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Descarga el Breviario PAMPA 2030 sobre el aporte de las OBF al Desarrollo Sostenible

La Agenda 2030 está conformada por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 169 Metas y 209 indicadores. Desde que se fijaron como acuerdo internacional en la Cumbre de las Naciones Unidas en 2015, organizaciones de diversas naturalezas y la comunidad en general han sumado sus apoyos y esfuerzos para garantizar avances considerables que supongan resultados contundentes en esta misión que apela a la responsabilidad de los Estados (en articulación con la sociedad civil) para lograr sociedades más justas, inclusivas y pacíficas. En Argentina opera la Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030 (PAMPA 2030) como un espacio de articulación de organizaciones de la sociedad civil (algunas basadas en la fe), sindicatos, movimientos sociales y centros de investigación que dan seguimiento a esta Agenda. Difunde, capacita y sensibiliza sobre los ODS; realiza actividades en las provincias; promueve articulaciones para acciones específicas; produce informes y breviarios sobre temas relacionados, y se propone como herramienta de incidencia para el diseño de políticas y marcos normativos en línea con el Desarrollo Sostenible. La implicación de las organizaciones que brindan monitoreo a los ODS es de vital importancia porque exige transparencia en la información que produce el Estado Argentino y la participación abierta y democrática para que sea posible conducir las políticas estatales hacia un modelo de desarrollo que responda a las causas profundas más que a los síntomas de la pobreza, la desigualdad y la marginación. El rol de las OBF en estos contextos ha sido esencial, mucho antes de esta agenda en particular, en sus propias agendas institucionales: la garantía de derechos, la salud, la educación, la alimentación, el empleo, la atención a infancias y juventudes, y en general el cuidado de la Casa Común al que nos llama nuestro compromiso como cristianos/as. Nueve organizaciones basadas en la fe forman parte de PAMPA 2030: Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) Centro Regional Ecuménico de ASesoría y Servicio (CREAS) Centro de Diálogo Intercultural Alba (CDIA) Fundación Protestante Hora de Obrar (FPHdO) Instituto de Cultura Popular (INCUPO) Pastoral Social Evangélica (PSE) Por los Jóvenes Don Bosco (PJDB) Promoción Claretiana de Desarrollo (PROCLADE) Servicio Evangélico de Diaconía (SEDI) Las OBF se han relacionado desde sus inicios con temas de desarrollo sabiendo que un desarrollo justo y sostenible alienta a lograr una vida digna y abundante. Podrían encauzar, en palabras de los economistas Charles Wilber y Kenneth Jameson “una redefinición del desarrollo que es más amplia que la visión de crecimiento económico” y que en el documento de CREAS-PNUD (2019), citado en el Breviario OBF de PAMPA 2030, se menciona como un desarrollo multidimensional que comprende lo económico, lo social y lo ambiental. No por casualidad diferentes agencias de Naciones Unidas han establecido relaciones con actores religiosos y OBF para poder articular acciones y generar mecanismos de incidencia. ¿Y qué motiva a los actores religiosos a vincularse con el Desarrollo Sostenible? Hubo vinculación previa a la Agenda 2030 para plasmar sus sugerencias oportunas: el carácter de universalidad, la centralidad en la lucha contra la desigualdad, la adopción de un abordaje multidimensional de desarrollo, entre otras. La motivación de las OBF se basa en su dimensión ética, centrada en los principios de respeto a la dignidad humana (con fundamento teológico en el hombre como “imago Dei”), la sustentabilidad (fundamentada en el cuidado de la creación y la justicia inter-generacional) y el “no dejar a nadie atrás”, basado en un sentido de justicia. Los fundamentos son teológicos, doctrinales y de fe, relacionados a su vez con el mandato de servicio, caridad y justicia que recibimos de nuestras tradiciones. Otras narrativas complementarias se suman como inspiración. Por ejemplo, la Carta Encíclica Laudato Sí, promulgada en mayo de 2015 por el Papa Francisco. Partiendo de esas motivaciones, algunas OBF han diseñado ya sus planes estratégicos alineados a los ODS, señalando específicamente con qué objetivos se comprometen en sus organizaciones y programas, logrando incidir a nivel local, nacional e internacional. Asimismo, las OBF y actores religiosos son una voz crítica y profética para cuidar los procesos de desarrollo, proponiendo caminos alternativos donde advierten riesgos de recaer en posibles injusticias y/o fortalecer un sistema de globalización excluyente. En el Breviario PAMPA 2030 se encuentra un reporte de la labor social traducida en la acción social, el servicio y la diaconía que han realizado las nueve organizaciones basadas en la fe que conforman la plataforma, y que se concentran, especialmente y en su respectivo orden, en los siguientes objetivos para el desarrollo sostenible: ODS 1: Fin de la pobreza ODS 17: Alianzas para el logro de los objetivos ODS 2: Hambre Cero ODS 5: Igualdad de Género ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico ODS 10: Reducción de las desigualdades ODS 4: Educación de Calidad ODS 12: Producción y consumo responsable ODS 3: Salud y bienestar ODS 13: Acción por el clima ¿MÁS INFORMACIÓN? DESCARGA AQUÍ EL BREVIARIO PAMPA 2030: EL APORTE DE LAS OBF EN LA EFICACIA AL DESARROLLO.

