Desarrollo Sostenible

Sequía en Chaco

Una respuesta rápida a la sequía: alianzas para garantizar derechos en comunidades del norte de Argentina

Por Carmina Sánchez Corrales, Asistente de Comunicación, CREAS Para cubrir las necesidades de consumo e higiene básica una persona necesita, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre 50 y 100 litros de agua diarios. Sin embargo, en el mundo hay 2300 millones que no llegan a cubrir este mínimo básico debido a la escasez que existe de agua a nivel global.  El agua es vida. Además del consumo humano, también es necesaria para el desarrollo económico y social de un país, actividades como la agricultura y la pesca dependen de la abundancia del agua. Y para las comunidades originarias el agua tiene un profundo significado espiritual.  Según la Organización de las Naciones Unidas, las sequías han aumentado un 29% desde 2020 y Argentina no ha estado exenta de este fenómeno. En la región del norte del país, comunidades indígenas y pequeños productores han sido los principales afectados por la falta de lluvias, pues la cantidad de agua disponible no es suficiente para abastecer las necesidades humanas, ni de los animales o huertas. Como consecuencia, las comunidades pierden su seguridad alimentaria o los ingresos económicos que el ganado menor o las huertas les pueden proveer, y deben buscar alternativas para subsistir, por ejemplo, migrando a zonas urbanas. CREAS como organización de servicio y que trabaja por el cuidado de la casa común, el bienestar y la dignidad de las personas, reaccionó ante esta situación creando el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia.  Así aportamos enfocados en nuestra misión como organización, también al Objetivo de Desarrollo Sostenible – ODS- 6 “Hacer frente al reto: posibilitar el acceso al agua limpia y potable en todo el mundo”.     Con el FRR de CREAS ha sido posible establecer alianzas con otras organizaciones basadas en la fe – OBF – que están en la zona y conocen a las comunidades y sus necesidades más inmediatas. El Instituto de Cultura Popular – INCUPO y la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo – APCD – tienen como fin ayudar a las comunidades de El Chaco y Formosa a superar los efectos de la sequía en sus territorios y en sus vidas cotidianas.  Si se garantiza el derecho al agua, se garantiza además el acceso a la alimentación de las familias de la región. Por eso, los proyectos en cooperación con estas organizaciones buscan garantizar estos derechos.  “Hemos tenido una sequía muy prolongada, las lluvias no alcanzan para tener el agua que se necesita y una persona no alcanza a tener más de tres litros de agua por día” Alberto Hug, INCUPO En Chaco, el proyecto “Recuperación de la producción de ganado menor de las familias de las organizaciones del departamento Sargento Cabral”, en cooperación con INCUPO, fue la respuesta a la falta de agua y alimento para los animales que tenían los productores. Con capacitaciones y entregas de kits veterinarios, los productores pudieron salvar animales y garantizar un mínimo consumo familiar mientras se hacía frente a otros de los efectos de la sequía en la región: un brote de rabia. Por otro lado, familias wichí de San Bernardo, Las tolderías y Lote 3, han podido construir aljibes con los que abastecen huertas en las que cosechan verduras para su consumo, el proyecto Derecho Al Agua Y Alimentación Saludable se adelanta, también, en cooperación con el Instituto de Cultura Popular.    En Formosa, la deforestación y la sequía han traído como consecuencia la disminución de los alimentos que se encuentran en el monte y que las comunidades solían consumir. Es necesario, entonces, introducir nuevos alimentos a las comunidades, que aprendan a usarlos y hacer un cambio de hábitos alimenticios. Allí, ACPD trabaja con 375 jóvenes, niños y niñas de tres comunidades indígenas en el proyecto Herramientas para la disminución de la violencia, mejora de hábitos alimentarios y recomposición de espacios comunitarios.   La construcción del aljibe que beneficia la nueva huerta es muy importante porque vamos a empezar a comer alimentos más sanos como verduras y dejamos de comer sólo fideos o harinas.  Estela Soria, Las Tolderías Antes de la llegada del aljibe teníamos que caminar varios kilómetros con baldes para traer agua y poder cocinar. Estoy contenta porque recibí una huerta y mi sueño era tener una huerta para sembrar verduras porque no podíamos consumirlas. Ramona Gómez, San Bernardo.   Más sobre el Fondo de Respuesta Rápida y el Chaco: Conoce el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia De camino por el Chaco para la mitigación de los efectos de la pandemia Cooperación ecuménica en acción solidaria por la región del chaco argentino La conversación por redes sociales:  Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasLac

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Articulación e Intercambio: “Jóvenes y trabajo en ámbitos rurales”

