Carmina Sanchez

Jornada de aprendizajes e Intercambio en el proyecto Cocinas eficientes a leña

El pasado 13 de abril, en la Universidad Nacional de La matanza (UNLaM), se llevó a cabo el Encuentro de cocineras, una jornada de aprendizajes e intercambio del proyecto “Cocinas eficientes a leña” que adelanta Ingeniería sin Fronteras junto con La Poderosa, Hacono Estufas y la UNLaM, y con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia de CREAS. Durante la mañana del sábado, 30 cocineras de diez comedores comunitarios conocieron de cerca el funcionamiento de las cocinas eficientes a leña con las que próximamente serán equipados sus comedores y gracias a este encuentro pudieron conocer la experiencia de cocineras de otros barrios que ya usan estas tecnologías. Este proyecto se reafirma en la importancia del intercambio para el fortalecimiento de las organizaciones y las personas. “Nosotras tenemos un comedor en el que cocinamos para 345 personas, 50 familias. Antes para cocinar teníamos que llegar a las cinco de la mañana para al mediodía tener la comida. Hoy a las ocho de la mañana entramos a cocinar y a las 11:30 am ya tenemos los almuerzos. Sólo con un cajoncito de madera cocinamos para esas personas. Es una bendición tener esta cocina” Yanina, Merendero El árbol de las cosquillas. “Tenemos un merendero que empezamos en 2017, desde la pandemia que nos golpeó a todos, empezamos además a repartir viandas y asistir a más familias. Estamos orgullosas porque la cocina nos da una mano muy grande y podemos atender a más chicos, cada vez vienen más personas y ahorramos un montón de tiempo. Podemos hacer otras cosas” Nélida, Merendero Barrio Alberdi El uso de las cocinas eficientes a leña les permite a los comedores reducir los costos para la producción de los alimentos, cocinar más rápido y con menor impacto ambiental. El objetivo principal del proyecto es garantizar la seguridad alimentaria de 3500 personas de diez barrios del Área Metropolitana de Buenos Aires. “Esta iniciativa, que apoyamos desde el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia, reúne varios elementos, aspectos de salud, seguridad alimentaria, y elementos vinculados a lo comunitario: que es lo que más nos interesa fortalecer desde CREAS. Se aborda uno de los desafíos de nuestra realidad actual en la que se han incrementado los niveles de pobreza. Este proyecto aporta no sólo a que varios comedores puedan cocinar mejor sino que impacta también en la vida de quienes cocinan. Es un proyecto innovador en cuanto al uso de la tecnología en clave social. Busca generar nuevos aprendizajes y saberes en las comunidades que una vez apropiados pueden tener una mejor calidad de vida” Jorge Fernández, coordinador del FRR-MEP Para CREAS, es esencial el apoyo al esfuerzo conjunto las organizaciones en pro de mejorar la calidad de vida y transformar la realidad de las personas, fortaleciendo sus capacidades como comunidad. El proyecto Cocinas Eficientes, apoyado por nuestro Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia se implementará hasta septiembre de 2024; aquí más detalles.

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Las Chicuelas del Ritmo, mujeres líderes construyendo comunidad

El Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, ubicado en el barrio del mismo nombre al sur de la Ciudad de Buenos Aires, es un espacio de referencia en donde la comunidad encuentra respuesta a sus necesidades de recreación y cultura. Las mujeres del barrio manifiestan la dificultad para encontrar espacios donde compartir, formarse y tener momentos de sano ocio, pues son ellas las que se ocupan de las tareas de cuidado del hogar y de sus hijos. Buscando ese espacio, en el taller de baile que ofrece el centro, varias mujeres conformaron el grupo “Las Chicuelas del Ritmo”. Las chicuelas, como se llaman a sí mismas, se reúnen desde 2009 todos los viernes, en un espacio donde pueden compartir y poner en palabras sus vivencias. Entre mates, bizcochos ritmos y coreografías, las chicuelas se escuchan y acompañan. En 2021, con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, equiparon y acondicionaron el salón de baile. Un espacio que compartían con las niñas y adolescentes de Circrobacia, el taller de gimnasia y arte circense que ofrece el centro comunitario. Con este apoyo de CREAS, además hicieron salidas al teatro para nutrirse de otras propuestas culturales. “La propuesta de Chicuelas es que puedan participar sin los hijos y sea un tiempo para ellas mismas. Empezaron a delegar el cuidado de los niños en padres, familiares o vecinas para ese momento de la semana. Las animó a darse ese espacio. En el grupo no sólo bailamos y hacemos ejercicio, que son actividades generalmente destinadas a los chicos y cuando crecemos las dejamos de hacer, sino que nos permitimos hablar del 8M, hacer salidas culturales o tenemos espacios de lectura. Eso les abrió a estas mujeres un mundo desconocido para ellas” Carolina Sobral, profesora de danza Un deseo que tenían desde hace varios años era mejorar el salón de ensayo para sentirse más cómodas y fortalecer el trabajo artístico. Al recibir el apoyo, éste se convirtió en un objetivo por el que trabajaron en equipo. Tanto las mujeres “históricas” del grupo, como las que se habían unido pocos meses antes, en compañía de sus familiares y allegados, formaron parte del acondicionamiento del espacio. Este trabajo colectivo fortaleció los vínculos. Se evidenció mayor sentido de pertenencia a “las chicuelas del ritmo” y al Centro Comunitario Ramón Carrillo entre las mujeres que participaron. Con los cambios el taller de baile se potenció como un espacio de encuentro, acompañamiento y contención, en donde las mujeres encuentran resoluciones conjuntas ante problemáticas que puedan surgir y de empoderamiento para vivir mejor. “No es solo ir a una clase y volver a su casa. Muchas de ellas a partir de conocerse en el espacio del taller se hicieron amigas y empezaron a compartir el cotidiano y, hoy por hoy, me cuentan que se van de vacaciones juntas, se animan a viajar juntas a sus países: por ejemplo volver a Paraguay. Se crearon vínculos, van a sus cumpleaños, se organizan fiestas sorpresas entre ellas. Las fortaleció individual y colectivamente; la participación en Chicuelas les dio un abanico de oportunidades. Lo celebramos como institución y como agentes del estado que garantizan el derecho al esparcimiento, la recreación y el tiempo libre” Carolina Sobral A lo largo de sus dos décadas de existencia, el Fondo de Pequeños Proyectos – FPP CREAS ha apoyado numerosos proyectos artísticos, culturales y deportivos. Los espacios destinados al ocio y la recreación suelen quedar marginados al abordar las necesidades de las comunidades vulnerables, y muchas veces se quedan sin la oportunidad para ampliarse, crecer y transformarse. CREAS se compromete con iniciativas de este tipo, especialmente destinadas a mujeres y niñas, pues estamos convencidos de que desempeñan un papel fundamental en la construcción comunitaria y la creación de nuevos vínculos sociales. Además, reconocemos su impacto significativo en la subjetividad de las participantes: fortalecen el autoestima, amplían las redes sociales y contribuyen a una vida más saludable en todas sus dimensiones. La existencia de un espacio como «Las chicuelas del ritmo» es el resultado tangible de la organización comunitaria. Estos lugares no sólo impulsan la transformación personal de quienes los frecuentan, sino que también fomentan una distribución más equitativa del tiempo y el trabajo, promoviendo así una comunidad más justa y equitativa. Desde CREAS somos conscientes del poder transformador que tienen las comunidades al contar con autonomía para su propio desarrollo. Los apoyos que podemos destinar a través de nuestro Fondo de Pequeños Proyectos en lo económico, en capacitación, en la organización de encuentros de articulación e intercambio, tienen el objetivo de propiciar el fortalecimiento de las organizaciones como puntos de encuentro entre las personas para la promoción de la vida digna.

