Rosario

Una Casa para todos que fortalece la comunidad

“¿Hoy hay casita?” Es la pregunta que los habitantes del barrio San Francisquito en Rosario le hacen vía whatsapp o cuando caminan por el barrio a los y las referentes de la organización “Casa de todos”. Con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, llevaron adelante “Hay casita”, proyecto con el que ahora pueden responder de manera afirmativa a la pregunta que les llegaba constantemente. El proyecto fortalece a los diversos espacios de encuentro y contención mutua que se promueven en Casa de todos, con el objetivo de dignificar la vida de los niños, las niñas, sus familias y toda la comunidad. San Francisquito, Villa Banana y Alvear son barrios con los servicios básicos propios de la urbanización y los asentamientos irregulares. Estos barrios han crecido conforme las familias que allí habitan construyen un lugar para vivir. Allí conviven familias con diversas culturas y tradiciones. Muchas de ellas han llegado desplazadas por las condiciones de violencia de otros barrios del mismo Rosario. También llegan personas de otras provincias o incluso de países vecinos como Paraguay y Bolivia buscando una mejor calidad de vida. Sin embargo, las condiciones del entorno siguen siendo difíciles para las familias. “Las condiciones de vida han empeorado, por diversas razones, a partir de la pandemia. El desempleo amenaza con transformarse en un estado persistente, se acrecentó la violencia familiar y social y se agravó la exclusión, con el consiguiente debilitamiento de los vínculos comunitarios”, nos contaron. Para que, efectivamente, “haya casita” para promover el buen vivir entre las familias de los barrios, la organización renovó los espacios de creación, juego y esparcimiento. Su deseo era hacer la casita más habitable, segura y acogedora. “Optimizar, potenciar y enriquecer son las palabras que definen el proyecto ‘Hay casita’ para casa de todos” Marta Vitta, responsable del proyecto Además de mejorar el espacio físico de la casa para todos, empezaron a ofrecer dos talleres: Danza Folklórica y Ritmo y Movimiento para todas las edades. En el transcurso de los talleres y las tareas diarias salieron algunas reflexiones sobre algunas dificultades en la comunicación. Así que, lo que en un principio habían planteado como un espacio de capacitación para la comunidad decidieron convertirlo en un espacio para trabajar la comunicación y la interacción grupal. Los lazos comunitarios en Casa para todos     Al ampliarse el espacio los talleres de danza, que antes eran para niños, niñas y adolescentes, ahora también se ofrecen para personas adultas. Muchas de las personas que antes se limitaban a llevar a los niños y niñas a la actividad, se sumaron a esta. No sólo se promueve la diversión si no el intercambio generacional mientras se consolidan lazos familiares y comunitarios. La cantidad de adultos beneficiados por el proyecto directamente duplicó lo que habían planteado. De hecho, fue necesario abrir dos horarios más en los talleres para poder asumir la amplia acogida que tuvieron de la comunidad. “Casa de todos pudo fortalecerse como un lugar de referencia para el barrio, se amplió la participación de las familias y la posibilidad de dar talleres destinados a distintas edades. Los espacios de trabajo son más agradables y funcionales. Poder sumar juegos potenció el trabajo con las infancias y el desarrollo de la creatividad.” Marta Marzi, responsable del proyecto Los vecinos y vecinas se apropiaron de la Casa, sus espacios y sus actividades: colaboran con los talleristas, ayudan en la preparación de meriendas para los niños, ayudan con el mantenimiento general del lugar, la difusión de los eventos barriales y llevan nuevas propuestas para proyectos futuros. Las Jornadas Recreativas y Ferias Barriales que hacen cada año en la calle frente a la organización, este 2023 tuvieron una asistencia superior a la de años anteriores. La organización de estas actividades se hizo con los vecinos y vecinas en colaboración la Red Intersectorial de los Barrios San Francisquito, Alvear, Carlos Casado y Latinoamericano (conformada por distintas ONGs e Instituciones estatales de la zona).   Más Casa: la biblioteca, la ludoteca y el roperito   Parte de la renovación de la casa incluyó llevar nuevo material de lectura y juegos didácticos. Tanto la ludoteca como la biblioteca han tenido mayor concurrencia diaria y se ha incrementado el retiro de libros para leer en la casa. Al ver el interés de la comunidad en la lectura se abrió un espacio semanal de Encuentros Literarios con la colaboración de profesores y estudiantes de la Diplomatura en Prácticas Alfabetizadoras de la Universidad Nacional de Rosario. Por otro lado, con la nueva dinámica de la Casa de todos, la organización pudo acercarse más a las madres y cuidadores de los niños y niñas; y aunque no desconocen sus necesidades, decidieron preguntar directamente ¿qué más podemos aportar? Ante las respuestas decidieron volver a implementar y destinar una habitación para “el roperito”: pintaron las paredes y la acondicionaron para que sirva de lugar de guardado y organización de las donaciones. “Este espacio está ofrecido para la ayuda inmediata ante necesidades de ropa, calzado u otros artículos. Se enmarca en un acompañamiento mayor, evitando caer en una práctica meramente asistencialista. Se lleva a cabo de un modo cuidadoso, para que cada persona pueda elegir y no sentirse pasiva, recibiendo. En algunas ocasiones, se efectivizan prácticas de intercambio: algo ofrezco y algo llevo. Es, también, un momento facilitador para la charla, el diálogo, la escucha. Con la participación de vecinas, conocedoras de las necesidades de las diferentes familias del barrio, se ordenan y clasifican las distintas prendas, calzados y accesorios, entendiéndose, dichas tareas, como modos de cuidado comunitarios” “Con la amplia asistencia a las actividades y talleres se fortaleció no sólo la diversión y el intercambio sino que se logró fortalecer el intercambio entre las familias del barrio. Con el tiempo La Casa de todos se afianzó como lugar de acogida, aportando al buen vivir y a la construcción colectiva” Marta Marzi