Los pasados 26 y 27 de mayo, en Avellaneda, Provincia de Santa Fe, alrededor de 22 jóvenes de once organizaciones de distintas regiones del país se reunieron en el encuentro “Jóvenes y trabajo en ámbitos rurales”, con el apoyo de CREAS, el Instituto de Cultura Popular – INCUPO– y la Asamblea Campesina e Indígena del Norte Argentino –ACINA-.  Jóvenes y mujeres son poblaciones particularmente afectadas por la situación económica, social y ambiental que vivimos. Son además actores de cambio en sus comunidades, impulsando iniciativas económicas y sociales en su lucha por un trabajo digno, inclusivo y respetuoso del medio ambiente. Para nuestro Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio es importante acompañarles en el fortalecimiento de sus capacidades para abordar esos problemas locales y en la generación de espacios que expandan sus voces, para que sus propuestas puedan ser visibilizadas en ámbitos más amplios. Este encuentro específico invitó al intercambio de las experiencias organizativas, económicas y productivas que cada una/o genera o apoya en sus zonas rurales y periurbanas de Chaco, Santa Fe, Córdoba, Formosa, Corrientes y Buenos Aires.  Jóvenes de cooperativas de agricultores, pescadores y de actividades relacionadas a la producción del campo, compartieron sus sueños y desafíos personales, lo que abrió el camino para compartir las experiencias y desafíos relacionados a sus trabajos como pequeños productores.  Economía de Francisco, Trabajo y cuidado, Agricultura y justicia, fueron los temas que se trabajaron en el encuentro de la mano de María Belén Pérez y Deborah Petcoff de CREAS, y Laura Maldonado por parte de INCUPO.  «El trabajo y el cuidado están unidos por la palabra RESPONSABILIDAD. También ambas dan Independencia y salud. Debemos cuidar el ambiente, el suelo y el consumidor final». – Grupo 4 “El cuidado mejora el trabajo y crea lazos comunitarios”. – Grupo 1 “El trabajo implica empatía y amor”.   – Grupo 3 Además, ACINA y Obreros del Surco, la radio comunitaria FM El tero, La Asociación Sindical de Pescadores y la Cooperativa El Dorado, de Villa Ocampo e Isleta Norte, provincia de Santa Fe, organizaciones de larga trayectoria en la ruralidad, presentaron sus experiencias.   El principal desafío que expusieron quienes formaron parte del encuentro fue la falta de condiciones dignas para el trabajo en el campo. Por esta razón, los jóvenes migran a zonas urbanas a estudiar y buscar un trabajo en relación de dependencia y se pierde la conexión con el campo y sus tareas, con las consecuencias que esto trae, como el desarraigo de su lugar natal.  En este espacio los y las participantes pudieron llevarse nuevos conocimientos e intercambiar contactos para así generar nuevas articulaciones entre organizaciones. Destacaron la importancia de escuchar a otras personas de lugares geográficos distantes pero con desafíos similares que con el apoyo y las ideas de sus pares pueden superar.  Desde CREAS, reafirmamos nuestro compromiso para conectar en red estas experiencias con las de otros jóvenes y organizaciones comunitarias, y de la diaconía de las iglesias en la región. “Cuando nos abrimos al diálogo con los y las demás podemos encontrar aspectos que compartimos y nos identifican, aun cuando somos muy distintos.” y “Somos una generación que puede cambiar cosas.” son algunas de las frases que marcaron la conclusión de la jornada. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Arranca con Taller de Gestión nueva tanda del Fondo de Pequeños Proyectos

