Carmina Sanchez

Cuatro personas miran conversan y señalan algo a lo lejos. Estan en Chaco, todo es plano. hay un auto al fondo

De camino por el Chaco para la mitigación de los efectos de la pandemia

La provincia de Chaco, al noreste argentino, ha sido una de las más golpeadas por la sequía presente en el país hace más de tres años y en donde las comunidades aún sufren los efectos de la pandemia del Covid-19. Esto afecta de modo particular a los sectores más vulnerables de las comunidades rurales, con mayores complicaciones para la población indígena y los pequeños y medianos productores rurales. En marzo de 2023, durante una semana, Jorge Fernández, Coordinador del Proyecto De respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia y Carmina Sánchez Corrales, Asistente de Comunicación, visitaron a las comunidades en las que, junto con INCUPO – Instituto de Cultura Popular- y la Junta Unida de Misiones -JUM-, se llevan adelante iniciativas de transformación social que contribuyen a la mejoría de la calidad de vida y dignidad de las personas que allí habitan. En la localidad de Juan Jose Castelli, el proyecto de Mitigación De Los Efectos De La Pandemia (liderado por JUM) se enfoca en la salud mental y la economía de las comunidades indígenas Wichí. Uno de los principales desafíos del proyecto es el abordaje de la salud mental de la población después de la pandemia, respetando su cosmovisión y espiritualidad. Varias de las personas de la comunidad expresaron haberse sentido angustiadas durante la cuarentena debido a la pérdida de lazos familiares y de amistad por la imposibilidad de transitar entre los territorios. Lazos afectivos que se han ido recuperando poco a poco con la apertura y vuelta a la normalidad.   Con las restricciones de movilización durante la pandemia, varias familias perdieron además su principal fuente de ingresos: salir a la ciudad o los pueblos a vender sus artesanías o los pocos alimentos que pueden cultivar en sus tierras aún con las dificultades climáticas del territorio. Por esto, expresaron interés en la construcción de huertas, para que las verduras cultivadas en su propia tierra contribuyan a la mejora nutricional y de ingresos, a la vez que propician un ambiente de arraigo de las personas en su lugar de origen, donde se pueden sentir felices; creativas y productivas, con lo que minimizan migraciones a las zonas urbanas por situaciones de vulnerabilidad. Las huertas son además un punto de encuentro y oportunidad para fortalecer esos vínculos que han extrañado y generar otros que derivan en mayor cuidado de sus tierras y comunidades.  Otra situación que se vive en el Chaco -y que ha requerido Respuesta Rápida-, es la que han vivido productores rurales de la zona al ver en riesgo su ganado debido a un brote de rabia, que se suma a los efectos críticos de la sequía. Allí el proyecto “Recuperación de la producción de ganado menor de las familias de las organizaciones del departamento Sargento Cabral – Chaco” liderado por INCUPO ayudó a las familias productoras a hacer frente a los primeros impactos de la sequía de inicios de 2022, y así salvar a los animales y asegurarse un mínimo de consumo familiar. Un número importante de aspectos se agravaron por la situación crítica de la falta de agua de inicios del 2023 que en caso de no mejorar los próximos meses podría poner en riesgo a la población, pues ya el acceso y consumo de agua ha comenzado a escasear no sólo para los animales sino también para la población humana de las comunidades del departamento Sargento Cabral. En las cercanías de San Bernardo, comunidades wichi de Lote 3 y Las Tolderías, INCUPO, desarrolla también el proyecto Derecho Al Agua Y Alimentación Saludable, un proyecto para la mejora nutricional y el acceso al recurso hídrico. Con apoyo de la Mesa Local del Proyecto se han desarrollado las actividades de capacitación y para el desarrollo de la construcción de huertas y de aljibes que facilitan la recolección de agua. Un aspecto importante que logramos corroborar es el compromiso de las comunidades -así como de de las instituciones de la mesa local- para trabajar en la construcción de las huertas y aljibes. La labor de INCUPO, su conocimiento y capacidad de diálogo con las y los líderes de las comunidades, sus instituciones y la articulación que se genera, facilitan la conexión con estas comunidades y el avance concreto en los objetivos de cada proyecto. Para CREAS es de central interés ayudar a mitigar los efectos de estas crisis a tiempo, pero sobre todo acompañar a las comunidades a capacitarse para apropiarse de esas soluciones, proponer desde sus visiones particulares las vías de transformación y conocer también las oportunidades que pueden construirse con apoyos de organizaciones sociales y/o basadas en la fe que buscan, como el Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio, sumar aportes concretos a la dignidad de todas las personas y el cuidado de la Casa Común.  Más información sobre el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia en esta nota.  Sigamos la conversación por redes sociales:  Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt  