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Derecho al agua y alimentación saludable en Chaco

La larga sequía que sufrió hasta el año pasado Argentina afectó a vastas zonas del país y las comunidades rurales de la provincia de Chaco se vieron gravemente afectadas. Las complicaciones que surgieron como consecuencia de esta sequía para los sectores vulnerables de la población y las comunidades indígenas que habitan la provincia se vieron amplificadas, además, por los efectos aún presentes de la pandemia del covid-19. Para reivindicar los derechos vulnerados y promover el acceso al agua suficiente y segura, como así también a la salud y bienestar para las Comunidades Originarias de la zona, INCUPO con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de Efectos de la Pandemia, desarrolló el proyecto Derecho Al Agua Y Alimentación Saludable en las cercanías de San Bernardo, comunidades wichí de Lote 3 y Las Tolderías. La construcción de aljibes para la recolección de agua y la creación de huertas familiares y comunitarias en las cuales sembrar alimentos saludables fueron las acciones con las que la comunidad con el acompañamiento de INCUPO, ha podido tener acceso al agua suficiente y empezar a cambiar sus hábitos nutricionales y así tener una mejor calidad de vida. Las familias de Lote 3 y Las Tolderías fueron protagonistas de la ejecución del proyecto. Los líderes de cada comunidad estuvieron acompañando las decisiones y acciones planeadas. También fueron el vínculo directo con el personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – INTA -, Soporte y Alerta Temprana en Eventos Meteorológicos – SATEM- y los intendentes de los municipios de Charata y San Bernardo que acompañaron y fueron actores clave del proyecto, a partir de articularse en la Mesa Local del Proyecto. Por otro lado, los jóvenes participaron activamente cavando y construyendo los aljibes de placa cemento con recolección de agua de lluvia. Las mujeres también construyeron e hicieron parte activa de las capacitaciones en alimentación saludable. Lo construido y logrado   Se construyeron tres aljibes y tres huertas familiares. Además se reemplazaron las cañerías rotas de la bomba de agua de la comunidad de Lote 3. Con esto, 6 familias nuevas han tenido acceso al agua de manera suficiente y 27 familias integraron hábitos de cuidado del agua. Se hizo recambio de los bidones de agua para 30 familias. Con estos bidones las familias hacen la recolección de agua para su día a día. Anteriormente, estos bidones eran reciclados de productos agro tóxicos utilizados por los productores sojeros de la zona. Se hicieron tres huertas familiares y comunitarias. Junto con las capacitaciones brindadas por INCUPO con el apoyo de la Mesa Local del Proyecto, 12 familias incorporan verduras en su alimentación para hacerla más saludable. Algunos aprendizajes   Con el proyecto, las personas de las comunidades de Lote 3 y Las Tolderías, aprendieron sobre su derecho al acceso al agua limpia y suficiente, sobre cuidado del agua y sobre alertas tempranas para poder prevenir y tomar medidas en caso de algún evento meteorológico como una forma de prevenir los efectos de algún desastre en la zona. Además, incorporaron conceptos de alimentación saludable y nuevas recetas. Nuevos aprendizajes en diálogo con su sabiduría ancestral wichí. Por otra parte es de destacar la participación de los jóvenes y mujeres de la comunidad en la toma de decisiones y procesos de organización. La comunidad, en conjunto, ha conversado y buscado soluciones a las problemáticas con las que conviven. Por ejemplo, los desechos agro tóxicos que se vierten en las cercanías de sus territorios y el uso de bidones contaminados para la recolección de agua. Este tipo de proyectos contribuyeron a mitigar algunos de los efectos adversos que la pandemia de COVID-19 dejó en las comunidades, algunos de los cuales se invisibilizan o naturalizan como el aislamiento en la salud mental, el déficit en el acceso a alimentos saludables a un costo razonable, asuntos que se suman a la sequía histórica que afectó al país Para CREAS, la articulación con organizaciones como INCUPO es central para acompañar a las comunidades en la solución de problemáticas que afectan su vida en el día a día (y por ende requieren respuesta inmediata), desde un lugar de autonomía y dignidad que, al integrarlas a largo plazo, sean oportunidades para la vida digna y sumen al cuidado de la Casa Común.