El  Fondo de Pequeños Proyectos – FPP- nace como una iniciativa de cooperación ecuménica entre CREAS y Pan Para el Mundo, cuyo principal objetivo es fortalecer las capacidades y estrategias de organizaciones comunitarias que contribuyan a la ampliación de derechos de jóvenes, mujeres y diversidades y a la justicia social, económica, de género y climática. Desde su creación en 2003 hasta hoy, CREAS ha apoyado más de 850 proyectos en  Buenos Aires, Rosario y Córdoba, Argentina; y el Gran Chaco Sudamericano (Regiones del Gran Chaco argentino, boliviano y paraguayo). En los últimos años, CREAS ha apoyado alrededor de 40 proyectos por año, enfocándose en acompañar el fortalecimiento de organizaciones del territorio argentino.    >>> Conoce aquí las estadísticas del Fondo en 2022. El FPP es una de las herramientas de intervención territorial de CREAS. Además del apoyo económico que reciben las organizaciones que acceden al Fondo, reciben acompañamiento técnico, teórico y metodológico que empieza en el momento de presentar los proyectos para que puedan aplicar a éste.  ¿Qué hacen las organizaciones comunitarias, organizaciones de base y organizaciones basadas en la fe al formar parte del Fondo de Pequeños Proyectos? Identifican una problemática comunitaria y cómo quieren abordarla para darle solución Reciben apoyo para la escritura de sus proyectos, haciendo énfasis en la redacción de sus objetivos para la planificación, monitoreo y evaluación. CREAS hizo una guía que ha sido usada por las organizaciones a lo largo de los veinte años del FPP.   Los proyectos presentados son analizados por un comité integrado por personas conocedoras de los temas y territorios, y que forman parte de las alianzas de CREAS: universidades, iglesias y otras organizaciones de apoyo al desarrollo y son quienes deciden qué proyectos se apoyarán con base en criterios de territorialidad, contribución de la propuesta al ejercicio de derechos, participación y articulación de actores, entre otros. Taller: gestión y rendición de los proyectos.  Una vez aprobados por el comité, los proyectos son convocados a un encuentro formativo en el que conocen herramientas y recomendaciones para la gestión e implementación de sus proyectos, así como la rendición de cuentas y resultados que, no solo les permitan aplicar a otros apoyos en los términos de las convocatorias, sino a llevar registros precisos y valiosos sobre lo que hacen y lo que pueden hacer. El pasado 14 de abril, diecisiete organizaciones beneficiarias del FPP 2023 participaron del taller en el que Rosaura Andiñach, Coordinadora del Fondo de Pequeños Proyectos, brindó herramientas que ayudan a la organización a monitorear los recursos y las actividades para asegurarse de que el proyecto pueda cumplir en tiempo y forma los objetivos planteados.  El taller es, además, un espacio en el que las organizaciones con proyectos apoyados se conocen e intercambian experiencias. Organizaciones con proyectos similares, o que trabajan en el mismo territorio, suelen establecer contactos de colaboración gracias a estos encuentros: hemos visto cómo suman fuerzas y crean procesos de apoyo mutuo para para contribuir a procesos de transformación en sus comunidades, en el fortalecimiento de nuevas economías y el acceso a derechos de jóvenes y mujeres.  Para muchas de las organizaciones el FPP es su primera experiencia recibiendo fondos a través de la formulación de un proyecto propio, es por eso que para CREAS es esencial el acompañamiento y capacitación en todo el recorrido. Una vez se termina de implementar  el proyecto, las organizaciones están más capacitadas para buscar otro tipo de fondos o apoyos con los que puedan seguir trabajando en sus territorios.  Durante el resto del año el Fondo de Pequeño Proyectos se concentrará en el acompañamiento y capacitación a las organizaciones apoyadas con talleres y encuentros presenciales para fortalecer las capacidades de gestión y los procesos de cada organización.  ¡Seguiremos contando su avance! Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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ecoalaene y la teoría económica de los bienes comunes para el desarrollo sostenible