Leer mas »

Mejorando la planta de Gestión de Residuos Eléctricos y Electrónicos de Nodo TAU en Rosario

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS La planta de gestión de residuos informáticos de Nodo TAU en Rosario, Argentina, es uno de los proyectos que CREAS ha apoyado con el Fondo de Pequeños Proyectos y, en lo personal, uno que tenía muchas ganas de investigar por la pertinencia de su labor; la conexión con poblaciones jóvenes; el servicio social y el positivo impacto ambiental que brinda. Vamos por partes. ¿Qué es Nodo TAU? “Una asociación civil dedicada a la promoción del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en grupos y organizaciones sociales, particularmente aquellas que trabajan en la vigencia de los derechos sociales, civiles, económicos y ambientales de los sectores más vulnerados de la sociedad para colaborar en su inclusión social. Nodo TAU, desde una visión crítica de los fenómenos tecnológicos, promueve la democratización y el uso con buen sentido de estas herramientas, a la vez que representa, acompaña y comparte las voces de la sociedad civil en las políticas que las regulan. Está integrada por profesionales de la informática y las comunicaciones, educadores y militantes sociales dedicados a facilitar el acceso a las nuevas tecnologías a organizaciones comunitarias, barriales, eclesiales, de género, ambientales, cooperativas, grupos de base, escuelas, centros comunitarios, para fortalecer su acción institucional y que a la vez dinamicen la comunicación y organización entre todos los sectores comprometidos con la lucha contra la pobreza y la exclusión, el cuidado del ambiente, los derechos de las mujeres, de la infancia y la defensa de los derechos humanos y sociales”. Por esto, Nodo TAU tiene diversas iniciativas como las enfocadas en producir comunicaciones que formen respecto a los temas que les interesan y conecten a sus poblaciones; también participa en redes que velan por los derechos humanos y del planeta en relación con las tecnologías de la información. Uno de estos proyectos es la Planta de Gestión de Residuos Informáticos RAEE, generados por el final de la vida útil de los Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) y que son uno de los tipos de residuos sólidos urbanos (RSU) de mayor crecimiento debido a las dinámicas de uso de diversos de estos aparatos en la vida cotidiana. Entre los residuos AEE se encuentran: Grandes electrodomésticos: frigoríficos, cocinas, radiadores. Pequeños electrodomésticos: planchas, aspiradoras, cafeteras, secadores. Equipos informáticos y de telecomunicaciones: ordenadores, monitores, teléfonos. Aparatos electrónicos de bajo consumo: Radios, televisores, instrumentos musicales. Aparatos de alumbrado: bombillos, fluorescentes, LEDs. Herramientas eléctricas o electrónicas: Taladros, máquinas de coser, cortacéspedes. Juguetes y equipos deportivos o de tiempo libre: Consolas, juguetes teledirigidos, cronómetros deportivos. Aparatos médicos (excepto infectados o implantados): Termómetros, tensiómetros, estetoscopios. Instrumentos de vigilancia y control: Detectores de humo, termostatos, alarmas Máquinas expendedoras, entre otros. Los RAEE NO deben llegar a la basura. Hay dos caras de esta moneda: por un lado los RAEE tienen componentes muy valiosos (como el cobre y otros metales preciosos