ODS

Políticas del cuidado en el Acuerdo de la XV Conferencia Regional de la Mujer, de CEPAL

Del lunes 7 al viernes 11 de noviembre de 2022 se realizó el principal foro intergubernamental regional de las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género, que este año celebra su 45 aniversario en la decimoquinta Conferencia Regional de la Mujer (realizada cada 3 años). Se reunieron en Buenos Aires, capital Argentina, delegadas y delegados de 30 de países de América Latina y Caribe y de otras regiones, además de representantes de 17 agencias de las Naciones Unidas y de 14 organismos intergubernamentales. A ellos se sumaron parlamentarias de 15 países de la región y más de 750 integrantes de la sociedad civil. En total 1.168 participantes. – CEPAL. CREAS participó como parte de la Comunidad de Práctica (COP) de Género de Act Alliance en la región, de la que formamos parte con organizaciones como SEDI Asociación Civil (Servicio Evangélico de Diaconía), Fundación Hora de Obrar, CEDEPCA, y DIAKONIA de Perú y de Colombia. En el acto de cierre de este evento que situaba el debate central en “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género” se leyó el Compromiso de Buenos Aires donde se compilan los acuerdos a los que llegaron los Estados en esta Conferencia que parten de reconocer los efectos diferenciales que las crisis económicas, sociales, ambientales, de conflicto, etc tienen con las mujeres, niñas, LGBTIQ+, indígenas, mujeres rurales, poblaciones afrodescendientes, discapacitadas, en una abarcativa lista que cada vez que se nombró generó celebración: Disposición para todas, para nombrarnos y transformar la realidad con lo que tenemos aquí y ahora. Respecto a los cuidados, el texto exhorta a los Estados a pensar, implementar y poner en práctica políticas públicas de cuidado integrales, con perspectiva de género, interseccionales, interculturales, que redistribuyan las tareas del cuidado entre las familias, las comunidades, el Estado y el sector privado, para sacar esta carga de las mujeres, las jóvenes y las niñas logrando que tengan oportunidad de disfrutar con mayor libertad, con tiempo libre; más activamente y de manera más igualitaria en el mercado de trabajo y la vida pública. Desde CREAS trabajamos en esta línea en los territorios; acompañando los esfuerzos que hacen las mujeres en las comunidades: cuidadoras comunitarias, educadoras comunitarias, cooperativas de mujeres, cooperativas trans, etc, en apoyo a la dignificación de estas tareas, el fortalecimiento de las orgnizaciones que velan por sus derechos. Estamos con el compromiso de trabajar por la autonomía económica de las mujeres, tanto por el valor ético de transformar estas realidades como por el cada vez más evidente indicador de desarrollo que es la equidad y la justicia para el buen vivir de todas las personas y seres sobre el planeta. Como organización basada en la fe promovemos procesos de transformación desde el trabajo en los territorios que realizan las iglesias, comunidades de fe y organizaciones comunitarias. Conectamos discernimientos colectivos para que las agendas regionales reflejen las necesidades y los logros de las comunidades, para inspirar a mujeres en América Latina y el Mundo en sus procesos de cambio para mayor justicia económica con equidad de género. El texto, de 9 páginas y 54 puntos, entre otras: Nombra y reconoce los acuerdos que le brindan marco político, normativo, jurídico e internacional. Promueve el trabajo articulado y coordinado entre organizaciones, mecanismos nacionales, regionales e internacionales. Reconoce las diversas formas de discriminación buscando que los derechos se garanticen desde las realidades contextuales. Reconoce de qué manera la organización del tiempo libre, de las posiciones de liderazgo y la organización de las tareas del cuidado permite el desarrollo de las sociedades y a las mujeres y niñas en ellas. Reitera el llamado a las acciones afirmativas para la igualdad sustantiva, el trabajo decente y la sostenibilidad de la vida. Reconocer el cuidado como un derecho de las personas a cuidar, a ser cuidadas y a ejercer el autocuidado sobre la base de los principios de igualdad, universalidad y corresponsabilidad social y de género. También la importancia de la compensación económica por la realización de estas tareas y la distribución justa de bienes. Acuerda diseñar y aplicar políticas de Estado que favorezcan la corresponsabilidad de género y permitan superar los roles perjudiciales, comportamientos y estereotipos sexistas. Promueve la noviolencia. Soporta la autonomía, la independencia y el desarrollo de las identidades, incluida la libertad para que las personas con discapacidad puedan tomar sus propias decisiones y desarrollar su vida. Integra la perspectiva de género, interseccionalidad e interculturalidad en las políticas, iniciativas y programas nacionales ambientales, de adaptación y mitigación frente al cambio climático, y de reducción del riesgo de desastres. Promueve un cambio sistémico en el abordaje de las migraciones desde las perspectivas de género, interseccionalidad, interculturalidad y derechos humanos para lograr la visibilización del aporte que realizan las mujeres migrantes, desplazadas, refugiadas y solicitantes de asilo a las sociedades y la eliminación de las condiciones estructurales que las exponen a situaciones de vulnerabilidad, incluido el tráfico y la trata de personas. Promueve la defensa de los derechos humanos y de quienes defienden esos derechos, con particular mención a quienes se dedican a cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la tierra, el territorio y los recursos naturales. Promueve la inversión, las medidas de ajuste fiscal o de recortes presupuestarios con perspectiva de género y la transversalización del enfoque de género en los sistemas estadísticos nacionales, así como las mediciones del bienestar complementarias al producto interno bruto / PIB. Establece las condiciones para la siguiente Conferencia. entre otros. >>>>> Lee el Compromiso de Buenos Aires completo, aquí <<<<< “Saludamos el gran compromiso político acordado en Buenos Aires, que nos permitirá avanzar en políticas concretas para hacer realidad, en toda la región y en todos sus territorios, los derechos y la autonomía de las mujeres y que además nos permite seguir fortaleciendo la Agenda Regional de Género, como venimos haciendo desde hace 45 años. Desde la convicción de renovar nuestras reflexiones a partir de las crisis en cascada que nos interpelan es que la CEPAL propone continuar con un profundo cambio