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS ecoalaene, potenciando economías conscientes también conocido como la Escuela Latinoamericana de Economías para la Vida es un proyecto que desarrolla PIDESONE – Programa Internacional de Democracias y Nuevas Economías de la Universidad de Buenos Aires (UBA) junto con CREAS, para trabajar en la región -en conexión con movimientos globales- con el objetivo de: “promover el intercambio interdisciplinario de jóvenes profesionales, investigadores, emprendedores, empresarios, con responsabilidad en políticas públicas y con desarrollos empíricos, para la producción teórico-práctica sobre nuevas economías, la promoción del desarrollo humano integral y sostenible, la protección de los bienes comunes desde un enfoque en políticas públicas y/o prácticas territoriales”. Se puede hallar más en esta nota que compartimos con Qonakuy, la red de universidades protestantes y evangélicas de Iberoamérica.   En relación con ese objetivo integrador, no solo entre personas y disciplinas, sino entre la teoría y la práctica, fue precisamente Qonakuy (y la UniReformada como anfitriona de la II Asamblea de esta misma red) quienes invitaron a ponentes de ecoalaene a liderar un conversatorio+taller que José Oscar Henao, Economista Senior de Cáritas ALyC, investigador Principal del PIDESONE y docente de @ecoalaene tituló ‘Bienes comunes y desarrollo sostenible: una mirada desde la teoría económica y el trabajo territorial’. Tomaré este encuentro como ejemplo inicial (aunque mencionaré otros dos) de esas exposiciones teóricas y metodológicas, pedagógicas, que he tomado de desarrollos hermenéuticos de Henao en múltiples espacios formativos y que, a mi parecer, hacen de ecoalaene un proyecto que puede sumar con su presencia en cada vez más espacios vocacionales, de difusión y de co-creación del desarrollo que nos soñamos quienes sabemos que para cuidar la casa común se requieren procesos que puedan sostenerse en el tiempo, respetando las dinámicas del mismo planeta y las comunidades en él; un interés transversal, sin duda, para las organizaciones basadas en la fe, como CREAS y Qonakuy. Una teoría que resulta muy interesante por su posición optimista (y comprobada con buenos ejemplos) respecto a las conductas humanas para el desarrollo social y económico que permite ese cuidado de la casa, es la del gobierno de los bienes comunes. El modelo de gobierno de los bienes comunes plantea que las comunidades están en capacidad de tomar sus decisiones de manera autónoma, desarrollar procesos de planeación, incidencia en los gobiernos y gestionar de manera cooperativa procesos de producción y comercialización.   El nobel de economía Richard Thaler señala elementos conductuales que se requieren para lograr transformaciones que nos beneficien como sociedades: Reconocer que no somos más un homoeconomicus impulsado solo por una conducta individual. Reconocer que nuestras conductas no necesariamente están impulsadas por los «espíritus animales» que John Maynard Keynes acuñó en 1936 para referirse a las acciones irracionales, imprecisas y emocionales del individuo que provocan variaciones en la economía imposibles de calcular. Pasar a un interés colectivo que facilite estrategias de cooperación para llevar adelante un proyecto común. Y Elinor Ostrom, primera mujer Nobel de Economía (2009), nos habla del Gobierno de los Bienes Comunes, planteando cómo las comunidades pueden desarrollar y dirigir sus propias estrategias de bienestar, identificando sus procesos, reconociendo sus limitaciones y sin que agentes gubernamentales o privados les indiquen cómo hacerlo. Así que, ¡atentas aquí, organizaciones de base! ? Para que las transformaciones sociales puedan darse, Ostrom enumera 3 modelos que la teoría económica también suministra: Tragedia de los comunes: es una paradoja planteada por Garrett Hardin en 1968 que plantea que los bienes comunes (que por ende son de todos) se ven siempre perjudicados por el uso indiscriminado. Sin embargo, Ostrom rebate con amplias evidencias que demuestran la viabilidad de la participación comunitaria en la gobernanza de bienes naturales y sociales de importancia social crítica. Para Elinor es esencial que se reconozca necesario ayudar, cooperar con le otro/a. Dilema del prisionero: es un problema fundamental de la teoría de juegos que demuestra que dos personas pueden no cooperar pese a que si lo hicieran el resultado obtenido sería mejor para las dos partes; por lo cual Ostrom plantea que para llegar al gobierno de los bienes comunes las comunidades deben poder encontrar que la mejor decisión posible para todos es poder cooperar siempre y cuando la información esté completa. Que todos conozcan los riesgos, oportunidades y beneficios. Lógica de acción colectiva: que deriva de un interés común y requiere de la definición de acciones claras para poder transformar. Ahora, hay muchas formas de desarrollo para lograr el bienestar de las comunidades, pero cuanto más a lo macro vamos más evidente se hace la necesidad de un Desarrollo Sostenible (o sus equivalentes en otras corrientes de pensamiento) que, como lo he mencionado anteriormente y por su propio nombre redunda, se refiere al sostenimiento de los recursos, la vida, los ecosistemas y los seres en ellos; el planeta en sus sistemas. Las Naciones Unidas diseñaron la Agenda 2030 (con sus objetivos, metas e indicadores) conceptualizando la sostenibilidad como la relación y construcción de estrategias de desarrollo que contemplen tres dimensiones (reconociendo qué efectos tiene): «económica, donde nos solo prime el tema de crecimiento sino también una dimensión social que implica elementos redistributivos, de reducción de la pobreza y otros elementos; y por supuesto esto no puede estar sin un elemento ambiental, lo que implica uso eficiente de los recursos, transición energética, entre otros. como lo explica José Oscar Henao de Cáritas América Latina y el PIDESONE desde el momento 1:04:50 en la transmisión de su ponencia sobre Energía y Pobreza Multidimensional del 2° Congreso Internacional de Economía de Francisco en América Latina y el Caribe. De manera que lograr lo que se proponen los objetivos de esta agenda para el año 2030 implica unas visiones individuales que integren lo colectivo y viceversa: que lo colectivo considere lo individual como un activo esencial (y muy valioso) para esa construcción de grupo. En eso estuvo centrado el workshop/taller que realizaron en la UniReformada durante la II Asamblea Qonakuy y que compartiremos más adelante en una nota sobre innovación social.

