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Transformando la comunidad con altura: Circrobacia en el Barrio Ramón Carrillo

En el barrio Ramón Carrillo, al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habitan 5.000 personas, muchas de ellas en condiciones de vulnerabilidad social. Además de la falta de empleo formal, infraestructura precaria y difícil acceso al transporte público, uno de los derechos más vulnerados en la zona sur de la ciudad es el derecho a la recreación y el acceso a la cultura. El Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, un espacio comunitario de referencia en el barrio, busca en sus propuestas dar respuesta a la necesidad de acceso a la cultura y el ocio sano para niños, niñas y adolescentes del barrio. Si bien el centro comunitario cuenta con un espacio amplio para la realización de las actividades diarias que allí se realizan, con el apoyo de CREAS a través del Fondo de Pequeños Proyectos pudieron hacer una mejoría en el lugar y en las condiciones para las clases de acrobacia en tela y artes circenses de las que, hasta a principios de este año, participaron 16 niñas mayores de diez años. Las clases de Circrobacia, como se llama el proyecto que presentaron a nuestro Centro Ecuménico de Asesoría y Servicio con aval de la parroquia Virgen Inmaculada, se daban en un salón pequeño y las telas colgaban de un techo no muy alto e inseguro para las niñas que practicaban “los escapes” y movimientos colgadas de las telas. Este espacio además lo compartían con Las Chicuelas del ritmo, un grupo de mujeres mayores que se reúnen una vez a la semana a hacer gimnasia y bailar, y que también recibió apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos en 2021. Ahora las Chicuelas ensayan en el salón y Circrobacia entrena en el patio de la planta baja. El deporte, el juego y la recreación, están establecidos por la Organización de Naciones Unidas como uno de los Derechos Fundamentales de niños, niñas y adolescentes. A través del juego y el disfrute está la oportunidad de aprender, encontrarse con otros y hacer comunidad. “Además de las habilidades motoras y cognitivas que desarrollan las niñas con las piruetas y trucos, lo importante es que se aprende en grupo. Los procesos son siempre grupales y así se fortalecen los vínculos entre quienes participan y también con las familias y el resto de la comunidad que estuvo presente en el desarrollo del proyecto” Carolina Sobral, profesora de acrobacia en tela El objetivo de nuestro Fondo de Pequeños Proyectos es fortalecer las capacidades de las organizaciones de base y de la diaconía y pastoral social de las iglesias, para que allí, en los barrios y comunidades, cuenten con las herramientas suficientes para atender las necesidades que surgen.   ¿Por qué mejores condiciones para hacer acrobacia y circo transforman la comunidad?   Con la compra de nuevo material, colchonetas adecuadas y telas que, con ayuda profesional, pudieron colgarse de un techo más alto, pudieron elegir un espacio más amplio y abierto a la comunidad. Es un patio por donde casi todas las personas que visitan el centro comunitario deben pasar. La comunidad es testigo de la disciplina de las niñas y del desafío de superarse a sí mismas que implica hacer una nueva acrobacia. La pertenencia de la comunidad y las familias al centro comunitario fue clave para poder llevar adelante el proyecto, fueron ellos quienes hicieron posible el traslado de todos los elementos del salón de clases en el primer piso al patio en la planta baja. Aportaron en comunidad a la creación de este espacio de formación y encuentro. Con lo anterior, muchas personas del barrio, incluso adultas, se han acercado a preguntar por las clases. Es un desafío de cara al futuro para el Centro Comunitario poder ampliar este espacio para que pueda llegar a toda la comunidad. “Que personas adultas vengan a preguntar por las clases de acrobacia hizo que nos acerquemos más a la comunidad y que nos pensemos como institución. Necesitamos el apoyo del gobierno para poder tener más horarios y profesoras para cubrir la demanda que tenemos de las personas del barrio” Carolina Sobral, profesora de acrobacia en tela El espacio de aprendizajes por fuera de la escuela que ofrece el Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, sirve a las niñas y niños como espacio de encuentro y contención. Al ampliar los cupos de las clases, más niñas pueden hacer uso sano de su tiempo libre, son niñas que encuentran en la acrobacia la oportunidad de enfocarse en algo que les gusta y desafía mientras crean, desde ese lugar, nuevas amistades. ¿Qué cambió con el nuevo espacio?   