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En el banco rojo: Cinco voces en eco por la eliminación de las violencias basadas en género

En el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género, campaña convocada desde 1991 por el Instituto para el Liderazgo Global de las Mujeres y que se realiza cada año desde el 25 de noviembre, Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos; desde CREAS convocamos a organizaciones comunitarias con las que hemos trabajado en el Fondo de Pequeños Proyectos – FPP CREAS, a compartirnos visiones respecto a este tema que incorporan de manera transversal en sus misiones particulares. Como parte de la Comunidad de Práctica – COP de género de ACT nos unimos también a la campaña del banco rojo, creada en 2016 en Italia pero que desde entonces se ha extendido por el mundo, especialmente en América Latina. «Es un símbolo de resistencia y sororidad. Al sentarnos en el banco rojo, mostramos solidaridad con los sobrevivientes y las víctimas de la violencia. Un banco vacío es un recordatorio de las personas que hemos perdido en el camino. Esta es nuestra contribución a la campaña 16 días de activismo contra la violencia de género. Se necesita un movimiento para poner fin a la VBG, y los líderes religiosos deben estar al frente de la acción. Esta es también una oportunidad para tener una conversación sobre la violencia de género de una manera abierta y sin prejuicios». – ACT Alliance ¡ÚNETE!    Centro comunitario Creciendo El Centro Comunitario Creciendo está en el municipio de Moreno, en el Gran Buenos Aires; atiende principalmente a la niñez y adolescencia con actividades como comedor comunitario, apoyo escolar, actividades recreativas, transversalizando el tema de género. CREAS les apoyó un proyecto de un espacio de formación interno para las educadoras populares en educación sexual integral y en una segunda etapa están abriéndola a la comunidad; trabajándolo con las familias para concientizar e intentar detectar situaciones de violencia que requieran atención o intervención con las entidades correspondientes. Cooperativa Juntas y Unidas     La Cooperativa de trabajo Travesti-Trans “Juntas y Unidas”, dedicada a cuidados no-terapéuticos, tiene por objetivo generar un espacio de inclusión laboral, contención y re vinculación social e institucional para las identidades travestis-trans de la ciudad de Rosario. Muchas de las personas asociadas atravesaron en sus trayectorias singulares situaciones de violencia, vulneración y consumos problemáticos. En este marco, la cooperativa fomentó un espacio de vinculación entre pares y de acompañamiento terapéutico que facilitó, mediante el acceso a la economía formal, otras planificaciones posibles que escaparan de la precariedad. De este modo la cooperativa se piensa como un espacio de acompañamiento y cuidado integral. Con CREAS desarrollamos un proyecto de apoyo para infraestructura.   Casa comunitaria Nora Cortiñas La Casa Comunitaria Nora Cortiñas está también en Morón. Un espacio que ofrece alojamiento temporal para mujeres y sus niñeces que en extrema pobreza no tienen a dónde ir o por situaciones de violencia han tenido que exponerse a la alta vulnerabilidad de vivir en situación de calle. Es un espacio de contención y restitución de derechos con diversas actividades que incluyen también talleres de oficios y apoyo en problemáticas de consumo de sustancias psicoactivas.     Grupo Cultural Qenti       Grupo Cultural Qenti es una organización que se enfoca en el arte para la transformación social en los barrios del oeste de la Provincia de Buenos Aires, con un enfoque en creación colectiva ofrecen talleres abiertos a la comunidad de arte mural, serigrafía, y grabado. Funcionaban desde 2008 como proyecto Amurarte para llevar color a los espacios del barrio y en 2020 respondiendo a los retos de la pandemia y a propósito de los vínculos que ya habían fortalecido con ONGs de la zona, escuelas primarias, secundarias, jardines de infantes y centros culturales crearon Qenti para ofrecer, entre otros, un taller de estampado en xilografía con temática de género y diversidades que se presentó en ferias de la economía popular con el objetivo de brindar a las mujeres nuevas oportunidades de emprendimiento. Además, activaron una pequeña huerta e invernadero para el autoconsumo de alimentos saludables. Casa de la mujer Pensando en Voz La Casa de la mujer Pensando en Voz es un espacio en el municipio de Moreno (Gran Buenos Aires) en el marco de un club deportivo comunitario que surgió de la organización de jóvenes de la comunidad en busca de actividades deportivas y recreativas en el barrio. Creció, y las mujeres y jóvenes que circulaban allí empezaron a congregarse y crearon la Casa de la Mujer, que tiene sus propias actividades además de participar en las del club, y es un espacio de contención para las mujeres del