Fondo de Pequeños Proyectos CREAS

Encuentro de iglesias cristianas sobre Diaconía y Acción comunitaria

El pasado sábado cuatro de noviembre se llevó a cabo el Encuentro de intercambio: Diaconía Ecuménica y Acción comunitaria. El objetivo del encuentro fue tener un espacio de intercambio entre las personas responsables de diaconía o acción comunitaria de iglesias en Buenos Aires. Durante la mañana del sábado pudimos conocer de primera mano cuáles son las tareas de diaconía y cómo cada iglesia las está llevando adelante. Así como cuáles son sus capacidades, fortalezas y las necesidades que se les presentan en su entorno. Estas iglesias y organizacione tienen un rol importante el desarrollo y fortalecimiento de las comunidades vulnerables en las que se encuentran haciendo talleres de formación productivos, proyectos culturales y tabajando por los Derechos Humanos. “La intención principal del diálogo ecuménico en relación a la diaconía es permitir que las iglesias aprendan unas de otras y poder compartir desde diferentes enfoques y distintas formas de llevar a cabo las acciones diaconales. Encontrarnos de manera articulada es una forma de enfrentar y encontrar esperanza en medio del panorama de incertidumbre actual en Argentina” Deborah Petcoff, coordinadora de Procesos Comunitarios El encuentro contó con la participación de Humberto Shikiya – Vicepresidente de CREAS – y la presentación del documento “Llamados a la transformación – Diaconía Ecuménica” recientemente difundido por el Consejo Mundial de Iglesias y ACT a cargo de Horacio Mesones, Director Ejecutivo de este Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio. Además, quienes participaron pudieron conocer el trabajo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS y la experiencia formativa de Ikumeni. El proceso continuará en 2024, convocando a iglesias, comunidades de fe, organizaciones ecuménicas y comunitarias con trabajo diaconal comunitario. Participaron del encuentro: Iglesia Presbiteriana San Andrés – Temperley, Lomás de Zamora Endepa -Equipo Nacional de Pastoral Aborigen – Tigre, CABA Centro Cristiano Nueva Vida – Berazategui, Florencio Varela, Lomas de Zamora, Avellaneda, Lanús, Ezeiza, La matanza, Moreno, CABA (Constitución, Caballito, Barracas, Parque Patricios, San Nicolás, Retiro) Iglesia Metodista de Almagro – CABA Iglesia Metodista de Villa Diamante – Lanús Iglesia Metodista de Luis Guillón – Esteban Echeverría Iglesia Evangélica Metodista Argentina – Villa Lugano, Barracas, Balvanera Asociación Civil Nuevo Sol (Iglesia Católica – Movimiento de los Focolares)- José C Paz, La matanza, Almirante Brown Pastoral Social Evangélica – Quilmes, Almirante Brown, Esteban Echeverria, La matanza, Merlo, Moreno, Avellaneda, Tres de Febrero, San Isidro, CABA (Monte Castro, Villa Luro, Flores, Barracas) Iglesia de Dios Argentina – Quilmes “Para mi fue muy importante el encuentro de Diaconía porque a veces ante tanta necesidad sentimos que estamos solos, que el esfuerzo no alcanza y encontrarnos con tantas personas que dedican además de su trabajo, su ingenio, sus ideas, su entusiasmo fue un soplo de aire fresco que renueva y anima a pensar ideas. Además sentirse apoyado por una entidad como CREAS es esperanzador” Liliana Balcala, Iglesia Metodista de Almagro.   «Me acerqué al encuentro sin tener bien en claro de qué se trataba en un principio. Me sorprendió. Me pareció pertinente y hermosa la propuesta de CREAS. Recordé que las posibilidades de servir a Dios son muchísimas y qué cada pequeña acción suma. Creo que algo de lo que me aportó el intercambio, es tomar conciencia que hay muchas personas comprometidas con la diaconía, que no estamos solos en la tarea. Me llevo ideas concretas para talleres en mi comunidad, y preguntas nuevas que me gustaría pensar con esta red en un nuevo encuentro. Sin duda este tipo de convocatorias son súper útiles para tejer redes necesarias y darnos apoyo a los distintos equipos de servicio.Estos espacios nos ayudan a crecer y aprender con las experiencias de los demás. Nos ayudan a ampliar la mirada y abrir el corazón.» Maria Benavente, Iglesia Presbiteriana San Andrés   «El ecumenismo siempre me pareció interesante. Creo que la mejor forma de hacerlo posible es a través de las experiencias de cada uno y en este encuentro eso fue enriquecedor. La capacitación presentada con las palabras apropiadas y las terminologías justas recorrieron mi cabeza rápidamente al sentirme autodidacta en la tarea de ampliar el Evangelio, entendiendo que todo es inspirado por Dios y guiados por su Espíritu Santo, más allá de lo que podemos imaginar. Fue inspirador, práctico y necesario tiempo compartido, encontrarnos y poder hacer un alto en el trabajo diario nos llena de Fe y esperanzas renovadas. Deseoso de participar de muchos encuentros mas, espero pronto conocer a hermanos y hermanas de nuestra patria grande contando sus experiencias evangelizadoras en nuestras tierras bendecidas.» Claudio Bravo, Centro  Cristiano Nueva Vida  

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Amasando Autonomía, proyecto productivo de jóvenes del Centro Comunitario San Cayetano

