El Centro Comunitario Creciendo está ubicado en el barrio San Ambrosio en San Miguel, provincia de Buenos Aires, donde las mujeres han tenido un papel fundamental en la conformación del barrio y del centro.
Con la pandemia y el impacto que ha tenido en la vida cotidiana, en especial de las mujeres quienes se han encargado mayoritariamente de las tareas de cuidado, al centro comunitario empezaron a llegar casos de violencia doméstica y se hizo más evidente la violencia económica que han sufrido las mujeres que acuden allí.
Por lo anterior, Anabella Coronel, Daniela Del Valle, y Anahí Rojas, tres de las quince mujeres que trabajan en el centro comunitario emprendieron la iniciativa “Kuña Kacuáa” que quiere decir “mujer creciendo” en guaraní, idioma originario de muchas de las familias que integran el barrio. Esta iniciativa busca brindar a través de un espacio recreativo, herramientas para reflexionar y repensar el rol de las mujeres y la crianza y desnaturalizar todo tipo de violencias hacía las mujeres. “Desde el arte, el teatro, la meditación y el trabajo social podemos hablar sobre lo que nos atraviesa como mujeres” expresó Anabella.
Según las talleristas, uno de los principales retos para enfrentar fue el tiempo disponible de las mujeres para participar en las actividades propuestas, pues a pesar de buscar un horario en el que creían que las mujeres del barrio iban a poder participar, se encontraron que justo los sábados son los días que dedican más tiempo a las tareas de cuidado de sus familias.
Además, vieron la necesidad de sensibilizar primero a las mujeres que trabajan en el centro comunitario antes de salir a motivar a las mujeres del barrio. “Fue necesario empezar a trabajar desde adentro con las compañeras y con nosotras mismas porque también somos mujeres y a veces replicamos lo mismo que está afuera” dijo Daniela quien es profesora de teatro, “cuando sana una sanamos todas, el conocernos entre nosotras como equipo nos sirvió para entender que todas venimos con una historia, que llegamos a este espacio que es un centro comunitario que está en un barrio buscando sanar y cambiar un poco la cotidianidad de las mujeres y las niñas, porque me veo reflejada en ellas” añadió.
Reconocer y contar su propia historia fue fundamental para después poder hacer el acompañamiento que las mujeres del barrio necesitan y para poder prevenir las violencias “fue fundamental poder compartir nuestras situaciones de violencia anteriores y empezar a hablar sobre cómo las hemos vivido, ha hecho que ya no me duela y no me da vergüenza contar sobre esta realidad, porque entendí que no me ha pasado a mí sola. Es lo que no queremos replicar como sociedad y queremos que las mujeres se sientan acompañadas para salir de estas situaciones y queremos formar niños y varones que no repliquen violencias” expresó Anahí.
“El apoyo de CREAS nos posicionó desde otro lado, llegó en el momento justo para trabajar el empoderamiento de las mujeres que hacemos parte del centro y de las que apoyamos en el barrio. Hay un antes y un después del Centro Comunitario Creciendo con Kuña Kacuáa” contó Anabella.
A propósito del Día de la eliminación de las violencias contra las mujeres y las niñas, la semana del 18 al 25 de noviembre, mujeres e infantes del centro comunitario participaron en actividades de sensibilización sobre el tema. Juntas y juntos elaboraron un mural donde expresaron sus pensamientos, aprendizajes y proyecciones para una sociedad libre de violencias.