América Latina

Ambiente habilitante para la democracia y convivencia en paz

En Argentina, como en buena parte de América Latina, las organizaciones sociales, comunitarias, cooperativas e iglesias enfrentan desafíos estructurales que amenazan su sostenibilidad. La pérdida de apoyos estatales, la reducción de recursos, y el aumento de la demanda social han puesto en riesgo la continuidad de muchas de ellas. Sin embargo, en este contexto complejo, las organizaciones siguen siendo un motor vital para la transformación social, sosteniendo espacios de acompañamiento, alimentación, educación, economía popular y contención comunitaria. Participando en espacios como el panel de expertos de Ambiente Habilitante, coordinado por PAMPA 2030 y Red Encuentro, en el marco de un programa global de la Unión Europea, desde CREAS aportamos una mirada basada en la experiencia cotidiana junto a estas organizaciones. El Ambiente Habilitante (AH) es el conjunto de condiciones políticas, sociales, económicas y culturales que permiten que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) desarrollen su labor con libertad, seguridad y sostenibilidad. Estas condiciones favorecen que la sociedad civil pueda organizarse, expresarse y participar activamente en la construcción de comunidades más justas, equitativas y democráticas. Un ambiente habilitante saludable se sostiene sobre cuatro pilares fundamentales: libertades cívicas, marcos legales adecuados, acceso a recursos sostenibles y una cultura pública que reconozca y valore el rol social de las organizaciones. Cuando estos pilares se debilitan, se reduce la capacidad de las organizaciones para incidir, se limitan sus voces y, con ello, se empobrece la vida democrática en su conjunto. “Nuestra contribución a este espacio tiene que ver con el apoyo y acompañamiento que hacemos a las organizaciones de base, iglesias y movimientos que sostienen el trabajo social todos los días, incluso en condiciones adversas”, explica Rosaura Andiñach, coordinadora del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS y participante del panel de expertos del proyecto. Monitorear, aprender y construir evidencia   El monitoreo del Ambiente Habilitante tiene como objetivo identificar las condiciones que favorecen o limitan la acción de las organizaciones. A través de paneles de expertos y procesos participativos, se recopilan datos, testimonios y análisis que permiten elaborar diagnósticos nacionales y comparativos entre países. Este monitoreo es una herramienta política y social. Reúne evidencias sobre cómo las políticas públicas, las leyes, las prácticas institucionales y los contextos económicos afectan la capacidad de acción de las OSC. En palabras de Rosaura Andiñach, quien representó a CREAS en este espacio: “Estos procesos nos permiten ver el panorama más amplio, conocer qué está pasando en otros sectores —universidades, sindicatos, movimientos de mujeres, pueblos indígenas— y darnos cuenta de que todos enfrentamos desafíos similares. Juntar evidencia también es una forma de visibilizar y defender el trabajo de la sociedad civil.” El aporte de CREAS   Desde su experiencia de más de 25 años acompañando al trabajo social de las iglesias y organizaciones comunitarias en América Latina, CREAS aporta una perspectiva territorial y de fe comprometida con el desarrollo sostenible y la paz social y ambiental. El trabajo cotidiano con organizaciones del Gran Buenos Aires, Córdoba y Rosario del Fondo de Pequeños Proyectos permite conocer de primera mano los desafíos que enfrentan las organizaciones en los barrios. En los últimos años, el deterioro de las condiciones económicas, la pérdida de recursos estatales y el aumento de la demanda social han afectado su sostenibilidad y capacidad de acción. “Muchas organizaciones están sosteniendo con mucho esfuerzo su trabajo comunitario. Vemos cómo las mujeres, cuidadoras y cocineras populares, continúan organizándose a pesar de las dificultades. Participar en el monitoreo del ambiente habilitante es una forma de visibilizar esa realidad y de insistir en la necesidad de políticas públicas que fortalezcan a quienes trabajan todos los días por la justicia social”, agrega Andiñach. “las organizaciones de la sociedad civil cuando se organizan siempre son un motor para la transformación de las sociedades”   Garantizar un ambiente habilitante sólido es una condición esencial para la democracia y la convivencia en paz. Las sociedades democráticas se construyen con participación, con voces diversas, con ciudadanía activa. Cuando las organizaciones de la sociedad civil cuentan con recursos, seguridad y reconocimiento, pueden cumplir plenamente su misión y generar transformaciones duraderas en sus territorios. Cuanto más fortalecidas estén, mayor será su capacidad de acción y sus capacidades de intervención. Esta acción se desarrolla dentro de los marcos regulatorios establecidos y en articulación con las diferentes instancias del Estado y otras instituciones y actores. “las organizaciones de la sociedad civil cuando se organizan siempre son un motor para la transformación de las sociedades” concluyó Rosaura. Nuestro compromiso   Para CREAS, participar en espacios como el del Ambiente Habilitante es una manera de reafirmar su misión de acompañar y fortalecer a las organizaciones de base y el trabajo social de las iglesias para la dignidad de todas las personas y el cuidado de la Casa Común. Fortalecer el ambiente habilitante implica reconocer que la sociedad civil es un actor esencial para la convivencia democrática. Las organizaciones locales, cuando cuentan con condiciones para sostenerse, articularse y proyectar su trabajo, son motores de transformación: promueven la inclusión, la equidad y la participación, y ayudan a construir comunidades más justas, pacíficas y solidarias. En un contexto de incertidumbre, apostar por entornos favorables para la acción colectiva es también apostar por el fortalecimiento de la democracia y por una paz que se construye desde lo comunitario, en el compromiso cotidiano de las organizaciones con sus territorios.

