territorio

Casa Comunitaria Nora Cortiñas ayuda a mujeres vulneradas a integrarse a la comunidad

En Merlo, provincia de Buenos Aires en marzo de 2022 nació la Casa Comunitaria Nora Cortiñas, atendiendo a la necesidad de acompañar integralmente a mujeres, niñas y niños en situaciones de vulnerabilidad por la falta de un lugar permanente para vivir. Allí, dos máquinas de coser han sido herramientas con las que cinco mujeres transforman sus vidas y se integran a la comunidad en la que habitan.  El objetivo de la casa es además de ofrecer un techo a mujeres que han sufrido violencia de género o que presentan consumos problemáticos, un espacio de contención, escucha y restitución de derechos para las mujeres, niños y niñas que transitan por este espacio de alojamiento temporal y voluntario. De lunes a viernes de 2 a 5 de la tarde se desarrolla el Taller de Costura. Un espacio creado a partir del proyecto apoyado por el  Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. Entre las telas, las tijeras, los hilos y las máquinas de coser se crea un espacio de escucha y  aprendizajes que van más allá de la costura.  Silvia, la tallerista, les comparte sus conocimientos y técnicas de trabajo y elaboración de productos con telas pero sobre todo les insiste en la autodeterminación, concentración y disciplina que deben tener para llegar a un producto final.  El taller funciona también como un espacio de integración grupal para las mujeres nuevas que llegan a habitar la casa. Con la compra de dos máquinas de coser y el acompañamiento de CREAS en la planificación y gestión de proyectos, la Casa Comunitaria Nora Cortiñas ha diligenciado nuevos recursos para acercarse y trabajar mejor con las mujeres que pasan por la casa. Planificar, les permite pensar grupalmente y por adelantado cómo sostener el Taller de Costura y la continuidad de las mujeres en él,  a pesar las dificultades del contexto y que se puedan presentar.  La falta de oportunidades económicas, de un espacio donde habitar, una rutina y una vida que las haga sentir bien consigo mismas, sumado a la mirada de estigma que suelen tener sobre ellas, son parte de los retos que sortean para integrarse en comunidad. No obstante es esto, y la autonomía que van generando al acceder a medios productivos y oportunidades de creación, lo que les da nuevas razones para vivir felices.    ¿Qué ha pasado con la casa y las mujeres desde que se creó el Taller de Costura en agosto de 2022? Las mujeres están entusiasmadas con aprender un nuevo oficio. Muchas han adquirido la rutina de ir todas las tardes a coser. Al darles una tarea, una responsabilidad, el taller sirve como espacio terapéutico y su autoestima mejora al ver que son capaces de crear. Han hecho trabajos que han generado ingresos que invirtieron en el mismo taller. Aprenden que más adelante pueden tener un ingreso a partir de su trabajo y dejar de depender de terceros. Algunas mujeres que ya no viven en la casa siguen vinculadas al taller. La Casa sigue siendo un espacio seguro para ellas. La Casa Nora Cortiñas quiere ser un espacio abierto a la comunidad, por eso están invitando a las mujeres del barrio a participar del taller. Además, las nuevas costureras empezarán a ofrecer sus servicios. El taller les ha dado herramientas de autogestión así que ellas mismas se han organizado para dar difusión y empezar su nuevo emprendimiento. De esta manera, se busca la integración de la Casa al barrio al que pertenece y que las mujeres y los habitantes conformen una misma comunidad solidaria, donde no haya estigma hacia quienes buscan nuevas oportunidades.    Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Cuatro personas miran conversan y señalan algo a lo lejos. Estan en Chaco, todo es plano. hay un auto al fondo

