Carmina Sanchez

Campo Desde el Pie: trabajo cooperativo y soberanía alimentaria

“Campo desde el pie” es un pequeño emprendimiento que nació de una necesidad concreta: evitar el desperdicio de alimentos. En el predio del mismo nombre, ubicado en Villa San Luis, Florencio Varela , el grupo “Campillo”, parte del Frente de Organizaciones en Lucha -FOL-,lleva adelante la siembra y venta de frutas y verduras agroecológicas. Sin embargo, la producción superaba ampliamente la demanda. Donaron a comedores, regalaron productos, pero aún así el excedente persistía. Frente a esto, surgió una solución creativa: elaborar berenjenas al escabeche. Luego vinieron los tomates, con los que prepararon mermeladas, y así, con cada nuevo fruto, nacía una conserva o mermelada más, que hoy forma parte del catálogo de productos del emprendimiento. “Nos entusiasmamos, dijimos esto va, nos sale rico, es alimento. Lo interiorizamos, estábamos sin laburo o con laburos precarios y empezamos a aprender, a hacer distintos cursos para poder llevarlo adelante” Cintia Galiñanes, referente de Campo desde el Pie Además de la producción agroecológica, el predio cuenta con una pequeña producción apícola y avícola, integradas bajo una lógica cooperativa que apuesta a consolidar una unidad productiva diversificada, con potencial de crecimiento y sostenibilidad. “Como grupo estamos aprendiendo muchas cosas sobre soberanía alimentaria y producción ecológica, que sea amigable con el medio ambiente y con nosotros mismos. Son desafíos que tenemos constantemente. Las seis personas que integramos este grupo venimos de producir en la ciudad y estamos aprendiendo a vivir en y del campo.” Cintia Galiñanes Campo desde el Pie busca generar fuentes de empleo sustentables y de calidad, promoviendo al mismo tiempo hábitos alimentarios saludables. Gracias al apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, el grupo pudo remodelar la cocina y convertirla en un espacio adecuado para la elaboración de conservas y mermeladas. También pudieron adquirir utensilios e insumos que optimizan y hacen más segura la producción. El proyecto incluyó además la compra de los elementos necesarios para avanzar con la producción apícola, permitiendo poner en práctica los conocimientos adquiridos en el curso “Mi primera colmena”, realizado por integrantes del equipo. Con esta incorporación, podrán comenzar a cosechar miel para su comercialización, y utilizar la cera producida por las abejas para elaborar paños de cera, una alternativa ecológica al papel film. “Si bien la producción apícola todavía no genera ingresos porque los tiempos de la naturaleza son distintos, requiere un año o año y medio de inversión de trabajo, gracias al apoyo de CREAS podemos quedarnos tranquilos de que tenemos lo necesario para producir de acuerdo a los tiempos que demanda la naturaleza. Ahora no es nuestro principal ingreso, pero tenemos la expectativa de que lo sea en el futuro.” Cintia El Fondo de Pequeños Proyectos apoya iniciativas como Campo desde el Pie, que integran economía popular, soberanía alimentaria y organización comunitaria, promoviendo redes locales que fortalecen a las comunidades y abren nuevas posibilidades para una vida digna.

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Carrillo Cocina: un proyecto para la formación y los vínculos comunitarios