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Rock y Vida para el cuidado de la Creación

Rock y vida, es una organización civil vinculada al Centro Cristiano Nueva Vida – CCNV – . Nació y está presente en Parque Patricios en la ciudad de Buenos Aires, y tiene diferentes áreas de trabajo: salud y centros de testeo, prevención de las adicciones y medio ambiente. A partir de la participación del CCNV en el encuentro sobre diaconía ecuménica organizado por CREAS en 2023, Rock y Vida nos ha abierto las puertas para mostrar su trabajo diaconal para fortalecer el desarrollo territorial y el cuidado del medio ambiente. Conversamos con Francisco Juárez, coordinador de Ambiente, quien nos contó sobre el trabajo de la organización y su aporte en la búsqueda del cuidado de la Creación.   ¿Por qué el CCNV decide tener una organización civil como Rock y Vida?   Como iglesia tener asociaciones civiles como esta es una forma de llegar a todas las personas; creemos el amor a los demás y lo mostramos y aplicamos. No se trata sólo de predicar sino de hacer y proponer diferentes formas de transformar la vida de la gente. Queremos llegar a personas a las que como iglesia no llegamos. Por supuesto que todas las áreas de trabajo tienen que ver con el otro, con lo social, con la transformación, con dar vida, con asistir. Convocamos a profesionales, nosotros somos una iglesia muy grande con 30.000 miembros, por lo cual conectamos con profesionales de todas las áreas, sumando personas que pertenecen a esta comunidad de la iglesia pero también a quienes no, por eso es maravilloso lo que es una Asociación Civil. El área de la salud, por un lado, el ambiente y la salud están absolutamente ligados, porque es imposible poder tener salud sin un ambiente sano, realmente imposible, de hecho la Biblia lo habla y nos explica que cuando destruyamos lo que vamos a tener, vamos a tener lo que estamos teniendo ahora, un desequilibrio absoluto en la Creación. ¿Cuáles son las acciones que hace Rock y Vida para aportar al cuidado de la Creación en comunidad?   Lo primero es que nosotros venimos desde hace muchos años dando talleres sobre Uso racional y eficiente de la energía. Es un buen momento para hablar de eso porque se espera que los servicios suban mucho, además acá en Buenos Aires tenemos cortes de energía en verano e invierno por demanda energética. Este uso de la energía implica que mientras nosotros no tenemos, otros la puedan usar. Entonces nosotros como iglesia, nosotros como asociación civil, nosotros como profesionales, damos estos encuentros abiertos a la comunidad para que vengan a entender y aprender. La gente va a poder llevarse toda esa información, va a poder aprender por ejemplo: Si yo tomo mate, como tomamos habitualmente en Argentina, y yo caliento este termo de agua con electricidad, el mate me sale 16 veces más caro que si lo caliento con gas. Hay hornos eléctricos que consumen hasta 3.000 watts; eso son 400 lamparitas grandes prendidas al mismo tiempo. Entonces informar sobre esto es tarea de las asociaciones civiles y organizaciones que consideren que las cosas pueden ser diferentes. Los talleres que damos en este espacio después van rotando en los 25 lugares que tiene la iglesia en todo el Gran Buenos Aires. Tienen además talleres con salida laboral sustentable, háblame sobre esos…   Todos los años tenemos diferentes talleres de salida laboral. Son 8 talleres anuales que se dan los lunes. Son libres y abiertos a la comunidad, con un bono de contribución muy bajo. La idea es que la gente lo valore y entienda que si queremos seguir teniendo espacios tan maravillosos, abiertos, como este, está bueno valorarlo. Aprendemos a reutilizar. El año pasado dimos cómo hacer riego con agua de lluvia. Además hemos tenido otros talleres prácticos: Energía solar y construcción de paneles solares: con estos damos luz a este espacio en el que estamos. Construcción de bolsas de dormir térmicas para personas en situación de calle: son fáciles y baratas de armar, pesan poco y son ignífugas. Hemos entregado centenares de bolsas cada año. Construcción de ecocooler: se arman a partir de envases de plástico y sirven para reducir la temperatura interior de las casas. Cada quien se lleva el que arma y queda con los conocimientos de la fabricación. La temática de los talleres va rotando cada año. La idea es aprender a reutilizar materiales y hacer productos con valor agregado. Con un kilo de madera puedo hacer algo simple, que no tiene casi valor, como escarbadientes… o se puede hacer un banco como el que hicimos acá entre tres talleres: herrería, carpintería y energía solar. Es un banco en el que se puede cargar el celular. Hacer algo que tenga un valor agregado maravilloso y que aporte un extra a la hora de vender un producto. Entonces siempre todo lo que nosotros enseñamos va ahí en paralelo con páginas, con información, con todo lo que ellos pueden tomar de diseño, de técnica, de modernización, de herramientas, para que no quede simplemente en un tejido artesanal hogareño, sino que puedan volar y crear si quieren. También les damos herramientas para que puedan hacer difusión y comercializarlo si desean. Ustedes reciben materiales y los separan, contame un poco de ese proceso   Tenemos ocho productos que recibimos. Los separamos y con algunos de ellos empezamos a hacer algunos productos. Hacemos bolsas que son 65% de material reciclado y estamos en proceso de que ese porcentaje aumente. La idea es hacer cosas que necesitamos en el día a día, como las bolsas de basura que igual vas a comprar en otro lado pero si compras estas, además estás apoyando una causa preciosa. Nosotros hacemos la investigación y tenemos convenios con empresas que las fabrican, nosotros entregamos los materiales y ellos producen. También tenemos convenios con empresas que nos compran las bolsas. Muchas familias de la comunidad del barrio y la iglesia traen los materiales, y así otra persona los ve y también traen, se va aumentado la cantidad. La última