De camino por el Chaco para la mitigación de los efectos de la pandemia

La provincia de Chaco, al noreste argentino, ha sido una de las más golpeadas por la sequía presente en el país hace más de tres años y en donde las comunidades aún sufren los efectos de la pandemia del Covid-19. Esto afecta de modo particular a los sectores más vulnerables de las comunidades rurales, con mayores complicaciones para la población indígena y los pequeños y medianos productores rurales. En marzo de 2023, durante una semana, Jorge Fernández, Coordinador del Proyecto De respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia y Carmina Sánchez Corrales, Asistente de Comunicación, visitaron a las comunidades en las que, junto con INCUPO – Instituto de Cultura Popular- y la Junta Unida de Misiones -JUM-, se llevan adelante iniciativas de transformación social que contribuyen a la mejoría de la calidad de vida y dignidad de las personas que allí habitan. En la localidad de Juan Jose Castelli, el proyecto de Mitigación De Los Efectos De La Pandemia (liderado por JUM) se enfoca en la salud mental y la economía de las comunidades indígenas Wichí. Uno de los principales desafíos del proyecto es el abordaje de la salud mental de la población después de la pandemia, respetando su cosmovisión y espiritualidad. Varias de las personas de la comunidad expresaron haberse sentido angustiadas durante la cuarentena debido a la pérdida de lazos familiares y de amistad por la imposibilidad de transitar entre los territorios. Lazos afectivos que se han ido recuperando poco a poco con la apertura y vuelta a la normalidad.   Con las restricciones de movilización durante la pandemia, varias familias perdieron además su principal fuente de ingresos: salir a la ciudad o los pueblos a vender sus artesanías o los pocos alimentos que pueden cultivar en sus tierras aún con las dificultades climáticas del territorio. Por esto, expresaron interés en la construcción de huertas, para que las verduras cultivadas en su propia tierra contribuyan a la mejora nutricional y de ingresos, a la vez que propician un ambiente de arraigo de las personas en su lugar de origen, donde se pueden sentir felices; creativas y productivas, con lo que minimizan migraciones a las zonas urbanas por situaciones de vulnerabilidad. Las huertas son además un punto de encuentro y oportunidad para fortalecer esos vínculos que han extrañado y generar otros que derivan en mayor cuidado de sus tierras y comunidades.  Otra situación que se vive en el Chaco -y que ha requerido Respuesta Rápida-, es la que han vivido productores rurales de la zona al ver en riesgo su ganado debido a un brote de rabia, que se suma a los efectos críticos de la sequía. Allí el proyecto “Recuperación de la producción de ganado menor de las familias de las organizaciones del departamento Sargento Cabral – Chaco” liderado por INCUPO ayudó a las familias productoras a hacer frente a los primeros impactos de la sequía de inicios de 2022, y así salvar a los animales y asegurarse un mínimo de consumo familiar. Un número importante de aspectos se agravaron por la situación crítica de la falta de agua de inicios del 2023 que en caso de no mejorar los próximos meses podría poner en riesgo a la población, pues ya el acceso y consumo de agua ha comenzado a escasear no sólo para los animales sino también para la población humana de las comunidades del departamento Sargento Cabral. En las cercanías de San Bernardo, comunidades wichi de Lote 3 y Las Tolderías, INCUPO, desarrolla también el proyecto Derecho Al Agua Y Alimentación Saludable, un proyecto para la mejora nutricional y el acceso al recurso hídrico. Con apoyo de la Mesa Local del Proyecto se han desarrollado las actividades de capacitación y para el desarrollo de la construcción de huertas y de aljibes que facilitan la recolección de agua. Un aspecto importante que logramos corroborar es el compromiso de las comunidades -así como de de las instituciones de la mesa local- para trabajar en la construcción de las huertas y aljibes. La labor de INCUPO, su conocimiento y capacidad de diálogo con las y los líderes de las comunidades, sus instituciones y la articulación que se genera, facilitan la conexión con estas comunidades y el avance concreto en los objetivos de cada proyecto. Para CREAS es de central interés ayudar a mitigar los efectos de estas crisis a tiempo, pero sobre todo acompañar a las comunidades a capacitarse para apropiarse de esas soluciones, proponer desde sus visiones particulares las vías de transformación y conocer también las oportunidades que pueden construirse con apoyos de organizaciones sociales y/o basadas en la fe que buscan, como el Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio, sumar aportes concretos a la dignidad de todas las personas y el cuidado de la Casa Común.  Más información sobre el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia en esta nota.  Sigamos la conversación por redes sociales:  Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt  

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Arranca con Taller de Gestión nueva tanda del Fondo de Pequeños Proyectos