barrio. Nos compartieron estos casos: “Comenzó a decirme: las mujeres son de la casa y los hombres de la calle. El hombre aquí soy yo. Un día lloraba mi hijo, hacía poco había sido mamá, le tenía que planchar una camisa. Fue el primer golpe qué recibí, la primera trompada.” “Sos una enferma, nena. Me pegó delante de mi nena. Antes no lo hacía de esa forma sino psicológicamente: sos gorda y boba. Lloraba a escondidas, no contaba a nadie mi vida, sabía que nadie me iba a creer, él se mostraba siempre amable con el resto de las personas.” “Lo conocí y me enamoré locamente de él. Me junte y me propuso irnos a vivir lejos de toda mi familia, nunca pensé que era un enfermo, mi peor decisión de mi vida; tuve 2 hijos con esa persona. Hoy estoy citada ante la fiscalía por denuncia de abuso de nuestra propia hija. Con el tiempo comprendí que yo también estaba enferma cómo él, les pegaba a mis hijos , física y mental. Hasta que un día vine a la casa de mi mamá y decidí no volver más.” Las formas de violencia son diversas y muchas veces están escondidas a plena luz. Es importante creer a las víctimas, ofrecerles apoyo y sumarse a la eliminación de las violencias con la propia transformación de nuestras opiniones

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Políticas del cuidado en el Acuerdo de la XV Conferencia Regional de la Mujer, de CEPAL

Del lunes 7 al viernes 11 de noviembre de 2022 se realizó el principal foro intergubernamental regional de las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género, que este año celebra su 45 aniversario en la decimoquinta Conferencia Regional de la Mujer (realizada cada 3 años). Se reunieron en Buenos Aires, capital Argentina, delegadas y delegados de 30 de países de América Latina y Caribe y de otras regiones, además de representantes de 17 agencias de las Naciones Unidas y de 14 organismos intergubernamentales. A ellos se sumaron parlamentarias de 15 países de la región y más de 750 integrantes de la sociedad civil. En total 1.168 participantes. – CEPAL. CREAS participó como parte de la Comunidad de Práctica (COP) de Género de Act Alliance en la región, de la que formamos parte con organizaciones como SEDI Asociación Civil (Servicio Evangélico de Diaconía), Fundación Hora de Obrar, CEDEPCA, y DIAKONIA de Perú y de Colombia. En el acto de cierre de este evento que situaba el debate central en “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género” se leyó el Compromiso de Buenos Aires donde se compilan los acuerdos a los que llegaron los Estados en esta Conferencia que parten de reconocer los efectos diferenciales que las crisis económicas, sociales, ambientales, de conflicto, etc tienen con las mujeres, niñas, LGBTIQ+, indígenas, mujeres rurales, poblaciones afrodescendientes, discapacitadas, en una abarcativa lista que cada vez que se nombró generó celebración: Disposición para todas, para nombrarnos y transformar la realidad con lo que tenemos aquí y ahora. Respecto a los cuidados, el texto exhorta a los Estados a pensar, implementar y poner en práctica políticas públicas de cuidado integrales, con perspectiva de género, interseccionales, interculturales, que redistribuyan las tareas del cuidado entre las familias, las comunidades, el Estado y el sector privado, para sacar esta carga de las mujeres, las jóvenes y las niñas logrando que tengan oportunidad de disfrutar con mayor libertad, con tiempo libre; más activamente y de manera más igualitaria en el mercado de trabajo y la vida pública. Desde CREAS trabajamos en esta línea en los territorios; acompañando los esfuerzos que hacen las mujeres en las comunidades: cuidadoras comunitarias, educadoras comunitarias, cooperativas de mujeres, cooperativas trans, etc, en apoyo a la dignificación de estas tareas, el fortalecimiento de las orgnizaciones que velan por sus derechos. Estamos con el compromiso de trabajar por la autonomía económica de las mujeres, tanto por el valor ético de transformar estas realidades como por el cada vez más evidente indicador de desarrollo que es la equidad y la justicia para el buen vivir de todas las personas y seres sobre el planeta. Como organización basada en la fe promovemos procesos de transformación desde el trabajo en los territorios que realizan las iglesias, comunidades de fe y organizaciones comunitarias. Conectamos discernimientos colectivos para que las agendas regionales reflejen las necesidades y los logros de las comunidades, para inspirar a mujeres en América Latina y el Mundo en sus procesos de cambio para mayor justicia económica con equidad de género. El texto, de 9 páginas y 54 puntos, entre otras: Nombra y reconoce los acuerdos que le brindan marco político, normativo, jurídico e internacional. Promueve el trabajo articulado y coordinado entre organizaciones, mecanismos nacionales, regionales e internacionales. Reconoce las diversas formas de