La sequía afecta al país desde hace poco más de tres años, siendo una de las que más ha impactado a nivel macroeconómico y en la vida cotidiana de miles de personas, principalmente en algunos territorios, uno de esos territorio es la Provincia del Chaco. En este caso, para muchas familias de la localidad de Sargento Cabral el ganado menor, cabras y corderos, forma parte esencial no solo de la alimentación de las familias, sino también de su subsistencia económica gracias a los ingresos que generan con la crianza y comercialización de estos animales. Sin embargo, con la sequía, la escasez de agua que llegaba a la zona y las limitadas capacidades estatales para dar respuesta frente a este fenómeno obligó a priorizar para el consumo humano, teniendo que dejar de lado la producción agropecuaria de las familias y acarreando con ello diversos problemas de salud y de solvencia, durante el verano del 2022 que se perpetuó a lo largo del año.
El pastoreo también se vio afectado. Este es el método más usado para la alimentación de herbívoros como las vacas, cabras, corderos y ovejas, a través del cual el ganado se nutre del pasto u otras plantas de bajo crecimiento. Por la sequía, el campo y los pastizales no se recuperan y sólo queda la tierra seca, generando un estado de emergencia climática no sólo en el Chaco, sino a nivel país.
Como respuesta a esta situación el Instituto de Cultura Popular – INCUPO se unió con CREAS para que, por medio del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia, (una herramienta creada para dar apoyo y fortalecer organizaciones en territorio ante emergencias que lo requieran) dieron inicio en septiembre del 2022 a un proyecto en la mencionada localidad, dado que la ayuda del Estado Nacional y de aplicación provincial no llegó a éstos productores dada la alta demanda general en la provincia.
En un marco de alianza, CREAS con INCUPO se llevó adelante el proyecto “Recuperación de la producción de ganado menor de las familias de las organizaciones del departamento Sargento Cabral – Chaco” con el que cincuenta familias fueron involucradas en la construcción de soluciones para hacer frente a este fenómeno.
En el contexto de las acciones que se estaban llevando a cabo para hacer frente a la sequía, a esta situación se le sumó un brote de rabia paresiante en los animales; lo que terminó de agravar la situación para las familias, y requirió nuevas respuestas ante este nuevo desafío.
“Llevamos peleando con la sequía cuatro años pero los dos últimos fueron los peores. Hay lugares donde no se consigue agua, si no hay lluvia no se recupera el campo y no hay pasto para los animales. Hubo que buscar alternativas para darles de comer. Cuesta para un productor pequeño comprar balanceado; si uno tiene otro oficio puede, pero a veces toca descuidar los animales”
Walter Sandoval, pequeño productor de Colonia Elisa, Sargento Cabral, Chaco
¿Qué hizo INCUPO junto con las familias y organizaciones de la zona para mejorar la situación de emergencia?
- Se trabajó con las organizaciones de productores y las familias para conocer el impacto de la sequía a nivel local.
- Se trabajó en el relevamiento de la cantidad de animales que tiene cada familia.
- Con la entrega de un botiquín de productos veterinarios y vacunas contra la rabia paresiante, las familias pudieron hacer frente rápido a la situación sanitaria del ganado menor.
- Generaron un fondo rotatorio para poder abastecerse mejor de las vacunas
- Generaron mecanismos de capacitación para lograr una mayor y mejor capacidad para la atención del ganado menor.
- Acompañaron las etapas del proyecto y el proceso de trabajo con las organizaciones de productores.
- Ante la falta de pasto en el campo, con sales y suplementos vitamínicos se pudo suplir el déficit nutricional que tenían los animales.
- Articulando los esfuerzos de las organizaciones de productores para generar las acciones necesarias para administrar dichos recursos.
Soluciones a largo plazo
“De momento, la única solución de fondo en el corto y largo plazo es que llueva, en la cantidad necesaria y abundante como para volver a lograr niveles de pastura óptimos y similares a los de antes de la sequía.
Si bien el proyecto logró sus objetivos, permitió que la situación de las familias de productores no se deteriore, con lo cual las actividades lograron ser un freno; las familias pudieron contar con un ingreso mínimo para su subsistencia, los cuales los complementaron con otras múltiples acciones orientadas a mantener los medios de vida, algunos debieron dedicarse a hacer otros trabajos temporarios, como realizar perforaciones para lograr puntos de extracción de agua, generación de leña y carbón, entre otros, para incrementar los ingresos, los que además se ven afectados por la inflación.
La situación es crítica, ya que en la zona otras familias migraron hacia el pueblo o hacia otras ciudades, mientras que otras no lo consideran como una opción dado que son varias generaciones las que viven en dichos territorios y mudarse al pueblo o a la ciudad, agravaría la situación de pobreza de las familias, y principalmente de aquellos adultos mayores que no tendrían otras opciones u oportunidades para el trabajo y la reinserción social.”.
Jorge J. Fernández, Coordinador del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia.
A pesar de la necesidad inminente de resolver la alimentación para los animales y, por lo tanto, asegurar el autoconsumo y tener un ingreso, las familias y organizaciones de pequeños productores, propusieron soluciones que brindan un margen de acción mayor y que permitan, después de la reacción, el establecimiento de formas alternativas de organización y abastecimiento.
A través de INCUPO, las organizaciones de productores pudieron relacionarse con el gobierno provincial de Chaco, por medio de diferentes programas provinciales, para presentar proyectos que den solución a futuro a la escasez de agua que no es nueva en la zona.
“Con el Ministerio de Producción se acordó poder realizar un proyecto de abastecimiento de agua junto a las organizaciones el año próximo”
Informe de INCUPO
Como Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio, lo que buscamos con este tipo de proyectos es apoyar a las organizaciones comunitarias y la diaconía de las iglesias para fortalecer capacidades que permitan resolver situaciones que requieren una respuesta inmediata. Asimismo, se posibilita la articulación del conocimiento de las necesidades locales con las capacidades de los actores en territorio con lo que, a mayor escala, se fortalecen las capacidades de las organizaciones comunitarias y del trabajo diacónico de las iglesias para promover una vida digna y un medio ambiente cuidado.
“En este proyecto se pudo observar a lo largo de su ejecución (septiembre 2022- marzo 2023) por un lado lo crítico de los efectos del cambio climático, el cual cada vez debe estar más presente en el accionar de cualquier organización y que pareciera que nuestros esfuerzos son insuficientes; y por otro lado que las acciones que se hagan considerando las necesidades del territorio, en articulación con sus actores y poblaciones, desde sus saberes y experiencias siempre dan cuenta de lo que se necesita y lo que hace falta para lograr una respuesta adecuada. Considerando sus efectos en las acciones prácticas de las organizaciones de productores a la hora de tratar su ganado, sus animales y demás recursos de la tierra, hasta tanto lleguen mejores tiempos y la lluvia vuelva a regalar vida en abundancia.
Lo que permanece en el territorio, aquello que se mantiene y se queda impregnado en la memoria local es el aprendizaje local logrado ante la adversidad, la capacidad de articular el trabajo de INCUPO con el conocimiento de las organizaciones de productores respecto al ciclo social, económico y productivo a nivel local”.
Jorge Fernández, CREAS.