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ecoalaene y la teoría económica de los bienes comunes para el desarrollo sostenible

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS ecoalaene, potenciando economías conscientes también conocido como la Escuela Latinoamericana de Economías para la Vida es un proyecto que desarrolla PIDESONE – Programa Internacional de Democracias y Nuevas Economías de la Universidad de Buenos Aires (UBA) junto con CREAS, para trabajar en la región -en conexión con movimientos globales- con el objetivo de: “promover el intercambio interdisciplinario de jóvenes profesionales, investigadores, emprendedores, empresarios, con responsabilidad en políticas públicas y con desarrollos empíricos, para la producción teórico-práctica sobre nuevas economías, la promoción del desarrollo humano integral y sostenible, la protección de los bienes comunes desde un enfoque en políticas públicas y/o prácticas territoriales”. Se puede hallar más en esta nota que compartimos con Qonakuy, la red de universidades protestantes y evangélicas de Iberoamérica.   En relación con ese objetivo integrador, no solo entre personas y disciplinas, sino entre la teoría y la práctica, fue precisamente Qonakuy (y la UniReformada como anfitriona de la II Asamblea de esta misma red) quienes invitaron a ponentes de ecoalaene a liderar un conversatorio+taller que José Oscar Henao, Economista Senior de Cáritas ALyC, investigador Principal del PIDESONE y docente de @ecoalaene tituló ‘Bienes comunes y desarrollo sostenible: una mirada desde la teoría económica y el trabajo territorial’. Tomaré este encuentro como ejemplo inicial (aunque mencionaré otros dos) de esas exposiciones teóricas y metodológicas, pedagógicas, que he tomado de desarrollos hermenéuticos de Henao en múltiples espacios formativos y que, a mi parecer, hacen de ecoalaene un proyecto que puede sumar con su presencia en cada vez más espacios vocacionales, de difusión y de co-creación del desarrollo que nos soñamos quienes sabemos que para cuidar la casa común se requieren procesos que puedan sostenerse en el tiempo, respetando las dinámicas del mismo planeta y las comunidades en él; un interés transversal, sin duda, para las organizaciones basadas en la fe, como CREAS y Qonakuy. Una teoría que resulta muy interesante por su posición optimista (y comprobada con buenos ejemplos) respecto a las conductas humanas para el desarrollo social y económico que permite ese cuidado de la casa, es la del gobierno de los bienes comunes. El modelo de gobierno de los bienes comunes plantea que las comunidades están en capacidad de tomar sus decisiones de manera autónoma, desarrollar procesos de planeación, incidencia en los gobiernos y gestionar de manera cooperativa procesos de producción y comercialización.   El nobel de economía Richard Thaler señala elementos conductuales que se requieren para lograr transformaciones que nos beneficien como sociedades: Reconocer que no somos más un homoeconomicus impulsado solo por una conducta individual. Reconocer que nuestras conductas no necesariamente están impulsadas por los «espíritus animales» que John Maynard Keynes acuñó en 1936 para referirse a las acciones irracionales, imprecisas y emocionales del individuo que provocan variaciones en la economía imposibles de calcular. Pasar a un interés colectivo que facilite estrategias de cooperación para llevar adelante un proyecto común. Y