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Hilvanando Sueños en el norte de Santa Fe

Campo Hardy es una localidad pequeña y de pocos habitantes al norte de la provincia de Santa Fe. Sus habitantes, especialmente las mujeres, cuentan con pocas oportunidades de trabajo. Mujeres de Campo Hardy, nació en 2015 con el fin de generar proyectos que permitan que las mujeres de la localidad, en particular aquellas que han sufrido violencias basadas en género, tengan mejores condiciones de vida. Con el acompañamiento del Instituto Popular de Cultura – INCUPO– y el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, durante el segundo semestre de 2023 empezaron el proyecto “Hilvanando sueños» con el que generaron un emprendimiento de costura familiar como salida laboral. Con el proyecto, el grupo de mujeres compró una máquina de coser y se sumó a los materiales que ya tenían, así terminaron de armar su taller textil. Junto con otras organizaciones de la zona participaron en talleres de formación de Producción y Comercialización. Allí aprendieron sobre canales de venta, nuevos mercados y el uso de las redes sociales para la promoción de sus productos. Recibieron también capacitaciones en el manejo y uso de la máquina recta y la overlock. Con los nuevos aprendizajes las mujeres empezaron a producir bolsas ecológicas, servilletas, toallas, cortinas, repasadores y otros elementos para el hogar con los que han tenido bastantes ventas en la zona. Por supuesto, también han usado estos conocimientos para confeccionar prendas para sus familiares, vecinos y amigos. Con su participación en el grupo y la capacitaciones estas mujeres no sólo tienen un ingreso económico que les ayuda con su independencia sino que, como ellas mismas lo mencionan, se sienten acompañadas y contenidas por el grupo de costura. “Ellas en la evaluación contaron que se sienten partícipes de un grupo en el que pueden contar con otras, es de mucho sostén. Descubrieron que pueden hacer otras cosas como mujeres que no sea solamente estar en su casa y ocuparse de los suyos. Socialmente implica un lugar donde participar y gestar proyectos”. Mariana Cian, INCUPO Efectos de Hilvanando Sueños   Ahora el grupo de Mujeres de Campo Hardy, es el emprendimiento de costura más reconocido en la localidad. Las mujeres han identificado ya otras demandas y nuevos espacios de venta de sus productos. Con lo anterior, las ventas aumentaron en un 10% sobre lo que tenían planeado y están alcanzando otras localidades cercanas. La confianza en sí mismas, la organización y disposición al aprendizaje han sido claves para alcanzar y superar las expectativas que se habían puesto al inicio del proyecto. En el desarrollo se evidenciaron cambios en el grupo:  Aumento de la autoestima, valoran más su propio trabajo.  Implementación de mecanismos más participativos en la toma de decisiones sobre gestiones, modos de venta y nuevos mercados.  Nuevos aprendizajes de organización autogestiva: se organizaron en dos grupos de trabajo con cronogramas de horarios para trabajar en el taller y distribución de tareas. “Las mujeres que integran el grupo han logrado fortalecer el funcionamiento del grupo en cuanto a roles. Cada una pudo asumir una tarea sobre todo en la participación; unas tienen tareas de cortar y coser, otras tesorería, difusión, contactos para la venta. Al tener definidos los roles se facilita el funcionamiento. Vemos cambios de la autonomía como mujeres en un territorio muy chico en donde la economía familiar es difícil de sostener, generar emprendimientos de mujeres que se puedan sostener a largo plazo marca un cambio importante en Campo Hardy”. Mariana Cian Lazos del proyecto   Durante el proyecto, el grupo de mujeres de Campo Hardy hizo un encuentro con el Costureras de Tacuarendí, en el que intercambiaron saberes, aprendizajes y dificultades que se les presentan en sus emprendimientos y pensaron juntas nuevas ideas y soluciones. Por otro lado, las organizaciones gestionaron un proyecto con el Ministerio de Equidad, Igualdad y Género de la provincia de Santa Fe que permitió la compra de insumos y contar con stock de telas para continuar con la confección de prendas y accesorios. El grupo de mujeres de Campo Hardy planea hacer un catálogo de los productos que tienen actualmente a la venta, crear una marca, reforzar su presencia en redes sociales y así aumentar su producción e ingresos económicos. Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos   Cable a tierra: formación laboral para jóvenes Transformar para transformarse Música y arte para jóvenes del barrio Providencia Una Casa para todos que fortalece la comunidad Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Cable a tierra