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Re-Usar: organización colectiva y reciclaje para transformar la comunidad

La Cooperativa Re-Usar nació en 2021 en Alta Gracia, Córdoba, en el contexto de la pandemia de COVID-19. Un grupo de jóvenes buscó generar un doble impacto en su comunidad: combatir la falta de trabajo y enfrentar la creciente contaminación ambiental generada por microbasurales en los barrios populares. Desde sus inicios, la cooperativa se propuso responder colectivamente a los desafíos de generar ingresos y mejorar el entorno urbano, al tiempo que fortalecía su organización. Las primeras acciones se enfocaron en la recolección, clasificación, compactación y comercialización de materiales reciclables (cartón, papel, plásticos, vidrio, metales y tetra brik), complementadas con campañas de promoción y concientización ambiental. Desde su nacimiento, Re-Usar contó con la colaboración del municipio de Alta Gracia, que apoyó financieramente a la cooperativa. Gracias a esta labor, la iniciativa ha recuperado 410.520 kilos de material. Este año, con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, pudieron seguir creciendo: incrementaron el material recuperado, y ampliaron las campañas de concientización sobre la separación de materiales y el manejo de residuos. El Crecimiento de Re-Usar     El apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos fue clave para la adquisición de cuatro bicicarros, lo que permitió a la cooperativa ampliar y optimizar los recorridos de recolección. También se renovó la indumentaria y los materiales de difusión, facilitando el reconocimiento del equipo en festivales y actividades comunitarias. Desde la implementación de los bicicarros, se han recuperado 97.000 kilos de papel y cartón, lo que equivale a prevenir la tala de 210 árboles. Una parte de este material se vende a una PYME que lo transforma en cajas para pizza. Además, se han recuperado 400.000 botellas de varios usos y 40.000 de lavandina, que se destinan a empresas y PYMES que las utilizan en la elaboración de nuevos productos para la industria textil. En términos productivos, la cooperativa logró un incremento del 7% en el volumen de materiales recuperados entre enero y julio de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Pese a que la caída en los precios de los reciclables limitó la posibilidad de alcanzar la autonomía económica de todas las personas involucradas, los ingresos lograron mantenerse estables, evitando una pérdida significativa del poder adquisitivo. Por otra parte, la cooperativa sumó a su equipo a una persona especializada en comunicación, cuyo trabajo fortaleció la presencia de Re-Usar en redes sociales y medios locales, potenciando las campañas de sensibilización. Re-Usar y la Comunidad     Distintas instituciones educativas se sumaron al proyecto a través de charlas y visitas a la planta de reciclado, generando espacios de aprendizaje y sensibilización sobre la gestión de residuos. Estas actividades han resultado en una disminución de la contaminación en los puntos verdes de la ciudad y un crecimiento sostenido del compromiso vecinal con la separación de materiales. Martín Perpetua, coordinador de la cooperativa, señala: “Hubo un avance en cuanto a educar a la comunidad respecto a lo que es reciclable y lo que no, y las diferencias que hay en la manera de recuperar y lo que se recupera en las grandes capitales con respecto a ciudades pequeñas como Alta Gracia. También hay más conocimiento del tratamiento de los residuos en general, a pesar de que sigue faltando educación ambiental”. Las charlas de promoción ambiental, el trabajo en equipo y la participación activa consolidaron el sentido de pertenencia entre los integrantes del proyecto. Es relevante destacar que el 80% de quienes lo integran son mujeres, y la gran mayoría son madres. «Vemos que las mujeres ahora tienen más iniciativa, se atreven a incorporarse para dar las charlas y han perdido el miedo a contar lo que hacen. Sienten más propio el proyecto, también, y eso hace que tengan más autonomía”, afirman desde la cooperativa. A lo largo de estos años, Re-Usar se consolidó como un espacio de aprendizaje y organización colectiva, demostrando que la economía circular puede ser una vía para el fortalecimiento de la convivencia comunitaria y el cuidado de la Casa Común.