El Centro Juvenil Ramón Carrillo acompaña diariamente a más de 230 adolescentes y jóvenes de entre 12 y 21 años en la localidad de González Catán en la Provincia de Buenos Aires. Allí nació Carrillo Cocina, un proyecto que conjuga formación en oficio con la generación de oportunidades laborales y fortalecimiento del entramado comunitario. Esta iniciativa surge como una respuesta concreta frente a un contexto de alta vulnerabilidad social, donde los jóvenes, junto a sus familias, enfrentan problemáticas como la deserción escolar, la falta de acceso al empleo formal, la inseguridad alimentaria, las adicciones y la violencia. La propuesta Carrillo Cocina, apoyada por el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, propuso sentar las bases de un emprendimiento pastelero de carácter comunitario, poniendo en el centro a los y las jóvenes como protagonistas del proceso. A través de la organización de talleres de panadería y pastelería coordinados por líderes juveniles del propio centro, buscó brindar herramientas prácticas y conocimientos aplicables al mundo del trabajo. Nochebuena en Carrillo     El proyecto no se limitó a la capacitación. Gracias al apoyo de CREAS, lograron equipar el espacio de cocina con los elementos necesarios para producir en mejores condiciones. Además de fortalecer la lógica de trabajo colaborativo, el cuidado ambiental y el desarrollo de estrategias sustentables que permitan que lo aprendido se convierta en capacidad instalada dentro del propio Centro Juvenil. Lo que comenzó como un espacio de formación fue creciendo hacia una experiencia colectiva más amplia. A lo largo del año, el proyecto promovió la participación de la comunidad vecinal, instituciones del barrio y las familias de los jóvenes. Ejemplo de esto fue la organización de la Gala Institucional y la celebración de Nochebuena en Carrillo, donde los jóvenes, junto a otras personas de la comunidad, cocinaron y compartieron una cena con más de sesenta personas, generando recursos a través de un buffet solidario y reafirmando la potencia del hacer comunitario. Articulando con otros espacios   Carrillo Cocina se articuló con otros espacios como el centro de día y el centro de adultos mayores “Abuelos Felices”, promoviendo vínculos intergeneracionales, espacios de acompañamiento integral y el fortalecimiento del tejido comunitario. Los participantes del programa FINES que funciona en el centro, también se sumaron como consumidores habituales de los panes, bizcochuelos, budines, pizzas, mermeladas, tortas fritas y pastafrolas que se hacen en el taller. El proyecto continúa creciendo. Las y los líderes juveniles ya están impulsando nuevas ideas, como un taller de pan casero y la venta de prepizzas por pedido, con el objetivo de ampliar la producción, generar ingresos genuinos y fortalecer el vínculo con la comunidad. “Esta experiencia, nos demuestra que a partir de la organización colectiva y el trabajo comunitario se pueden lograr cosas maravillosas donde el fortalecimiento institucional es clave, ya que, sienta las bases para seguir abonando el proyecto, nos llena de entusiasmo y seguridad para encarar propósitos nuevos, siempre mirando hacia el futuro, un futuro donde los jóvenes sean protagonistas de sus propias vidas, donde sean escuchados y acompañados desde la ternura y el amor”. Sofia Freire, joven y coordinadora de del Centro Juvenil Ramón Carrillo

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Florecer, fortaleciendo capacidades para el bienestar colectivo

Desde hace más de 30 años, la Asociación Civil Florecer acompaña a la comunidad del barrio Sol y Verde en José C Paz, provincia de Buenos Aires, con propuestas integrales que promueven el desarrollo de sus capacidades y el fortalecimiento comunitario. La asociación cuenta con el Centro Comunitario San Francisco y el Centro recreativo, cultural y polideportivo Todxs Juntxs. Allí, de lunes a sábado se desarrollan actividades como apoyo escolar, talleres de costura y computación, artes, deportes, fútbol callejero y juegos para niños, niñas y adolescentes. El complejo panorama socioeconómico actual ha puesto en riesgo la subsistencia de las familias del barrio y la continuidad de las organizaciones comunitarias. En este contexto, Florecer apostó a una nueva estrategia para generar ingresos genuinos que beneficien a las mujeres del barrio y a Florecer. Con esto en mente, presentaron al Fondo de Pequeños Proyectos la propuesta “Cocinando estrategias” Celebraciones en el Poli   Los recursos de Florecer y del Polideportivo Todxs Juntxs se unieron para generar la idea de alquilar el espacio para cumpleaños infantiles y eventos familiares, que incluye servicios de gastronomía, decoración, animación y más, ofrecidos por mujeres del barrio. Con el apoyo del FPP, el proyecto Cocinando Estrategias llevó adelante talleres de capacitación para mujeres y el acondicionamiento del espacio físico del Polideportivo para dejarlo apto para celebraciones. Quienes quieran festejar su cumpleaños o tener algún otro tipo de evento podrán hacerlo en Florecer por un precio accesible, cuyas ganancias serán destinadas al mantenimiento y fortalecimiento del Centro Comunitario. Algunos de los cambios que lograron en el espacio físico: Ampliación del salón y cocina, y pintura nueva. Equipamiento básico de cocina: horno pizzero, heladera, freezer, amasadora, sobadora y utensilios. Nivelar y marcar la cancha de fútbol para los talleres de este deporte. Mejorar algunos de los murales que ya estaban en el centro comunitario. Plantar árboles frutales que en un futuro servirán para demarcar un sendero. Si bien hasta ahora sólo han celebrado eventos internos del Centro Comunitario, con el tiempo y la transmisión voz a voz en el barrio, el Polideportivo de Florecer será un lugar de referencia para quienes quieren realizar eventos en Sol y Verde. De esta manera el Centro Comunitario podrá sostenerse y seguir acompañando a las familias del barrio. Capacitación y acompañamiento   Los objetivos de Cocinando estrategias son ofrecer servicios para eventos y fomentar la creación de emprendimientos que puedan generar ingresos para las mujeres, y de esta manera fortalecer su independencia económica. Durante seis meses, un grupo de diez mujeres, muchas de ellas madres de los chicos que asisten al centro comunitario, recibieron capacitación en panificados y en comercialización. Lo que en un principio era sólo un taller para aprender a amasar y hornear, se convirtió en un espacio de contención y acompañamiento para las mujeres, “el único espacio que muchas tienen solo para ellas” como lo cuenta la profesora Belén, tallerista de panificados y fútbol callejero en Florecer. Al darse cuenta de esto, Belén, decidió dar un tiempo al inicio de la clase para que cada una pueda expresarse, contar lo que les ha pasado y “relajar, estar, y dejar todo afuera antes de empezar con las recetas”. “Algunas mujeres querían aprender para poder trabajar de los panificados, venderlos en la feria. Fue un golpe saber que no lo podían hacer en sus casas porque no tienen su espacio, sea porque está el esposo o con los hijos, y acá encontraron ese espacio” dice Belén y aclara que Florecer no sólo les dio la capacitación sino que actualmente, la cocina, el horno y los utensilios están abiertos para quienes quieran usarlos para sus pequeños emprendimientos. Hoy hay mujeres que van a la cocina de Florecer a producir panificados sea para vender o como productos para consumo familiar, lo que significa un ingreso o un ahorro en su economía. Una apuesta comunitaria   A través del fortalecimiento de capacidades, la generación de ingresos y la creación de redes de colaboración, esta iniciativa busca responder creativa y de manera comunitaria a la crisis. El Fondo de Pequeños Proyectos es una de nuestras herramientas para apoyar proyectos comunitarios en los que organizaciones como Florecer se consolidan internamente mientras impulsan acciones que promueven mejores condiciones de vida para las personas en las comunidades donde están presentes.