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Todo listo para el 2° Congreso Internacional de Economía de Francisco en América Latina y el Caribe

El jueves 10 y viernes 11 de octubre se llevará a cabo en la Universidad de Buenos Aires, de Argentina (como país anfitrión) y en universidades de diversos países de América Latina y el Caribe este evento que convoca a agentes de cambio (jóvenes economistas, emprendedores, activistas sociales, académicos, estudiantes, investigadores/as, entre otros) para lograr una «economía diferente: la que da vida y no la muerte, la que es inclusiva y no excluyente, la humana y no deshumanizadora, la que cuida el medio ambiente y no lo despoja» como lo describe el Papa Francisco en la carta convocante al primer evento de este que es ya un permanente y transformador movimiento.  Este evento es, entonces, una muestra de lo que se ha hecho desde Asís y en otras partes del mundo, pero marcándola con la impronta latinoamericana: las necesidades, visiones y desafíos propios de esta región con sus características económicas, sociales y culturales particulares. Lo organiza la Red Latinoamericana de la Economía de Francisco. >>>>>Inscripciones aquí<<<<<   Estos son los países que ya han confirmado su participación con asistencia y/o programación: Colombia Argentina Perú Brasil Cuba Nicaragua México Paraguay Ecuador Costa Rica Chile Uruguay Venezuela Las agendas locales responden a los espacios preparados por las instituciones Co-Organizadoras en Argentina, Brasil, Colombia y México, donde se desarrollarán espacios de co-creación e innovación social en los intermedios de los bloques de la Agenda Regional. Agenda regional: La programación de Argentina será híbrida, con transmisiones en vivo y espacios presenciales de experiencia. Quienes se inscriban y deseen asistir podrán reunirse con colegas en la Facultad de Derecho de la UBA. La sede convocante es el PIDESONE – Programa Internacional sobre Democracia, Sociedad y Nuevas Economías de la Universidad de Buenos Aires, el cual tiene por objetivo principal contribuir a la investigación y al debate académico sobre nuevos paradigmas en la concepción de democracia, sociedad y economía; así como sobre el vínculo entre ellas, desde una perspectiva centrada en la inclusión, la justicia y el desarrollo sostenible. Ponentes Día 1: Cristina Calvo (Directora Programa Internacional sobre Democracia Sociedad y Nuevas Economías – PIDESONE/UBA) Directora del Programa Internacional sobre Democracia, Sociedad y Nuevas Economías de la Universidad de Buenos Aires. Miembro del Comité organizador de “Asís-2000 jóvenes para transformar la economía” y referente de la Red Latinoamericana de Economía de Francisco. Miembro de la interdisciplinaria Task Force COVID19 del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral del Vaticano convocada por el Papa Francisco. Doctora en Economía del Comportamiento y Sociología Económica. Máster en Política, Gobernabilidad y Desarrollo. Fue Coordinadora Nacional de Cáritas y de Incidencia Política en Cáritas Regional de América Latina y el Caribe. Integró la Coordinación de la Mesa del Diálogo Argentino entre el gobierno nacional, la Iglesia Católica y el PNUD. Electa por los delegados comunales candidata a Defensora del Pueblo de Buenos Aires en 2013 y candidata a diputada nacional 2011 por el Frente Amplio Progresista. Fue asesora principal en el Banco de la Nación Argentina, desarrollando innovadores programas de inclusión social, finanzas sostenibles, derechos humanos, relaciones con la comunidad, desarrollo local y transparencia. Fue Directora Nacional de Inclusión y Desarrollo Humano en el Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación, representante en la Mesa Interministerial para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (UN) y en la Mesa Interministerial de la OIT contra el trabajo infantil. En el año del G20 en Argentina coordinó el “Diálogo de Alto Nivel sobre Ética y Economía” de la Comisión Episcopal de Pastoral Social Argentina, el Departamento Justicia y Solidaridad del CELAM, el Secretariado Latinoamericano de Cáritas, la Comunidad Reformada Mundial con el apoyo del INTAL BID, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF). Integra el Consejo de Honor y el Consejo Académico de diversas organizaciones y programas y es docente invitada en Centros de Estudios nacionales e internacionales. Flavia Piovesan (Docente del Instituto Brasileño de Educación, Desarrollo e Investigación) Doctora en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (1996) de la que es también docente en los Programas de Grado y Posgrado en Derecho; miembro visitante del Programa de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard (1995 y 2000); investigadora visitante del Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Oxford (2005); investigadora invitada en el Instituto Max-Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional (Heidelberg, 2007-2008; 2015-2018) y miembro investigador de la Fundación Humboldt Georg Forster en el Instituto Max-Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional (2009 -2014) ). Fue miembro del Consejo para la Defensa de los Derechos Humanos; el Grupo de Trabajo de Alto Nivel de la ONU sobre la implementación del derecho al desarrollo; y el Grupo de Trabajo de la OEA para el seguimiento del Protocolo de San Salvador sobre derechos económicos, sociales y culturales. Elegida miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (2018-2021). Tiene experiencia en el campo del Derecho, con énfasis en Derechos Humanos, Derecho Constitucional y Derecho Internacional, trabajando principalmente en los siguientes temas: derechos humanos, Derecho Constitucional, Derecho Internacional, protección internacional y amparo constitucional. Lemman Visiting Scholar en el David Rockefeller Center for Latin American Studies de la Universidad de Harvard. Francesca Giglio (EoF Internacional) Community Services Manager en la Economía de Francisco Global. Agente de  cambio enfocada en sostenibilidad y modelos de emprendimiento social con habilidades y experiencia en Comunicación. Mariana Reis (Brasil) – Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) Estudiante de doctorado en Economía en UNICAMP con un doctorado en la Scuola Superiore Sant’Anna di Studi Universitari e Perfezionamento, Pisa. Magíster en Economía de la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP). Tiene experiencia en el campo de la Economía Industrial y la Innovación y la Economía Ambiental. Trabaja con financiamiento de energías renovables para una transición energética baja en carbono a través de la Economía de la Complejidad. Investigadora en el movimiento La Economía de Francesco y Coordinador de Vila Energia & Povereza en la misma institución. También actúa

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13 de octubre Día Internacional para la Reducción de Riesgos a Desastres – Nuestro aporte como OBF