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Capacitación, trabajo digno y fortalecimiento comunitario

La cooperativa Mujeres Solidarias nació en Rosario, Argentina, en 2002 como respuesta organizada y asociativa de quince mujeres de frente a los efectos socio económicos que la crisis de 2001 había dejado en la comunidad del barrio Larrea. Desde entonces la cooperativa promueve iniciativas que apunten a mejorar la calidad de vida de la población, y que creen vínculos comunitarios de solidaridad y participación social. Este año con el apoyo del Fondo Pequeños Proyectos de CREAS, Mujeres Solidarias llevó adelante un proyecto de formación que buscó dar respuesta a la precarización laboral y la falta de empleo registrado que afecta a un gran número de vecinos y vecinas de la comunidad. La propuesta tuvo como objetivo brindar oportunidades laborales y promover la autonomía económica de las familias, fortaleciendo a su vez la economía social del barrio. De acuerdo con Laura Sisto y Susana Olive, quienes coordinan el espacio, este proyecto nace en un contexto similar al de 2001 “sin embargo esta crisis nos agarra a nosotras organizadas, eso nos facilita los procesos frente a esa época en la que recién nos estábamos formando, ahora contamos con un espacio físico que nos da estabilidad y proyección a largo plazo, además de todo el conocimiento que hemos adquirido en estos años”. La cooperativa ya ofrecía cursos de capacitación en distintos rubros como corte y confección, moldería, cuidado de niños y niñas y gestión administrativa para cooperativas, y con esta iniciativa se proyectaron a ofrecer formación en panificados y pastelería, un taller que la comunidad demandaba desde hace unos años. “Para nosotras era un desafío arrancar con el taller de pastelería, no sabíamos mucho del tema y no contábamos con el espacio adecuado para hacerlo, pero las chicas lo anhelaban. Este proyecto apoyado por CREAS, fue una oportunidad. Algunas mujeres le tienen miedo a la máquina de coser, en cambio amasar es natural” contó Laura. Los talleres   Los talleres, organizados bajo la lógica de “aprender haciendo”, ofrecieron capacitaciones en manipulación de alimentos, normas de higiene y seguridad, manejo de maquinaria industrial, técnicas de producción en alta escala, elaboración de masas, panificación, pastelería, costos y marketing, además de instancias de presentación de productos, construcción de redes asociativas y trabajo en equipo. La planificación se ajustó en función de los productos más demandados por las alumnas y sus posibles clientes, potenciando así las oportunidades de comercialización. “El taller superó nuestras expectativas, la mayor distinción para nosotras es que las personas quieran seguir viniendo y enfrentar nuevos desafíos. Llegaron más personas de las que esperábamos, se fue corriendo la voz en el barrio y pudimos recibirlas y capacitar a todas las que llegaban” Laura Sisto. Además de la capacitación, desde Mujeres Solidarias valoran lo que pasó con las personas que participaron de los talleres “Son personas que vienen de situaciones de marginalidad y maltrato, siempre a la defensiva y muy combativas. A través del saber pudieron modificar su conducta. El afecto del entorno que reciben acá las hace superarse, comprenderse y acompañarse en las dificultades con los vínculos familiares” contó Susana. “Alimentando nuestro futuro y tejiendo redes en comunidad”   Los resultados del proyecto fueron exitosos: 34 personas se formaron y hoy, gracias a los saberes adquiridos, han mejorado su empleabilidad, se crearon emprendimientos familiares autogestivos y que generan ingresos propios. De este proceso surgieron tres emprendimientos de pastelería y panificación que funcionan de manera asociativa, consolidando una alternativa real de trabajo digno en la comunidad. Quienes se capacitaron en este primer taller serán quienes formen a los próximos grupos en panadería y pastelería. Además de los logros individuales y colectivos, el proyecto significó un fortalecimiento institucional para la cooperativa como centro de capacitación barrial. Se incorporaron nuevas herramientas y equipamiento, como una mesa de acero inoxidable y hornos industriales, que permiten mejorar la calidad de la formación y ampliar la capacidad productiva. Contar con un espacio dedicado exclusivamente a la cocina para panificación y personas formadas en el tema, representa un avance clave para sostener y expandir las actividades. Desde CREAS, apoyamos a iniciativas con impacto en la economía de las personas y en las comunidades, la sustentabilidad de las organizaciones territoriales, y como una contribución al desarrollo local y a la convivencia comunitaria. Desde nuestra identidad de organización basada en la fe, contribuimos así a la dignificación de la vida en las comunidades.