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Arranca con Taller de Gestión nueva tanda del Fondo de Pequeños Proyectos

El  Fondo de Pequeños Proyectos – FPP- nace como una iniciativa de cooperación ecuménica entre CREAS y Pan Para el Mundo, cuyo principal objetivo es fortalecer las capacidades y estrategias de organizaciones comunitarias que contribuyan a la ampliación de derechos de jóvenes, mujeres y diversidades y a la justicia social, económica, de género y climática. Desde su creación en 2003 hasta hoy, CREAS ha apoyado más de 850 proyectos en  Buenos Aires, Rosario y Córdoba, Argentina; y el Gran Chaco Sudamericano (Regiones del Gran Chaco argentino, boliviano y paraguayo). En los últimos años, CREAS ha apoyado alrededor de 40 proyectos por año, enfocándose en acompañar el fortalecimiento de organizaciones del territorio argentino.    >>> Conoce aquí las estadísticas del Fondo en 2022. El FPP es una de las herramientas de intervención territorial de CREAS. Además del apoyo económico que reciben las organizaciones que acceden al Fondo, reciben acompañamiento técnico, teórico y metodológico que empieza en el momento de presentar los proyectos para que puedan aplicar a éste.  ¿Qué hacen las organizaciones comunitarias, organizaciones de base y organizaciones basadas en la fe al formar parte del Fondo de Pequeños Proyectos? Identifican una problemática comunitaria y cómo quieren abordarla para darle solución Reciben apoyo para la escritura de sus proyectos, haciendo énfasis en la redacción de sus objetivos para la planificación, monitoreo y evaluación. CREAS hizo una guía que ha sido usada por las organizaciones a lo largo de los veinte años del FPP.   Los proyectos presentados son analizados por un comité integrado por personas conocedoras de los temas y territorios, y que forman parte de las alianzas de CREAS: universidades, iglesias y otras organizaciones de apoyo al desarrollo y son quienes deciden qué proyectos se apoyarán con base en criterios de territorialidad, contribución de la propuesta al ejercicio de derechos, participación y articulación de actores, entre otros. Taller: gestión y rendición de los proyectos.  Una vez aprobados por el comité, los proyectos son convocados a un encuentro formativo en el que conocen herramientas y recomendaciones para la gestión e implementación de sus proyectos, así como la rendición de cuentas y resultados que, no solo les permitan aplicar a otros apoyos en los términos de las convocatorias, sino a llevar registros precisos y valiosos sobre lo que hacen y lo que pueden hacer. El pasado 14 de abril, diecisiete organizaciones beneficiarias del FPP 2023 participaron del taller en el que Rosaura Andiñach, Coordinadora del Fondo de Pequeños Proyectos, brindó herramientas que ayudan a la organización a monitorear los recursos y las actividades para asegurarse de que el proyecto pueda cumplir en tiempo y forma los objetivos planteados.  El taller es, además, un espacio en el que las organizaciones con proyectos apoyados se conocen e intercambian experiencias. Organizaciones con proyectos similares, o que trabajan en el mismo territorio, suelen establecer contactos de colaboración gracias a estos encuentros: hemos visto cómo suman fuerzas y crean procesos de apoyo mutuo para para contribuir a procesos de transformación en sus comunidades, en el fortalecimiento de nuevas economías y el acceso a derechos de jóvenes y mujeres.  Para muchas de las organizaciones el FPP es su primera experiencia recibiendo fondos a través de la formulación de un proyecto propio, es por eso que para CREAS es esencial el acompañamiento y capacitación en todo el recorrido. Una vez se termina de implementar  el proyecto, las organizaciones están más capacitadas para buscar otro tipo de fondos o apoyos con los que puedan seguir trabajando en sus territorios.  Durante el resto del año el Fondo de Pequeño Proyectos se concentrará en el acompañamiento y capacitación a las organizaciones apoyadas con talleres y encuentros presenciales para fortalecer las capacidades de gestión y los procesos de cada organización.  ¡Seguiremos contando su avance! Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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UCEL y CREAS presentaron el Curso de Economía Social, Solidaria y Popular