Las clases son más seguras y mejores, atendiendo una demanda que tenía la comunidad, en especial las niñas de Circrobacia. Las niñas están más motivadas en su aprendizaje. Ellas mismas le muestran a las profesores los trucos que quieren aprender, pues saben que tienen un espacio seguro para practicar. Se pudo aumentar la franja etaria, antes las clases eran para niñas mayores de 10 años, ahora pueden acceder a ellas desde los 9. Se logró una mejora e innovación en los servicios a la comunidad, con lo que surge también el desafío futuro de ofrecer estos y otros servicios a jóvenes y adultos. Hasta abril participaban de las clases 16 niñas, actualmente la matrícula y la asistencia se duplicó. “Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, entendemos que las actividades culturales, recreativas y deportivas hacen parte de la estrategia de las organizaciones para generar transformaciones en sus territorios y así dinamizar la vida comunitaria y dignificar a las personas ofreciéndoles nuevos recursos y oportunidades. Fortalecer estas actividades por medio del equipamiento, como en el caso de este proyecto, es fortalecer su estrategia” Rosaura Andinach, coordinadora FPP-CREAS

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Conoce el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia

1. ¿Qué es y cómo nació el fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia? Cuando empezaron los momentos más críticos de la pandemia de COVID-19, en el año 2020, fue el Fondo de Pequeños Proyectos la herramienta inmediata que tuvo CREAS para brindar apoyos concretos a comunidades en Argentina. Los apoyos económicos del FPP ayudaron a brindar una primera respuesta a las situaciones tan inesperadas y particulares que trajo consigo esta crisis mundial cuyos alcances, para entonces, no teníamos manera de dimensionar. CREAS buscó sinergias con el trabajo de diaconía de las iglesias y organizaciones comunitarias para una respuesta solidaria que hiciera frente a las necesidades inmediatas de las comunidades. El contexto social, económico, ambiental y político de la post pandemia amplió los desafíos para las comunidades. Desde CREAS, nos sentimos interpelados por esta realidad, y como organización de servicio basada en la fe, trabajamos junto a las organizaciones en territorio para la dignificación de todas las personas. La respuesta implementada desde CREAS se denominó Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia. 2. ¿Cuántos proyectos o beneficiarios tiene/ha tenido? El Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia CREAS empezó a funcionar en abril de 2022 y estará disponible hasta abril de 2025 para brindar apoyo y acompañamiento a proyectos de comunidades en situación de vulnerabilidad. En septiembre de 2022 se comenzó la ejecución de 3 proyectos, uno de respuesta rápida y otros dos de mitigación de los efectos de la pandemia, los 3 en la provincia del Chaco. En 2023 iniciaron dos proyectos en Formosa: en enero uno de Respuesta Rápida para atender la sequía y en abril otro de Mitigación de los Efectos de la Pandemia. 