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Taller de evaluación de proyectos comunitarios

CREAS llevó adelante el Taller de Evaluación de Proyectos Comunitarios, que se desarrolló en dos instancias complementarias. La primera, de carácter virtual e introductoria, se realizó el pasado 7 de agosto y tuvo una duración de dos horas. La segunda fue presencial y tuvo lugar el 13 de agosto en la Casa de Encuentros Sagrado Corazón. El taller estuvo a cargo de Rosaura Andiñach, coordinadora del Fondo de Pequeños Proyectos, y Deborah Petcoff, coordinadora de Procesos Comunitarios, y contó con la participación de nueve organizaciones comunitarias, cooperativas e iglesias del Gran Buenos Aires. El objetivo principal fue fortalecer las capacidades de las organizaciones mediante herramientas de gestión y acompañar la implementación de sus proyectos a través de una propuesta de formación en evaluación diseñada para pequeños proyectos de organizaciones que abordan problemáticas comunitarias. Esta iniciativa se enmarca en la estrategia de intervención de CREAS con las organizaciones e iglesias, que combina tres componentes: apoyo económico, instancias de capacitación y espacios de articulación e intercambio. El Fondo de Pequeños Proyectos, además de ser un mecanismo de apoyo financiero, busca fortalecer a las organizaciones mediante capacitaciones y encuentros que fomenten el trabajo en red y el intercambio de experiencias. “Las organizaciones comunitarias desarrollan todos los días un montón de actividades para la atención y cuidado de las personas que asisten a ellas. Con pocos recursos económicos y personal diezmado siguen organizándose para llevar a sus barrios alguna propuesta que promueva los derechos vulnerados de la población que los rodea. Consideramos la evaluación como una parte esencial del proyecto, pero que muchas veces no queda el tiempo suficiente para realizarla, y se hace rápido, sin mucha planificación. Buscamos dar herramientas para que esa evaluación se pueda planificar con más detalle durante la formulación del proyecto. Planificarla de antemano permite hacer un monitoreo más preciso, y recolectar datos con anticipación, para que el momento de la evaluación sea más llevadero y concreto. Una mejor evaluación de los proyectos le permitirá a las organizaciones mejorar sus programas, aprender de sus acciones y diseñar nuevas propuestas basadas en evidencia”. Deborah Petcoff, Coordinadora de Procesos Comunitarios

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Puente del Sur: economía social y trabajo cooperativo

La Cooperativa Puente del Sur nace en 2003 de la iniciativa de un grupo de trabajadores que decidió generar su propia fuente de ingresos, con trabajo digno, en un contexto marcado por la crisis del 2001. En un escenario donde la economía popular, social y solidaria crecía con fuerza, fábricas recuperadas, pequeños productores, organizaciones barriales y cooperativas, muchos de estos emprendimientos carecían de canales de comercialización adecuados. Puente del Sur llegó para cubrir ese vacío y poner en circulación productos elaborados por unidades productivas autogestivas. Para acercar productos elaborados por unidades productivas autogestivas a los hogares. Desde entonces, la organización se dedica a la comercialización de productos, principalmente de la canasta básica, elaborados por emprendimientos de la economía social y solidaria de distintas regiones del país. Su catálogo incluye alimentos, productos textiles, editoriales, de limpieza, cuidado corporal y juguetes, entre otros. “Creemos que son fundamentales las comercializadoras como Puentes del Sur en las que que proponemos un modelo alternativo a las formas de consumo y producción y cumplimos ese rol importante de unir a la agricultura familiar y emprendimientos de la economía social con el consumo de alimentos del día a día” Lila, Puente del Sur Apostar al territorio y al trabajo local   Puente del Sur está ubicado en el barrio Villa Udaondo, Ituzaingó (Oeste del Gran Buenos Aires). Uno de los objetivos que se propuso el grupo de mujeres que lleva adelante la cooperativa fue fortalecer su vínculo con el territorio. Quisieron sumar emprendimientos locales a su red de comercialización y promover el trabajo cooperativo en la zona. Para eso, era necesario restaurar su local y transformarlo de un depósito a un espacio abierto al público. Gracias al apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, pudieron concretar mejoras edilicias: mobiliario nuevo, cortinas automatizadas, mejor organización del espacio y condiciones de trabajo más seguras para las asociadas. Estas reformas facilitaron la apertura del local a la comunidad y dieron mayor visibilidad a la cooperativa en el barrio. Más ventas, más comunidad     Los cambios se notaron rápidamente. Las ventas en el local aumentaron un 20% en comparación con el mismo período del año anterior. A esto se sumó la incorporación de cuatro nuevos emprendimientos productivos locales al catálogo de la comercializadora: Fuega, Panificados Estefanía, Integral Trigas y Alto Bondi Serigrafía. Sostener el trabajo   En medio del actual panorama económico, estas acciones permitieron sostener y proyectar la tarea de Puente del Sur como cooperativa. Las mejoras en el local no sólo optimizaron el espacio de trabajo, sino que reforzaron el sentido de pertenencia y el compromiso con una forma de trabajo que promueve la inclusión, el consumo responsable y el fortalecimiento de las redes locales. “Tuvimos que sentarnos a pensar cuales son las necesidades del espacio, de nosotras como grupo, priorizarlas y ser conscientes de poder llevarlo a la realidad. Invertir el dinero en cosas que hagan que vuelva. Además, aprendimos a trabajar en grupo, nos formamos y enfrentamos los desafíos pensando siempre en el bienestar de todas y de la cooperativa” Gabriela Torres, Puente del Sur La cooperativa sigue creciendo y tienen la expectativa de mejorar aún más sus condiciones de trabajo y optimizar sus procesos administrativos para que los productos lleguen a más personas. y para que todas las mujeres que hacen parte de Puente puedan tener su trabajo en la cooperativa como su fuente de ingreso principal.