Por Jorge Javier Fernández Coordinador de Proyecto Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia Los Desastres, NO SON NATURALES, es una máxima que desde diferentes ámbitos públicos y privados una y otra vez tratamos de repetir cual mantra místico para que el concepto pueda debelar lo que encierra. La acción humana en la naturaleza, en obras que “aportarán al desarrollo” no siempre cumplen su propósito, en ocasiones estas obras son las que intervienen en el territorio y generan desastres que se cobran vidas humanas, pérdidas cuantiosas de ecosistemas e infraestructuras locales y que ponen en jaque cómo se gobiernan los efectos de los desastres, cómo se gobierna una situación crítica que impacta en la vida de miles de personas. La Reducción de Riesgos a Desastres implica que un conjunto de actores públicos se oriente en base a planes de desarrollo sostenible, involucrando a la sociedad civil y principalmente a las comunidades locales, pero estos factores no siempre se conjugan. Más allá del voluntarismo estos factores no siempre se conjugan positivamente, en ocasiones la legislación existe como base normativa, pero carece de recursos, en otras ocasiones los recursos existen, pero no se administran adecuadamente en tiempo y forma generando un impacto en aquello que debiera ocurrir y no ocurre. Las amenazas siempre estarán latentes, la exposición a la que las comunidades se someten no siempre es visibilizada y la carencia de organización comunitaria impacta en la posibilidad de pasar revista a las capacidades locales, las vulnerabilidades preexistentes son el conjunto de elementos perfectos para incrementar el riesgo a la que las comunidades se ven expuestas cotidianamente. Cuando un desastre ocurre quienes primero responden son las propias personas afectadas, en ocasiones sin preparación, sin recursos, tratando de sobreponerse al dolor de las pérdidas de vidas y de bienes. A partir de aquí se comienza a poner en marcha un engranaje de solidaridad desde las instituciones más cercanas, en muchos casos las Iglesias, las pequeñas congregaciones, que tratan de ayudar, de dar una mano con los brazos abiertos para sostener la vida y acoger compasivamente a quien sufre. En las últimas décadas se han incrementado los desastres, se han incrementado las crisis derivadas del cambio climático, producto de la desigualdad y de las malas políticas publicas que no invierten lo suficiente en las acciones de prevención y preparación de las comunidades para hacer frente a un desastre y activar comportamientos más resilientes; se gastan millones de dólares en la respuesta humanitaria (la cual es siempre necesaria en función de los impactos) y pocos miles de dólares en la prevención y preparación. En el ciclo de la gestión de riesgos la prevención y preparación son centrales para tener un menor impacto cuando un desastre ocurra, allí luego viene la etapa de respuesta humanitaria y reconstrucción (en sentido amplio) a veces de infraestructura, a veces de vida. Esta reconstrucción, cual recuperación implica planificar el desarrollo tratando de que se logren otras dinámicas de desarrollo más sostenibles, más viables, amigables con el medio ambiente, con inclusión social y sostenibilidad económica, también implica contar con sistemas de alertas tempranas y la máxima coordinación posible de los actores de la comunidad. La reciente epidemia de COVID-19 nos ha dejado un conjunto de efectos que aún estamos aprendiendo a reconocer, en el actual contexto los incendios forestales dan un paisaje terrible, las escasas y repentinas inundaciones sorprenden cada vez más por su capacidad de daño, las sequías prolongadas y silenciosas se consumen la vida poco a poco, desnudando lo terrible de carecer de elementos básicos para la vida. Frente a este panorama desde CREAS acompañamos a las organizaciones comunitarias y a las organizaciones basadas en la fe para poder incorporar estrategias de reducción de riesgo y de mejorar su capacidad de respuesta frente a los eventos que localmente se presentan, más allá de los aspectos técnicos promover la resiliencia personal y comunitaria junto con brindar un activa esperanza son nuestros rasgos distintivos para brindar una diaconía ecuménica, transformadora y profética para poder actuar sobre la realidad y decir más que nunca, LOS DESASTRES NO SON NATURALES.

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CREAS y PAMPA 2030 capacitaciones Objetivos de Desarrollo Sostenible en La Matanza, 2022