En Moreno, provincia de Buenos Aires, jóvenes del Centro Comunitario San Cayetano se organizaron para la producción de prepizzas y su distribución a otros centros comunitarios de la zona. De esta manera, veinte jóvenes que se capacitaron en panadería y participan en el emprendimiento nacido de un proyecto productivo, tienen un ingreso con el que financian actividades en San Cayetano. La falta de oportunidades laborales en condiciones dignas para los jóvenes del centro hizo que empezaran a pensar e investigar otras formas de trabajo. Ahí surgió la idea del trabajo cooperativo como objetivo, para que cada jóven trabajador pueda tener poder, un ingreso propio y así, una mejor calidad de vida. Además, el CCSC tiene un trabajo comunitario con niñas y niños, lo que ha significado nuevos desafíos. Para lograr su objetivo y empezar a trabajar en la conformación de la cooperativa, iniciaron el proyecto Amasando Autonomía, apoyado por el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. Con el financiamiento pudieron comprar equipamiento como un horno, heladera, amasadoras y una mesa que les dan autonomía a la hora de elaborar los alimentos pues antes usaban las herramientas habituales de la cocina del centro comunitario. Además, pudieron capacitarse en panadería y adquirir conocimientos profesionales para desarrollar el proyecto productivo. El Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS promueve el desarrollo de experiencias de nuevas economías locales populares, solidarias y sostenibles, con apoyos para equipamiento y capacitación, como una apuesta a dignificar la vida de las y los jóvenes en sus comunidades. Quince mujeres y cinco varones hoy producen prepizzas, churros y pan relleno. Han logrado alcanzar su público objetivo para esta primera etapa: los vecinos del barrio y otros centro comunitarios les compran las prepizzas cuando su propio menú lo requiere. El intercambio de experiencias con otros jóvenes de cooperativas fue parte del proceso de aprendizaje para llevar adelante el proyecto. La cooperativa del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, productora de dulces y conservas compartió estrategias de venta. Por otro lado, conocieron estrategias de marketing de la mano de una cooperativa de diseño. En un primer momento, la panadería estaba ubicada en un salón que les prestó la capilla del barrio, ya que en San Cayetano no contaban con un espacio para poder trabajar cómodamente. Este salón empezó obras de refacción por lo que la panadería tuvo que ser trasladada a un espacio que les concede el centro comunitario Yakacuaha, del que son vecinos. Al estar en el mismo barrio no hubo inconvenientes para la continuidad del proyecto, por el contrario fue una oportunidad para que jóvenes de Yakacuaha se unieran e integrarse más como comunidad. Allí, identificaron que en las tardes niños y niñas se acercaban a jugar y participar de algunas actividades del centro, así surgió la idea de hornear panes para darles una merienda. El proceso de Amasando Autonomía ha fortalecido el grupo de trabajo de los jóvenes del centro comunitario San Cayetano. Varios de ellos se han convertido en referentes para otros jóvenes.   Por su trabajo, doce de los jóvenes pudieron acceder al apoyo estatal Potenciar Inclusión Jóven, así cuentan con un incentivo económico mientras la cooperativa sigue tomando forma y desarrollándose como tal. Las ganancias percibidas por las ventas las ponen en un fondo común con el que han comprado materias primas, material para otros talleres del centro y financiaron un viaje colectivo. También con este fondo, hacen compras grandes de mercadería que cada uno puede llevar a su casa y así ayudar con el mercado familiar. “Trabajamos la responsabilidad, venir en un mismo horario y cumplir con las tareas, no significa ser estrictos sino ser responsables con los compañeros y compañeras. Nos enojamos y nos decimos las cosas, para mejorar y es un aprendizaje para la vida que vamos dejando a quienes vengan, la responsabilidad de que trabajamos comunitariamente. Nos sirve para en el futuro pensar en un trabajo en blanco con lo que hemos aprendido acá. Un par de compañeros ya consiguieron un trabajo con todo registrado; nos hacen falta pero es una gran alegría para nosotros ver su progreso” Mario, CC San Cayetano   Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos y Jóvenes Juventud, empoderamiento y desafíos: Encuentro desde la educación popular Jóvenes creciendo: transformando realidades en San Miguel, Buenos Aires ¿Qué hacen los y las jóvenes para transformar los territorios? Algunos proyectos apoyados por CREAS ¡Casa Chaco Stylo en Resistencia! Mejorando la planta de Gestión de Residuos Eléctricos y Electrónicos de Nodo TAU en Rosario Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt  

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Caminos Abiertos: de la formación en costura a la producción