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El Meren: una radio para transformar el barrio

El club solidario “El Meren” es, desde hace más de quince años, un espacio de cuidado, contención y participación comunitaria para los habitantes del barrio Sol y Verde, ubicado en José C Paz, una localidad ubicada al oeste del Gran Buenos Aires. El club nació como un merendero, consolidándose como un punto de referencia para la comunidad que encuentra allí un lugar para compartir, formarse y ser escuchada. El meren cuenta con un espacio de contención y cuidado para infancias, actividades recreativas para niños, jóvenes y familias, y talleres lúdicos y de oficios para adultos. Además, grupos de acompañamiento al fortalecimiento de mujeres, de personas en situación de consumos problemáticos de sustancias, y de familiares y amigos que acompañan esta problemática. Este año, con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos, el club solidario El Meren sumó a sus espacios una radio comunitaria, con la que promueven la participación de jóvenes y adultos del barrio para visibilizar las problemáticas que los atraviesan y generar redes de cuidado en comunidad. “La salida es comunitaria”   El Meren nació bajo el lema “La salida es comunitaria”. Ese espíritu solidario, que se reforzó durante la pandemia y se sigue haciendo fuerte en momentos de crisis, hoy impulsa nuevos proyectos pensados desde las necesidades concretas de la comunidad. Uno de los desafíos más profundos que enfrenta el barrio es el consumo problemático de sustancias, que afecta especialmente a adolescentes y jóvenes, pero también atraviesa a las familias en su conjunto. Frente a este contexto, surgió la propuesta de crear una radio comunitaria como un espacio de prevención, diálogo y formación. La idea no fue solo generar un medio de comunicación, sino construir un nuevo ámbito donde se puedan expresar voces que habitualmente no encuentran espacios, donde las personas puedan formarse y donde la comunidad pueda hablarle a la comunidad. Un proceso que fortalece vínculos   La radio comenzó a gestarse con la articulación de El Meren junto a la FM Tinkunako, una radio comunitaria con 25 años de trayectoria, que nació en el Centro Comunitario Belén, en el barrio San Atilio, también en José C Paz. Con su acompañamiento realizaron talleres de formación en radio e iniciación a la programación radial en los que participaron 30 personas de la comunidad. El meren tiene, también, un vínculo cercano con Vientos de Libertad- organización que trabaja por la recuperación de personas que atraviesan consumos problemáticos-, algunas de estas personas hacen su tratamiento ambulatorio en el club solidario. Varios de ellos están ahora al frente de proyectos radiales en Vientos del Sur y participaron de una jornada de intercambio en la radio comunitaria. Durante esta actividad, salieron al aire entrevistas entre quienes se ven atravesados por la problemática del consumo de sustancias psicoactivas. Una radio para la comunidad   El proyecto de radio no sólo apunta a brindar información o entretenimiento. Se trata de un espacio pensado desde la prevención y la salud comunitaria, con una mirada integral del bienestar, en el que es bienvenida cualquier persona que desee formar parte de este espacio. Para el festejo de su aniversario, el Club Solidario El Merendero realizó una actividad abierta en el barrio, donde se presentó la radio comunitaria y se invitó a participar a vecinos y personas de barrio Sol y Verde y alrededores. El proyecto de la radio, es también una apuesta a la formación para el empleo, ya que brinda herramientas técnicas y habilidades en comunicación que pueden ser una puerta de entrada al mundo laboral. Proyectar el futuro   Además de los talleres de formación, con el apoyo del FPP, El meren acondicionó un espacio dentro del club exclusivo para el estudio de radio, que planean seguir transformando para poder salir también vía streaming. El acondicionamiento de este espacio físico y tener un primer programa armado y al aire, permite darle continuidad al proyecto y facilitar la producción de contenidos en vivo, consolidando un espacio propio, y generando mayor apropiación y pertenencia por parte de quienes lo integran. Con la radio, El Meren reafirma su compromiso de construir comunidad desde el cuidado mutuo, la participación y el derecho a la palabra.