El 21 de febrero CREAS junto a la Universidad del Centro Educativo Latinoaméricano -UCEL- presentaron el Curso de Economía Social, Solidaria y Popular que tiene como objetivo sensibilizar y fortalecer capacidades de la Economía Social, Solidaria y Popular para el desarrollo de unidades productivas organizadas y lideradas por personas emprendedoras o quienes aspiren a serlo en los diferentes territorios vinculados a las iglesias, organizaciones basadas en la fe y organizaciones del movimiento ecuménico en tiempos entre-pandémicos. La presentación del curso estuvo a cargo de Jorge Fernández, coordinador de Procesos Comunitarios en CREAS, Luis Vásquez -pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina y capellán de la UCEL- quienes han estado al frente de la iniciativa desde su origen y María Luján Llorensi, licenciada en trabajo social y asesora de la propuesta pedagógica del curso.  La iniciativa del Curso de Economía Social, Solidaria y Popular nace como una respuesta a la crisis económica y social que estamos atravesando como sociedad y requiere generar nuevas iniciativas más justas y solidarias que contribuyan a promover la resiliencia social, económica y ambiental.  Horacio Mesones, director ejecutivo de CREAS señaló que “la propuesta está enmarcada en nuestro compromiso con la diaconía ecuménica, en particular su dimensión económica, motivada por la fe y la solidaridad. Es una oportunidad de fortalecer las relaciones institucionales con espíritu de solidaridad y trabajar en conjunto por el bien común”. La capacitación será online de manera sincrónica usando herramientas sencillas como zoom y whastapp, consta de cinco encuentros y tres clínicas donde se trabajará de manera concreta sobre los proyectos de los participantes articulando con los contenidos dados.  Se espera que esta primera experiencia, que está dirigida a personas de Argentina, pueda ser replicada a nivel regional. El Curso de Economía Social, Solidaria y Popular iniciará a mediados de marzo y será gratuito para las personas interesadas. Próximamente publicaremos más información.

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Comunidades en Acción, cooperación ecuménica que suma esperanzas

Durante  2021 CREAS reforzó su acción de diaconía en periodo de post pandemia, apoyando a organizaciones comunitarias, iglesias locales y organizaciones ecuménicas a través de Comunidades en Acción (Fondo de  Pequeños Proyectos), iniciativa de cooperación ecuménica entre CREAS y Pan para el Mundo, que busca el fortalecimiento de  capacidades y estrategias de organizaciones de base para la exigencia plena de derechos, el desarrollo socio-comunitario y la acción humanitaria. En 2021, desde Comunidades en Acción se apoyaron 44 proyectos que estuvieron enmarcados en la economía social, solidaria y popular, los derechos de las juventudes, mujeres y diversidades, alcanzando siete provincias de la Argentina: Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Santa Fé.  Este apoyo tuvo como componentes principales: la movilización de saberes, la cooperación y el intercambio de experiencias. Con estas acciones se buscó sumar esperanzas de 43 organizaciones que se estaban recuperando de los impactos del COVID-19. El 45 % de los proyectos apoyados fue llevado adelante por juventudes, 35 % por mujeres y 4,5 % por diversidades y se beneficiaron directamente en total 4.000 personas.  «El 2021 fue un año de mucho trabajo de reapertura y revinculación. Muchas organizaciones retomaron actividades, adaptaron sus espacios, desarrollaron nuevas propuestas con el desafío de organizar y transformar en un contexto aún incierto. Durante 2022 esperamos continuar el acompañamiento a estos procesos; focalizar en los jóvenes, las mujeres, las diversidades y el apoyo a las nuevas economías, como motores de la vida comunitaria y el desarrollo transformador» comentó Rosaura Andiñach, responsable de Procesos comunitarios en CREAS.