Cable a tierra: formación laboral para jóvenes

Por: Carmina Sánchez Corrales – Asistente de Comunicación Desde hace 24 años la Asociación Civil Cable a Tierra trabaja con niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad del barrio La Candela del Partido de La Matanza y articula con otras organizaciones de la zona oeste del Gran Buenos Aires. Viendo la necesidad de que los jóvenes de la zona se inserten en el mercado laboral, desde hace seis años Cable a Tierra ofrece talleres de formación laboral en panadería y peluquería. En 2017, tuvieron un apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS para insumos y materiales para empezar un Taller de Panadería, que hasta ahora se sostiene de manera autogestiva. Desde 2022 ampliaron su propuesta de talleres de formación laboral en electricidad, un rubro por el que los y las jóvenes habían mostrado interés, y que además tiene salida laboral. En 2023 y con el apoyo del FPP de CREAS, los talleres se hicieron realidad. Con la compra de implementos de electricidad y el pago a los talleristas, 30 jóvenes semana a semana se hicieron presentes en Cable a Tierra para adquirir conocimientos sobre electricidad. “La propuesta es que ellos puedan tener algún ingreso trabajando de manera autónoma o en alguna empresa. La posibilidad de que sigan habitando Cable quedan abiertas, les abrimos el espacio a que si un día tienen un trabajo puedan utilizar las herramientas o si quieren venir a usar el espacio para el armado de algo y se lo llevan tienen esa posibilidad” Ivana Vallejos, responsable del proyecto Además de las habilidades técnicas que los y las jóvenes adquieren en los talleres, Cable a Tierra acompaña la trayectoria profesional y de vida de quienes participan de los espacios. De acuerdo con los intereses que vayan surgiendo, ayudan a la persona interesada a articular con otras instituciones. Así, contribuyen a que los y las jóvenes elaboren su plan de vida personal y profesional y generen proyectos autogestivos que se inserten dentro de la economía social.   Mejoras eléctricas para Cable a tierra   Los saberes adquiridos en los talleres de formación laboral fueron compartidos y puestos en práctica en la casa de Cable a Tierra como parte de la actividad comunitaria. En compañía de los talleristas los y las participantes hicieron mejoras edilicias: Colocación tomas en el espacio Arreglo de zapatillas multitomas y de un transformador Puesta de luminarias en la vereda de la casa Colocación de un timbre para personas sordas que utilizan el espacio de Cable en articulación con la Escuelita de Lengua de Señas del Oeste. El Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS promueve proyectos que fortalezcan las capacidades de las organizaciones que contribuyan a la ampliación de derechos y a que los y las jóvenes tengan un futuro y una vida más digna. “Lo que nos fortalece es tener otra propuesta alternativa a lo que veníamos haciendo, si bien es parte del eje laboral es una opción más para los pibes que no les interesa la panadería o peluquería. Los cursos de electricidad son en general inaccesibles para estos jóvenes y acá está al alcance de su mano. Sólo tienen que preguntarse por su interés y lo que quieren explorar” Ivana Vallejos Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos   Transformar para transformarse Música y arte para jóvenes del barrio Providencia Una Casa para todos que fortalece la comunidad RE SI clando el Valle: formación productiva para cuidar el medio ambiente     Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Transformar para transformarse