3. ¿Qué tipo de proyectos apoya? El Fondo tiene dos tipos de proyectos, y sus nombres indican su naturaleza: Los de Respuesta Rápida se aprueban para atender en un tiempo corto, esencial, un evento que ocurre en el territorio generando algún tipo de emergencia para una comunidad, esta respuesta rápida debe atender las necesidades más críticas de la población y debe de articularse de alguna manera a la reacción que el Estado Local o Provincial está brindando. Los proyectos de Respuesta Rápida tienen una duración máxima de 6 meses. Junto con lo anterior existen otros proyectos orientados a Mitigar los Efectos de la Pandemia, en diferentes aspectos de la vida de las comunidades, en tal sentido tiene una serie de líneas de trabajo en las que las organizaciones pueden presentar sus proyectos: Salud, en sentido amplio (violencia de género, violencia intrafamiliar, salud mental, atención primaria de la salud – prevención de enfermedades, etc.) Seguridad alimentaria, apoyo a colectivos en riesgo de inseguridad alimentaria, educación nutricional, mejora nutricional, etc. Economía Social, Solidaria y Popular, orientada al desarrollo de iniciativas y sustentos de medios de vida. Agua, aquí se trabaja lo referido al acceso al recurso, a la construcción de infraestructura que facilite el acceso y cuidado del agua por parte de las comunidades.  Las que presentan proyectos al FRR-MEP involucran a otras organizaciones y actores del territorio. Los proyectos de Mitigación de los Efectos de la Pandemia tienen una duración de entre 9 y 12 meses, tiempo en el cual se pretende revertir algunos de los tantos efectos que la pandemia de COVID-19 dejó en las poblaciones. En ambos casos, brindamos un acompañamiento técnico para el desarrollo de cada proyecto y la definición de sus estrategias. 4. ¿En qué territorios tiene incidencia? Este Fondo prioritariamente trabaja en la Región del Gran Chaco Argentino, sin embargo, es posible considerar otras zonas geográficas del país. 5. ¿Qué viene o qué se está preparando? En 2023 se pretende avanzar en el desarrollo de más proyectos en diferentes territorios y junto a socios locales de CREAS y a otras nuevas organizaciones que se puedan incorporar al desarrollo de esta propuesta. También se está preparando, para el segundo semestre del año, un Encuentro de las Organizaciones que ejecutan proyectos y una serie de propuestas de capacitación para fortalecer las capacidades locales y hacer frente al conjunto de situaciones críticas a nivel local junto con el acompañamiento, visitas a terreno y orientación para el monitoreo de cada proyecto. Pronto compartiremos más información de estos proyectos. Sigamos la conversación por redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Ninashpa, cerámicas en Santiago del Estero

Ninashpa: la oportunidad de la tierra en las familias de Santiago del Estero

Por: Lina Salas Ramírez Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas CREAS lina@creas.org Ninashpa es en lengua quichua la unión de tierra y fuego. Ninashpa eligió llamarse en 2021 un grupo productivo de mujeres que elaboran cerámicas en Santiago del Estero, entre las Comisiones Municipales de Bandera Bajada, La Invernada y Vaca Huañuna. Es una de las iniciativas que hemos apoyado con nuestro Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. La historia de Ninashpa es, para mí, un poema de resistencia; una bella muestra de nuestra naturaleza humana y la organización femenina; creativa y colectiva. “En el año 2019, veinte personas de parajes rurales de Santiago del Estero y otras veinte de otras provincias del país (Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires) realizamos un Campamento de trabajo productivo que giraba en torno al armado de huertas agroecológicas familiares. Lamentablemente el tiempo fue muy lluvioso esos días y poco se pudo hacer en las huertas. Pero esa dificultad abrió paso a una gran posibilidad que pudimos visualizar esos días: Nos acompañaba en el campamento Celina Veloteri, compañera ceramista de la Fundación EPyCA. Al tomar esos días contacto con el barro que estaba por todos lados, Celina se dio cuenta que con ese barro podíamos trabajar piezas de cerámica. Cerramos ese campamento con el horizonte de empezar a aprovechar esta oportunidad. En el año 2019 tuvimos nuevamente la visita de Celina Veloteri, esta vez para un campamento para comenzar el proyecto productivo de cerámica. Construimos el primer horno en Vaca Huañuna, comenzamos a aprender la técnica y dimos los primeros pasos en la producción. En octubre del año 2020, junto con la pandemia, tomó nueva fuerza el impulso del 2019. En varias zonas nos congregamos mujeres para aprender la técnica, construimos varios hornos de cerámica en