El  Fondo de Pequeños Proyectos – FPP- nace como una iniciativa de cooperación ecuménica entre CREAS y Pan Para el Mundo, cuyo principal objetivo es fortalecer las capacidades y estrategias de organizaciones comunitarias que contribuyan a la ampliación de derechos de jóvenes, mujeres y diversidades y a la justicia social, económica, de género y climática. Desde su creación en 2003 hasta hoy, CREAS ha apoyado más de 850 proyectos en  Buenos Aires, Rosario y Córdoba, Argentina; y el Gran Chaco Sudamericano (Regiones del Gran Chaco argentino, boliviano y paraguayo). En los últimos años, CREAS ha apoyado alrededor de 40 proyectos por año, enfocándose en acompañar el fortalecimiento de organizaciones del territorio argentino.    >>> Conoce aquí las estadísticas del Fondo en 2022. El FPP es una de las herramientas de intervención territorial de CREAS. Además del apoyo económico que reciben las organizaciones que acceden al Fondo, reciben acompañamiento técnico, teórico y metodológico que empieza en el momento de presentar los proyectos para que puedan aplicar a éste.  ¿Qué hacen las organizaciones comunitarias, organizaciones de base y organizaciones basadas en la fe al formar parte del Fondo de Pequeños Proyectos? Identifican una problemática comunitaria y cómo quieren abordarla para darle solución Reciben apoyo para la escritura de sus proyectos, haciendo énfasis en la redacción de sus objetivos para la planificación, monitoreo y evaluación. CREAS hizo una guía que ha sido usada por las organizaciones a lo largo de los veinte años del FPP.   Los proyectos presentados son analizados por un comité integrado por personas conocedoras de los temas y territorios, y que forman parte de las alianzas de CREAS: universidades, iglesias y otras organizaciones de apoyo al desarrollo y son quienes deciden qué proyectos se apoyarán con base en criterios de territorialidad, contribución de la propuesta al ejercicio de derechos, participación y articulación de actores, entre otros. Taller: gestión y rendición de los proyectos.  Una vez aprobados por el comité, los proyectos son convocados a un encuentro formativo en el que conocen herramientas y recomendaciones para la gestión e implementación de sus proyectos, así como la rendición de cuentas y resultados que, no solo les permitan aplicar a otros apoyos en los términos de las convocatorias, sino a llevar registros precisos y valiosos sobre lo que hacen y lo que pueden hacer. El pasado 14 de abril, diecisiete organizaciones beneficiarias del FPP 2023 participaron del taller en el que Rosaura Andiñach, Coordinadora del Fondo de Pequeños Proyectos, brindó herramientas que ayudan a la organización a monitorear los recursos y las actividades para asegurarse de que el proyecto pueda cumplir en tiempo y forma los objetivos planteados.  El taller es, además, un espacio en el que las organizaciones con proyectos apoyados se conocen e intercambian experiencias. Organizaciones con proyectos similares, o que trabajan en el mismo territorio, suelen establecer contactos de colaboración gracias a estos encuentros: hemos visto cómo suman fuerzas y crean procesos de apoyo mutuo para para contribuir a procesos de transformación en sus comunidades, en el fortalecimiento de nuevas economías y el acceso a derechos de jóvenes y mujeres.  Para muchas de las organizaciones el FPP es su primera experiencia recibiendo fondos a través de la formulación de un proyecto propio, es por eso que para CREAS es esencial el acompañamiento y capacitación en todo el recorrido. Una vez se termina de implementar  el proyecto, las organizaciones están más capacitadas para buscar otro tipo de fondos o apoyos con los que puedan seguir trabajando en sus territorios.  Durante el resto del año el Fondo de Pequeño Proyectos se concentrará en el acompañamiento y capacitación a las organizaciones apoyadas con talleres y encuentros presenciales para fortalecer las capacidades de gestión y los procesos de cada organización.  ¡Seguiremos contando su avance! Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Territorializar el Desarrollo Sostenible. Un desafío permanente.

