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PAMPA 2030 en Resistencia, Chaco: territorialización para la promoción de derechos de los pueblos originarios

Los pasados 3 y 4 de agosto de 2023 la Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030- PAMPA 2030 (de la que CREAS es parte como organización basada en la fe – OBF) convocó en Resistencia, Chaco, el taller ‘Fortalecimiento de las capacidades locales para la promoción de derechos de pueblos originarios y alianzas interactorales en la Provincia de Chaco’, que convocó alrededor de 50 personas para recibir capacitación en relación a la Agenda 2030, la centralidad del trabajo decente, la soberanía alimentaria, la sinergia entre trabajo decente y lucha contra el cambio climático y los derechos de los pueblos indígenas, en particular a partir del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo – OIT, ratificado por 22 países (y en Argentina por la Ley 24.071 en 1992 y vigente desde el año 2001, con carácter de obligatoriedad y prevalencia sobre las leyes nacionales), y que básicamente plantea la acción coordinada y sistemática para la protección de los derechos de los pueblos indígenas y tribales, con lo cual las naciones se comprometen a “adecuar la legislación nacional y a desarrollar las acciones pertinentes de acuerdo a las disposiciones contenidas en el Convenio”, así como a informar sobre la aplicación práctica y responder a las preguntas o sugerencias de los organismos de control. Por su parte: “El objetivo de la Agenda 2030 es promover y alcanzar una Nueva Agenda de Desarrollo sostenible que alcance a todas las naciones, todos los pueblos y a las personas. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con sus 169 metas e indicadores, impulsan a centrarnos en un nuevo paradigma civilizatorio basado en las Personas, el Planeta, la Prosperidad, la Paz y la Participación de la sociedad”. La razón de ser de PAMPA 2030 como plataforma es la de monitorear la implementación de los acuerdos establecidos por el Estado Argentina en cuanto a sus Metas e Indicadores de los ODS en el marco de la Agenda 2030 y fomentar su territorialización, facilitando el diálogo práctico entre lo local y lo global para obtener verdaderos resultados en término de un desarrollo económico, social y ambientalmente sostenible. El objetivo de este encuentro (promovido por Redes Chaco, junto a PAMPA 2030, con apoyo de la OIT y el organismo provincial del Chaco encargado de la Agenda 2030) fue, además de la capacitación sobre la Agenda 2030, la construcción de una instancia local de PAMPA 2030 Chaco con participación de las organizaciones sindicales, pueblos indígenas, organizaciones basadas en la fe, organizaciones ambientalistas y defensores de derechos humanos. Asimismo, la Construcción de un diálogo interinstitucional con el gobierno y Agencias del Sistema de Naciones Unidas. Entre las actividades del encuentro, realizamos de la mano de INCUPO – Instituto de Cultura Popular (que también forma parte de PAMPA 2030) una visita a la comunidad QOM de Laguna Patos «Lapel Huotaxañilai» en Leonesa, Chaco, para hablar sobre el Convenio 169 de la OIT y su aplicación práctica. Jorge Fernández, del equipo de Desarrollo Territorial de CREAS expresó: Los desafíos de la territorialización requieren el involucramiento activo de los diferentes actores, por lo cual fue clave la presencia de las organizaciones locales del Chaco, en este marco, PAMPA 2030 facilitó la profundización del conocimiento de la Agenda 2030, junto con relacionar a las organizaciones locales con las autoridades del gobierno del Chaco responsables de los ODS en la provincia. El aporte metodológico de CREAS contribuyó al desarrollo de este taller, junto a su constante compromiso con el desarrollo sostenible, desde el trabajo multiactoral de la Agenda 2030, en el marco de PAMPA 2030.