Por: Carmina Sánchez Corrales- Asistente de Comunicación El Centro Comunitario Caminos Abiertos es un lugar de encuentro para la comunidad del Barrio San Cristóbal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entre sus actividades hay propuestas de talleres productivos de serigrafía y costura. La relación de Caminos Abiertos con CREAS no es nueva. En 2019 recibió un apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos para el fortalecimiento y producción de los talleres, que pasaron de ser un espacio de aprendizaje y formación a un espacio productivo. Con la compra de herramientas y materiales, los y las integrantes organizaron mejor su trabajo y pensaron estrategias para generar ingresos propios a partir de lo producido en el centro comunitario. Durante la pandemia cerraron muchos talleres de costura, y personas que conocían la experiencia del taller productivo se acercaron para poner la realización de los productos que necesitaban en manos de quienes participaban del taller productivo. Con esto, las mujeres con conocimientos más avanzados empezaron a dedicar su tiempo exclusivamente a la producción y se sumaron más personas a la instancia formativa. Con el crecimiento de la demanda era necesario que el taller también creciera. Las personas que participan del taller de costura son, en su mayoría, mujeres en situación de vulnerabilidad, muchas de ellas son migrantes de países como Venezuela, Colombia, Paraguay y Perú. Además, varias tienen niños a su cuidado por lo que les es difícil conseguir un trabajo fuera de su casa. La búsqueda del taller productivo de costura es que quienes asisten tengan una formación para el trabajo, con condiciones y formas de producción que se asemejan al de un taller laboral pero teniendo en cuenta las particularidades de cada persona que ahí trabaja. Abriendo Caminos, entonces, ha adaptado sus espacios para que las mujeres puedan ir con sus niños y niñas. Hay espacio de juegos, bibliotecas y el taller de costura está adaptado para que sea seguro. “Al principio hacíamos productos propios e íbamos a ferias, luego nos dimos cuenta que nos funcionaba muchísimo mejor hacer a pedido; cosemos para pequeñas marcas y emprendimientos que piden tandas chicas, el precio por producto se acuerda entre el cliente y los y las costureras, después colectivamente se decide cómo se reparte la ganancia” Agustina Pagano, docente de costura   Ampliación del taller   Este año, con un segundo apoyo del #FPPCREAS, el crecimiento del espacio físico del taller se hizo realidad. Lo que antes eran dos espacios separados, uno de corte y otro con las máquinas, pudo unirse en un solo gran taller donde la formación y la producción están juntas y pudieron destinar otro lugar para una oficina en donde se hacen las tareas de gestión del centro. Al duplicarse la superficie, el taller se ha fortalecido, más personas se están capacitando en costura y se ha generado más trabajo para satisfacer la demanda de producción que tiene el taller. Por otro lado, este nuevo espacio ha permitido que quienes forman parte del taller de costura se integren y se acoplen fácilmente con las demás actividades del centro, como el taller de serigrafía. Hasta ahora, 30 familias se han beneficiado por los ingresos que las mujeres generan en el taller productivo de costura. Si bien no todas las personas que ingresan a aprender a coser pretenden generar ingresos, todas buscan a partir de este oficio tener una mejor calidad de vida. “Hay mucho boca a boca, se van pasando la información de los talleres. Algunas mujeres se quedan mucho tiempo, otras vienen y se van al poco tiempo, hay quienes han aprendido y después consiguen trabajo en otros talleres. Hemos trabajado con personas mayores que aprenden un oficio después de jubilarse y así generan un ingreso extra ”. Agustina Pagano “Vine a Argentina a cuidar a mis nietos. Vengo al taller para salir de la casa, aprender algo nuevo y espero después poder tener algún ingreso de dinero propio” Lourdes de Venezuela.     Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos Casa Comunitaria Nora Cortiñas ayuda a mujeres vulneradas a integrarse a la comunidad Organización Yuraq Rumi: un bello ejemplo de autogestión por los derechos de la comunidad Transformando la comunidad con altura: Circrobacia en el Barrio Ramón Carrillo Jóvenes creciendo: transformando realidades en San Miguel, Buenos Aires Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt    

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Transformando la comunidad con altura: Circrobacia en el Barrio Ramón Carrillo

En el barrio Ramón Carrillo, al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habitan 5.000 personas, muchas de ellas en condiciones de vulnerabilidad social. Además de la falta de empleo formal, infraestructura precaria y difícil acceso al transporte público, uno de los derechos más vulnerados en la zona sur de la ciudad es el derecho a la recreación y el acceso a la cultura. El Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, un espacio comunitario de referencia en el barrio, busca en sus propuestas dar respuesta a la necesidad de acceso a la cultura y el ocio sano para niños, niñas y adolescentes del barrio. Si bien el centro comunitario cuenta con un espacio amplio para la realización de las actividades diarias que allí se realizan, con el apoyo de CREAS a través del Fondo de Pequeños Proyectos pudieron hacer una mejoría en el lugar y en las condiciones para las clases de acrobacia en tela y artes circenses de las que, hasta a principios de este año, participaron 16 niñas mayores de diez años. Las clases de Circrobacia, como se llama el proyecto que presentaron a nuestro Centro Ecuménico de Asesoría y Servicio con aval de la parroquia Virgen Inmaculada, se daban en un salón pequeño y las telas colgaban de un techo no muy alto e inseguro para las niñas que practicaban “los escapes” y movimientos colgadas de las telas. Este espacio además lo compartían con Las Chicuelas del ritmo, un grupo de mujeres mayores que se reúnen una vez a la semana a hacer gimnasia y bailar, y que también recibió apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos en 2021. Ahora las Chicuelas ensayan en el salón y Circrobacia entrena en el patio de la planta baja. El deporte, el juego y la recreación, están establecidos por la Organización de Naciones Unidas como uno de los Derechos Fundamentales de niños, niñas y adolescentes. A través del juego y el disfrute está la oportunidad de aprender, encontrarse con otros y hacer comunidad. “Además de las habilidades motoras y cognitivas que desarrollan las niñas con las piruetas y trucos, lo importante es que se aprende en grupo. Los procesos son siempre grupales y así se fortalecen los vínculos entre quienes participan y también con las familias y el resto de la comunidad que estuvo presente en el desarrollo del proyecto” Carolina Sobral, profesora de acrobacia en tela El objetivo de nuestro Fondo de Pequeños Proyectos es fortalecer las capacidades de las organizaciones de base y de la diaconía y pastoral social de las iglesias, para que allí, en los barrios y comunidades, cuenten con las herramientas suficientes para atender las necesidades que surgen.   ¿Por qué mejores condiciones para hacer acrobacia y circo transforman la comunidad?   Con la compra de nuevo material, colchonetas adecuadas y telas que, con ayuda profesional, pudieron colgarse de un techo más alto, pudieron elegir un espacio más amplio y abierto a la comunidad. Es un patio por donde casi todas las personas que visitan el centro comunitario deben pasar. La comunidad es testigo de la disciplina de las niñas y del desafío de superarse a sí mismas que implica hacer una nueva acrobacia. La pertenencia de la comunidad y las familias al centro comunitario fue clave para poder llevar adelante el proyecto, fueron ellos quienes hicieron posible el traslado de todos los elementos del salón de clases en el primer piso al patio en la planta baja. Aportaron en comunidad a la creación de este espacio de formación y encuentro. Con lo anterior, muchas personas del barrio, incluso adultas, se han acercado a preguntar por las clases. Es un desafío de cara al futuro para el Centro Comunitario poder ampliar este espacio para que pueda llegar a toda la comunidad. “Que personas adultas vengan a preguntar por las clases de acrobacia hizo que nos acerquemos más a la comunidad y que nos pensemos como institución. Necesitamos el apoyo del gobierno para poder tener más horarios y profesoras para cubrir la demanda que tenemos de las personas del barrio” Carolina Sobral, profesora de acrobacia en tela El espacio de aprendizajes por fuera de la escuela que ofrece el Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo, sirve a las niñas y niños como espacio de encuentro y contención. Al ampliar los cupos de las clases, más niñas pueden hacer uso sano de su tiempo libre, son niñas que encuentran en la acrobacia la oportunidad de enfocarse en algo que les gusta y desafía mientras crean, desde ese lugar, nuevas amistades. ¿Qué cambió con el nuevo espacio?   Las clases son más seguras y mejores, atendiendo una demanda que tenía la comunidad, en especial las niñas de Circrobacia. Las niñas están más motivadas en su aprendizaje. Ellas mismas le muestran a las profesores los trucos que quieren aprender, pues saben que tienen un espacio seguro para practicar. Se pudo aumentar la franja etaria, antes las clases eran para niñas mayores de 10 años, ahora pueden acceder a ellas desde los 9. Se logró una mejora e innovación en los servicios a la comunidad, con lo que surge también el desafío futuro de ofrecer estos y otros servicios a jóvenes y adultos. Hasta abril participaban de las clases 16 niñas, actualmente la matrícula y la asistencia se duplicó. “Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, entendemos que las actividades culturales, recreativas y deportivas hacen parte de la estrategia de las organizaciones para generar transformaciones en sus territorios y así dinamizar la vida comunitaria y dignificar a las personas ofreciéndoles nuevos recursos y oportunidades. Fortalecer estas actividades por medio del equipamiento, como en el caso de este proyecto, es fortalecer su estrategia” Rosaura Andinach, coordinadora FPP-CREAS