Invernada Sur (2), Río Muerto (1) y El Cruce (1) y con el acompañamiento virtual de Celina fuimos aprendiendo más de este oficio”. Actualmente Ninashpa tiene 8 hornos que han elaborado las mismas mujeres, con sus manos, desde 2018, en parajes como Invernada Sur, Vaca Huañuna, Río Muerto, El Cruce, Santos Lugares y Anca Overa. Así están repartidos los grupos: El Cruce: Alicia, de 57 años; Micaela (su hija de 26) e Irma de 61. Vaca: Salma de 54, Patricia de 25, y Marisa. Río Muerto: Demetria en los 50, Cecilia 25. Invernada Sur: Eusebia, Florencia, María y Estela, todas entre 55 y 60 años. Santos Lugares: Cristian y Abel, y su hijo Edmundo con su esposa Estela. Una familia completa. Anca Overa: Sulema, Mario, Mercedes, y su familia extendida también apoya. Lucindo es otro compañero. Los hornos congregan a las familias y congregan a las comunidades, el viaje más largo que se hacen cuando se reúnen es entre El Cruce y Santos Lugares, movilizándose alrededor de 100 km (y entre una hora y media y dos de camino) que en algunos casos deben hacer en moto, dependiendo del presupuesto. Por este mismo motivo, se han decidido a producir en sus propios hornos (evitando exponer la cerámica a golpes) y se reúnen, eso sí, para continuar reforzando sus vínculos y construyendo su colectivo de manera horizontal: “Líderes somos todas, cuando nos surge algo nos juntamos a definirlo. Con Ninashpa buscamos volver a las tradiciones que heredamos. En nuestra zona era muy común que se hicieran vasijas para el agua y aunque la costumbre se había perdido, ahora todas lo hemos vuelto a hacer y quienes no las tienen, las quieren y están por tenerlas. Mientras yo hago mi vasija, hablo con mis compañeras, les explico y ellas me explican también. Intercambiamos ideas y entonces a alguna le sale un molde o una forma. Ninashpa es la lucha por mejorar como mujeres nuestra calidad de vida. En la zona hay pocas opciones laborales más que el trabajo en la propia huerta o con los animales en casa. También surgen trabajos de construcción en algunos casos y de carpintería, pero quisiéramos que se redujera la tala de árboles, aunque necesitamos trabajar. Algunas de las mujeres de nuestro grupo tienen jubilación, algunas tienen algún pequeño negocio, y para ellas también tiene un significado muy importante como lo tuvo para mí que me dedicaba a la casa y ahora estoy enfocada en mi proyecto productivo. Nos recreamos, aprendemos, creamos y vendemos lo que obtenemos de esa misma tierra que cuidamos”. Alicia Yñíguez, El Cruce. El proyecto empezó siendo labor de las madres, las tías, las abuelas. Los hombres ayudaban en tareas específicas como construir los hornos o conducir los vehículos cuando debían trasladarse, y los/as más jóvenes solían quedarse muy al margen, ayudando en tareas aisladas que se les pedían directamente. “Al vernos trabajar a nosotros en un principio nos miraban como que no les gustaba mucho”, me dijo Alicia. Esto lo quise saber de los mismos hijos y se lo pregunté a Micaela, quien había estado tímida en todo el encuentro y me dio la bonita sorpresa de una voz contundente y clara. “Nosotros no nos queríamos ensuciar tanto. Al principio yo lo veía como algo que no me gustaba. Empecé haciendo el trabajo más leve para ensuciarme lo menos posible; al menos lo digo desde mi experiencia. Después, al ver el trabajo, el cansancio, a mi mamá con las tareas más pesados, empecé a ayudarla un poco más y ahora ya me ensucio (risas). Sin ningún problema lo hago y voy aprendiendo más. Antes hacía más que nada decoración y arreglos porque es lo que más me gusta hacer. Soy profesora de pintura y dibujo así que veo un poco de mi arte en la cerámica”. – Micaela Son 25 las mujeres de Ninashpa pero alrededor de 1.500 las personas (varones y mujeres jóvenes y adultas) a las que alcanza indirectamente este proyecto: familias y amigos, compradores, personas de las comunidades. Es fascinante ver a la madre hablar de la oportunidad que surgió de la tierra misma y a la hija sentarse con ella en la misma banca, en un abrazo seguro, para hablarme juntas del impacto que esto ha tenido

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