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Reflexión basada en el libro de Hechos de los apóstoles capítulo 6, Versículos 2 al 4

La palabra diácono está muy familiarizada entre las personas cristianas de todos los tiempos y de todos los lugares de este sistema mundo. Este vocablo nos proviene del idioma griego, diákono, pasando luego a engrosar la lengua del latín tardío como diâconus, para llegar a nuestro idioma como ya lo conocemos.En cualquiera de nuestras iglesias es muy común escuchar esta palabrita con su adecuado término femenino: diaconisa. El diccionario de la RAE la define como el servidor o la servidora que desarrolla servicios para el prójimo en los ámbitos religiosos, pero también nos dice que puede actuar como administrador o administradora. Algo que está muy en lo cierto según lo establece Lucas en el libro de Hechos en el capítulo 6 versículos 2 al 4, que titula esta reflexión. Allí leemos: “Los doce reunieron la asamblea de los discípulos y les dijeron: no es correcto que nosotros descuidemos la Palabra de Dios por hacernos cargo de las mesas. Por lo tanto hermanos elijan entre ustedes a siete hombres de buena fama, lleno del Espíritu y de sabiduría; a quienes les confiaremos esta tarea, mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra” (Pasaje extraído de la Biblia Latinoamericana). Muchos exégetas ven en este pasaje el nombramiento de los primeros diáconos. Es la época de formación de la iglesia, de una nueva iglesia universal, ecuménica, y con ello surgen estos problemas de acomodamiento que atañen a toda nueva institución de tal calibre. La magnitud y el alcance que toma este organismo eclesiástico generan problemas que todavía hoy no han sido resueltos. Han pasado más de 2000 años del evento que nos narra Lucas. La paremia bíblica “No hay nada nuevo bajo el sol” escrita en el libro de Eclesiastés continúa vigente, sobre todo en lo que respecta a la solidaridad, al amor al prójimo, al auxilio al necesitado. Incidentes como los que se leen en este capítulo 6 del libro de Hechos, siguen ocurriendo en nuestros días. El sistema mundo que impera sobre nuestro abollado y desgarrado planeta, es un sistema construido desde la desigualdad social y económica, y da como resultado (entre otros) que actualmente el 60 % de la población mundial no alcanza, siquiera a nutrirse con las 2700 calorías diarias para estar convenientemente alimentada. Por otro lado, vemos que tanto en América Latina como en Argentina, la gente joven, nuestros hijos e hijas, hoy deben fabricarse su porvenir pedaleando en una bicicleta, llevando y trayendo productos adquiridos por otros y otras que están un poco mejor posicionados en la escala social y económica de esta sociedad de clases. Trabajan bajo condiciones contractuales leoninas, para poder cobrar comisiones por cada viaje pedaleado, sin obtener de sus contratistas ningún tipo de seguro ni de cobertura de salud que les proteja, aportando de lo que ganan para su propia jubilación, ejemplo prominente del individualismo egoísta que impera en nuestras tierras. Abuelos y abuelas que subsisten por planes de ayuda social que complementan sus escasas pensiones, los mismos planes sociales que reciben muchas familias que integran el ejército de sub ocupados o desocupados. Comunidades en estado de fuerte vulnerabilidad social que intentan supervivir a los intentos de saqueo y usurpación de sus tierras por grupos terratenientes. Planeta usado como recurso económico por corporaciones sin tener en cuenta los daños colaterales que producen. Gente privada de su libertad ambulatoria que exige un trato más considerado. Ante estos panoramas que no nos deben permanecer indiferentes, CREAS y su gente aceptaron el desafío de corregir y enmendar, para seguir sumando esperanzas. Hoy el Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio (CREAS) es la organización ecuménica inspirada en el evangelio de Jesús, que continúa representando y llevando a cabo ese legado apostólico, articulando de este modo su tarea con el permanente trabajo diacónico de nuestras iglesias que a diario enfrentan estas problemáticas. CREAS brinda el apoyo adecuado al trabajo diacónico de las iglesias que la conforman