PAMPA 2030 en la construcción territorial del desarrollo sostenible en Argentina

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org   La formación de organizaciones de base sobre desarrollo sostenible es esencial para lograrlo. Mientras la Agenda 2030 fue adoptada en 2015 como un nuevo plan de desarrollo sostenible que sucedió a los Objetivos del Milenio y se planteó alcanzar e interconectar a todas las naciones, pueblos y personas, su implementación en lo local es lo que asegura cambios de paradigmas estructurales que deriven en efectos a mayor escala. «la importancia de esta formación radica en conocer cómo se relacionan los aspectos globales con los locales y la interdependencia de unos u otros. Diariamente los fenómenos locales que afectan el desarrollo tienen presencia en las agendas globales, como la inseguridad alimentaria, el cambio climático, la ausencia de Paz, la pobreza, el desempleo, las desigualdades de género, entre otras». Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con sus 169 metas e indicadores, nos impulsan a centrarnos en nuevos criterios de civilización basados en los derechos humanos y del planeta como una relación de mutualismo en la que cuidar los recursos es la clave de la supervivencia y el equilibrio que permite la calidad de vida. Cuanto más nos vamos a lo específico más muestras de esta mutualidad podemos tomar: entre humanos y la naturaleza (las plantas, los animales, los reinos, los ecosistemas), así como entre humanos y humanas. Por esto la Agenda 2030 contempla un amplio espectro que incluye la importancia de establecer alianzas multisectoriales que incluyan a múltiples actores para reducir los niveles de desigualdad, la necesidad de considerar la diversidad como una realidad natural, la educación y la cultura como eje transversal, y su aplicación biyectiva entre lo general y lo específico. Es así como, una resolución firmada en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AG-ONU), se hace realidad gracias a la conexión de organizaciones de cooperación internacional, estas con entidades de desarrollo nacional, organizaciones no gubernamentales, líderes y organizaciones de base, y las ciudadanías (participando por los derechos humanos más allá de la ciudad y todo límite territorial o conceptual). El desarrollo sostenible es un entramado, una red (de seres y de procesos), que nos sostiene. Argentina cuenta con un plan acordado con las Agencias de Naciones Unidas para promover el desarrollo sostenible y con su monitoreo colaboran organizaciones como PAMPA 2030, conformada por un conjunto de organizaciones sindicales, organismos de derechos humanos, ONG’s y fundaciones, organizaciones ambientalistas, organizaciones religiosas o basadas en la fe (de las que somos parte con CREAS, campañas argentinas por los derechos, cooperativas y el sector académico: Naciones Unidas en Argentina, conjuntamente con el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales y la Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030 (Pampa 2030) nos comprometemos a territorializar la Agenda 2030 a partir de una metodología participativa que permita a las comunidades construir la Agenda de Desarrollo local en consonancia con los ODS desde una perspectiva inclusiva, integral y desde las necesidades de cada municipio, región y provincia. En este marco, una de las muchas acciones de Pampa 2030 son talleres de formación enfocados en las organizaciones de base, y el último presencial, que apoyamos con CREAS, fue el 22 y 23 de septiembre en La Matanza, con los siguientes objetivos: Construir un marco conceptual sobre los ODS y la Agenda 2030, priorizado en las metas para La Matanza, que sirva de referencia y fundamento para su implementación. Brindar una experiencia de formación en temas relacionados con el Trabajo Decente y los vínculos con las metas de la Agenda 2030. Adquirir las capacidades necesarias para proponer caminos de solución a problemas concretos que se presenten en el ámbito local, integrando e implementando ODS, metas, indicadores y prioridades nacionales. Sentar las bases para el trabajo conjunto inter organizacional –gobierno local, actores productivos, organizaciones sociales- para la identificación y resolución de problemas de la localidad que fortalezcan la difusión y aplicación de la Agenda2030 y la eficacia al desarrollo. Presentar criterios metodológicos y recursos para la formación en ODS y la construcción de una Agenda común de las organizaciones sindicales y sociales en La Matanza. En una agenda de dos días en el Centro Cultural Valentín Barros / Teatro UOM San Justo (gracias al apoyo del sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica que abrió sus puertas) se abordó la integralidad de estas necesidades, analizando el estado del desarrollo en La Matanza bajo los parámetros que permiten visualizar los ODS y enfocando en la necesidad del consenso y la elaboración de políticas públicas. En la programación del Día 1 Jorge Javier Fernández, miembro del equipo de desarrollo territorial de CREAS, planteó los análisis del ODS 17: La Agenda de Desarrollo y las Alianzas Locales, compartiendo Metodologías de Acción para desarrollar propuestas participativas que determinen el plan de La Matanza de la Agenda 2030, y en el Día 2 presentamos, junto con Juan Rojas (DyA), una segunda metodología para abordar problemas con soluciones posibles e iniciativas realizables de los ejes priorizados por la comunidad. Finalmente, el evento nos invitó al trabajo en grupos sobre los ejes centrales de la Agenda 2030, las 5 P de Personas, Planeta, Paz, Prosperidad y Participación, elaborando propuestas concretas para acción en este partido de la provincia argentina de Buenos Aires. CREAS, desde los inicios ha estado involucrado en el proceso de territorialización y en la formación de formadores, aportando su experiencia en aspectos metodológicos y de facilitación de este tipo jornadas de capacitación. Lograr los desafíos de la Agenda 2030 requiere el esfuerzo mancomunado de la sociedad civil, los Estados, el sector empresarial y los mecanismos del sistema de Naciones Unidas y la principal característica de este tipo de encuentros es la riqueza que genera la diversidad de experiencias compartidas y la integración de perspectivas gracias a los diálogos y acciones interinstitucionales» – Jorge Fernández. En el evento cincuenta (50) personas recibieron la formación y para el acto de clausura se reunieron más de 400 trabajadores y trabajadoras de La Matanza. En el acto de inicio estuvo Fulvia Farinelli, Representante de

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Ninashpa, cerámicas en Santiago del Estero