En el año 2015 las Naciones Unidas acordaron un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y perspectivas de las personas en todo el mundo, para lo cual acordaron la Agenda 2030, la cual enuncia 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), superando así los anteriores Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM hasta el 2015). Este contexto nos da una claridad: en busca de nuevos paradigmas de desarrollo, más acordes con lo que se sostiene en equilibrio, respeta, y nutre la vida, como nuestra naturaleza misma, ha habido y habrá diversas metas y medidas de transformación, y lo que siempre será necesario priorizar es la acción en territorio. Ha sido un desafío para los Estados poder concretar y poner en el territorio esta agenda orientada al desarrollo económico, social y ambiental sostenible. El gobierno argentino, en el marco del Acuerdo Marco Estratégico de Cooperación del Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo con la República Argentina (MECNUD -2021-2025) considera el apoyo que brindará la ONU al Estado Argentino en base a sus prioridades de desarrollo, definiendo metas priorizadas, Indicadores para dar seguimiento a la Agenda 2030. La Plataforma Argentina para el Monitoreo de la Agenda 2030, PAMPA 2030 da seguimiento al cumplimiento de las Metas e Indicadores establecidos por el Estado; también aporta a la presentación del Informe Nacional Voluntario y a la conformación del Foro de Participación Social para la Implementación y Seguimiento de la Agenda 2030, espacio para la articulación con el Estado Nacional a través del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. CREAS forma parte de PAMPA 2030 desde sus orígenes como organización basada en la fe – OBF, y ha participado en procesos formativos, aportando expertise metodológico y de capacitación, incluyendo actividades de formación de formadores, para fortalecer los procesos de territorialización de la Agenda 2030. Asimismo, trabajó en la elaboración del breviario temático de las OBF.. Territorializar la Agenda 2030 implica “fortalecer las capacidades locales para para formular e implementar políticas públicas que respondan adecuadamente a las necesidades de la sociedad y el territorio, reconociendo sus dificultades y maximizando sus potencialidades”, como lo indica este documento del Observatorio Regional de Planificación para el desarrollo de América Latina y el Caribe, con el que se pueden conocer acciones y mediciones de lo implementado en la región. Lograr una conexión de lo local con lo global requiere encuentros y acciones pertinentes, atención al contexto y escucha bilateral que permita que una visión complemente a la otra. Entre el 20 y el 24 de marzo pasado se realizó el III Foro Mundial de Derechos Humanos organizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de la UNESCO, en Buenos Aires, superando en participación y en actividades a sus ediciones anteriores (el primero en Brasil en el 2013 y en el 2014 en Marruecos). A lo largo del encuentro participaron más de 21 mil personas de 98 países, 950 organizaciones involucradas y se presentaron 1100 actividades autogestionadas. Además, hubo 206 actividades culturales, 200 referentes y especialistas en materia de derechos humanos fueron parte de las propuestas, 2300 panelistas y 390 periodistas acreditados. En dicho evento, como parte de PAMPA 2030, CREAS se sumó a la organización y facilitación de un taller sobre herramientas de territorialización de la Agenda 2030, en el que participaron diferentes referentes de organizaciones nacionales e internacionales y en el que se compartieron tres buenas prácticas y experiencias de cómo las organizaciones llevan adelante temas educativos y de género, y localizan la Agenda 2030 desde sus acciones cotidianas. CREAS también contribuye al desarrollo sostenible y transformador a nivel local, y a la localización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: desde su involucramiento en temáticas relacionadas con alguno de estos objetivos a nivel global y nacional, desde el apoyo que se brinda desde el Fondo de Pequeños Proyectos (FPP), desde su labor en el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia. Otro ejemplo es el acompañamiento a procesos locales en donde hay temas sociales, económicos y ambientales que conjugan de modo práctico varios ODS: tal es el caso del proceso de acompañamiento a la Red Urbano Ambiental de la Comuna 7 (RUA C7) en la ciudad de Buenos Aires, entre otros. Localizar la Agenda 2030 es una responsabilidad de los Estados, pero también es un compromiso por parte de las organizaciones nacionales y locales para lograr un desarrollo inclusivo, con justicia económica y social, amigable con el medio ambiente de modo tangible y concreto. CREAS desde su identidad y compromiso de fe, suma sus aportes para el cuidado de la casa común, en el acompañamiento de quienes comprometidos con la realidad y la dignidad de las personas promueven prácticas solidarias que dan cuenta del servicio, de la diaconía ecuménica y profética, como expresa el Evangelio, para que tengamos una vida en plenitud, y siguiendo el llamamiento ético de la Agenda 2030, para no dejar a nadie atrás.    