discriminación buscando que los derechos se garanticen desde las realidades contextuales. Reconoce de qué manera la organización del tiempo libre, de las posiciones de liderazgo y la organización de las tareas del cuidado permite el desarrollo de las sociedades y a las mujeres y niñas en ellas. Reitera el llamado a las acciones afirmativas para la igualdad sustantiva, el trabajo decente y la sostenibilidad de la vida. Reconocer el cuidado como un derecho de las personas a cuidar, a ser cuidadas y a ejercer el autocuidado sobre la base de los principios de igualdad, universalidad y corresponsabilidad social y de género. También la importancia de la compensación económica por la realización de estas tareas y la distribución justa de bienes. Acuerda diseñar y aplicar políticas de Estado que favorezcan la corresponsabilidad de género y permitan superar los roles perjudiciales, comportamientos y estereotipos sexistas. Promueve la noviolencia. Soporta la autonomía, la independencia y el desarrollo de las identidades, incluida la libertad para que las personas con discapacidad puedan tomar sus propias decisiones y desarrollar su vida. Integra la perspectiva de género, interseccionalidad e interculturalidad en las políticas, iniciativas y programas nacionales ambientales, de adaptación y mitigación frente al cambio climático, y de reducción del riesgo de desastres. Promueve un cambio sistémico en el abordaje de las migraciones desde las perspectivas de género, interseccionalidad, interculturalidad y derechos humanos para lograr la visibilización del aporte que realizan las mujeres migrantes, desplazadas, refugiadas y solicitantes de asilo a las sociedades y la eliminación de las condiciones estructurales que las exponen a situaciones de vulnerabilidad, incluido el tráfico y la trata de personas. Promueve la defensa de los derechos humanos y de quienes defienden esos derechos, con particular mención a quienes se dedican a cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la tierra, el territorio y los recursos naturales. Promueve la inversión, las medidas de ajuste fiscal o de recortes presupuestarios con perspectiva de género y la transversalización del enfoque de género en los sistemas estadísticos nacionales, así como las mediciones del bienestar complementarias al producto interno bruto / PIB. Establece las condiciones para la siguiente Conferencia. entre otros. >>>>> Lee el Compromiso de Buenos Aires completo, aquí <<<<< “Saludamos el gran compromiso político acordado en Buenos Aires, que nos permitirá avanzar en políticas concretas para hacer realidad, en toda la región y en todos sus territorios, los derechos y la autonomía de las mujeres y que además nos permite seguir fortaleciendo la Agenda Regional de Género, como venimos haciendo desde hace 45 años. Desde la convicción de renovar nuestras reflexiones a partir de las crisis en cascada que nos interpelan es que la CEPAL propone continuar con un profundo cambio

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Desafíos para la academia y las OBF: diversidad y género en la II Asamblea Qonakuy

Del 25 al 27 de octubre se está realizando en Barranquilla, ciudad industrial y capital del Caribe colombiano, la II Asamblea de la Red de Universidades Protestantes y Evangélicas de América Latina – Qonakuy. Representantes de más de 14 instituciones de educación superior de la región se congregan para intercambiar experiencias académicas, teóricas y prácticas para el Desarrollo Sostenible y nuestro Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio les acompaña como aliado. En ese marco Horacio Mesones, Director Ejecutivo de CREAS, fue invitado al conversatorio sobre Inclusión, Género y Diversidad, junto a Laura Chacón en representación del programa Colombia de la Federación Luterana Mundial. Al evento asistieron docentes, estudiantes e investigadores de la Corporación Universitaria Reformada (UniReformada), universidad anfitriona de la Asamblea y del Colegio Americano de Barranquilla, que también pertenece al sistema educativo Reformado de Barranquilla. La invitación se dio específicamente por la experiencia del Fondo de Pequeños Proyectos CREAS, en apoyo a proyectos como Juntas y Unidas. Juntas y Unidas es un emprendimiento de la economía social y solidaria dedicado al cuidado de personas en su salud, su recreación, trámites que necesiten. Es su apuesta para superar la exclusión social y habitacional, y poder construir trayectorias laborales planificadas y duraderas, basadas en su profesionalización. Es una opción autogestiva que apunta, según las palabras de sus integrantes, a un acercamiento de las personas de orientaciones sexuales e identidades diversas con la economía formal, una relación saludable con el mundo del trabajo que habilite espacios de formación y reafiliación social. El proyecto de Juntas y Unidas expone realidades de