colaborando en la transformación de los contextos sociales en situación de vulnerabilidad. La intencionalidad de CREAS será siempre promover una vida digna a todas, todos y todes los integrantes de este mundo, fomentando una justicia económica y social, sin tener en cuenta caracteres étnicos o sociales, de género, e impulsando el cuidado de nuestra tierra, para respetar la continuidad de la vida en toda forma de diversidad. Para llevar a cabo este compromiso, la organización cuenta con un grupo de profesionales de distintas disciplinas sociales convocados por un fuerte sentido de amor fraternal. Son profesionales que interactúan en las diferentes comunidades, tomando nota de sus problemáticas. Ellas y ellos reciben, evalúan y orientan todos los planes y proyectos que elevan a la organización, tanto las comunidades, como organizaciones de base, u organizaciones sociales, otorgándoles subsidios para la realización que van a generar los cambios y mejoras de tales realidades. Hoy el planeta ha emitido un SOS, tal vez sea más grave de lo que pensamos. La naturaleza ha efectuado un nuevo llamado de emergencia solidaria del que no debemos hacer oídos sordos. No dejemos solos a CREAS. Salgamos de nuestro espacio confortable, despertemos nuestra solidaridad, simplemente haciendo poco o mucho. El pecado es no hacer nada que no esté a nuestro alcance. Quiero hacerles llegar las esperanzadoras palabras que el apóstol Pablo le dirigió a la iglesia de Filipos, tengamos presentes que aquellos también fueron tiempos difíciles. “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7 Nueva Versión Internacional) Que Nuestro Dios siga bendiciendo la obra de sus manos. Jorge Luis Rodaro Pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina “El Carpintero de Nazaret” Ing. Budge Lomas de Zamora República Argentina

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Conoce el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia

1. ¿Qué es y cómo nació el fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia? Cuando empezaron los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19, en el año 2020, fue el Fondo de Pequeños Proyectos la herramienta inmediata que tuvo CREAS para brindar apoyos concretos a comunidades en Argentina. Los apoyos económicos del FPP ayudaron a brindar una primera respuesta a las situaciones tan inesperadas y particulares que trajo consigo esta crisis mundial cuyos alcances, para entonces, no teníamos manera de dimensionar. CREAS buscó sinergias con el trabajo de diaconía de las iglesias y organizaciones comunitarias para una respuesta solidaria que hiciera frente a las necesidades inmediatas de las comunidades. El contexto social, económico, ambiental y político de la post pandemia amplió los desafíos para las comunidades. Desde CREAS, nos sentimos interpelados por esta realidad, y como organización de servicio basada en la fe, trabajamos junto a las organizaciones en territorio para la dignificación de todas las personas. La respuesta implementada desde CREAS se denominó Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia. 2. ¿Cuántos proyectos o beneficiarios tiene/ha tenido? El Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia CREAS empezó a funcionar en abril de 2022 y estará disponible hasta abril de 2025 para brindar apoyo y acompañamiento a proyectos de comunidades en situación de vulnerabilidad. En septiembre de 2022 se comenzó la ejecución de 3 proyectos, uno de respuesta rápida y otros dos de mitigación de los efectos de la pandemia, los 3 en la provincia del Chaco. En 2023 iniciaron dos proyectos en Formosa: en enero uno de Respuesta Rápida para atender la sequía y en abril otro de Mitigación de los Efectos de la Pandemia. 