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Jóvenes creciendo: transformando realidades en San Miguel, Buenos Aires

En el Barrio San Ambrosio en San Miguel, provincia de Buenos Aires, Argentina, niños, niñas, jóvenes y mujeres adultas que asisten al Centro Comunitario Creciendo están llenos de preguntas sobre su cotidianidad y los cambios que implica crecer. El año pasado, para responder a las inquietudes de estas personas y como seguimiento al proyecto Kuñá Kacuáa, nacido en pandemia, presentaron al Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS el proyecto Mitarusu Kakuuá, que en guaraní quiere decir jóvenes creciendo, para seguir creando lazos comunitarios que puedan transformar las realidades de los y las jóvenes del barrio y sus familias. “Hay situaciones de violencia que viven o ven los chicos y chicas y son aprendidas desde la casa o la cultura misma, nosotros nos sentamos a replantearnos todo el tiempo este tipo de cosas” Daniela Del Valle, trabajadora social de Creciendo Este año la organización dio seguimiento a este proceso con el proyecto Mitarusu Kakuuá, que en guaraní quiere decir jóvenes creciendo, para seguir creando lazos comunitarios que puedan transformar las realidades de los y las jóvenes del barrio y sus familias. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, comprometido con el fortalecimiento de la diaconía de las iglesias y de las organizaciones comunitarias para la vida digna en las comunidades, se apoyó la compra de libros, juegos y otros materiales didácticos. Así, desde CREAS fortalecemos acciones que apunten a vidas libres de toda violencia, en la que la paz social sea una realidad en los barrios y territorios donde las iglesias y las organizaciones comunitarias trabajan por la inclusión y la dignidad de todas las personas. Con este apoyo, los chicos y chicas que asisten al Centro Comunitario Creciendo, a través de la lectura de cuentos, biografías, el trabajo educativo con audiovisuales y juegos, reflexionan y comparten vivencias cotidianas en espacios de encuentro y contención seguros, para superar la desigualdad y los patrones de violencia con los que se encuentran día a día. ¿Cuáles son los temas de los que se habla en Mitarasu Kakuuá?   Buen trato, buen vivir, cuidado propio y de los demás Cuidado del cuerpo y salud Equidad de género, Derechos y diversidades Además, el barrio cuenta con mucha población inmigrante que llegó desde Perú, Bolivia y Paraguay, con culturas distintas y formas que en ocasiones difieren de las de sus hijos e hijas. De acuerdo con las referentes del Centro, muchas mamás se han acercado al centro a agradecer por darle el espacio a sus hijos e hijas para conversar y preguntar sobre temas que ellas no se atreven a abordar o no se animan a decir en voz alta, y tienen al centro comunitario y a Mitarasu Kakuuá como un elemento más en la relación que construyen como familias. Gracias a Mitarasu Kakuuá, los y las jóvenes y el centro comunitario se han vinculado con otras organizaciones, centros comunitarios y con la escuela del barrio. A estos otros espacios, han podido llevar lo que han trabajado en el proyecto. Contó Daniela Del Valle, trabajadora social de Creciendo, que han podido llevar otra mirada de la Educación Sexual Integral, desde la cotidianidad y los aspectos vinculares y afectivos.     “Dentro del equipo del Centro Comunitario también se ve una mejoría a la hora relacionarnos entre nosotros. De respetarnos los espacios y momentos de cada uno ante las situaciones y que no todos somos iguales, que con violencia no conseguimos nada. Pueden ser frases sueltas pero a la hora de trabajar se nota mucho en el grupo de adolescentes y en el grupo de trabajo” Daniela Del Valle, trabajadora social en Creciendo Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos y Jóvenes   ¿Qué hacen los y las jóvenes para transformar los territorios? Algunos proyectos apoyados por CREAS ¡Casa Chaco Stylo en Resistencia! Mejorando la planta de Gestión de Residuos Eléctricos y Electrónicos de Nodo TAU en Rosario Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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Nuevo mural de la sede de la Red El Encuentro