discriminación, estigma y derechos vulnerados. Nos habla de capacidades y saberes que se movilizan y se ponen en contacto. Y nos habla también de solidaridades y cooperación para dignificar vidas. Desde CREAS, mediante el Fondo de Pequeños proyectos, fortalecemos la inclusión social y económica, apoyando en este caso iniciativas de formación y equipamiento. Desde este trabajo que realizamos en CREAS, propusimos entonces, en este conversatorio en la UniReformada sobre diversidad, inclusión y género, algunas reflexiones para promover el diálogo entre los participantes en este espacio. Algunos datos relevantes compartidos en el encuentro y al final de este blog el video de la transmisión en vivo: Lo primero que nos preguntamos, desde la mirada a los derechos de las diversidades, fue el tamaño del problema, ¿cuántas personas son afectadas por su identidad llamada «diversa» (como si no fuera esa una característica humana inherente)? ¿Cuál es la extensión o la profundidad de esta problemática que, más allá de la garantía de los derechos individuales, afecta en profundidad las estructuras sociales? Recientemente el PNUD elaboró un cuerpo de indicadores para medir el avance en la efectivización de derechos basados en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Aunque en los propios documentos del PNUD se señala que las estadísticas son inexistentes, incompletas o inaccesibles en relación a las personas LGBTI, estos indicadores constituyen un marco para analizar las realidades de este sector poblacional. Los indicadores construidos por el PNUD se nuclean en cinco ejes que son esenciales de analizar: Seguridad personal y violencia Participación política y cívica Bienestar económico Salud Educación. Seguridad personal y violencia: La población LGBTI está más expuesta a la violencia física, verbal y psicológica, que incluye la probabilidad de ser expulsados de sus casas, la violencia policial, la exposición a discursos de odio (incluyendo redes sociales), situaciones que además se han agravado con la pandemia. Como demuestra un reciente informe de Caribe Afirmativo (por el reconocimiento de los derechos de la diversidad sexual, expresiones e identidades de género diversas en Colombia.), la tasa de homicidios en el Caribe colombiano contra personas LGBTI, en particular personas trans, ha aumentado de manera consistente en los últimos años. Muchos hechos de violencia no son denunciados, y las instituciones no siempre dan respuesta de manera eficaz y oportuna. Los efectos de la violencia a largo plazo derivan en afectaciones a la salud mental. Participación política y cívica: Las organizaciones que promueven los derechos de la población LGBTI sufren los efectos de la reducción del espacio habilitante para la sociedad civil, reforzadas por estigma y la discriminación. La reducción de espacio incluye en muchos países la posibilidad de constituirse como organizaciones legales, hostigamiento en redes, desacreditación pública y violencia contra sus líderes. Este punto es clave, porque cuando se reduce el espacio de la sociedad civil organizada, se afecta los sectores más vulnerables. Bienestar económico: Las dificultades para el acceso a un trabajo digno y el riesgo de vivir situaciones de acoso y violencia, refuerza y retroalimenta el riesgo de caer en la pobreza y en la inseguridad alimentaria. En particular, las personas transgénero tienen menos oportunidades de acceder al mercado laboral. Los datos muestran que los empleos se concentran en el sector servicios y en el turismo, que fueron los más afectados por la pandemia. Aunque en Sudamérica la mayoría de los países han aprobado legislaciones de unión civil o matrimonio igualitario, la ausencia de esta legislación corta la posibilidad de beneficios económicos por la vida en pareja. Salud: Los problemas se sitúan en el plano de la estigmatización y la discriminación, pero deben mencionarse también los derivados de la patologización médica (, que sigue ocurriendo pese a que desde 1990 la OMS eliminó la homosexualidad como enfermedad. El caso de Colombia es una muestra clave, pese a ser uno de los 10 países con un marco legal más amplio en términos de los derechos garantizados, es uno de los países en los que las terapias de conversión no son ilegales. A todo este marco se suman los problemas de salud mental y automedicación, agravados durante la pandemia. Educación: Las personas LGBTI sufren mayor acoso escolar, violencia física y psicológica por falta de dispositivos institucionales y de implementación de políticas integrales contra la discriminación en ambientes educativos. Los sistemas educativos resultan en muchas oportunidades expulsivos para las personas LGBTI, resultando en mayores índices de ausentismo y deserción, con el consecuente impacto en el desarrollo de habilidades para la inserción social y

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