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El Meren: una radio para transformar el barrio

El club solidario “El Meren” es, desde hace más de quince años, un espacio de cuidado, contención y participación comunitaria para los habitantes del barrio Sol y Verde, ubicado en José C Paz, una localidad ubicada al oeste del Gran Buenos Aires. El club nació como un merendero, consolidándose como un punto de referencia para la comunidad que encuentra allí un lugar para compartir, formarse y ser escuchada. El meren cuenta con un espacio de contención y cuidado para infancias, actividades recreativas para niños, jóvenes y familias, y talleres lúdicos y de oficios para adultos. Además, grupos de acompañamiento al fortalecimiento de mujeres, de personas en situación de consumos problemáticos de sustancias, y de familiares y amigos que acompañan esta problemática. Este año, con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos, el club solidario El Meren sumó a sus espacios una radio comunitaria, con la que promueven la participación de jóvenes y adultos del barrio para visibilizar las problemáticas que los atraviesan y generar redes de cuidado en comunidad. “La salida es comunitaria”   El Meren nació bajo el lema “La salida es comunitaria”. Ese espíritu solidario, que se reforzó durante la pandemia y se sigue haciendo fuerte en momentos de crisis, hoy impulsa nuevos proyectos pensados desde las necesidades concretas de la comunidad. Uno de los desafíos más profundos que enfrenta el barrio es el consumo problemático de sustancias, que afecta especialmente a adolescentes y jóvenes, pero también atraviesa a las familias en su conjunto. Frente a este contexto, surgió la propuesta de crear una radio comunitaria como un espacio de prevención, diálogo y formación. La idea no fue solo generar un medio de comunicación, sino construir un nuevo ámbito donde se puedan expresar voces que habitualmente no encuentran espacios, donde las personas puedan formarse y donde la comunidad pueda hablarle a la comunidad. Un proceso que fortalece vínculos   La radio comenzó a gestarse con la articulación de El Meren junto a la FM Tinkunako, una radio comunitaria con 25 años de trayectoria, que nació en el Centro Comunitario Belén, en el barrio San Atilio, también en José C Paz. Con su acompañamiento realizaron talleres de formación en radio e iniciación a la programación radial en los que participaron 30 personas de la comunidad. El meren tiene, también, un vínculo cercano con Vientos de Libertad- organización que trabaja por la recuperación de personas que atraviesan consumos problemáticos-, algunas de estas personas hacen su tratamiento ambulatorio en el club solidario. Varios de ellos están ahora al frente de proyectos radiales en Vientos del Sur y participaron de una jornada de intercambio en la radio comunitaria. Durante esta actividad, salieron al aire entrevistas entre quienes se ven atravesados por la problemática del consumo de sustancias psicoactivas. Una radio para la comunidad   El proyecto de radio no sólo apunta a brindar información o entretenimiento. Se trata de un espacio pensado desde la prevención y la salud comunitaria, con una mirada integral del bienestar, en el que es bienvenida cualquier persona que desee formar parte de este espacio. Para el festejo de su aniversario, el Club Solidario El Merendero realizó una actividad abierta en el barrio, donde se presentó la radio comunitaria y se invitó a participar a vecinos y personas de barrio Sol y Verde y alrededores. El proyecto de la radio, es también una apuesta a la formación para el empleo, ya que brinda herramientas técnicas y habilidades en comunicación que pueden ser una puerta de entrada al mundo laboral. Proyectar el futuro   Además de los talleres de formación, con el apoyo del FPP, El meren acondicionó un espacio dentro del club exclusivo para el estudio de radio, que planean seguir transformando para poder salir también vía streaming. El acondicionamiento de este espacio físico y tener un primer programa armado y al aire, permite darle continuidad al proyecto y facilitar la producción de contenidos en vivo, consolidando un espacio propio, y generando mayor apropiación y pertenencia por parte de quienes lo integran. Con la radio, El Meren reafirma su compromiso de construir comunidad desde el cuidado mutuo, la participación y el derecho a la palabra.