Ampliando la mirada en El Encuentro: Arte y formación para fortalecer la red

  La Red El Encuentro – como lo indica su nombre – es una red que reúne a 16 centros comunitarios del noroeste conurbano bonaerense con el objetivo común de fortalecerse como organizaciones, desde la formación permanente de sus educadores y la gestión de recursos y así lograr que los 3000 niños, niñas y adolescentes que acuden a los centros crezcan en condiciones dignas. Desde su creación en 1990, es un espacio de articulación e intercambio de experiencias de trabajo comunitario y educación popular que busca incidir en políticas públicas. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS brindamos apoyos a organizaciones como esta con el fin de que promuevan acciones más estratégicas y a largo plazo en el trabajo comunitario, lo cual fortalece la articulación territorial y acompaña la formación de nuevos liderazgos.  A lo largo de quince años de vínculo hemos acompañado diferentes proyectos de Red El Encuentro. De acuerdo con Ana Gravina, parte del equipo de Coordinación, “el vínculo empezó con la idea de gestionar recursos y se convirtió en un vínculo honesto, de escucha y mucho apoyo. Siempre han estado atentos a nuestras necesidades”. Además mencionó que para iniciar el Centro Comunitario Las Suricatas el acompañamiento del Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio fue esencial.  Con el proyecto Ampliando la mirada, apoyado por el #FPPCREAS, la red ha podido nutrir su objetivo principal y fortalecer su identidad. Dos eventos clave han permitido esto: la renovación del mural de su sede principal y un viaje pedagógico a Rosario con el que educadores de la red pudieron expandir sus conocimientos, multiplicar saberes y generar estrategias creativas. El viaje a Rosario Educadoras y educadores de todas las áreas de trabajo de los centros (nutrición, jardín maternal, jardín infantil, escolares, jóvenes, coordinadores y delegados) conforman lo que en la red llaman “Mesas de acompañantes”; estructuras a través de las cuales se encargan de transmitir sus conocimientos y de acompañar a otros educadores en sus labores.  Cincuenta y ocho educadoras de las “mesas acompañantes”, hicieron un recorrido pedagógico y cultural por distintos lugares de Rosario, Santa Fe. Allí, junto con la Cooperativa ‘El horno está para bollos‘ visitaron La Toma Cultural y El Tríptico de la Infancia, un espacio de juegos y transformación pensado para la convivencia entre las infancias y adultos, en el que los educadores con la previa planificación y aprovechando cada momento del viaje, pudieron explorar y vivenciar nuevas herramientas pedagógicas para traer y replicar en su trabajo diario en el Conurbano de Buenos Aires.   Fue un espacio en el que me dejé llevar y pude preguntarme ¿qué es lo que los pibes sienten cuando juegan? Cada uno de los juegos requería una destreza distinta e iba pensando cómo podíamos traerlo al centro para nuestros niños y niñas. Aproveché todo, me gustó muchísimo. A futuro espero que otros compañeros tengan la oportunidad de tener esta experiencia enriquecedora para poder proyectarse y seguir armando algo colectivamente en el centro con todas las vivencias que tuvimos en este viaje. Yoseli Pogorzelek La experiencia en Rosario nos sirvió mucho para repensar nuestros centros comunitarios. Lo que más nos impactó fue la belleza de las propuestas, pensamos que nuestras infancias además del derecho a la educación y alimentación, tienen el derecho a la belleza. Evidenciamos y confirmamos algo que ya veníamos diciendo en los centros, el juego es una herramienta de aprendizaje. Lo que más quiero es que otros compañeros puedan tener esta experiencia. Me inscribí en un seminario con la persona que ideó el Tríptico de las Infancias para poder seguir estudiando y teorizar toda la experiencia práctica que tuvimos allá.  Patricia Palacio ¿Qué lograron los y las educadoras con el viaje a Rosario? Conocer la cultura de otra ciudad, enriquecerse de ella y así ampliar sus conocimientos. Vivenciar, experimentar en cada espacio visitado. Aclarar dudas respecto a las experiencias para poder transmitirlas y replicarlas exitosamente. Observar, elaborar un registro audiovisual de diferentes juegos para replicar en sus centros. Escuchar a otra organización social y sus luchas. El mural colectivo como fortalecimiento de la identidad En otro momento del proyecto Ampliando la Mirada, se llevó a cabo la creación de un mural colectivo en la fachada de la sede la Red El Encuentro, ubicada en José C. Paz. A través de jornadas semanales, la Red trabajó en conjunto para definir el diseño del mural basado en su identidad popular y comunitaria, su experiencia diaria en los centros comunitarios y en sus luchas por el reconocimiento formal de su trabajo.  Esta actividad no solo involucró a las 58 educadoras que realizaron el viaje, sino también a las comunidades de los 16 centros comunitarios que se iban turnando semana a semana en los tiempos que tenían disponibles para ir a la sede y aportar su pincelazo a la creación conjunta. Coordinadamente lograron sacar adelante este mural que, representando el encuentro en un abrazo, conectó con la identidad de quienes conforman la red y fortaleció los lazos que han tejido en los 30 años de trabajo comunitario. La Red El Encuentro se complementa con iniciativas de comunicación popular como La Sociedad de Fomento del Video Alternativo (SOFOVIAL), que forma parte del  Equipo de Comunicación la Red e hicieron un video en el que relatan cómo fue la creación de la nueva fachada.   “La vida diaria en los barrios es muy dura, y las oportunidades de placer son muy importantes desde lo pedagógico, lo afectivo y lo político” Ana Gravina La Red El Encuentro pretende continuar con los procesos de formación y fortalecimiento organizacional que se dieron gracias a Ampliando la Mirada. Los efectos de la experiencia del viaje y de la creación conjunta del mural se están viendo reflejados diariamente en el trabajo de las y los educadores de los espacios comunitarios. Actualmente, están en búsqueda de un carpintero para reproducir algunos materiales del tríptico en los Centros y llevarles a los  chicos y chicas algo de lo que pudieron experimentar; espacios de juego, aprendizaje y placer en su cotidianidad.  Fueron