3. ¿Qué tipo de proyectos apoya? El Fondo tiene dos tipos de proyectos, y sus nombres indican su naturaleza: Los de Respuesta Rápida se aprueban para atender en un tiempo corto, esencial, un evento que ocurre en el territorio generando algún tipo de emergencia para una comunidad, esta respuesta rápida debe atender las necesidades más críticas de la población y debe de articularse de alguna manera a la reacción que el Estado Local o Provincial está brindando. Los proyectos de Respuesta Rápida tienen una duración máxima de 6 meses. Junto con lo anterior existen otros proyectos orientados a Mitigar los Efectos de la Pandemia, en diferentes aspectos de la vida de las comunidades, en tal sentido tiene una serie de líneas de trabajo en las que las organizaciones pueden presentar sus proyectos: Salud, en sentido amplio (violencia de género, violencia intrafamiliar, salud mental, atención primaria de la salud – prevención de enfermedades, etc.) Seguridad alimentaria, apoyo a colectivos en riesgo de inseguridad alimentaria, educación nutricional, mejora nutricional, etc. Economía Social, Solidaria y Popular, orientada al desarrollo de iniciativas y sustentos de medios de vida. Agua, aquí se trabaja lo referido al acceso al recurso, a la construcción de infraestructura que facilite el acceso y cuidado del agua por parte de las comunidades.  Las que presentan proyectos al FRR-MEP involucran a otras organizaciones y actores del territorio. Los proyectos de Mitigación de los Efectos de la Pandemia tienen una duración de entre 9 y 12 meses, tiempo en el cual se pretende revertir algunos de los tantos efectos que la pandemia de COVID-19 dejó en las poblaciones. En ambos casos, brindamos un acompañamiento técnico para el desarrollo de cada proyecto y la definición de sus estrategias. 4. ¿En qué territorios tiene incidencia? Este Fondo prioritariamente trabaja en la Región del Gran Chaco Argentino, sin embargo, es posible considerar otras zonas geográficas del país. 5. ¿Qué viene o qué se está preparando? En 2023 se pretende avanzar en el desarrollo de más proyectos en diferentes territorios y junto a socios locales de CREAS y a otras nuevas organizaciones que se puedan incorporar al desarrollo de esta propuesta. También se está preparando, para el segundo semestre del año, un Encuentro de las Organizaciones que ejecutan proyectos y una serie de propuestas de capacitación para fortalecer las capacidades locales y hacer frente al conjunto de situaciones críticas a nivel local junto con el acompañamiento, visitas a terreno y orientación para el monitoreo de cada proyecto. Pronto compartiremos más información de estos proyectos. Sigamos la conversación por redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Asamblea del CMI: Un encuentro del mundo que reconciliamos en nuestra fe

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org Empecemos por una imagen; clara y reveladora. Es algo así “como estar en un set de filmaciones de Hollywood de los años 50: en una locación una película africana, en otro una de la india, otra ortodoxa y cuanto más caminas más color, más personas, más diversidad. En el almuerzo te topas, codo a codo, con todos los actores y actrices”. Las vestimentas, unos con mate en la mano y en la otra un montoncito: es argentina, esa de allá. Volteas la mirada y un arcoiris de vestidos, maravillosos colores, turbantes, saris, un escocés con su tradicional atuendo. Instrumentos musicales que nunca habías visto, manos que se estrechan, hermanos y hermanas que se abrazan. De repente la película me trajo a esas escenas lindas del libro de Historias Bíblicas que tenía en casa mi abuela testigo de Jehová y que tan divertidamente me enseñaron la palabra de Dios cuando era niña; pero no estoy hablando de un libro, ni de una película siquiera. Es la verdad de la vida en pleno 2022 en Karlsruhe, Alemania, en la XI Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, y aquello de actuar, es ahora. La cita fue del 31 de agosto al 8 de septiembre con el lema “El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad”, y en medio de aquel escenario promete haberse sentido como una gota en el mar: una pequeña muestra, pero viva, de la inmensidad de nuestro llamado a ser UNO. La invitación fue clara desde su inicio: “en un mundo (…) quebrantado por la crisis ecológica, la guerra, la pandemia, la pobreza sistémica, el racismo, la violencia de género, las violaciones de derechos humanos (…) pecados de profunda injusticia como el castismo, el racismo, el sexismo, el edadismo, el capacitismo, el colonialismo, la explotación económica, la distribución desigual del poder y los recursos, y la perversión de nuestra relación con la creación, así como a muchos tipos de alienación (…) En un mundo como este, herido por las divisiones, las iglesias están llamadas a dar testimonio del poder indestructible del amor para unir y reconciliar (…) dar un testimonio contracultural: la esperanza de la unidad, la justicia y la paz.”