Elinor Ostrom, primera mujer Nobel de Economía (2009), nos habla del Gobierno de los Bienes Comunes, planteando cómo las comunidades pueden desarrollar y dirigir sus propias estrategias de bienestar, identificando sus procesos, reconociendo sus limitaciones y sin que agentes gubernamentales o privados les indiquen cómo hacerlo. Así que, ¡atentas aquí, organizaciones de base! ? Para que las transformaciones sociales puedan darse, Ostrom enumera 3 modelos que la teoría económica también suministra: Tragedia de los comunes: es una paradoja planteada por Garrett Hardin en 1968 que plantea que los bienes comunes (que por ende son de todos) se ven siempre perjudicados por el uso indiscriminado. Sin embargo, Ostrom rebate con amplias evidencias que demuestran la viabilidad de la participación comunitaria en la gobernanza de bienes naturales y sociales de importancia social crítica. Para Elinor es esencial que se reconozca necesario ayudar, cooperar con le otro/a. Dilema del prisionero: es un problema fundamental de la teoría de juegos que demuestra que dos personas pueden no cooperar pese a que si lo hicieran el resultado obtenido sería mejor para las dos partes; por lo cual Ostrom plantea que para llegar al gobierno de los bienes comunes las comunidades deben poder encontrar que la mejor decisión posible para todos es poder cooperar siempre y cuando la información esté completa. Que todos conozcan los riesgos, oportunidades y beneficios. Lógica de acción colectiva: que deriva de un interés común y requiere de la definición de acciones claras para poder transformar. Ahora, hay muchas formas de desarrollo para lograr el bienestar de las comunidades, pero cuanto más a lo macro vamos más evidente se hace la necesidad de un Desarrollo Sostenible (o sus equivalentes en otras corrientes de pensamiento) que, como lo he mencionado anteriormente y por su propio nombre redunda, se refiere al sostenimiento de los recursos, la vida, los ecosistemas y los seres en ellos; el planeta en sus sistemas. Las Naciones Unidas diseñaron la Agenda 2030 (con sus objetivos, metas e indicadores) conceptualizando la sostenibilidad como la relación y construcción de estrategias de desarrollo que contemplen tres dimensiones (reconociendo qué efectos tiene): «económica, donde nos solo prime el tema de crecimiento sino también una dimensión social que implica elementos redistributivos, de reducción de la pobreza y otros elementos; y por supuesto esto no puede estar sin un elemento ambiental, lo que implica uso eficiente de los recursos, transición energética, entre otros. como lo explica José Oscar Henao de Cáritas América Latina y el PIDESONE desde el momento 1:04:50 en la transmisión de su ponencia sobre Energía y Pobreza Multidimensional del 2° Congreso Internacional de Economía de Francisco en América Latina y el Caribe. De manera que lograr lo que se proponen los objetivos de esta agenda para el año 2030 implica unas visiones individuales que integren lo colectivo y viceversa: que lo colectivo considere lo individual como un activo esencial (y muy valioso) para esa construcción de grupo. En eso estuvo centrado el workshop/taller que realizaron en la UniReformada durante la II Asamblea Qonakuy y que compartiremos más adelante en una nota sobre innovación social.

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CREAS y PAMPA 2030 capacitaciones Objetivos de Desarrollo Sostenible en La Matanza, 2022