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Recrear las esperanzas desde la diaconía ecuménica. Prácticas y testimonios de diaconía ecuménica en tiempos de pandemia de Covid-19

La publicación elaborada por CREAS explora las acciones que realizaron en los inicios de la pandemia por COVID-19 las Iglesias, organizaciones comunitarias y sociales en diferentes puntos de Argentina.  Recrear las esperanzas desde la diaconía ecuménica fue posible gracias al apoyo de Christian Aid y a las experiencias y aportes compartidos por la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA), la Pastoral Social Evangélica (PSE), las Regionales del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Santa Fe y Rosario, el Instituto de Cultura Popular (INCUPO), el Servicio Habitacional y Acción Social (SEHAS), la Mesa de Referentes de El Bananal, la Red de Apoyo Escolar (RAE), la Red Andando, la Red Colectivo de a Pie, la Red Coordinadora de Jardines Maternales y la Red El Encuentro. El texto reune aprendizajes, desafíos y propuestas para seguir construyendo una nueva realidad, con una nueva normalidad más sana, más justa y solidaria para encontrar estrategias y mecanismos por donde seguir adelante. Los testimonios de las actrices y actores protagónicos de la labor de diaconía ecuménica, de solidaridad práctica, cercana a lo que ocurre y dónde ocurre, en donde las personas son el centro de las acciones como sujetos de derechos y desde donde las organizaciones han jugado y juegan un rol clave para hacer frente a los primeros tiempos de la pandemia en 2020. Es una lectura recomendada para quienes desean conocer más, aprender de cómo lo han hecho otros y otras asumiendo los riesgos de un contexto crítico, de emergencia sanitaria y social altamente difícil, pero desde donde se gesta solidariamente, codo a codo atravesando miedos. Unas respuestas que la publicación recoge a partir de la sistematización de estas experiencias considerando la perspectiva espiritual que alienta, anima y descubre aquello que habita en lo cotidiano, que trasciende lo religioso y se encarna de modo concreto en la forma y en los testimonios de quienes son y han sido protagonistas en este tiempo e historia. Descarga la publicación aquí. 

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Mujeres creciendo en San Miguel, Argentina

El Centro Comunitario Creciendo está ubicado en el barrio San Ambrosio en San Miguel, provincia de Buenos Aires, donde las mujeres han tenido un papel fundamental en la conformación del barrio y del centro. Con la pandemia y el impacto que ha tenido en la vida cotidiana, en especial de las mujeres quienes se han encargado mayoritariamente de las tareas de cuidado, al centro comunitario empezaron a llegar casos de violencia doméstica y se hizo más evidente la violencia económica que han sufrido las mujeres que acuden allí. Por lo anterior, Anabella Coronel, Daniela Del Valle, y Anahí Rojas, tres de las quince mujeres que trabajan en el centro comunitario emprendieron la iniciativa “Kuña Kacuáa” que quiere decir “mujer creciendo” en guaraní, idioma originario de muchas de las familias que integran el barrio. Esta iniciativa busca brindar a través de un espacio recreativo, herramientas para reflexionar y repensar el rol de las mujeres y la crianza y desnaturalizar todo tipo de violencias hacía las mujeres.  “Desde el arte, el teatro, la meditación y el trabajo social podemos hablar sobre lo que nos atraviesa como mujeres” expresó Anabella. Según las talleristas, uno de los principales retos para enfrentar fue el tiempo disponible de las mujeres para participar en las actividades propuestas, pues a pesar de buscar un horario en el que creían que las mujeres del barrio iban a poder participar, se encontraron que justo los sábados son los días que dedican más tiempo a las tareas de cuidado de sus familias. Además, vieron la necesidad de sensibilizar primero a las mujeres que trabajan en el centro comunitario antes de salir a motivar a las mujeres del barrio. “Fue necesario empezar a trabajar desde adentro con las compañeras y con nosotras mismas porque también somos mujeres y a veces replicamos lo mismo que está afuera”  dijo Daniela quien es profesora de teatro, “cuando sana una sanamos todas, el conocernos entre nosotras como equipo nos sirvió para entender que todas venimos con una historia, que llegamos a este espacio que es un centro comunitario que está en un barrio buscando sanar y cambiar un poco la cotidianidad de las mujeres y las niñas, porque me veo reflejada en ellas” añadió. Reconocer y contar su propia historia fue fundamental para después poder hacer el acompañamiento que las mujeres del barrio necesitan y para poder prevenir las violencias “fue fundamental poder compartir nuestras situaciones de violencia anteriores y empezar a hablar sobre cómo las hemos vivido, ha hecho que ya no me duela y no me da vergüenza contar sobre esta realidad, porque entendí que no me ha pasado a mí sola. Es lo que no queremos replicar como sociedad y queremos que las mujeres se sientan acompañadas para salir de estas situaciones y queremos formar niños y varones que no repliquen violencias” expresó Anahí. “El apoyo de CREAS nos posicionó desde otro lado, llegó en el momento justo para trabajar el empoderamiento de las mujeres que hacemos parte del centro y de las que apoyamos en el barrio. Hay un antes y un después del Centro Comunitario Creciendo con Kuña Kacuáa” contó Anabella. A propósito del Día de la eliminación de las violencias contra las mujeres y las niñas, la semana del 18 al 25 de noviembre, mujeres e infantes del centro comunitario participaron en actividades de sensibilización sobre el tema. Juntas y juntos elaboraron un mural donde expresaron sus pensamientos, aprendizajes y proyecciones para una sociedad libre de violencias.