. XI Asamblea del CMI – Proyecto de declaración sobre la unidad. Doc. No.A 05 rev 1 (P. 1-.2) Allí los ojos de CREAS fueron 8: principalmente los de Elena López Ruf, líder de nuestro Laboratorio de Buenas Prácticas Interreligiosas y ecuménicas dirigido a población joven: Ikuméni; de Humberto Martín Shikiya, Vicepresidente de la Comisión Directiva de CREAS, invitado formalmente por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (WCRC-World Communion Reformed Churches) y ACT Alliance, como embajador de Buena Voluntad; y también Laura Piedimonte Vicepresidenta de la junta general y delegada oficial de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina y Daniela Peralta, en calidad de asesora y representante juvenil también de la IEMA. En CREAS, Laura es asociada y Daniela Coordinadora Administrativa; ambas productoras de un orgullo al que nos sumamos en CREAS por la calidad de su representación. Laura fue elegida como miembro del Comité Central de la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, conformado por 150 personas, de las cuales 5 son latinoamericanas: 3 mujeres y dos hombres. ¡Felicidades y gracias, Laura! Esto es emocionante y lo es por la oportunidad de amplificar voces que requieren cada vez más lugar en espacios como este: las de Latinoamérica, las de las mujeres, las de personas no ordenadas que son parte también de esa fe expandida que se defendió en la Reforma Protestante y que nos unifica como cristianos. Daniela fue también una cuota esencial, en un evento que quedó con la tarea de dar mayor escucha a los fieles más jóvenes y les invitó a llevar a sus iglesias las inquietudes que expresaron frente a la que consideraron una reducida proporción en las delegaciones. “La asamblea además de un espacio de encuentro, diálogo y espacio de trabajo conjunto entre iglesias, es también un espejo en parte de cada iglesia en forma particular. El reflejo, desde la representatividad, el trabajo entre asambleas, y las temáticas abordadas, nos da distintos desafíos. Uno de ellos es, desde mi mirada, el discipulado que incluya a la juventud, acompañar en el camino del ecumenismo brindando espacios de formación y encuentro, invitando y animando la participación en estos espacios, y sobre todo dar lugar para que las y los jóvenes puedan empoderar sus voces y ser parte activa de la vida del CMI así como de cada una de las iglesias miembros. Espero que este tiempo de 8 años hasta la próxima asamblea, sea un período de animar y acompañar a la juventud por los caminos del ecumenismo y que así se vea reflejado en una mayor representación de las y los jóvenes en la próxima asamblea. El trabajo conjunto entre generaciones, que abra caminos y no ponga barreras es fundamental para aprender de la otra persona y junto con ella, valorándonos como hermanos y hermanas sin prejuicios por motivo de edad ni de ninguna otra característica que nos diferencie, sino al contrario valorando la diversidad y potenciando las distintas miradas en favor de la obra de Dios”. – Daniela Peralta Un ecumenismo que se transforme y construya hacia adelante de la mano de la diaconía, como lo plantearon los embajadores en la ACT O’Clock, una serie de conversaciones sobre cómo las acciones basadas en la fe y los derechos pueden contribuir a la realización de los objetivos globales bajo los actuales desafíos contextuales. Humberto Shikiya estuvo presente en el conversatorio de ACT O’Clock, en la recepción de ACT Alliance donde fue presentado como ACT Goodwill Ambassador on Sustainable Development e impartió en otro escenario el Taller «Hacia una Justicia Tributaria y Reparación en América Latina» en el marco del Proyecto Zaqueo promovido por la iniciativa conjunta de Nueva Arquitectura Económica Financiera Internacional (NIFEA en su sigla en inglés) integrada por el Consejo Mundial de Iglesias (WCC), la WCRC, la Federación

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