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La Asamblea WACC América Latina y los desafíos de la comunicación con perspectiva de fe

Por Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org El martes 18 de octubre de 2022 se llevó a cabo la Asamblea Regional de WACC América Latina, que por sus siglas en inglés para World Associtation for Christian Communication es la Asociación Global para la Comunicación Cristiana y en su capítulo latinoamericano se reunió, 4 años después de su última Asamblea, para volver a elegir Comité Ejecutivo Regional (CER). La cita fue en una reunión híbrida que congregó a más de 35 representantes de instituciones de la región y miembros suscritos a título personal, con lo que se juntaron las visiones de organizaciones basadas en la fe, universidades, centros de estudio, institutos de investigación, observatorios de medios y diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, frente a la Comunicación como Derecho, su profundo impacto en la garantía de los demás derechos en general y los desafíos que nos plantea el actual contexto global y regional. WACC global opera en ocho regiones: Asia, África, Europa, Medio Oriente, Pacífico, Caribe, América del Norte y América Latina.   Una de las iniciativas globales y tradicionales de la WACC es el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP) con el que, desde 1995, convoca a cientos de voluntarias y voluntarios en el mundo para desarrollar el análisis de medios más grande con perspectiva de género, para analizar los lugares de las mujeres en las noticias y otros contenidos, durante cada quinquenio. Puedes encontrar algunos de los resultados en este artículo de Cirenia Ortega (Secretaria WACC AL) sobre el l foro La Comunicación: Piedra Angular de la Justicia Social, convocado por WACC global. Durante la bienvenida, Philip Lee, secretario general de WACC global compartió el interés general de la WACC “posibilitamos que la gente sea vista y escuchada pues independientemente del tema, justicia de género, justicia digital o cambio climático, no se avanzará sin una comunicación justa y eficaz”. Lee señaló “la exclusión digital de un gran número de personas también las excluye de los procesos democráticos. En la era digital se agrava la ampliación de poderes de vigilancia y los ataques al derecho a la libertad de expresión y el aumento de noticias falsas”. Para muestra, “En el Abya yala, durante la pandemia pocos pudieron quedarse en casa, la gran mayoría no tuvo el privilegio del teletrabajo, tuvo que exponerse al virus, indígenas y mujeres pobres.” En el encuentro regional de este martes 18 se presentó el informe del Comité Ejecutivo Regional – CER WACC AL sobre su gestión 2018– 2022 y se eligió el nuevo equipo para el período de los 4 años subsiguientes, continuando en su cargo 3 de ellos: Leonardo Félix: Presidente. (Argentina – Región Cono Sur) Nieves Vargas: Vicepresidente (Perú – Región Andina) Cirenia Ortega: Secretaria (México – Región Central) Se sumó la participación de: Judith Castañeda: Vocal (Guatemala – RC) Marcela Gabioud: Vocal (Argentina – CS) Y un lugar de Tesorería que se asignaría por consenso del CER Electo a un miembro de Brasil, cumpliendo con los estatutos que señalan debe haber al menos un integrante de cada una de las cuatro subregiones: Cono Sur, Centroamérica, Zona Andina y Brasil. Respecto a todo este contexto, tan interesante y pertinente, le pregunté a Leonardo Félix: ¿Qué le significa continuar en el cargo de Presidente? ¿Qué planes o visiones tiene en este cargo? «Tiene que ver con la posibilidad de funcionar para América Latina pudiendo dirigir y consensuar procesos comunicacionales que incluyan a más personas, a más organizaciones. Yo lo veo como la oportunidad de amplificar lo que ya se está haciendo y, en los planes y visiones del cargo, incidir específicamente en nuevos territorios y territorialidades; la posibilidad de seguir ampliando el alcance político-institucional de la WACC en América Latina con experiencias que tienen que ver con los pilares de la WACC Global: pueblos indígenas, medio ambiente, cambio climático, y estudios de género, tecnología digital, brecha digital y acceso a la justicia digital. Lo veo también como la posibilidad de tener una visión a mediano y largo plazo y seguir descubriendo que en América Latina hay mucha gente, muchas organizaciones que trabajan por la Comunicación como un derecho humano inalienable«. Entonces, cuando conversamos sobre el papel de CREAS e instituciones similares en una asociación como WACC; me dice: «Tiene que ver con esta amplificación del trabajo y con esta posibilidad de generar una incidencia para un impacto real en nuestro continente. Organizaciones como CREAS y otras similares que trabajan la diaconía en forma ecuménica responden también al sentido que tiene la WACC en el marco identitario desde el cual se creó, de poder ver desde las creencias y espiritualidades más diversas cómo se trabaja en conjunto para proyectos que sostengan y mejoren la vida de las personas, en este caso en nuestro territorio que es América Latina. Así que, para cerrar, le pido la visión del desafío de la comunicación cristiana en estos tiempos: «Con toda la generalidad de lo que este término implica creo que el primer reto es poder entender las espiritualidades que convergen dentro de la WACC, que ya no se trata de ese primer ámbito cristiano, europeo, protestante que le dio origen a la WACC a nivel mundial hace más de 60 años, sino que se trata de albergar culturas, pueblos ancestrales, cosmovisiones totalmente distintas, espiritualidades que se mueven por todo el continente, y que comunican permanentemente y cuyas voces han sido acalladas. Entonces creo que uno de los roles más importantes de una comunicación cristiana en este continente tiene que ver con la inclusividad, con la apertura y la ampliación de derechos permanentes, donde todas las personas se sientan representadas y puedan tener este espacio para hablar, decir, opinar, para ser no solamente escuchadas sino tener una incidencia real desde las organizaciones que tienen, y en esto creo que la WACC es facilitadora también de esos espacios y tiene que resultar una facilitadora también de espacios de convergencia, como un paraguas que cuide las demandas de los distintos sectores sociales de América Latina,