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Participación en Asamblea Eclesial de América Latina: Sinodalidad ecuménica con una perspectiva de esperanza

Compartimos mensaje de la participación de Humberto Shikiya, vicepresidente de CREAS, en la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, organizada por el Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM y que reúne a todos los pueblos de la región para hacer memoria de lo acontecido en la V Conferencia General en Aparecida, y a partir del análisis de la realidad latinoamericana y sus desafíos, reavivar el compromiso pastoral por una vida plena para los pueblos de la región. “La escucha y el desborde del Espíritu son parte de los caminos intrínsecos que hace parte de la sinodalidad que hemos comenzado a vivir; en los grupos de discernimiento y en la propia asamblea a través del Zoom. La escucha y el desborde que nos he permitido generar una empatía sinodal para emprender caminos en nuestra región. Una sinodalidad que da respuesta, se involucra, ora y labora de frente a la vida cotidiana del Pueblo de Dios. Una sinodalidad que emprende caminos ecuménicos, que se convierte en sinodalidad ecuménica con una perspectiva de esperanza en una visión de proyecto de Dios y una misión común. Emprender caminos juntos en la formación y buenas prácticas de la conversión pastoral y sinodal, que sea ecuménica a partir del intercambio de las distintas sinodalidades de las Iglesias. Emprender caminos juntos que den respuestas a una región de múltiples heridas abiertas no solo producto de la pandemia del COVID 19 sino que existían previamente y que fueron profundizadas. Respuestas para una vida abundante y plena en armonía con el cuidado de la casa común. Requerimos una sinodalidad que nos convierta a una ecología integral, que sea justicia ecológica, justicia social, justicia económica e igualdad entre varones y mujeres, sin ningún tipo de discriminación. Finalmente, un hecho que quisiera compartir como testimonio de lo vivido en todos estos días de asamblea. Estoy hablando desde Cali, Colombia. Hago parte de una delegación ecuménica internacional que está realizando visitas pastorales a distintos lugares en el marco del 5° aniversario de la firma del tratado de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP. Ayer visitamos la localidad de Caldono en el departamento del Cauca. Zona del pueblo indígena Nasa, pueblo comprometido con la paz y el cuidado de la Creación. Un pueblo indígena que es custodio del territorio como espacio de paz sostenible donde los ex guerrilleros han podido reencontrarse con sus familias, iniciar actividades cooperativas de agricultura ecológica, en un marco de perdón y reconciliación junto al pueblo indígena Nasa. Conocer de cerca los sueños del pueblo Nasa, ha sido un hecho que nos motiva emprender caminos juntos a nivel regional. Y quisiera compartirles lo que nos expresó el Presbítero Javier Humberto Porras, párroco de San Lorenzo de Caldono <<Trabajar solos no podemos. Necesitamos trabajar juntos entre las iglesias. El pasado cuenta pero tener un futuro, es construir esperanza. Y los podemos emprender juntos en alianza, porque nos hemos enamorado de nuestro territorio, y el amor todo lo puede>>. Que en este camino que ya hemos emprendido de sinodalidad sea de bendición para todo el Pueblo de Dios del cual somos parte como discípulos misioneros en salida”.

