organizado para dar difusión y empezar su nuevo emprendimiento. De esta manera, se busca la integración de la Casa al barrio al que pertenece y que las mujeres y los habitantes conformen una misma comunidad solidaria, donde no haya estigma hacia quienes buscan nuevas oportunidades.    Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Por una Nueva Generación de fútbol, de deportes y de sueños

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS La Escuela Deportiva Nueva Generación queda en la ciudad de Córdoba. Empezó hace 4 años por la iniciativa de un grupo de cuidadores, padres y madres de familia que se reunieron en un terreno baldío a proponer actividades deportivas para las niñas y niños del barrio. «A solo unas semanas de arrancar, la cantidad de niños se fue incrementando. Llegamos a tener más de 150 niños jugando fútbol. Y después de eso fuimos ampliando las actividades, también empezamos a hacer Volleyball y Hockey para nenas y más tarde también para varones.» Christian Ramon Mansilla Presidente Escuela Deportiva Nueva Generación Con el transcurso del tiempo y a medida que fueron creciendo formaron la Asociación Civil que son hoy en día. «Después de un tiempo fuimos viendo la necesidad que había, de la cantidad de niños en situaciones vulnerables, con violencias en la casa y muchas otras cosas que afectan el normal crecimiento de un niño y ya pasamos de solamente enseñarle a jugar el fútbol y esas cosas, también a inculcarles valores. Muchos niños pasaban hambre y muchos también sufrían violencias en una zona de bastante necesidad. El fútbol fue una herramienta importante para permitirles salir de esos mundos violentos y permitirles nuevas visiones de la vida.» Estamos convencidos de que podemos lograr un cambio, no por lo que hacemos nosotros, sino por lo que el fútbol hace en ellos. Gracias a Dios hay gente como la que trabaja en CREAS que cree en estos proyectos y nos apoyan». El proyecto que apoyó el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS fue llamado ‘Sueña sin miedo, entrena sin límites’ e incluyó dos objetivos específicos: Renovar la indumentaria deportiva de las distintas divisiones. Hacer un cerramiento para contar con un espacio apto para actividades y eventos. Y, como todos los proyectos de nuestro #FPPCREAS tenía una intención más allá de la dotación material, en las oportunidades de transformación social. «Pudimos comprar nuevas camisetas para los niños y fortalecer con ello el sentido de pertenencia. Yo tengo el recuerdo de cuando era chico y nos llegaron unos botines la primera vez y yo… ¡sentía que volaba! Vemos la felicidad en ellos y sabemos que ponerse su conjunto nuevo con el logo y los colores de su escuela, ellos sienten que representan a su barrio. Se sienten identificados y es suya la escuela». Y el fútbol está, indudablemente, conectado en la profundidad con la identidad argentina. Con el Mundial de Qatar 2022 y la ejemplar presencia que ha dado el conjunto albiceleste en este encuentro de alcances globales, las emociones en el país están intensificadas y es por la esperanza que se prende en esos corazones que están hoy eligiendo el camino de su vida, que se hacía necesario contar esta historia esta misma semana. Compartirla con cuantas personas podamos y considerar de qué manera podemos brindar los apoyos que requieren este y otros proyectos que, como dice Mansilla se hacen «a pulmón», y que son alternativa de bienestar y garantía de los derechos de las infancias y adolescencias. «Estamos pasando por un momento histórico no solamente a nivel nacional sino también provincial. Nosotros en Córdoba en este último campeonato ascendieron a primera el Instituto y Belgrano, uniéndose a Talleres, con lo que tenemos los tres equipos de la provincia en la liga Profesional. Los niños crecen aquí con el fútbol y tienen a sus ídolos. Messi es Messi. Ellos lo ven como un gran referente además de que sabemos que es una gran persona dentro y fuera de la cancha. Y para hablar de esta selección no podemos hablar solo de Messi, también tenemos a Julián Álvarez (quien también es cordobés); tenemos a Otamendi, Molina, el Dibu Martínez, Enzo Fernández, Cristian «Cuti» Romero; que salió de Belgrano. El equipo en general está jugando muy bien; son un equipo. Está bueno rescatar que son 26 jugadores y los 26 están a disposición del técnico. Esto nos trae una enseñanza también para los niños, que no basta con individualismos sino que el trabajo en equipo es fundamental para llegar al objetivo. Deportivamente hablando es lo que nos está llevando a esta nueva final. Es también importante considerar la historia de cada jugador, los sacrificios que cada uno ha hecho para llegar allí. No es solo jugar al fútbol sino que hay muchas cosas detrás. Podemos escuchar la historia de Paredes, Julián Álvarez y el mismo Messi. Y aún si los niños más tarde no se dedican a jugar, que conserven esos valores para su vida cotidiana. En mi barrio se respira el fútbol y conocemos también, por medio de los padres que nos cuentan, cómo sus hijos han levantado las notas y cambiado sus comportamientos y es así como el fútbol ha transformado nuestro sector. Niños de otros barrios jugando en nuestro barrio; adolescentes compartiendo los espacios y dejando atrás rivalidades de zonas. Hoy somos todos los mismos aunque estemos en un barrio diferente. Yo ando en la calle y soy el profe de acá, el profe de allá y siento, en lo personal, que esto es algo que a mí me llena; me hace sentir alguien valioso. Tengo hijos hoy en día. Yo de niño perdí a mi mamá muy joven y no tuve la contención de un lugar como este, que te dé alternativas distintas a las calles, las drogas, la delincuencia o las violencias que les atrapa en sus entornos. La idea es que mi hijo y los niños tengan este lugar para ser contenidos y vean que hay algo diferente. A los niños les gusta el fútbol y van a elegir siempre el fútbol. Y aquí tienen una familia que los cuida. Actualmente los equipos de la Escuela Deportiva Nueva Generación están entrenando en una cancha municipal que recuperaron para poder tener el espacio físico que la envergadura de los nuevos encuentros de competencia y la cantidad de niños inscritos les fueron exigiendo. No obstante, tener su propio espacio