La brecha digital que se hizo más evidente con la pandemia es más profunda en las zonas rurales y barrios populares de Argentina, generando aún más desigualdades sociales y económicas. Hoy, es prácticamente imposible pensar en estudiar, trabajar o incluso entretenerse y vincularse con otros sin el acceso a un dispositivo digital, a una buena conexión a internet o a tener los conocimientos que se requieren para su uso. El Centro de Desarrollo Popular -CDP- en el barrio Las Tunas, ubicado al norte del Área metropolitana de la provincia de Buenos Aires identificó la falta de educación y alfabetización digital en el barrio de la mano de la dificultad que tienen las personas del barrio de acceder a una computadora. Además de pensar en la brecha digital se cuestionaron sobre la basura electrónica que generan los dispositivos cuando dejan de funcionar y se desechan sin ningún tipo de gestión ambiental adecuada. Para darle solución a lo anterior, el Centro Popular de Desarrollo, desarrolló una iniciativa de formación de jóvenes y adolescentes del barrio en tecnología e informática, e implementó un proyecto productivo en el que reparando computadoras en desuso, se puedan vender a un precio accesible. Con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, la organización construyó un nuevo salón, más grande y cómodo en el que reciben a grupos más numerosos en las actividades educativas y productivas del centro. También compraron herramientas de trabajo con las que en las formaciones arreglaron varias computadoras de escritorio y una tablet. El apoyo para el mejoramiento de equipamiento e infraestructura para iniciativas desarrolladas por organizaciones comunitarias y diaconía de iglesias en los temas de nuevas economías, ecología integral y fortalecimiento organizacional, es prioritario para el Fondo de Pequeños Proyectos. De esta manera, aportamos al trabajo de dignificación de la vida en las comunidades y el cuidado de la Casa Común. Del espacio nuevo se beneficiaron todas las personas que van al CDP, el grupo de niñez (6-12 años) y otros talleres cuentan con un espacio amplio en donde realizar sus actividades.     Reciclar e intercambiar   La iniciativa del Centro de Desarrollo Popular tiene tres objetivos: Reciclar y reducir la basura tecnológica: muchas veces se descartan dispositivos a los que, reparándolos, se les podría alargar la vida útil. Encontrar maneras de arreglar, usar aplicaciones menos pesadas, sacar componentes que puedan ser usados en otros dispositivos son maneras de generar menos contaminación electrónica. En las actividades de formación el grupo aprendió sobre los componentes de las computadoras, junto con los profesores el grupo pudo distinguir, chequear y clasificar las partes que se pueden reciclar y cuáles desechar de las donaciones de dispositivos electrónicos que recibieron. Intercambio de saberes: El Centro de Desarrollo Popular está formado por jóvenes estudiantes que forman parte de la organización desde adolescentes. Ahora son ellos quienes capacitan a adolescentes en los talleres de computación y esperan que quienes están formándose puedan hacer lo mismo con los próximos grupos. En el transcurso de los talleres se consolidó la relación entre todo el grupo y los profes y todo el trabajo y aprendizaje se concretó cuando entregaron las computadoras reparadas a las familias del barrio. “Tuvimos que trabajar el tema de costos y venta a precio popular para recuperar el costo. Hubo múltiples aprendizajes no sólo en lo tecnológico sino en el servicio de la comunidad en la concientización de reciclar, reparar y no contaminar. Aprender la lógica del uso y tiro, múltiples aprendizajes en las diferentes áreas que se propusieron. Estamos muy contentos. Cuando tuvieron el lugar físico el grupo se posicionó de otra manera y empezó a trabajar mejor” Valeria Barraza, responsable del proyecto Lazos comunitarios   Para llevar adelante el proyecto productivo, el Centro de Desarrollo Popular conoció la experiencia de la Organizacion Social Fray Luis Beltran de la Boca en Buenos Aires en el que ejecutan un proyecto similar. Además, presentaron el proyecto al Municipio de Tigre en busca de donaciones de computadoras en desuso de las oficinas de la municipalidad. Contaron también con el apoyo de la Red de Apoyo Escolar y Complementaria – RAE – para la visibilización y difusión del proyecto. “Para implementar el proyecto se llevaron a cabo distintas articulaciones o colaboraciones que nos ayudaron a concretar no solo en mano de obra si no que también en materiales como donaciones de pintura, muebles de oficinas, placas de escritorios, computadoras en desusos, donaciones de teclados y monitores de modelos antiguos pero en perfecto estado para su uso”. CDP Uno de los grandes logros de este proyecto es la firma de un convenio con la Universidad Tecnológica Nacional en su sede de General Pacheco -norte del conurbano bonaerense – con el cual se articulan actividades educativas y de transmisión de conocimientos para con los participantes del proyecto productivo. “Empezamos a hacer un vínculo con la Universidad Tecnológica Nacional y nos dijeron que tal vez nos pueden becar en algunos cursos cortos de extensión y motivar a los pibes a que es un lugar posible. Hicimos una visita a la universidad, que queda cerca de nuestro centro comunitario. Es lindo habitar esos espacios donde los pibes nunca se proyectaron, va a dar hermosos frutos” Valeria Barraza Promoción de la economía solidaria   Las computadoras reparadas y armadas en el taller del Centro de Desarrollo Productivo se venden a las familias del barrio a un precio popular. Así las familias pueden acceder a un dispositivo tecnológico y el proyecto se sostiene a largo plazo. En caso de que una familia no cuente con el dinero suficiente para pagar el aparato puede acceder a este a través del trueque, intercambiando su trabajo o conocimientos. “A través de esta modalidad podemos fomentar el trabajo socio comunitario beneficiando a las familias con vulneración de derechos, por ejemplo si detectamos alguna vulneración de derecho a la vivienda (construcción de un baño, construcción de un contrapiso, revoque, etc.) El intercambio se realiza entre los propios vecinos. De esta manera reforzamos los lazos de la comunidad con el

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Música y arte para jóvenes del barrio Providencia

El objetivo del Centro Comunitario Providencia es ampliar las posibilidades de acceso a la cultura y el arte para la comunidad del barrio Providencia en José C Paz, Buenos Aires. Con una orientación artística, cultural y deportiva responde a las necesidades de los chicos y chicas que se acercan al centro comunitario. Desde 1994 el centro cultural forma parte del barrio. Hoy ahí se dan talleres de poesía y escritura, teatro, artes plásticas, fútbol y actividades deportivas, ensamble músical y murga. Se proponen abordar el arte y la cultura desde distintos lugares y ofrecer espacios de contención y sano esparcimiento para jóvenes entre los 10 y 18 años. Diez años después, en 2004, a partir de los talleres nace la murga “Gastasuelas” que ahora es parte de la esencia del centro comunitario, del barrio, y es reconocida en el ámbito murguero del conurbano bonaerense. Quienes formaron parte de la murga en ese momento, hoy son referentes y talleristas del centro comunitario. Desde hace dos años el centro comunitario es uno de los que conforman la Red El Encuentro. Con la incorporación a esta red de centro comunitarios pudieron sostener la frecuencia de los talleres y el trabajo de los talleristas. Con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, se dotó el Centro Comunitario Providencia de instrumentos como trompetas, trombones, repiques, un piano y otros materiales; fortalecieron y ampliaron el trabajo del ensamble de orquesta y la murga. El apoyo a iniciativas culturales, artísticas y recreativas, en particular cuando son promovidas desde los y las jóvenes, es una línea de trabajo prioritaria del FPP de CREAS, en la medida que contribuye a fortalecer el tejido social comunitario para promover la vida digna en los barrios. “La murga es lo que más les atrae a los pibes. Con los adolescentes teníamos el problema de que no solían engancharse con los talleres o vienen con mucha carga de violencia y era difícil atraerlos, pero la murga es lo que más les atrae. Es un espacio que les gusta y les apasiona y que, cuando lo tomamos como eje de los talleres, pibes que habían dejado de venir, volvieron. Gracias al apoyo de CREAS le podemos dar la oportunidad a los pibes de conocer y tocar instrumentos que son de difícil acceso. Es una oportunidad única. Por primera vez tenemos varios instrumentos y con ello la oportunidad de contenerlos para evitar que se pierdan y alejen del centro. Podemos ver frutos en los pibes que están muy motivados y tienen mucho potencial artístico” Julian Foresti, coordinador de los talleres musicales Lo que plantea el centro comunitario es que los talleres sean espacios que promuevan el respeto, la cooperación, la comunicación en los que la juventud sea protagonista de la construcción colectiva. Escuchan sus intereses y desde ahí trabajan en los montajes musicales que se hacen en los ensambles. En total, cincuenta jóvenes del barrio toman los talleres y se espera que sean ellos los próximos en compartir sus conocimientos a los niños y niñas que se vayan incorporando.   Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos   Una Casa para todos que fortalece la comunidad RE SI clando el Valle: formación productiva para cuidar el medio ambiente Jóvenes creciendo: transformando realidades en San Miguel, Buenos Aires Amasando Autonomía, proyecto productivo de jóvenes del Centro Comunitario San Cayetano Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt  