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Foto: Artesanía de Sullón Inga (La Encantada, Sulucanas, Perú), obsequio de Eddy Suárez, participante de Ikuméni.

Vivirá vuestro corazón para siempre

En la hora más oscura, cuando el dolor, la injusticia y el abandono parecían haber vencido, Jesús clamó desde la cruz: “Padre, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27:46). Ese clamor no fue el final, sino el inicio de una promesa que llega hasta nuestros días: incluso en el sufrimiento más agudo, Dios está presente. Jesús nos conecta, así, con las palabras del Salmo 22, donde la angustia se transforma en alabanza y en esperanza compartida: «Comerán los humildes y serán saciados; alabarán al Señor quienes lo buscan; vivirá vuestro corazón para siempre.» (Salmo 22:26) Hoy, el anuncio de la Pascua habla directamente a las comunidades que siguen creando con amor, que trabajan por la paz y la justicia, que siembran vida en medio del dolor. Nos recuerda que la última palabra no la tiene la muerte, sino el Dios de la Vida, que se revela en Jesús resucitado. La Pascua es la certeza de que lo pequeño no está perdido, que lo quebrado puede sanar, que lo que parece invisible a los ojos del mundo es lo que Dios ve con ternura. Es un llamado a creer que, aún en la incertidumbre, se gesta un nuevo horizonte. Que hay pan para compartir, y alegría para quienes lo buscan. Desde CREAS, acompañando los pasos de las iglesias, organizaciones y comunidades que construyen día a día caminos de dignidad, celebramos esta Pascua con un corazón lleno de esperanza. Que la luz de Cristo resucitado nos siga animando a abrir caminos, a tender manos, a alimentar cuerpos y espíritus, a vivir como pueblo resucitado. Horacio Mesones Director Ejecutivo CREAS   *Foto: Artesanía de Sullón Inga (La Encantada, Chulucanas, Perú), obsequio de Eddy Juárez, participante de Ikuméni.

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Transformación y fortalecimiento comunitario en el Barrio Padre Mugica