en las plaquetas electrónicas y procesadores) y por el otro contienen también elementos como mercurio, cadmio, plomo, bromo, selenio, bifenilos policlorados, policloruros de vinilo e ignífugos como el arsénico y el amianto, que aportan el 70 % de metales pesados a los rellenos sanitarios, donde se queman o mojan, produciendo el “lixiviado” hacia las napas subterráneas, contaminando tierra, aire y agua. “Se estima que el 50% de estos residuos están arrumbados en oficinas, hogares, entes públicos o depósitos, más del 40% se entierra o se descarta en basurales y rellenos y cerca del 10% ingresa en esquemas informales o formales de gestión de residuos”. – Nodo TAU El uso consciente de Aparatos Eléctricos y Electrónicos AEE incluye: Optimizar el uso de los aparatos y prolongar al máximo su vida útil; repararlos, evitar su deterioro. Disponer adecuadamente de los residuos en Puntos Verdes y de reciclado. Jamás a la basura, contenedores, o la vía pública. Promover sistemas locales de gestión que involucren a empresas, particulares, emprendimientos de Reciclado y logística. Desarrollo de iniciativas ciudadanas y educativas para la promoción de la reducción del RAEE y la reutilización de los aparatos. Medición de la cantidad y calidad del RAEE,y el establecimiento de metas de recuperación. Desarrollar capacidad técnica y operativa para manejar esas cantidades de residuo, y el desarrollo de mercados de valorización de lo producido. La implementación de una legislación local que incluya incentivos y cargas para la financiación transparente y sustentable del sistema. Entonces, son transversales los efectos, las causas y los/as involucrados. El asunto de los residuos eléctricos y electrónicos toca lo social, lo ambiental, lo público y lo privado. Está relacionado con intereses de los jóvenes, constituye un área de oportunidad para la generación de conocimiento, la formación de técnicos y profesionales, la generación de empleos y la contribución comunitaria al bienestar social. La planta de gestión de residuos informáticos Nodo TAU En 2019 recibimos entre los postulados para el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS este proyecto ubicado en el barrio de Fisherton Industrial. Nodo TAU operaba desde 1995 promoviendo el uso de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información (NTICs) en el sector social y mientras se encargaban de donar a las organizaciones sociales aparatos recuperados se dieron cuenta de que la gestión de residuos era esencial y lo incluyeron en sus líneas de trabajo. En 2017 abrieron su planta en Rosario y en 2019 la mejoraron gracias al apoyo económico del FPP de CREAS construyendo un aula para capacitaciones y reuniones grupales, donde aún se dictan talleres de reparación de PC, reparación de celulares y reparación de impresoras donde asisten tanto jóvenes que forman parte de la Planta como otres del barrio que se interesan en las capacitaciones. “Sin embargo, para la optimización del funcionamiento de la planta, se precisaba perfeccionar los procesos de trabajo y mejorar el movimiento de materiales en el galpón central. Esta situación permitiría aumentar la productividad y mejorar los ingresos del grupo, dado que se maximiza el aprovechamiento del espacio y se pueden trasladar, apilar y acopiar mayores volúmenes que luego se pueden

Leer mas »