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13 de octubre Día Internacional para la Reducción de Riesgos a Desastres – Nuestro aporte como OBF

Por Jorge Javier Fernández Coordinador de Proyecto Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia Los Desastres, NO SON NATURALES, es una máxima que desde diferentes ámbitos públicos y privados una y otra vez tratamos de repetir cual mantra místico para que el concepto pueda debelar lo que encierra. La acción humana en la naturaleza, en obras que “aportarán al desarrollo” no siempre cumplen su propósito, en ocasiones estas obras son las que intervienen en el territorio y generan desastres que se cobran vidas humanas, pérdidas cuantiosas de ecosistemas e infraestructuras locales y que ponen en jaque cómo se gobiernan los efectos de los desastres, cómo se gobierna una situación crítica que impacta en la vida de miles de personas. La Reducción de Riesgos a Desastres implica que un conjunto de actores públicos se oriente en base a planes de desarrollo sostenible, involucrando a la sociedad civil y principalmente a las comunidades locales, pero estos factores no siempre se conjugan. Más allá del voluntarismo estos factores no siempre se conjugan positivamente, en ocasiones la legislación existe como base normativa, pero carece de recursos, en otras ocasiones los recursos existen, pero no se administran adecuadamente en tiempo y forma generando un impacto en aquello que debiera ocurrir y no ocurre. Las amenazas siempre estarán latentes, la exposición a la que las comunidades se someten no siempre es visibilizada y la carencia de organización comunitaria impacta en la posibilidad de pasar revista a las capacidades locales, las vulnerabilidades preexistentes son el conjunto de elementos perfectos para incrementar el riesgo a la que las comunidades se ven expuestas cotidianamente. Cuando un desastre ocurre quienes primero responden son las propias personas afectadas, en ocasiones sin preparación, sin recursos, tratando de sobreponerse al dolor de las pérdidas de vidas y de bienes. A partir de aquí se comienza a poner en marcha un engranaje de solidaridad desde las instituciones más cercanas, en muchos casos las Iglesias, las pequeñas congregaciones, que tratan de ayudar, de dar una mano con los brazos abiertos para sostener la vida y acoger compasivamente a quien sufre. En las últimas décadas se han incrementado los desastres, se han incrementado las crisis derivadas del cambio climático, producto de la desigualdad y de las malas políticas publicas que no invierten lo suficiente en las acciones de prevención y preparación de las comunidades para hacer frente a un desastre y activar comportamientos más resilientes; se gastan millones de dólares en la respuesta humanitaria (la cual es siempre necesaria en función de los impactos) y pocos miles de dólares en la prevención y preparación. En el ciclo de la gestión de riesgos la prevención y preparación son centrales para tener un menor impacto cuando un desastre ocurra, allí luego viene la etapa de respuesta humanitaria y reconstrucción (en sentido amplio) a veces de infraestructura, a veces de vida. Esta reconstrucción, cual recuperación implica planificar el desarrollo tratando de que se logren otras dinámicas de desarrollo más sostenibles, más viables, amigables con el medio ambiente, con inclusión social y sostenibilidad económica, también implica contar con sistemas de alertas tempranas y la máxima coordinación posible de los actores de la comunidad. La reciente epidemia de COVID-19 nos ha dejado un conjunto de efectos que aún estamos aprendiendo a reconocer, en el actual contexto los incendios forestales dan un paisaje terrible, las escasas y repentinas inundaciones sorprenden cada vez más por su capacidad de daño, las sequías prolongadas y silenciosas se consumen la vida poco a poco, desnudando lo terrible de carecer de elementos básicos para la vida. Frente a este panorama desde CREAS acompañamos a las organizaciones comunitarias y a las organizaciones basadas en la fe para poder incorporar estrategias de reducción de riesgo y de mejorar su capacidad de respuesta frente a los eventos que localmente se presentan, más allá de los aspectos técnicos promover la resiliencia personal y comunitaria junto con brindar un activa esperanza son nuestros rasgos distintivos para brindar una diaconía ecuménica, transformadora y profética para poder actuar sobre la realidad y decir más que nunca, LOS DESASTRES NO SON NATURALES.