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Una Casa para todos que fortalece la comunidad

“¿Hoy hay casita?” Es la pregunta que los habitantes del barrio San Francisquito en Rosario le hacen vía whatsapp o cuando caminan por el barrio a los y las referentes de la organización “Casa de todos”. Con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, llevaron adelante “Hay casita”, proyecto con el que ahora pueden responder de manera afirmativa a la pregunta que les llegaba constantemente. El proyecto fortalece a los diversos espacios de encuentro y contención mutua que se promueven en Casa de todos, con el objetivo de dignificar la vida de los niños, las niñas, sus familias y toda la comunidad. San Francisquito, Villa Banana y Alvear son barrios con los servicios básicos propios de la urbanización y los asentamientos irregulares. Estos barrios han crecido conforme las familias que allí habitan construyen un lugar para vivir. Allí conviven familias con diversas culturas y tradiciones. Muchas de ellas han llegado desplazadas por las condiciones de violencia de otros barrios del mismo Rosario. También llegan personas de otras provincias o incluso de países vecinos como Paraguay y Bolivia buscando una mejor calidad de vida. Sin embargo, las condiciones del entorno siguen siendo difíciles para las familias. “Las condiciones de vida han empeorado, por diversas razones, a partir de la pandemia. El desempleo amenaza con transformarse en un estado persistente, se acrecentó la violencia familiar y social y se agravó la exclusión, con el consiguiente debilitamiento de los vínculos comunitarios”, nos contaron. Para que, efectivamente, “haya casita” para promover el buen vivir entre las familias de los barrios, la organización renovó los espacios de creación, juego y esparcimiento. Su deseo era hacer la casita más habitable, segura y acogedora. “Optimizar, potenciar y enriquecer son las palabras que definen el proyecto ‘Hay casita’ para casa de todos” Marta Vitta, responsable del proyecto Además de mejorar el espacio físico de la casa para todos, empezaron a ofrecer dos talleres: Danza Folklórica y Ritmo y Movimiento para todas las edades. En el transcurso de los talleres y las tareas diarias salieron algunas reflexiones sobre algunas dificultades en la comunicación. Así que, lo que en un principio habían planteado como un espacio de capacitación para la comunidad decidieron convertirlo en un espacio para trabajar la comunicación y la interacción grupal. Los lazos comunitarios en Casa para todos     Al ampliarse el espacio los talleres de danza, que antes eran para niños, niñas y adolescentes, ahora también se ofrecen para personas adultas. Muchas de las personas que antes se limitaban a llevar a los niños y niñas a la actividad, se sumaron a esta. No sólo se promueve la diversión si no el intercambio generacional mientras se consolidan lazos familiares y comunitarios. La cantidad de adultos beneficiados por el proyecto directamente duplicó lo que habían planteado. De hecho, fue necesario abrir dos horarios más en los talleres para poder asumir la amplia acogida que tuvieron de la comunidad. “Casa de todos pudo fortalecerse como un lugar de referencia para el barrio, se amplió la participación de las familias y la posibilidad de dar talleres destinados a distintas edades. Los espacios de trabajo son más agradables y funcionales. Poder sumar juegos potenció el trabajo con las infancias y el desarrollo de la creatividad.” Marta Marzi, responsable del proyecto Los vecinos y vecinas se apropiaron de la Casa, sus espacios y sus actividades: colaboran con los talleristas, ayudan en la preparación de meriendas para los niños, ayudan con el mantenimiento general del lugar, la difusión de los eventos barriales y llevan nuevas propuestas para proyectos futuros. Las Jornadas Recreativas y Ferias Barriales que hacen cada año en la calle frente a la organización, este 2023 tuvieron una asistencia superior a la de años anteriores. La organización de estas actividades se hizo con los vecinos y vecinas en colaboración la Red Intersectorial de los Barrios San Francisquito, Alvear, Carlos Casado y Latinoamericano (conformada por distintas ONGs e Instituciones estatales de la zona).   Más Casa: la biblioteca, la ludoteca y el roperito   Parte de la renovación de la casa incluyó llevar nuevo material de lectura y juegos didácticos. Tanto la ludoteca como la biblioteca han tenido mayor concurrencia diaria y se ha incrementado el retiro de libros para leer en la casa. Al ver el interés de la comunidad en la lectura se abrió un espacio semanal de Encuentros Literarios con la colaboración de profesores y estudiantes de la Diplomatura en Prácticas Alfabetizadoras de la Universidad Nacional de Rosario. Por otro lado, con la nueva dinámica de la Casa de todos, la organización pudo acercarse más a las madres y cuidadores de los niños y niñas; y aunque no desconocen sus necesidades, decidieron preguntar directamente ¿qué más podemos aportar? Ante las respuestas decidieron volver a implementar y destinar una habitación para “el roperito”: pintaron las paredes y la acondicionaron para que sirva de lugar de guardado y organización de las donaciones. “Este espacio está ofrecido para la ayuda inmediata ante necesidades de ropa, calzado u otros artículos. Se enmarca en un acompañamiento mayor, evitando caer en una práctica meramente asistencialista. Se lleva a cabo de un modo cuidadoso, para que cada persona pueda elegir y no sentirse pasiva, recibiendo. En algunas ocasiones, se efectivizan prácticas de intercambio: algo ofrezco y algo llevo. Es, también, un momento facilitador para la charla, el diálogo, la escucha. Con la participación de vecinas, conocedoras de las necesidades de las diferentes familias del barrio, se ordenan y clasifican las distintas prendas, calzados y accesorios, entendiéndose, dichas tareas, como modos de cuidado comunitarios” “Con la amplia asistencia a las actividades y talleres se fortaleció no sólo la diversión y el intercambio sino que se logró fortalecer el intercambio entre las familias del barrio. Con el tiempo La Casa de todos se afianzó como lugar de acogida, aportando al buen vivir y a la construcción colectiva” Marta Marzi