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Ninashpa, cerámicas en Santiago del Estero

Ninashpa: la oportunidad de la tierra en las familias de Santiago del Estero

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org Ninashpa es en lengua quichua la unión de tierra y fuego. Ninashpa eligió llamarse en 2021 un grupo productivo de mujeres que elaboran cerámicas en Santiago del Estero, entre las Comisiones Municipales de Bandera Bajada, La Invernada y Vaca Huañuna. Es una de las iniciativas que hemos apoyado con nuestro Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. La historia de Ninashpa es, para mí, un poema de resistencia; una bella muestra de nuestra naturaleza humana y la organización femenina; creativa y colectiva. “En el año 2019, veinte personas de parajes rurales de Santiago del Estero y otras veinte de otras provincias del país (Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires) realizamos un Campamento de trabajo productivo que giraba en torno al armado de huertas agroecológicas familiares. Lamentablemente el tiempo fue muy lluvioso esos días y poco se pudo hacer en las huertas. Pero esa dificultad abrió paso a una gran posibilidad que pudimos visualizar esos días: Nos acompañaba en el campamento Celina Veloteri, compañera ceramista de la Fundación EPyCA. Al tomar esos días contacto con el barro que estaba por todos lados, Celina se dio cuenta que con ese barro podíamos trabajar piezas de cerámica. Cerramos ese campamento con el horizonte de empezar a aprovechar esta oportunidad. En el año 2019 tuvimos nuevamente la visita de Celina Veloteri, esta vez para un campamento para comenzar el proyecto productivo de cerámica. Construimos el primer horno en Vaca Huañuna, comenzamos a aprender la técnica y dimos los primeros pasos en la producción. En octubre del año 2020, junto con la pandemia, tomó nueva fuerza el impulso del 2019. En varias zonas nos congregamos mujeres para aprender la técnica, construimos varios hornos de cerámica en Invernada Sur (2), Río Muerto (1) y El Cruce (1) y con el acompañamiento virtual de Celina fuimos aprendiendo más de este oficio”. Actualmente Ninashpa tiene 8 hornos que han elaborado las mismas mujeres, con sus manos, desde 2018, en parajes como Invernada Sur, Vaca Huañuna, Río Muerto, El Cruce, Santos Lugares y Anca Overa. Así están repartidos los grupos: El Cruce: Alicia, de 57 años; Micaela (su hija de 26) e Irma de 61. Vaca: Salma de 54, Patricia de 25, y Marisa. Río Muerto: Demetria en los 50, Cecilia 25. Invernada Sur: Eusebia, Florencia, María y Estela, todas entre 55 y 60 años. Santos Lugares: Cristian y Abel, y su hijo Edmundo con su esposa Estela. Una familia completa. Anca Overa: Sulema, Mario, Mercedes, y su familia extendida también apoya. Lucindo es otro compañero. Los hornos congregan a las familias y congregan a las comunidades, el viaje más largo que se hacen cuando se reúnen es entre El Cruce y Santos Lugares, movilizándose alrededor de 100 km (y entre una hora y media y dos de camino) que en algunos casos deben hacer en moto, dependiendo