En Barrio Padre Mugica, conocido como la Villa 31, la parroquia Cristo Obrero y su red de instituciones trabajan para fortalecer el vínculo comunitario y generar oportunidades para las mujeres y jóvenes del barrio. Uno de los espacios clave en esta labor es el Hogar del Abrazo Maternal, que desde 2018 brinda contención a adolescentes y madres del barrio. Tras la pandemia, la situación social y económica del barrio quedó deteriorada. Muchas personas no pudieron reinsertarse en sus lugares de trabajo, o encontrar uno nuevo. Hubo también personas que, una vez pasada la cuarentena estricta, les costó volver a salir de sus casas y retomar la vida en comunidad. Sin embargo, en ese contexto, hubo lazos comunitarios que se hicieron más fuertes. En palabras del padre Agustín, párroco del Cristo Obrero “la pandemia fue un tiempo de mucho trabajo comunitario entre vecinos, sin embargo, las personas que tenían miedo y no salían sufrieron y esos vínculos se debiltaron. Después de la pandemia casi todos los grupos y la vida parroquial, creció. En el camino de ayudar se generaron vínculos que después quedaron” El año pasado con el apoyo de nuestro Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia, el Hogar Abrazo Maternal, se puso como objetivo fortalecer aún más los vínculos formados durante la pandemia y, capacidad de agencia y empoderamiento de las mujeres que allí asisten, potenciando sus habilidades socioproductivas. Fortalecimiento de capacidades y autonomía   “La idea no es solo ser un comedor sino un hogar de vida, de contención, de generación de vínculos. Necesitábamos apoyo para poder ofrecer actividades. Ahora podemos ofrecer manualidades, talleres, vienen y ven que pueden aprender a hacer cosas tanto manuales como controlar sus emociones. Estamos resarciendo una deuda que teníamos con las adolescentes. Cuando el Abrazo nace en 2018, las chicas de esa época fueron creciendo y la edad del abrazo cambió también. Sin sacar a las madres adultas podemos ofrecer actividades y acompañamiento a las chicas más jóvenes. Todas las mujeres que ahora están asistiendo fueron asistidas en su momento” Padre Agustín. A través del apoyo que recibieron del FPP-MEP, han podido brindar a las adolescentes espacios en los que aprenden manualidades y talleres de gestión emocional. Son espacios de encuentro en los que ellas comparten con pares y con otras mujeres que han pasado por vivencias similares. Al encontrar un lugar en el que se sienten seguras, con el pasar de los meses los talleres de manualidades recibieron más adolescentes “al sentirse más cómodas fueron invitando amigas y a las mamás adultas las vemos con más iniciativa y vienen con ideas de qué podríamos hacer” contó el padre Agustín. Todos los días alrededor de diez adolescentes se juntan a hacer manualidades, aprender nuevas cosas y compartir. Como proyecto a futuro, planean vender pulseras y otras artesanías en santerías de iglesias de la ciudad, y así empezar a tener un ingreso que pueda sostener el taller y en un futuro un ingreso propio.   Redirección del taller textil «Añua»   Lili llegó al Abrazo Maternal en 2018. Llegó por solidaridad y para enseñarle a las mamás a coser y tejer. Hoy es la coordinadora del Hogar y del taller textil “Añua”. Un taller de costura que estaba armado desde hacía varios años pero que no lograba tener un trabajo constante y ser productivo. “El taller lo teníamos armado pero no teníamos insumos, con el apoyo de Creas pudimos sumar insumos y hacer que el taller sea autosustentable. Nos ayudaron el armado del proyecto y de ahí nació hacer bolsos y lonas de playa” Lili Con ella, siete mujeres perfeccionaron el oficio de la costura y el pasado diciembre vendieron la totalidad de los bolsos y lonas de playa que confeccionaron para la temporada. Con las ganancias de estas ventas, compraron más telas para el taller y cada mujer pudo tener un ingreso propio. El taller se terminó de consolidar en sus métodos de trabajo y producción y el ánimo de las mujeres aumentó. “Está la visión de que si seguimos así esto les puede generar un ingreso económico para el sustento familiar o para su independencia. Tenemos la esperanza de seguir levantando el taller, queremos ampliar los productos y hacer un catálogo” Lili El taller de costura, además de ser el espacio de Añua, está a disposición de quienes quieran usarlo para sus emprendimientos o proyectos propios. Desafíos y aprendizajes   “Nuestro principal aprendizaje como equipo es planificar más y ser más realistas, ponernos objetivos más atados a lo que podemos. A organizar mejor el equipo, dividir tareas. El desafío es seguir creando la comunidad entre madres y que puedan sentirse así. Que vengan porque se sienten cómodas, porque quieren ver a sus amigas, volver a crear eso que era antes de la pandemia” Padre Agustín

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La tiendita migrante: un espacio de integración y sustentabilidad para emprendedores migrantes