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Suyai y la esperanza de la no violencia contra la mujer argentina

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS Suyai es una de las organizaciones comunitarias que hemos apoyado con el FPP CREAS, se encuentra en Pilar, Córdoba, y su objetivo es el fortalecimiento de los derechos humanos. Su misión es promover valores como la cultura de la paz, el empoderamiento de la mujer, las infancias felices y libres de violencias, el ambiente sano, saludable y sostenible, el trabajo digno y la erradicación del hambre. “Somos un grupo de personas que cree y sueña con un mundo mejor. SUYAI, que significa Esperanza en lengua quechua, nos anima a pensar con un ser humano fortalecido en valores que promuevan la Paz, la Solidaridad, la Integración; el Desarrollo sustentable, el trabajo digno y un ambiente sano”. CREAS es una organización comprometida desde su identidad cristiana con la equidad de género y la eliminación de toda forma de violencia contra las mujeres. En los años pasados, además del apoyo a organizaciones territoriales, se promovió la campaña Actuando Unidas, y la Escuela de Incidencia para la Justicia de Género, con acciones orientadas a la superación de la violencia de género. El proyecto en el que las mujeres de Suyai recibieron el apoyo económico del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS fue ‘Empoderar para emprender’, y consistió en un taller con 11 encuentros para potenciar la autonomía de mujeres y disidencias, centradas en herramientas para el autodescubrimiento, el reconocimiento de potencialidades, el desarrollo de la identidad, la creatividad y las habilidades para la vida y la independencia económica. Se reunieron en la Casa de la Mujer -que fue un lugar que pulsaron con las autoridades para tener como punto de contención en medio de la emergencia de violencia en la pandemia– y contaron también con la presencia de una socio educadora que acompañó a las niñeces a cargo de las participantes. “Uno de los principales obstáculos que atraviesan las mujeres y disidencias que son víctimas de violencia de género en Pilar, es la violencia económica fruto de la dependencia e inseguridad que genera el sometimiento a un agresor. Es por ello que diseñamos con nuestro equipo este proyecto” El problema de las violencias es estructural y, por ende, transversal. Afecta directamente a las mujeres pero a su vez a toda la sociedad. Lo que es esencial comprender es que toda inequidad sugiere desbalances en el sistema y que toda violencia acarrea consecuencias devastadoras para todos los miembros de la comunidad. Por eso resulta indispensable la participación de todas las personas en su erradicación, y ella incluye la concienciación sobre estas problemáticas, propiciando espacios seguros, pacíficos, para hablar de ellas y definir maneras de transformar las realidades que las permiten. Eliminar la violencia contra la mujer es una tarea de largo plazo y alcance, que exige acciones inmediatas, interinstitucionales, interseccionales y transdisciplinares. “Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas. Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hace cumplir el derecho a la educación de las niñas, luego también le restringe el acceso a la educación superior a la mujer y limita sus oportunidades de empleo. Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias. La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas”. – Naciones Unidas Suyai nació en 2005 y desde entonces han realizado talleres, activismo y socorro a víctimas de violencia en Pilar, el duodécimo aglomerado urbano provincial con alrededor de 41.000 habitantes “La situación de las mujeres en relación a la Violencia de Género se ha incrementado en los últimos años, pasando de tener 2 denuncias diarias según fuentes recabadas por Fundación Suyai en la comisaría local en el 2015, a 4 denuncias diarias promedio en el 2020. A partir del femicidio de Verónica Totis el pasado año en cercanías de Pilar es que se generó un movimiento de mujeres organizadas por la “Declaración de la Emergencia en violencia” de la ciudad. Dicho proyecto fue trabajado por el cuerpo legislativo y las voces colectivas de organizaciones, logrando que se sancione la ordenanza de Declaración de Emergencia en Violencia y la inauguración de una casa refugio para las víctimas de violencias en Pilar, donde funciona un espacio de contención psicológica y social que actualmente realiza intervenciones a más de 100 mujeres. Fundación Suyai viene participando de este proceso en articulación con el estado municipal, organizaciones feministas, escuelas, iglesias, órganos de justicia, comedores, merenderos y referentes barriales entre otros” Para todas estas acciones, que incluyen también actividades ambientales y de reforestación, gestión de micro-emprendimientos, alfabetización, entre otras, Fundación Suyai se vincula con organizaciones sociales y comunitarias, escuelas públicas y privadas, iglesias evangélicas y católicas, colectivos de mujeres de la zona, empresas, gobierno y medios de comunicación. El trabajo para eliminar la violencia contra la mujer no para hasta que paren por completo las violencias y requiere siempre de manos y corazones que sumen. En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer te preguntamos: ¿qué puedes hacer tú en tu zona o comunidad para aportar en esta misión?   Sigamos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro

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