Ninashpa: la oportunidad de la tierra en las familias de Santiago del Estero

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org Ninashpa es en lengua quichua la unión de tierra y fuego. Ninashpa eligió llamarse en 2021 un grupo productivo de mujeres que elaboran cerámicas en Santiago del Estero, entre las Comisiones Municipales de Bandera Bajada, La Invernada y Vaca Huañuna. Es una de las iniciativas que hemos apoyado con nuestro Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. La historia de Ninashpa es, para mí, un poema de resistencia; una bella muestra de nuestra naturaleza humana y la organización femenina; creativa y colectiva. “En el año 2019, veinte personas de parajes rurales de Santiago del Estero y otras veinte de otras provincias del país (Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires) realizamos un Campamento de trabajo productivo que giraba en torno al armado de huertas agroecológicas familiares. Lamentablemente el tiempo fue muy lluvioso esos días y poco se pudo hacer en las huertas. Pero esa dificultad abrió paso a una gran posibilidad que pudimos visualizar esos días: Nos acompañaba en el campamento Celina Veloteri, compañera ceramista de la Fundación EPyCA. Al tomar esos días contacto con el barro que estaba por todos lados, Celina se dio cuenta que con ese barro podíamos trabajar piezas de cerámica. Cerramos ese campamento con el horizonte de empezar a aprovechar esta oportunidad. En el año 2019 tuvimos nuevamente la visita de Celina Veloteri, esta vez para un campamento para comenzar el proyecto productivo de cerámica. Construimos el primer horno en Vaca Huañuna, comenzamos a aprender la técnica y dimos los primeros pasos en la producción. En octubre del año 2020, junto con la pandemia, tomó nueva fuerza el impulso del 2019. En varias zonas nos congregamos mujeres para aprender la técnica, construimos varios hornos de cerámica en Invernada Sur (2), Río Muerto (1) y El Cruce (1) y con el acompañamiento virtual de Celina fuimos aprendiendo más de este oficio”. Actualmente Ninashpa tiene 8 hornos que han elaborado las mismas mujeres, con sus manos, desde 2018, en parajes como Invernada Sur, Vaca Huañuna, Río Muerto, El Cruce, Santos Lugares y Anca Overa. Así están repartidos los grupos: El Cruce: Alicia, de 57 años; Micaela (su hija de 26) e Irma de 61. Vaca: Salma de 54, Patricia de 25, y Marisa. Río Muerto: Demetria en los 50, Cecilia 25. Invernada Sur: Eusebia, Florencia, María y Estela, todas entre 55 y 60 años. Santos Lugares: Cristian y Abel, y su hijo Edmundo con su esposa Estela. Una familia completa. Anca Overa: Sulema, Mario, Mercedes, y su familia extendida también apoya. Lucindo es otro compañero. Los hornos congregan a las familias y congregan a las comunidades, el viaje más largo que se hacen cuando se reúnen es entre El Cruce y Santos Lugares, movilizándose alrededor de 100 km (y entre una hora y media y dos de camino) que en algunos casos deben hacer en moto, dependiendo del presupuesto. Por este mismo motivo, se han decidido a producir en sus propios hornos (evitando exponer la cerámica a golpes) y se reúnen, eso sí, para continuar reforzando sus vínculos y construyendo su colectivo de manera horizontal: “Líderes somos todas, cuando nos surge algo nos juntamos a definirlo. Con Ninashpa buscamos volver a las tradiciones que heredamos. En nuestra zona era muy común que se hicieran vasijas para el agua y aunque la costumbre se había perdido, ahora todas lo hemos vuelto a hacer y quienes no las tienen, las quieren y están por tenerlas. Mientras yo hago mi vasija, hablo con mis compañeras, les explico y ellas me explican también. Intercambiamos ideas y entonces a alguna le sale un molde o una forma. Ninashpa es la lucha por mejorar como mujeres nuestra calidad de vida. En la zona hay pocas opciones laborales más que el trabajo en la propia huerta o con los animales en casa. También surgen trabajos de construcción en algunos casos y de carpintería, pero quisiéramos que se redujera la tala de árboles, aunque necesitamos trabajar. Algunas de las mujeres de nuestro grupo tienen jubilación, algunas tienen algún pequeño negocio, y para ellas también tiene un significado muy importante como lo tuvo para mí que me dedicaba a la casa y ahora estoy enfocada en mi proyecto productivo. Nos recreamos, aprendemos, creamos y vendemos lo que obtenemos de esa misma tierra que cuidamos”. Alicia Yñíguez, El Cruce. El proyecto empezó siendo labor de las madres, las tías, las abuelas. Los hombres ayudaban en tareas específicas como construir los hornos o conducir los vehículos cuando debían trasladarse, y los/as más jóvenes solían quedarse muy al margen, ayudando en tareas aisladas que se les pedían directamente. “Al vernos trabajar a nosotros en un principio nos miraban como que no les gustaba mucho”, me dijo Alicia. Esto lo quise saber de los mismos hijos y se lo pregunté a Micaela, quien había estado tímida en todo el encuentro y me dio la bonita sorpresa de una voz contundente y clara. “Nosotros no nos queríamos ensuciar tanto. Al principio yo lo veía como algo que no me gustaba. Empecé haciendo el trabajo más leve para ensuciarme lo menos posible; al menos lo digo desde mi experiencia. Después, al ver el trabajo, el cansancio, a mi mamá con las tareas más pesados, empecé a ayudarla un poco más y ahora ya me ensucio (risas). Sin ningún problema lo hago y voy aprendiendo más. Antes hacía más que nada decoración y arreglos porque es lo que más me gusta hacer. Soy profesora de pintura y dibujo así que veo un poco de mi arte en la cerámica”. – Micaela Son 25 las mujeres de Ninashpa pero alrededor de 1.500 las personas (varones y mujeres jóvenes y adultas) a las que alcanza indirectamente este proyecto: familias y amigos, compradores, personas de las comunidades. Es fascinante ver a la madre hablar de la oportunidad que surgió de la tierra misma y a la hija sentarse con ella en la misma banca, en un abrazo seguro, para hablarme juntas del impacto que esto ha tenido

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