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Casa Comunitaria Nora Cortiñas ayuda a mujeres vulneradas a integrarse a la comunidad

En Merlo, provincia de Buenos Aires en marzo de 2022 nació la Casa Comunitaria Nora Cortiñas, atendiendo a la necesidad de acompañar integralmente a mujeres, niñas y niños en situaciones de vulnerabilidad por la falta de un lugar permanente para vivir. Allí, dos máquinas de coser han sido herramientas con las que cinco mujeres transforman sus vidas y se integran a la comunidad en la que habitan.  El objetivo de la casa es además de ofrecer un techo a mujeres que han sufrido violencia de género o que presentan consumos problemáticos, un espacio de contención, escucha y restitución de derechos para las mujeres, niños y niñas que transitan por este espacio de alojamiento temporal y voluntario. De lunes a viernes de 2 a 5 de la tarde se desarrolla el Taller de Costura. Un espacio creado a partir del proyecto apoyado por el  Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS. Entre las telas, las tijeras, los hilos y las máquinas de coser se crea un espacio de escucha y  aprendizajes que van más allá de la costura.  Silvia, la tallerista, les comparte sus conocimientos y técnicas de trabajo y elaboración de productos con telas pero sobre todo les insiste en la autodeterminación, concentración y disciplina que deben tener para llegar a un producto final.  El taller funciona también como un espacio de integración grupal para las mujeres nuevas que llegan a habitar la casa. Con la compra de dos máquinas de coser y el acompañamiento de CREAS en la planificación y gestión de proyectos, la Casa Comunitaria Nora Cortiñas ha diligenciado nuevos recursos para acercarse y trabajar mejor con las mujeres que pasan por la casa. Planificar, les permite pensar grupalmente y por adelantado cómo sostener el Taller de Costura y la continuidad de las mujeres en él,  a pesar las dificultades del contexto y que se puedan presentar.  La falta de oportunidades económicas, de un espacio donde habitar, una rutina y una vida que las haga sentir bien consigo mismas, sumado a la mirada de estigma que suelen tener sobre ellas, son parte de los retos que sortean para integrarse en comunidad. No obstante es esto, y la autonomía que van generando al acceder a medios productivos y oportunidades de creación, lo que les da nuevas razones para vivir felices.    ¿Qué ha pasado con la casa y las mujeres desde que se creó el Taller de Costura en agosto de 2022? Las mujeres están entusiasmadas con aprender un nuevo oficio. Muchas han adquirido la rutina de ir todas las tardes a coser. Al darles una tarea, una responsabilidad, el taller sirve como espacio terapéutico y su autoestima mejora al ver que son capaces de crear. Han hecho trabajos que han generado ingresos que invirtieron en el mismo taller. Aprenden que más adelante pueden tener un ingreso a partir de su trabajo y dejar de depender de terceros. Algunas mujeres que ya no viven en la casa siguen vinculadas al taller. La Casa sigue siendo un espacio seguro para ellas. La Casa Nora Cortiñas quiere ser un espacio abierto a la comunidad, por eso están invitando a las mujeres del barrio a participar del taller. Además, las nuevas costureras empezarán a ofrecer sus servicios. El taller les ha dado herramientas de autogestión así que ellas mismas se han organizado para dar difusión y empezar su nuevo emprendimiento. De esta manera, se busca la integración de la Casa al barrio al que pertenece y que las mujeres y los habitantes conformen una misma comunidad solidaria, donde no haya estigma hacia quienes buscan nuevas oportunidades.    Más historias de territorio e información sobre proyectos que han sido apoyados por el FPP, aquí:  Ninashpa Cerámica – Santiago del Estero.  Escuela Deportiva Nueva Generación – Córdoba. Fundación Suyai – para mujeres en Córdoba.  Casa Chaco Stylo – Hip Hop en Resistencia. Nodo TAU – planta de residuos eléctricos y electrónicos en Rosario. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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¡Comunidades en Acción! El Fondo de Pequeños Proyectos en 2022

El Fondo de Pequeños Proyectos tiene como objetivo contribuir al cambio social por medio del apoyo a las comunidades organizadas. Entendemos que fortaleciendo a estas organizaciones comunitarias, iglesias, organizaciones de base e iniciativas de la economía social y popular podemos contribuir al desarrollo territorial y la construcción de un mundo más justo. El 2022 fue un año marcado por la salida de la pandemia y la vuelta a la actividad comunitaria. Las organizaciones estuvieron enfocadas en la revinculación con la población con la que trabajan, la recuperación de los espacios de participación y con un especial enfoque en las niñas, niños y jóvenes que volvían al encuentro y quienes, como lo mencionamos en un artículo anterior, enfrentaron realidades y retos particulares respecto a su acceso a derechos económicos, espacios de entretenimiento y creación. También observamos que las mujeres, en quienes ha recaído tradicionalmente las tareas de cuidado y que durante el aislamiento de la pandemia vieron esto intensificado, se han reunido de nuevo para compartir saberes, intercambiar ideas, aprender nuevas formas de producción y producir en conjunto, reconstruyendo los espacios de participación comunitaria, productiva y política; lo cual replantea, desde el corazón de las comunidades, sus formas de desarrollo. «En 2023 vamos a continuar con los apoyos y será para CREAS un año esencial para reflexionar y recoger aprendizajes. Haremos una evaluación del impacto y los efectos del Fondo de Pequeños Proyectos en los últimos años, en conjunto con las organizaciones partícipes, lo cual nos permitirá planificar nuestras acciones e intenciones para los próximos años» – Rosaura Andiñach Coordinadora Fondo de Pequeños Proyectos CREAS Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt  