del presupuesto. Por este mismo motivo, se han decidido a producir en sus propios hornos (evitando exponer la cerámica a golpes) y se reúnen, eso sí, para continuar reforzando sus vínculos y construyendo su colectivo de manera horizontal: “Líderes somos todas, cuando nos surge algo nos juntamos a definirlo. Con Ninashpa buscamos volver a las tradiciones que heredamos. En nuestra zona era muy común que se hicieran vasijas para el agua y aunque la costumbre se había perdido, ahora todas lo hemos vuelto a hacer y quienes no las tienen, las quieren y están por tenerlas. Mientras yo hago mi vasija, hablo con mis compañeras, les explico y ellas me explican también. Intercambiamos ideas y entonces a alguna le sale un molde o una forma. Ninashpa es la lucha por mejorar como mujeres nuestra calidad de vida. En la zona hay pocas opciones laborales más que el trabajo en la propia huerta o con los animales en casa. También surgen trabajos de construcción en algunos casos y de carpintería, pero quisiéramos que se redujera la tala de árboles, aunque necesitamos trabajar. Algunas de las mujeres de nuestro grupo tienen jubilación, algunas tienen algún pequeño negocio, y para ellas también tiene un significado muy importante como lo tuvo para mí que me dedicaba a la casa y ahora estoy enfocada en mi proyecto productivo. Nos recreamos, aprendemos, creamos y vendemos lo que obtenemos de esa misma tierra que cuidamos”. Alicia Yñíguez, El Cruce. El proyecto empezó siendo labor de las madres, las tías, las abuelas. Los hombres ayudaban en tareas específicas como construir los hornos o conducir los vehículos cuando debían trasladarse, y los/as más jóvenes solían quedarse muy al margen, ayudando en tareas aisladas que se les pedían directamente. “Al vernos trabajar a nosotros en un principio nos miraban como que no les gustaba mucho”, me dijo Alicia. Esto lo quise saber de los mismos hijos y se lo pregunté a Micaela, quien había estado tímida en todo el encuentro y me dio la bonita sorpresa de una voz contundente y clara. “Nosotros no nos queríamos ensuciar tanto. Al principio yo lo veía como algo que no me gustaba. Empecé haciendo el trabajo más leve para ensuciarme lo menos posible; al menos lo digo desde mi experiencia. Después, al ver el trabajo, el cansancio, a mi mamá con las tareas más pesados, empecé a ayudarla un poco más y ahora ya me ensucio (risas). Sin ningún problema lo hago y voy aprendiendo más. Antes hacía más que nada decoración y arreglos porque es lo que más me gusta hacer. Soy profesora de pintura y dibujo así que veo un poco de mi arte en la cerámica”. – Micaela Son 25 las mujeres de Ninashpa pero alrededor de 1.500 las personas (varones y mujeres jóvenes y adultas) a las que alcanza indirectamente este proyecto: familias y amigos, compradores, personas de las comunidades. Es fascinante ver a la madre hablar de la oportunidad que surgió de la tierra misma y a la hija sentarse con ella en la misma banca, en un abrazo seguro, para hablarme juntas del impacto que esto ha tenido

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