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Taller de formulación de proyectos

CREAS apoya a las organizaciones comunitarias a formular sus proyectos

A lo largo de la vida de CREAS, con 20 años fortaleciendo el movimiento ecuménico de América Latina como Centro de Asesoría y Servicio, muchos aprendizajes han tenido lugar gracias a la articulación con iglesias, organizaciones basadas en la fe (OBF) y organizaciones comunitarias. Tenemos una amplia trayectoria facilitando para estas (y otras entidades que inciden en los territorios), la apropiación de metodologías para la elaboración de los proyectos que logran esa incidencia. El valor diferencial de los espacios de aprendizaje que proponemos, a partir de la experiencia, es la posibilidad de que las organizaciones se articulen, compartan visiones y puedan también conectar sus públicos e iniciativas. Las claves metodológicas de CREAS delimitan lo que nuestra organización busca en los proyectos a financiar a través del Fondo de Pequeños Proyectos – FPP: Que se plantee como un proceso: con planificación, monitoreo y evaluación (PME). Que sea transformador: que deje huellas y cambie realidades. Que la comunidad sea protagonista: por tanto que esté involucrada en sus diversas etapas. Que sea sostenible: así que pueda sustentarse en términos ambientales, sociales y económicos. Estas claves son, a la vez, guías diferenciales que planteamos a los líderes -independientemente de las fuentes de financiamiento– para expandir el nivel de incidencia de sus proyectos, más allá de la solución de necesidades específicas, en la consideración de las problemáticas como parte de un contexto amplio en el que se entrelazan diversos actores y realidades que pueden ser -e idealmente serán- agentes activos en las transformaciones sociales de sus comunidades. A veces, en un mar de opciones o un bloqueo que de momento no identifica ninguna, es posible no saber qué hace proyecto a un proyecto o cómo elegir aquel en el que queremos trabajar primero, y estas son tres características esenciales de los que ayudamos a formular: Debe responder a una necesidad (o varias) de la comunidad. Debe estar vinculado estrechamente a la misión de la organización. Debe ser viable. Para recibir la formación no en necesario tener conocimientos previos o proyectos ya formulados, aunque si ya los tienen, podrán evaluarlos y replantearlos, o enlazarlos con otros nuevos. En los talleres abordamos preguntas básicas como ¿Qué es un proyecto? O ¿Cómo definir un problema comunitario? Y usamos algunas herramientas metodológicas estandarizadas como el Árbol de problemas y actividades que ayuden a pasar del diagnóstico a la propuesta y del problema a los objetivos. Elaborar un Plan Operativo de Actividades y un Presupuesto estructurado, así como considerar los respectivos métodos de gestión, control y evaluación; la rendición de cuentas e informes. El último taller que realizamos este año fue en el Bajo Flores, en la sede COopa ubicada en el barrio Rivadavia 1, de la Ciudad de Buenos Aires. Quince personas, de entre 18 y 60 años, pertenecientes a organizaciones como el Comedor Comunitario «Manuel Belgrano», la Escuela de Hip-Hop Impacto Sur Clan, la Asociación Civil «Desde abajo desde el bajo», el Club Social y Deportivo Bajo Flores y la escuela de boxeo recreativo Buena Vida Boxing se reunieron un sábado, entre las 9:30 y las 16h para recibir esta formación que, juntando actores centrales del trabajo social de la zona, podría también propiciar articulaciones entre entidades. Parte de la misión de CREAS es la movilización de saberes y experiencias junto a otros actores del ecumenismo, del movimiento social y de las comunidades. Es por eso que tomamos en estos encuentros la oportunidad de conocer, de primera mano, cuáles son los temas que afectan a la comunidad y que consideran necesario profundizar; en esta oportunidad los asistentes manifestaron interés en temas como: Comunicación, Jóvenes y Cultura, Justicia de Género y Economía circular y medio ambiente. También nos propusieron abordar en otro encuentro la temática de niñez y derechos y consumos problemáticos. De esta manera, CREAS fortalece los espacios de aprendizaje desde las prácticas, y de articulación y cooperación entre organizaciones en los territorios, para un mayor impacto y sustentabilidad de sus propuestas. Descarga el Manual de Planificación, Monitoreo y Evaluación y Diversificación de Recursos para Procesos Locales, en nuestra sección de Publicaciones.   ¡Seguimos la conversación en redes sociales! Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC

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