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Por una Nueva Generación de fútbol, de deportes y de sueños

Por: Lina Salas Ramírez – lina@creas.org Coordinadora de Comunicaciones Estratégicas de CREAS La Escuela Deportiva Nueva Generación queda en la ciudad de Córdoba. Empezó hace 4 años por la iniciativa de un grupo de cuidadores, padres y madres de familia que se reunieron en un terreno baldío a proponer actividades deportivas para las niñas y niños del barrio. «A solo unas semanas de arrancar, la cantidad de niños se fue incrementando. Llegamos a tener más de 150 niños jugando fútbol. Y después de eso fuimos ampliando las actividades, también empezamos a hacer Volleyball y Hockey para nenas y más tarde también para varones.» Christian Ramon Mansilla Presidente Escuela Deportiva Nueva Generación Con el transcurso del tiempo y a medida que fueron creciendo formaron la Asociación Civil que son hoy en día. «Después de un tiempo fuimos viendo la necesidad que había, de la cantidad de niños en situaciones vulnerables, con violencias en la casa y muchas otras cosas que afectan el normal crecimiento de un niño y ya pasamos de solamente enseñarle a jugar el fútbol y esas cosas, también a inculcarles valores. Muchos niños pasaban hambre y muchos también sufrían violencias en una zona de bastante necesidad. El fútbol fue una herramienta importante para permitirles salir de esos mundos violentos y permitirles nuevas visiones de la vida.» Estamos convencidos de que podemos lograr un cambio, no por lo que hacemos nosotros, sino por lo que el fútbol hace en ellos. Gracias a Dios hay gente como la que trabaja en CREAS que cree en estos proyectos y nos apoyan». El proyecto que apoyó el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS fue llamado ‘Sueña sin miedo, entrena sin límites’ e incluyó dos objetivos específicos: Renovar la indumentaria deportiva de las distintas divisiones. Hacer un cerramiento para contar con un espacio apto para actividades y eventos. Y, como todos los proyectos de nuestro #FPPCREAS tenía una intención más allá de la dotación material, en las oportunidades de transformación social. «Pudimos comprar nuevas camisetas para los niños y fortalecer con ello el sentido de pertenencia. Yo tengo el recuerdo de cuando era chico y nos llegaron unos botines la primera vez y yo… ¡sentía que volaba! Vemos la felicidad en ellos y sabemos que ponerse su conjunto nuevo con el logo y los colores de su escuela, ellos sienten que representan a su barrio. Se sienten identificados y es suya la escuela». Y el fútbol está, indudablemente, conectado en la profundidad con la identidad argentina. Con el Mundial de Qatar 2022 y la ejemplar presencia que ha dado el conjunto albiceleste en este encuentro de alcances globales, las emociones en el país están intensificadas y es por la esperanza que se prende en esos corazones que están hoy eligiendo el camino de su vida, que se hacía necesario contar esta historia esta misma semana. Compartirla con cuantas personas podamos y considerar de qué manera podemos brindar los apoyos que requieren este y otros proyectos que, como dice Mansilla se hacen «a pulmón», y que son alternativa de bienestar y garantía de los derechos de las infancias y adolescencias. «Estamos pasando por un momento histórico no solamente a nivel nacional sino también provincial. Nosotros en Córdoba en este último campeonato ascendieron a primera el Instituto y Belgrano, uniéndose a Talleres, con lo que tenemos los tres equipos de la provincia en la liga Profesional. Los niños crecen aquí con el fútbol y tienen a sus ídolos. Messi es Messi. Ellos lo ven como un gran referente además de que sabemos que es una gran persona dentro y fuera de la cancha. Y para hablar de esta selección no podemos hablar solo de Messi, también tenemos a Julián Álvarez (quien también es cordobés); tenemos a Otamendi, Molina, el Dibu Martínez, Enzo Fernández, Cristian «Cuti» Romero; que salió de Belgrano. El equipo en general está jugando muy bien; son un equipo. Está bueno rescatar que son 26 jugadores y los 26 están a disposición del técnico. Esto nos trae una enseñanza también para los niños, que no basta con individualismos sino que el trabajo en equipo es fundamental para llegar al objetivo. Deportivamente hablando es lo que nos está llevando a esta nueva final. Es también importante considerar la historia de cada jugador, los sacrificios que cada uno ha hecho para llegar allí. No es solo jugar al fútbol sino que hay muchas cosas detrás. Podemos escuchar la historia de Paredes, Julián Álvarez y el mismo Messi. Y aún si los niños más tarde no se dedican a jugar, que conserven esos valores para su vida cotidiana. En mi barrio se respira el fútbol y conocemos también, por medio de los padres que nos cuentan, cómo sus hijos han levantado las notas y cambiado sus comportamientos y es así como el fútbol ha transformado nuestro sector. Niños de otros barrios jugando en nuestro barrio; adolescentes compartiendo los espacios y dejando atrás rivalidades de zonas. Hoy somos todos los mismos aunque estemos en un barrio diferente. Yo ando en la calle y soy el profe de acá, el profe de allá y siento, en lo personal, que esto es algo que a mí me llena; me hace sentir alguien valioso. Tengo hijos hoy en día. Yo de niño perdí a mi mamá muy joven y no tuve la contención de un lugar como este, que te dé alternativas distintas a las calles, las drogas, la delincuencia o las violencias que les atrapa en sus entornos. La idea es que mi hijo y los niños tengan este lugar para ser contenidos y vean que hay algo diferente. A los niños les gusta el fútbol y van a elegir siempre el fútbol. Y aquí tienen una familia que los cuida. Actualmente los equipos de la Escuela Deportiva Nueva Generación están entrenando en una cancha municipal que recuperaron para poder tener el espacio físico que la envergadura de los nuevos encuentros de competencia y la cantidad de niños inscritos les fueron exigiendo. No obstante, tener su propio espacio