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RE SI clando el Valle: formación productiva para cuidar el medio ambiente

La contaminación ambiental, la gestión adecuada de los residuos que generamos y el impacto que tienen en nuestra salud y la convivencia de las comunidades fue la problemática que llevó a la organización ETIS en Traslasierra, provincia de Córdoba, a pensar en generar un espacio de formación para jóvenes en el que aportaran a la solución a este problema a la vez que se fortalece la cultura y los lazos comunitarios. Traslasierra es una Valle con localidades semi rurales al oeste de Córdoba, interior de Argentina, cuya economía está basada en el turismo. Allí conviven pueblos y comunidades de distintos orígenes, personas locales y migrantes internos de grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba capital. Después de la pandemia, hubo un crecimiento de la población en Traslasierra y más llegada de turismo, así como un crecimiento del negocio inmobiliario. En consecuencia, los residuos y contaminación que generan estas actividades quedaron sin control. ETIS identificó que la tendencia al encierro y al individualismo quedaron como rezagos de la pandemia, la socialización de jóvenes con sus pares se dificulta por la falta de espacios de encuentro. Con el apoyo del Fondo de Proyectos de CREAS, ETIS empezó a generar esos espacios de encuentro en talleres de formación, inicialmente pensados para adolescentes y jóvenes, en los que mediante el aprendizaje de las herramientas y la manipulación de distintos materiales, éstos se convirtieran en objetos que pudieran comercializar. Los talleres   Lo que se había planteado desde ETIS para el desarrollo de los talleres tuvo cambios que impactaron positivamente en la comunidad. Inicialmente los talleres se iban a desarrollar en el edificio de la municipalidad de Traslasierra, por una cuestión de tiempo y permisos se movieron a la escuela secundaria de la localidad donde en las noches también funciona el secundario para adultos, chicos de más de 18 años que no terminaron su escolaridad. Esto dio pie para que personas adultas, profesores, niños y niñas quisieran involucrarse en los talleres. “ Habíamos apuntado inicialmente a jóvenes recién salidos de la escuela secundaria y nos llevamos la sorpresa de que personas adultas e infantes se interesaron en el proyecto. Decidimos como equipo que todo aquel que quisiera participar, pudiera hacerlo, independientemente de la edad. Tuvimos adultos que se unieron al proyecto desinteresadamente y dieron su tiempo y conocimientos porque resonaban con la temática. El proyecto se enriqueció mucho por el intercambio de saberes intergeneracional.” Mauro Del Río, responsable del proyecto Durante diez semanas, quienes participaron de los talleres crearon productos a partir de materiales donados por privados: bolsas de nylon, bolsas de alimento para animales, silobolsas, telas, bidones, maderas, neumáticos de autos, botellas. Con creatividad, ingenio y el acompañamiento de ETIS estos descartables se transformaron en macetas, pelotas, bolsos, vinchas, paneras y máscaras. Además pudieron dejar en la escuela dos bancos y una mesa. Aunque aún no llegaron a la etapa de comercialización de los productos, quienes participaron también recibieron herramientas para la creación de marca e identidad del emprendimiento. Esto fue posible gracias a profesores y jóvenes del C.E.N.M.A. (Centro Educativo de Nivel Medio Adultos) que se involucraron en el proyecto.   Alianzas con la comunidad   En el proyecto de formación Re SI clando el Valle se vio involucrada gran parte de la comunidad de Traslasierra. Las radios comunitarias colaboraron en la etapa de convocatoria como así también a lo largo del proceso difundieron el trabajo realizado, dando visibilidad a la organización y al proyecto. Diferentes negocios como veterinarias, tapicerías y distribuidoras donaron materiales y prestaron maquinaria. Además, emprendedores de la localidad ofrecieron sus locales para que los objetos producidos en los talleres sean comercializados allí. “Reconocemos el impacto social significativo que tuvieron las temáticas abordadas: el ambiente, la gestión de los residuos, el emprendedurismo, fusionado a la fuerza de la juventud como motor de grandes cambios. Gracias al apoyo de CREAS, sembramos la primera semilla de un tema que está muy fértil en nuestra comunidad. Movilizó a muchos sectores, incluyendo instituciones públicas que por ejemplo nos llamaron de otro municipio cercano en el que nos proponen replicar el proyecto; asimismo instituciones privadas y emprendimientos brindaron diversos apoyos. Consideramos un éxito el proyecto y queremos continuarlo no solo porque es nuestro deseo sino porque lo piden los jóvenes y la comunidad” Mauro Del Río.

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