PAMPA 2030 en la construcción territorial del desarrollo sostenible en Argentina

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org   La formación de organizaciones de base sobre desarrollo sostenible es esencial para lograrlo. Mientras la Agenda 2030 fue adoptada en 2015 como un nuevo plan de desarrollo sostenible que sucedió a los Objetivos del Milenio y se planteó alcanzar e interconectar a todas las naciones, pueblos y personas, su implementación en lo local es lo que asegura cambios de paradigmas estructurales que deriven en efectos a mayor escala. «la importancia de esta formación radica en conocer cómo se relacionan los aspectos globales con los locales y la interdependencia de unos u otros. Diariamente los fenómenos locales que afectan el desarrollo tienen presencia en las agendas globales, como la inseguridad alimentaria, el cambio climático, la ausencia de Paz, la pobreza, el desempleo, las desigualdades de género, entre otras». Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con sus 169 metas e indicadores, nos impulsan a centrarnos en nuevos criterios de civilización basados en los derechos humanos y del planeta como una relación de mutualismo en la que cuidar los recursos es la clave de la supervivencia y el equilibrio que permite la calidad de vida. Cuanto más nos vamos a lo específico más muestras de esta mutualidad podemos tomar: entre humanos y la naturaleza (las plantas, los animales, los reinos, los ecosistemas), así como entre humanos y humanas. Por esto la Agenda 2030 contempla un amplio espectro que incluye la importancia de establecer alianzas multisectoriales que incluyan a múltiples actores para reducir los niveles de desigualdad, la necesidad de considerar la diversidad como una realidad natural, la educación y la cultura como eje transversal, y su aplicación biyectiva entre lo general y lo específico. Es así como, una resolución firmada en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AG-ONU), se hace realidad gracias a la conexión de organizaciones de cooperación internacional, estas con entidades de desarrollo nacional, organizaciones no gubernamentales, líderes y organizaciones de base, y las ciudadanías (participando por los derechos humanos más allá de la ciudad y todo límite territorial o conceptual). El desarrollo sostenible es un entramado, una red (de seres y de procesos), que nos sostiene. Argentina cuenta con un plan acordado con las Agencias de Naciones Unidas para promover el desarrollo sostenible y con su monitoreo colaboran organizaciones como PAMPA 2030, conformada por un conjunto de organizaciones sindicales, organismos de derechos humanos, ONG’s y fundaciones, organizaciones ambientalistas, organizaciones religiosas o basadas en la fe (de las que somos parte con CREAS, campañas argentinas por los derechos, cooperativas y el sector académico: Naciones Unidas en Argentina, conjuntamente con el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales y la Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030 (Pampa 2030) nos comprometemos a territorializar la Agenda 2030 a partir de una metodología participativa que permita a las comunidades construir la Agenda de Desarrollo local en consonancia con los ODS desde una perspectiva inclusiva, integral y desde las necesidades de cada municipio, región y provincia. En este marco, una de las muchas acciones de Pampa 2030 son talleres de formación enfocados en las organizaciones de base, y el último presencial, que apoyamos con CREAS, fue el 22 y 23 de septiembre en La Matanza, con los siguientes objetivos: Construir un marco conceptual sobre los ODS y la Agenda 2030, priorizado en las metas para La Matanza, que sirva de referencia y fundamento para su implementación. Brindar una experiencia de formación en temas relacionados con el Trabajo Decente y los vínculos con las metas de la Agenda 2030. Adquirir las capacidades necesarias para proponer caminos de solución a problemas concretos que se presenten en el ámbito local, integrando e implementando ODS, metas, indicadores y prioridades nacionales. Sentar las bases para el trabajo conjunto inter organizacional –gobierno local, actores productivos, organizaciones sociales- para la identificación y resolución de problemas de la localidad que fortalezcan la difusión y aplicación de la Agenda2030 y la eficacia al desarrollo. Presentar criterios metodológicos y recursos para la formación en ODS y la construcción de una Agenda común de las organizaciones sindicales y sociales en La Matanza. En una agenda de dos días en el Centro Cultural Valentín Barros / Teatro UOM San Justo (gracias al apoyo del sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica que abrió sus puertas) se abordó la integralidad de estas necesidades, analizando el estado del desarrollo en La Matanza bajo los parámetros que permiten visualizar los ODS y enfocando en la necesidad del consenso y la elaboración de políticas públicas. En la programación del Día 1 Jorge Javier Fernández, miembro del equipo de desarrollo territorial de CREAS, planteó los análisis del ODS 17: La Agenda de Desarrollo y las Alianzas Locales, compartiendo Metodologías de Acción para desarrollar propuestas participativas que determinen el plan de La Matanza de la Agenda 2030, y en el Día 2 presentamos, junto con Juan Rojas (DyA), una segunda metodología para abordar problemas con soluciones posibles e iniciativas realizables de los ejes priorizados por la comunidad. Finalmente, el evento nos invitó al trabajo en grupos sobre los ejes centrales de la Agenda 2030, las 5 P de Personas, Planeta, Paz, Prosperidad y Participación, elaborando propuestas concretas para acción en este partido de la provincia argentina de Buenos Aires. CREAS, desde los inicios ha estado involucrado en el proceso de territorialización y en la formación de formadores, aportando su experiencia en aspectos metodológicos y de facilitación de este tipo jornadas de capacitación. Lograr los desafíos de la Agenda 2030 requiere el esfuerzo mancomunado de la sociedad civil, los Estados, el sector empresarial y los mecanismos del sistema de Naciones Unidas y la principal característica de este tipo de encuentros es la riqueza que genera la diversidad de experiencias compartidas y la integración de perspectivas gracias a los diálogos y acciones interinstitucionales» – Jorge Fernández. En el evento cincuenta (50) personas recibieron la formación y para el acto de clausura se reunieron más de 400 trabajadores y trabajadoras de La Matanza. En el acto de inicio estuvo Fulvia Farinelli, Representante de

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