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Foto: Artesanía de Sullón Inga (La Encantada, Sulucanas, Perú), obsequio de Eddy Suárez, participante de Ikuméni.

Vivirá vuestro corazón para siempre

En la hora más oscura, cuando el dolor, la injusticia y el abandono parecían haber vencido, Jesús clamó desde la cruz: “Padre, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27:46). Ese clamor no fue el final, sino el inicio de una promesa que llega hasta nuestros días: incluso en el sufrimiento más agudo, Dios está presente. Jesús nos conecta, así, con las palabras del Salmo 22, donde la angustia se transforma en alabanza y en esperanza compartida: «Comerán los humildes y serán saciados; alabarán al Señor quienes lo buscan; vivirá vuestro corazón para siempre.» (Salmo 22:26) Hoy, el anuncio de la Pascua habla directamente a las comunidades que siguen creando con amor, que trabajan por la paz y la justicia, que siembran vida en medio del dolor. Nos recuerda que la última palabra no la tiene la muerte, sino el Dios de la Vida, que se revela en Jesús resucitado. La Pascua es la certeza de que lo pequeño no está perdido, que lo quebrado puede sanar, que lo que parece invisible a los ojos del mundo es lo que Dios ve con ternura. Es un llamado a creer que, aún en la incertidumbre, se gesta un nuevo horizonte. Que hay pan para compartir, y alegría para quienes lo buscan. Desde CREAS, acompañando los pasos de las iglesias, organizaciones y comunidades que construyen día a día caminos de dignidad, celebramos esta Pascua con un corazón lleno de esperanza. Que la luz de Cristo resucitado nos siga animando a abrir caminos, a tender manos, a alimentar cuerpos y espíritus, a vivir como pueblo resucitado. Horacio Mesones Director Ejecutivo CREAS   *Foto: Artesanía de Sullón Inga (La Encantada, Chulucanas, Perú), obsequio de Eddy Juárez, participante de Ikuméni.

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La tiendita migrante: un espacio de integración y sustentabilidad para emprendedores migrantes