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Participación en consulta regional sobre buenas prácticas en resiliencia climática

Entre el 22 y el 24 de noviembre tuvo lugar en San Pedro de Macorís, República Dominicana, la consulta regional de América Latina y el Caribe sobre buenas prácticas en resiliencia climática. CREAS participó en la consulta enmarcada en una iniciativa global de ACT Alianza, con eventos en otras regiones del mundo y que tuvo como objetivos desarrollar un marco de referencia para fortalecer los enfoques de adaptación y resiliencia climática, identificar los principales desafíos a nivel de políticas y programación, y trabajar en propuestas desde la región. Desde América Latina, se profundizó en la relación entre economías que fortalezcan los ingresos de las comunidades, y sistemas de producción y consumo que valoricen los saberes locales, generen un desarrollo sostenible a nivel local, y que promueva estrategias resilientes al cambio climático. En particular, se indicó la importancia de apoyar iniciativas de soberanía y seguridad alimentaria resilientes al clima y con uso de energías limpias. El análisis permitió además profundizar en los enfoques de juventud, género, migración, y economías sostenibles. A futuro, se proyecta desarrollar iniciativas que incorporen estrategias formativas, económicas, de gestión de conocimiento, comunicación e incidencia para promover y fortalecer buenas prácticas de resiliencia climática en contextos rurales, urbanos y periurbanos, especialmente las vinculadas con la diaconía de las iglesias y las organizaciones comunitarias.

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“No se sientan solas, aquí estamos para salir juntas adelante”: Emprendedoras Virgen de Itatí

Myriam Alejandra Barraza, es jefa de hogar, salió de Santiago del Éstero (Argentina), buscando oportunidades de empleo para sostener a su familia. Es así como llegó al barrio Virgen de Itatí, una villa de emergencia, en el conurbano Buenos Aires. Allí conoció a muchas mujeres en su misma situación, con quienes intercambió saberes en artesanía y repostería, e impulsó la conformación de la Feria de Emprendedoras Virgen de Itatí, conformada por 14 mujeres, que se definen como “un grupo de mujeres emprendedoras manualistas, artesanas y gastronómicas, jefas de hogar” Myriam expresa “Nos dedicamos a producir de manera autogestiva, creemos que la mejor manera de reducir la desigualdad es a través del trabajo y constancia en la producción de nuestros productos. Desde 2010 nos venimos organizando y participando en pequeñas ferias barriales o municipales allí comercializamos nuestros productos para poder sostener nuestros hogares.” Cada mujer tiene su propio emprendimiento, algunas tejen, otras hacen repostería o manualidades. Juntas, como grupo de emprendedoras,  participan de distintas ferias en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Con el tiempo, el grupo ha ido creciendo y así también la posibilidad de participar en más ferias de emprendedoras lo que demanda mejor equipamiento. Con el apoyo del Fondo de pequeños proyectos de CREAS, las emprendedoras lograron adquirir las herramientas para responder a la demanda de las ferias, incrementando su participación con mejor presentación y visibilidad aumentando así sus ingresos.  Las ferias representan su único ingreso, con esto se sostienen a sí mismas y a sus familias. Rosaura Andiñach,  responsable de Procesos comunitarios en CREAS expresó «Entendemos el apoyo a la Feria de emprendedoras Virgen de Itatí como una contribución a la autonomía económica de este grupo de mujeres. La justicia económica, el acceso a la producción y a la generación de ingresos propios se han vuelto elementos fundamentales para pensar el empoderamiento de las mujeres y el fin de las violencias. Ese es el sentido que desde el Fondo de pequeños proyectos, queremos darle a este tipo de apoyos» “En el grupo y en el barrio sabemos de mujeres que han sufrido distintos tipos de violencia y creen que no pueden salir adelante sin el apoyo económico del maltratador. Queremos hacerles saber que no están solas y estamos nosotras para poder contenerlas, además de un equipo profesional para enseñarles que, con sus propias manos pueden salir adelante” afirma Myriam. Las emprendedoras de Itatí están haciendo gestiones para obtener un lugar propio, un local para la venta diaria, donde exponer sus productos y capacitar a más mujeres en distintos oficios. “Nosotras distribuimos solidariamente nuestros ingresos y el trabajo para apoyarnos colectivamente, esta es nuestra manera de hacer una economía social y popular que sea sustentable y sostenible para el grupo” concluyó la emprendedora.