El Bloque de Trabajadores Migrantes – BTM- nació en 2017 como respuesta a una modificación de la Ley Nacional de Migraciones que permitía expulsar en 72 horas a cualquier persona migrante por condenas no firmes. Se unieron, entonces, organizaciones y colectividades de migrantes de distintos países y como iniciativa del Bloque lanzaron la campaña Migrar no es delito. El Bloque creció y empezaron a dar asesorías legales en distintos barrios de Buenos Aires, y a la fecha continúan su trabajo en articulación con otras organizaciones civiles y estatales para la defensa de los derechos de las personas migrantes. La Tiendita migrante: su historia   La Tiendita Migrante es una iniciativa que nació en 2020 en el contexto del confinamiento por la pandemia de Covid-19. Surgió como una respuesta a la urgente necesidad de generar ingresos para los migrantes. Muchos de ellos, principalmente vendedores ambulantes senegaleses, se vieron imposibilitados de trabajar en la vía pública debido a las restricciones sanitarias. Lo que comenzó como la venta de “Kits Antirracistas” compuestos por remeras, barbijos y alcohol en gel se transformó en lo que hoy es la tiendita. Con el levantamiento de las restricciones por la pandemia, los vendedores y muchos trabajadores volvieron a las calles. La tiendita estuvo en pausa hasta el año pasado. En 2024, en un nuevo contexto político y económico, los artesanos integrantes del BTM respondieron a la necesidad de generar más ingresos y vieron en el espacio del Bloque una oportunidad. La tiendita 2.0   La tiendita evolucionó. Ahora es en un espacio multifacético donde ocho emprendedores de diferentes nacionalidades, incluyendo Colombia, Venezuela, Bolivia, México y Chile pueden comercializar una diversidad de productos; desde artesanías y joyería, hasta cosmética natural y cerámicas. La tienda 2.0 como la llaman quienes la integran, nació de exponer sus productos en una mesa recuperada de calle y en cajones de madera. Todo esto en el local del Bloque de Trabajadores Migrantes, ubicado en el barrio Monserrat en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “La tienda mutó. Siempre nos pasa eso, como que una cosa que en principio pensamos para solucionar un tema, al final nos termina ayudando a resolver otros. Lo importante es no perder esas herramientas y seguir alimentándolas”. Corina Rojo, mexicana, Coordinadora Comisión Socio-productiva BTM La tiendita y la Economía Social y Solidaria   Con el nuevo modelo de negocio nació también la comisión socio productiva. Un área en donde impulsan proyectos productivos de trabajo como Tiendita Migrante. Esta comisión fue la encargada de presentar este año al Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS la propuesta para mejorar la tiendita. El proyecto tiene como objetivo proporcionar un espacio físico adecuado para la organización y desarrollo de la economía social de los migrantes, así como fortalecer la infraestructura y los recursos necesarios para que los emprendedores puedan exhibir y vender sus productos de manera digna y sostenible. Con la adquisición de mesas, gazebos, y equipos de serigrafía y estampado, la Tiendita Migrante no solo mejora su capacidad operativa, sino que también crea un fondo común que garantiza la continuidad del proyecto. Además de las ventas en el local, la Tiendita Migrante se expande a través de ferias al aire libre y ventas a través de redes sociales, lo que permite ampliar el margen de comercialización y participar en espacios que fomentan la difusión de los emprendedores migrantes. Esta estrategia de comercialización se articula con otras organizaciones de la economía social y solidaria del Gran Buenos Aires, creando redes de intercambio y circulación. “La idea es apoyarnos un poco en nuestro trabajo, darnos a conocer. Yo al ser artesana siempre, como que a veces tenía un poco la idea que los migrantes que no vienen a estudiar o a hacer alguna carrera profesional, o vienen a limpiar casas o a hacer trabajo de albañilería. Hay toda una rama de migrantes que se dedican al arte, que es muy grande y no hay apoyo en ningún lado. Y esto es un poco el apoyo que nosotros les brindamos, que puedan exhibir sus trabajos, poder tener alguna calidad laboral que obviamente no le soluciona la vida a nadie, pero es el principio de algo” Corina Rojo, mexicana, Coordinadora Comisión Socio-productiva BTM Serigrafía para difundir ideas   Con el apoyo de CREAS, el BTM compró implementos para hacer serigrafía. De ahí nació también una nueva comisión. Esta nueva comisión de serigrafía se encarga de brindar talleres de esta técnica en el espacio del bloque a las personas que la quieran aprender. Además, se une con la comisión territorial. Esta comisión funciona bajo un esquema de consultoría en el que los miércoles y viernes puede acercarse al espacio del BTM cualquier persona que tenga un problema que la afecte como migrante. El objetivo es facilitar a las personas migrantes el acceso a sus derechos. También hacen jornadas de estas consultorías en los barrios con más población migrante con algún grado de vulnerabilidad como la villa 1-11-14. “Esto también es una herramienta de difusión de ideas que tenemos, combinar esa parte territorial con la serigrafía. Empezar a hacer intervenciones callejeras, a posicionarnos como un sujeto político, y hacer eso visible también, enviar mensajes en la calle. Venimos también a eso, a aprender en el taller, como tener un medio de producción, pero también una herramienta para aprender algo que también pueda ser después una salida para nosotros, para sostener el espacio, y que nos permita comunicar cosas” Daniela, colombiana, integrante de la Comisión territorial El Fondo de Pequeños Proyectos es una de nuestras herramientas para apoyar iniciativas como la del Bloque de Trabajadores Migrantes, en las que las organizaciones se fortalecen internamente al mismo tiempo que trabajan por generar oportunidades que garanticen una mejor calidad de vida a las personas en las comunidades de las que forman parte.

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La Fundación Multipolar y su compromiso con las personas en situación de calle, una propuesta de inclusión social