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Jornada de evaluación de proyectos FPP CREAS de arte, deporte, recreación y cultura para jóvenes

  Esta semana ocho organizaciones referentes de 4 ciudades del Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Resistencia nos reunimos en capital durante un día, para hacer una evaluación respecto a proyectos implementados en los últimos dos años, cuyo objetivo esté relacionado con fortalecer derechos de adolescentes y jóvenes a través de actividades culturales, artísticas, deportivas y/o recreativas y reflexionar colectivamente sobre los efectos que han tenido en el corto y mediano plazo. En los últimos dos años el FPP ha apoyado más de 60 proyectos y en su historia alrededor de 800. Estos son algunos de los que han obtenido apoyos del Fondo de Pequeños Proyectos, creado para brindar apoyo a organizaciones comunitarias y al trabajo social de las iglesias, organizaciones ecuménicas y organizaciones basadas en la fe, con un énfasis en derechos de los jóvenes, mujeres, diversidades, y en economía social y solidaria, promoviendo la justicia social, la justicia económica, la justicia de género y la justicia climática. El enfoque en este tipo de públicos tiene en gran parte que ver con las vulnerabilidades que se agudizaron con los efectos de la pandemia y a estas poblaciones en mayor medida. Los/as jóvenes (considerándolo en un rango de edad variable entre las adolescencias y adultes jóvenes) experimentaron durante las diversas etapas de aislamiento y crisis sanitaria, dificultades en el acceso a derechos económicos como el acceso al trabajo, a la educación y acceso a actividades recreativas, deportivas, culturales o creativas, tanto por las situaciones de vulnerabilidad que ya vivían antes como por las propias de la pandemia Covid, y también con elementos determinantes como la sobrecarga de tareas de cuidado que recae especialmente en las mujeres y estas poblaciones. Así que ha sido de esperarse que los proyectos implementados en 2021 y 2022 -en este contexto que nos llama a la solidaridad y a la toma de decisiones sabias para el bien colectivo- constituyan oportunidades especiales para mitigar los efectos de la pandemia y expandir las misiones diacónicas. Estas son las organizaciones comunitarias u organizaciones de base que participaron: Centro comunitario Belén (Buenos Aires) Centro comunitario Yakacuaha (Buenos Aires) Jóvenes por el Juego (Buenos Aires) Casa Chaco Stylo (Chaco) Hormigas de barrio (Rosario) El Ranchito / El transformador (Buenos Aires) Escuela Deportiva Nueva Generación (Córdoba) «Para CREAS esto es importante porque nos permite evaluar qué sucede con los apoyos que hacemos a los proyectos 6 meses o un año después de que el proyecto ya se ejecutó y rindió; conocer los efectos a mediano plazo que tienen esos apoyos. Para las organizaciones y para nosotros es una instancia de encuentro e intercambio que resulta siempre muy rica, porque permite reunir organizaciones que por ahí no se conocen, que trabajan en territorios diferentes o cercanos, y compartir el trabajo que están haciendo, sus experiencias. Siempre se produce ahí un momento valioso y lindo de intercambio; aprendizajes«. Rosaura Andiñach, Coordinadora del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS #FPPCREAS ¿Qué encontramos? Organizaciones fortalecidas. El objetivo del FPP CREAS es apoyar el fortalecimiento de organizaciones comunitarias y cuando hacemos estas evaluaciones identificamos que se vieron fortalecidas no solo en lo material, con la compra de equipamiento o con mejoras de infraestructura sino que son organizaciones con capacidades nuevas, las cuales han desarrollado a través de la implementación del proyecto. En muchos casos, capacidades de gestión, porque para muchas organizaciones es la primera vez que tienen que formular un proyecto, implementarlo y rendirlo, y eso ya es un aprendizaje, sino también nuevas capacidades que surgen de la oportunidad que brindan los proyectos para que las organizaciones se abran más a la comunidad, atrayendo a muchos/as/es más jóvenes, quienes naturalmente se habían replegado a espacios privados durante la pandemia. Algunas tuvieron más alcance y otras lo que hicieron fue restablecer los vínculos que se habían diluido. Muchos jóvenes dejaron de participar en las actividades de los centros a los que acudían antes y a través de estos proyectos se abrieron nuevos espacios para intercambiar entre organizaciones, salir a la comunidad y facilitar aprendizajes tanto para los colectivos como para les mismos jóvenes; sobre todo por las conexiones que permite lo cultural; habilitar espacios artísticos, pintar murales, bailar en la vereda, noches de cine en el barrio, entre otras. «En los jóvenes también identificaron mayor participación y mayor compromiso. Cuando hay una propuesta nueva o que está más o mejor equipada en lo material, genera un entusiasmo adicional que hace que se comprometan más con el proyecto de las organizaciones y con proyectos propios. se generan otros que surgen de los mismos jóvenes y que van autogestionando, lo cual se traduce en mayor autonomía». R. Andiñach   Así lo vivió Casa Chaco Stylo, de Resistencia:   Ver esta publicación en Instagram   Una publicación compartida por Casa Chaco Stylo (@casachacostylo)

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