El Bloque de Trabajadores Migrantes – BTM- nació en 2017 como respuesta a una modificación de la Ley Nacional de Migraciones que permitía expulsar en 72 horas a cualquier persona migrante por condenas no firmes. Se unieron, entonces, organizaciones y colectividades de migrantes de distintos países y como iniciativa del Bloque lanzaron la campaña Migrar no es delito. El Bloque creció y empezaron a dar asesorías legales en distintos barrios de Buenos Aires, y a la fecha continúan su trabajo en articulación con otras organizaciones civiles y estatales para la defensa de los derechos de las personas migrantes. La Tiendita migrante: su historia   La Tiendita Migrante es una iniciativa que nació en 2020 en el contexto del confinamiento por la pandemia de Covid-19. Surgió como una respuesta a la urgente necesidad de generar ingresos para los migrantes. Muchos de ellos, principalmente vendedores ambulantes senegaleses, se vieron imposibilitados de trabajar en la vía pública debido a las restricciones sanitarias. Lo que comenzó como la venta de “Kits Antirracistas” compuestos por remeras, barbijos y alcohol en gel se transformó en lo que hoy es la tiendita. Con el levantamiento de las restricciones por la pandemia, los vendedores y muchos trabajadores volvieron a las calles. La tiendita estuvo en pausa hasta el año pasado. En 2024, en un nuevo contexto político y económico, los artesanos integrantes del BTM respondieron a la necesidad de generar más ingresos y vieron en el espacio del Bloque una oportunidad. La tiendita 2.0   La tiendita evolucionó. Ahora es en un espacio multifacético donde ocho emprendedores de diferentes nacionalidades, incluyendo Colombia, Venezuela, Bolivia, México y Chile pueden comercializar una diversidad de productos; desde artesanías y joyería, hasta cosmética natural y cerámicas. La tienda 2.0 como la llaman quienes la integran, nació de exponer sus productos en una mesa recuperada de calle y en cajones de madera. Todo esto en el local del Bloque de Trabajadores Migrantes, ubicado en el barrio Monserrat en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “La tienda mutó. Siempre nos pasa eso, como que una cosa que en principio pensamos para solucionar un tema, al final nos termina ayudando a resolver otros. Lo importante es no perder esas herramientas y seguir alimentándolas”. Corina Rojo, mexicana, Coordinadora Comisión Socio-productiva BTM La tiendita y la Economía Social y Solidaria   Con el nuevo modelo de negocio nació también la comisión socio productiva. Un área en donde impulsan proyectos productivos de trabajo como Tiendita Migrante. Esta comisión fue la encargada de presentar este año al Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS la propuesta para mejorar la tiendita. El proyecto tiene como objetivo proporcionar un espacio físico adecuado para la organización y desarrollo de la economía social de los migrantes, así como fortalecer la infraestructura y los recursos necesarios para que los emprendedores puedan exhibir y vender sus productos de manera digna y sostenible. Con la adquisición de mesas, gazebos, y equipos de serigrafía y estampado, la Tiendita Migrante no solo mejora su capacidad operativa, sino que también crea un fondo común que garantiza la continuidad del proyecto. Además de las ventas en el local, la Tiendita Migrante se expande a través de ferias al aire libre y ventas a través de redes sociales, lo que permite ampliar el margen de comercialización y participar en espacios que fomentan la difusión de los emprendedores migrantes. Esta estrategia de comercialización se articula con otras organizaciones de la economía social y solidaria del Gran Buenos Aires, creando redes de intercambio y circulación. “La idea es apoyarnos un poco en nuestro trabajo, darnos a conocer. Yo al ser artesana siempre, como que a veces tenía un poco la idea que los migrantes que no vienen a estudiar o a hacer alguna carrera profesional, o vienen a limpiar casas o a hacer trabajo de albañilería. Hay toda una rama de migrantes que se dedican al arte, que es muy grande y no hay apoyo en ningún lado. Y esto es un poco el apoyo que nosotros les brindamos, que puedan exhibir sus trabajos, poder tener alguna calidad laboral que obviamente no le soluciona la vida a nadie, pero es el principio de algo” Corina Rojo, mexicana, Coordinadora Comisión Socio-productiva BTM Serigrafía para difundir ideas   Con el apoyo de CREAS, el BTM compró implementos para hacer serigrafía. De ahí nació también una nueva comisión. Esta nueva comisión de serigrafía se encarga de brindar talleres de esta técnica en el espacio del bloque a las personas que la quieran aprender. Además, se une con la comisión territorial. Esta comisión funciona bajo un esquema de consultoría en el que los miércoles y viernes puede acercarse al espacio del BTM cualquier persona que tenga un problema que la afecte como migrante. El objetivo es facilitar a las personas migrantes el acceso a sus derechos. También hacen jornadas de estas consultorías en los barrios con más población migrante con algún grado de vulnerabilidad como la villa 1-11-14. “Esto también es una herramienta de difusión de ideas que tenemos, combinar esa parte territorial con la serigrafía. Empezar a hacer intervenciones callejeras, a posicionarnos como un sujeto político, y hacer eso visible también, enviar mensajes en la calle. Venimos también a eso, a aprender en el taller, como tener un medio de producción, pero también una herramienta para aprender algo que también pueda ser después una salida para nosotros, para sostener el espacio, y que nos permita comunicar cosas” Daniela, colombiana, integrante de la Comisión territorial El Fondo de Pequeños Proyectos es una de nuestras herramientas para apoyar iniciativas como la del Bloque de Trabajadores Migrantes, en las que las organizaciones se fortalecen internamente al mismo tiempo que trabajan por generar oportunidades que garanticen una mejor calidad de vida a las personas en las comunidades de las que forman parte.

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La Fundación Multipolar y su compromiso con las personas en situación de calle, una propuesta de inclusión social

La Fundación Multipolar es una organización comprometida con mejorar la vida de personas en situación de vulnerabilidad extrema. Desde su creación, ha trabajado en la implementación de programas que promueven la inclusión social y laboral de aquellos que se encuentran en situación de calle o en riesgo de quedar sin hogar en Buenos Aires. Es un espacio de contención, socialización y aprendizaje. Dado el contexto económico y social actual en Argentina, la situación de vulnerabilidad se ha profundizado. Para las personas en situación de calle buscar trabajo siempre es un gran desafío, pero ahora lo urgente es poder alimentarse, por eso algunos buscan un trabajo para sostenerse y mejorar su vida, pero sin resultados dada la actual situación del país. Este año, para hacerle frente a la situación, con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida de CREAS, Multipolar puso en marcha el proyecto Betsaida. Betsaida tiene como objetivo generar oportunidades de empleo y sensibilizar al sector privado sobre la situación de esta población; abordar de manera integral los desafíos a los que se enfrentan las personas en situación de calle, con el propósito de construir un sistema que facilite la seguridad alimentaria de esta población. Para esto, la Fundación Multipolar se propone sensibilizar a 27 empresas del Área Metropolitana de Buenos Aires sobre la problemática de las personas en situación de calle. Generar ingresos para 35 participantes de sus programas de inclusión laboral mediante un sistema de producción y venta de productos para sustentar la compra de alimentos en el Centro de Formación para el Trabajo de su sede de San Martín, provincia de Buenos Aires; y asegurar que 120 personas sin techo puedan recibir alimentos de calidad. El proyecto busca intervenir en varias áreas al mismo tiempo, con la esperanza de generar efectos positivos en distintos aspectos de la vida de los usuarios del programa, como los llaman desde Multipolar. Estos aspectos incluyen: La problemática alimentaria: asegurar los alimentos es una prioridad para Multipolar. Muchas de las personas que participan en sus programas de formación para el empleo están en una situación tan precaria que no pueden pensar en nada más que en su próxima comida, lo que disminuye su capacidad para adquirir nuevas habilidades. La movilización del sector privado: la fundación busca involucrar a empresas de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, en sus iniciativas, tanto a través de la sensibilización como mediante la venta de productos y servicios para financiar sus programas. La sustentabilidad del programa: para garantizar que el apoyo alimentario no se interrumpa por falta de recursos, Multipolar ha diseñado un sistema de generación de ingresos a través de la venta de productos y servicios, aprovechando su red de contactos en el sector privado. Multipolar ya fabrica regalos que compran empresas del sector privado además de la entrega de frutas, snacks saludables, y agasajos para días festivos producidos por personas que participan de sus programas de inclusión social y laboral. Con el proyecto Betsaida también quieren identificar nuevos productos y oportunidades que sirvan para ampliar la oferta y las posibilidades laborales para los usuarios. Este modelo genera ingresos para los usuarios y la fundación, a la vez que proporciona una ocupación digna y significativa, permitiéndoles integrarse en la sociedad de manera más efectiva. Como Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio a través de nuestro Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia, buscamos aportar a proyectos como Betsaida que respondan de manera eficaz a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad. Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creaslac LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasLAC