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Diaconía por la seguridad alimentaria en el Chaco

Castelli es una localidad de la provincia de Chaco, Argentina, ubicada a 1600 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Hace parte de la zona del Impenetrable chaqueño, una zona que presenta grandes sequías a lo largo del año que han ido aumentando con el cambio climático. La pandemia del COVID19 hizo más evidentes las dificultades de las familias de la zona, el acceso al agua, la seguridad alimentaria, la falta de conectividad o incluso de energía eléctrica. Una persona habitante de Castelli, debe caminar entre seis y diez kilómetros para tener acceso a agua potable para regar su huerta o consumir alimentos. Según la Federación Junta Unida de Misiones, las familias de Castelli son, en su mayoría, familias extensas que habitan un mismo terreno durante tres generaciones. Con la pandemia su situación económica se vio seriamente afectada, ya que muchas de estas familias viven de changas que hacen fuera de su territorio. Dentro de las familias son los y las jóvenes quienes han estado más vulnerables a las problemáticas de la zona y muchos de ellos no tienen un proyecto de vida personal. Por esto, la Junta Unida de Misiones con el apoyo de CREAS, desarrolló el Proyecto de Vida Familiar y Vida Sana Frente al Covid 19 que buscó promover través de la creación de huertas familiares, la construcción de proyectos de vida con espacios de formación virtual y presencial sobre seguridad alimentaria, liderazgo, roles y tareas para el mejoramiento de la dinámica y la economía familiar. El proyecto se enfocó en el acompañamiento a las familias porque desde ahí se llega a las personas jóvenes y la niñez. Las capacitaciones a las familias se hicieron con el apoyo del INTA  y del municipio Castelli. Además, a las familias se les brindaron herramientas de agricultura y semillas para la construcción de las huertas. Carlos Mansilla, joven estudiante de secundario que hace parte del proyecto, contó “hemos aprendido a no desperdiciar cosas como la cáscara de alimentos que no sabíamos que era buena para las huertas y las empezamos a utilizar. Con la huerta ha cambiado la salud de mi familia, el gusto de la comida. Trabajamos mi sobrina y yo, yo le he enseñado a ella a trabajarla cuando yo no estoy, nos vamos turnando” En un inicio el proyecto se planteó llegar a 20 familias de la zona, sin embargo, gracias al entusiasmo y réplica de los y las  jóvenes de la comunidad, se han sumado más jóvenes con sus familias y ahora son 30 las huertas hay en el territorio. De acuerdo con Raúl Romero, coordinador de la JUM “Los y las jóvenes son los que más han estado implicados con las huertas, que han mejorado el peso y la nutrición de las y los niños de las familias que participan en esta iniciativa” “Con la huerta en nuestra casa ahorramos. Al producir nuestros alimentos en casa los tenemos frescos todos los días y no tenemos que ir a buscarlos en otro lugar. En un principio trabajaba yo en la huerta y mi familia se inspiró y empezaron a hacer sus propias huertas” es el testimonio de Sonia Gómez, una de las jóvenes beneficiarias del proyecto, que evidencia cómo la creación de las huertas ha transformado su entorno familiar y  asegurado una alimentación sana. Desde CREAS buscamos apoyar proyectos que contribuyan al cuidado de la Casa Común, la seguridad alimentaria, la justicia social y una mejor calidad de vida para las comunidades. Rosaura Andiñach, responsable de Procesos Comunitarios en CREAS, expresó “El proyecto con la JUM responde a la necesidad de ofrecerle alternativas a los jóvenes en situación de vulnerabilidad social en un contexto en el que además la comunidad requiere iniciativas que refuercen su seguridad alimentaria. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos encontramos muy valioso contribuir a estos procesos que abordan varias problemáticas comunitarias con propuestas integradoras”.

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