La Fundación Multipolar es una organización comprometida con mejorar la vida de personas en situación de vulnerabilidad extrema. Desde su creación, ha trabajado en la implementación de programas que promueven la inclusión social y laboral de aquellos que se encuentran en situación de calle o en riesgo de quedar sin hogar en Buenos Aires. Es un espacio de contención, socialización y aprendizaje. Dado el contexto económico y social actual en Argentina, la situación de vulnerabilidad se ha profundizado. Para las personas en situación de calle buscar trabajo siempre es un gran desafío, pero ahora lo urgente es poder alimentarse, por eso algunos buscan un trabajo para sostenerse y mejorar su vida, pero sin resultados dada la actual situación del país. Este año, para hacerle frente a la situación, con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida de CREAS, Multipolar puso en marcha el proyecto Betsaida. Betsaida tiene como objetivo generar oportunidades de empleo y sensibilizar al sector privado sobre la situación de esta población; abordar de manera integral los desafíos a los que se enfrentan las personas en situación de calle, con el propósito de construir un sistema que facilite la seguridad alimentaria de esta población. Para esto, la Fundación Multipolar se propone sensibilizar a 27 empresas del Área Metropolitana de Buenos Aires sobre la problemática de las personas en situación de calle. Generar ingresos para 35 participantes de sus programas de inclusión laboral mediante un sistema de producción y venta de productos para sustentar la compra de alimentos en el Centro de Formación para el Trabajo de su sede de San Martín, provincia de Buenos Aires; y asegurar que 120 personas sin techo puedan recibir alimentos de calidad. El proyecto busca intervenir en varias áreas al mismo tiempo, con la esperanza de generar efectos positivos en distintos aspectos de la vida de los usuarios del programa, como los llaman desde Multipolar. Estos aspectos incluyen: La problemática alimentaria: asegurar los alimentos es una prioridad para Multipolar. Muchas de las personas que participan en sus programas de formación para el empleo están en una situación tan precaria que no pueden pensar en nada más que en su próxima comida, lo que disminuye su capacidad para adquirir nuevas habilidades. La movilización del sector privado: la fundación busca involucrar a empresas de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, en sus iniciativas, tanto a través de la sensibilización como mediante la venta de productos y servicios para financiar sus programas. La sustentabilidad del programa: para garantizar que el apoyo alimentario no se interrumpa por falta de recursos, Multipolar ha diseñado un sistema de generación de ingresos a través de la venta de productos y servicios, aprovechando su red de contactos en el sector privado. Multipolar ya fabrica regalos que compran empresas del sector privado además de la entrega de frutas, snacks saludables, y agasajos para días festivos producidos por personas que participan de sus programas de inclusión social y laboral. Con el proyecto Betsaida también quieren identificar nuevos productos y oportunidades que sirvan para ampliar la oferta y las posibilidades laborales para los usuarios. Este modelo genera ingresos para los usuarios y la fundación, a la vez que proporciona una ocupación digna y significativa, permitiéndoles integrarse en la sociedad de manera más efectiva. Como Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio a través de nuestro Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia, buscamos aportar a proyectos como Betsaida que respondan de manera eficaz a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creaslac LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasLAC

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Consciente colectivo, formación socio-ambiental para el futuro

Consciente Colectivo nació de la iniciativa de un grupo de jóvenes que durante la pandemia se preguntaron cómo generar transformaciones reales y concretas a las problemáticas que necesitan cambios urgentes. Es un espacio que busca, desde el trabajo colectivo, el activismo y la militancia socio-ambiental, incidir en políticas públicas y en la conciencia social y así garantizar derechos y una vida justa y digna para la población argentina. “La idea nace de pensar como jóvenes cómo vamos a intervenir en la agenda política, en las formas de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza. Pensar distintas formas de afrontar las crisis climáticas en el sur global teniendo en cuenta que Argentina produce menos del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y cómo podemos intervenir para que existan políticas de adaptación al cambio climático. Para que todos vivamos bien debemos pensar en infraestructura urbana, que es medio ambiental, en las formas de producción y consumo de alimentos en las grandes ciudades, todo esto es transversal a lo social. Las problemáticas sociales, económicas, políticas, culturales, ambientales y climáticas deben abordarse de manera conjunta.” Ariana Krochik, Cofundadora de Consciente Colectivo Desde mayo de este año, Consciente Colectivo lleva adelante un proyecto de formación interna sobre militancia de políticas públicas en materia socio-ambiental, el cual presentaron en la última convocatoria y ha sido apoyado por el Fondo de Pequeños Proyectos CREAS. La formación de la que participan 30 jóvenes que forman parte del colectivo, consta de dos talleres presenciales y diez virtuales en los que se están educando en incidencia, comunicación y educación socio-ambiental. El objetivo es que es a partir de estos encuentros se elaboren documentos con contenidos que servirán de inducción para quienes se sigan sumando a esta colectividad. De Consciente Colectivo participan jóvenes de otras organizaciones de todo el país, y la formación funciona también como espacio de intercambio de experiencias. Se espera que más adelante los contenidos que están creándose sean replicados en sus organizaciones y queden establecidos como una instancia de aprendizaje. “El desafío que tenemos ahora es repensar cómo seguir incidiendo políticamente que no sea a través del Congreso. La educación, generar capital político y formar una ciudadanía más consciente que a futuro pueda intervenir, creemos que son las claves” Ariana Krochik Durante los próximos días, Consciente Colectivo, estará participando de la L-COY2024 Cumbre Climática de las Juventudes de las Naciones Unidas, que se llevará a cabo en Santiago del Estero, Argentina. Este evento reúne jóvenes entre los 15 y 35 años que forman parte de diferentes organizaciones ambientales y sociales, y los invita a debatir y pensar juntos posibles soluciones a las problemáticas socio-ambientales del presente en la región, en medio del contexto global. Desde CREAS, a través del Fondo de Pequeños Proyectos, apoyamos iniciativas en las que, mediante el fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones, se formen también individuos con las herramientas necesarias para asumirse como agentes activos del cuidado de la Casa común y la vida digna.   Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos   Cruz del Sur: arte para la prevención de violencias   El patio de las rosas: formación y economía solidaria por y para mujeres Liderazgo juvenil y recambio generacional: la experiencia del CC Belén Diez proyectos por y para mujeres apoyados con el Fondo de Pequeños Proyectos CREAS Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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CRUZ DEL SUR: ARTE PARA LA PREVENCIÓN DE VIOLENCIAS