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Consciente colectivo, formación socio-ambiental para el futuro

Consciente Colectivo nació de la iniciativa de un grupo de jóvenes que durante la pandemia se preguntaron cómo generar transformaciones reales y concretas a las problemáticas que necesitan cambios urgentes. Es un espacio que busca, desde el trabajo colectivo, el activismo y la militancia socio-ambiental, incidir en políticas públicas y en la conciencia social y así garantizar derechos y una vida justa y digna para la población argentina. “La idea nace de pensar como jóvenes cómo vamos a intervenir en la agenda política, en las formas de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza. Pensar distintas formas de afrontar las crisis climáticas en el sur global teniendo en cuenta que Argentina produce menos del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y cómo podemos intervenir para que existan políticas de adaptación al cambio climático. Para que todos vivamos bien debemos pensar en infraestructura urbana, que es medio ambiental, en las formas de producción y consumo de alimentos en las grandes ciudades, todo esto es transversal a lo social. Las problemáticas sociales, económicas, políticas, culturales, ambientales y climáticas deben abordarse de manera conjunta.” Ariana Krochik, Cofundadora de Consciente Colectivo Desde mayo de este año, Consciente Colectivo lleva adelante un proyecto de formación interna sobre militancia de políticas públicas en materia socio-ambiental, el cual presentaron en la última convocatoria y ha sido apoyado por el Fondo de Pequeños Proyectos CREAS. La formación de la que participan 30 jóvenes que forman parte del colectivo, consta de dos talleres presenciales y diez virtuales en los que se están educando en incidencia, comunicación y educación socio-ambiental. El objetivo es que es a partir de estos encuentros se elaboren documentos con contenidos que servirán de inducción para quienes se sigan sumando a esta colectividad. De Consciente Colectivo participan jóvenes de otras organizaciones de todo el país, y la formación funciona también como espacio de intercambio de experiencias. Se espera que más adelante los contenidos que están creándose sean replicados en sus organizaciones y queden establecidos como una instancia de aprendizaje. “El desafío que tenemos ahora es repensar cómo seguir incidiendo políticamente que no sea a través del Congreso. La educación, generar capital político y formar una ciudadanía más consciente que a futuro pueda intervenir, creemos que son las claves” Ariana Krochik Durante los próximos días, Consciente Colectivo, estará participando de la L-COY2024 Cumbre Climática de las Juventudes de las Naciones Unidas, que se llevará a cabo en Santiago del Estero, Argentina. Este evento reúne jóvenes entre los 15 y 35 años que forman parte de diferentes organizaciones ambientales y sociales, y los invita a debatir y pensar juntos posibles soluciones a las problemáticas socio-ambientales del presente en la región, en medio del contexto global. Desde CREAS, a través del Fondo de Pequeños Proyectos, apoyamos iniciativas en las que, mediante el fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones, se formen también individuos con las herramientas necesarias para asumirse como agentes activos del cuidado de la Casa común y la vida digna.   Más sobre el Fondo de Pequeños Proyectos   Cruz del Sur: arte para la prevención de violencias   El patio de las rosas: formación y economía solidaria por y para mujeres Liderazgo juvenil y recambio generacional: la experiencia del CC Belén Diez proyectos por y para mujeres apoyados con el Fondo de Pequeños Proyectos CREAS Seguimos conversando en redes sociales: Facebook: @CreasLAC Instagram: @Creas_LAC LinkedIn: CREAS – Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio Twitter: @CreasTwitt

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