El grupo cultural Cruz del Sur nació en 2005 en el barrio Barracas, al sur de la ciudad de Buenos Aires, como iniciativa de tres amigos. Allí conocieron al Padre José “Pepe” di Paola, párroco de la Iglesia Virgen de los Milagros de Caacupé, de la Villa de 21-24, conocieron su labor en los comedores del barrio y empezaron a hacer murales en los que se plasmaba ese trabajo en los comedores, junto con los chicos del barrio. Fue así como definieron que Cruz del Sur sería un espacio dedicado a la prevención de violencia y adicciones desde el arte para niños, niñas y adolescentes entre los cuatro y dieciséis años. Empezaron a trabajar en otros barrios y nacieron dos espacios más: el “Espacio Creativo El Arroyo” en el barrio La salle en la localidad de González Catán y otra sede en el Barrio Padre Vernazza en la localidad de Virrey del Pino, ambas corresponden al municipio de La Matanza en la zona oeste del conurbano bonaerense. Desde entonces Cruz del Sur ofrece para adolescentes talleres de dibujo, arte, pintura y mural en distintos barrios del conurbano. Su llegada al barrio La Salle en 2007, fue muy celebrada por los vecinos pues hasta ese momento no existía ninguna oferta cultural o artística para los chicos. La idea de Cruz del Sur es tener siempre de compañeros a los vecinos y trabajar en comunidad la prevención de violencia y adicciones. En 2010 tuvieron el primer acercamiento a CREAS con un proyecto en el que recibieron apoyo para un viaje a Sao Paulo, Brasil para participar en un encuentro de intercambio entre organizaciones ecuménicas de América Latina. Lo aprendido en esa experiencia lo han replicado en su trabajo durante todos estos años en sus distintas sedes. La construcción del espacio físico en el barrio Padre Vernazza, también fue apoyada por CREAS, además de la realización de murales para el barrio hechos por los chicos que participaban en los talleres. Para el Fondo de Pequeños Proyectos, como para CREAS en su misión, es esencial que los proyectos apoyados propicien el fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones y, con ellas, las de las personas y comunidades. Actualmente, 35 adolescentes entre los 12 y 16 años de los barrios La Salle y Padre Vernazza, participan en talleres de formación sobre la Carta Encíclica Laudato Sí del Papa Francisco sobre el cuidado de la Casa Común. De lo aprendido en esta formación, apoyada también por el Fondo de Pequeños Proyectos #FPPCREAS, se proyecta que las y los chicos pinten murales en ambos barrios este 2024. Por otro lado, y para trabajar el Cuidado de la Casa Común, desde lo práctico, los adolescentes están participando en talleres de siembra de árboles y plantines para la construcción de una huerta comunitaria en el espacio del barrio Vernazza. Allí, van de visita los chicos del barrio La Salle, generando una experiencia de intercambio entre los dos espacios. El grupo cultural Cruz del Sur busca formar niños, niñas y adolescentes que encuentren en los talleres de arte un espacio de pertenencia, en el que puedan expresarse y compartir con personas del barrio. El relevo generacional es importante, que quienes están ahora formándose puedan más adelante formar a los niños y niñas que se suman a los talleres. “El desafío es crear un nuevo grupo de adolescentes a los chicos que están pasando a los 12 años. La idea es que los chicos que ahora tienen 16 años y llevan varios años en Cruz del sur, se preparen como profesores y tengan la responsabilidad de dar un taller a los más chicos, que ellos gestionen las actividades con nuestro acompañamiento y representen a Cruz del Sur en otros espacios como la Capilla de Itatí que en este momento no tiene actividades por falta de formadores”. Roberto Rodríguez, Fundador y director creativo del Grupo cultural Cruz del sur   Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos   El patio de las rosas: formación y economía solidaria por y para mujeres Liderazgo juvenil y recambio generacional: la experiencia del CC Belén Educadoras de la cocina: sumando saberes que transforman la comunidad Diez proyectos por y para mujeres apoyados con el Fondo de Pequeños Proyectos CREAS Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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