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Curso de Sistematización, herramientas prácticas para la reflexión y el registro de experiencias

La necesidad de responder a los desafíos que enfrentan las comunidades en América Latina es crucial. Las organizaciones y personas que lideran iniciativas de desarrollo local y construcción de paz no solo están llamados a actuar de manera efectiva, sino también a reflexionar sobre sus acciones para visibilizarlas y contribuir a transformaciones que sean sostenibles. La práctica, por esto, no es suficiente por sí sola. Es fundamental contar con una formación metodológica que permita a los y las líderes tanto formular e implementar iniciativas en sus comunidades, como también analizar, sistematizar y adaptar sus estrategias en función de las necesidades cambiantes del entorno. La integración de marcos de interpretación bíblico-teológicos en este proceso de reflexión es un componente esencial para enriquecer la comprensión de las prácticas y del contexto en el que se desarrollan. Estos marcos ofrecen una lente crítica y transformadora que no solo ilumina las acciones realizadas, sino que también guía a las comunidades en la construcción de una paz sostenible y en el desarrollo integral. La reflexión fundamentada en la fe y en el análisis crítico de la realidad se convierte así en una herramienta estratégica para la transformación de las prácticas y de los contextos en los que estas se insertan. En este sentido es que la sistematización de experiencias, que tiene larga tradición en América Latina, hace un aporte importante. La sistematización, a partir del ordenamiento y reconstrucción de la experiencia, descubre o explicita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese modo (Jara, 1998). La sistematización implica que los actores directos de la experiencia aporten desde sus miradas para contribuir con sus reflexiones, haciendo un «alto en el camino», dándose el tiempo para pensar sobre lo que hicieron, por qué lo hicieron, cómo lo hicieron, cuáles fueron los resultados, y para qué y a quién sirvieron los mismos. También tiene el propósito de provocar procesos de aprendizaje, por lo tanto, estas lecciones pueden estar destinadas a que los actores implicados, tengan herramientas para mejorar su práctica en el futuro, o también para que otras personas y equipos, en otros lugares y momentos, se apoyen en la experiencia vivida para planificar y ejecutar sus propios proyectos. Como parte de la estrategia de capacitación y fortalecimiento del trabajo de servicio de las iglesias y de las organizaciones comunitarias, desde CREAS queremos proporcionar metodologías y herramientas para la reflexión a personas y organizaciones que implementan iniciativas de desarrollo local y construcción de paz en sus comunidades.   En el curso de sistematización que iniciamos este mes, confluyen participantes del Laboratorio de buenas prácticas ecuménicas e interreligiosas Ikuméni, organizaciones beneficiarias del Fondo de Pequeños Proyectos y el Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Riesgos de la Pandemia, y también líderes de iglesias que se han participado de nuestros encuentros de articulación e intercambio. El principal objetivo de este curso es brindar herramientas para el análisis y sistematización de las tareas y proyectos que cada organización realiza. Esto incluye una ruta de formación metodológica que integra instrumentos para la reconstrucción histórica de la experiencia, técnicas para la recolección e interpretación de información desde las prácticas diaconales y sociales, la profundización en un marco de interpretación desde la fe, y la comunicación y socialización de resultados. A partir de las evidencias de transformación que se identifican de las iniciativas comunitarias, personas y organizaciones podrán aportar con nuevas miradas, enriquecer los sentidos de sus prácticas y del alcance los cambios en sus proyectos y comunidades. Así, buscamos mostrar y comunicar las luces de esperanza que aparecen en cada uno de estos espacios de trabajo, que día a día se organizan para responder a distintas problemáticas con propuestas de economías inclusivas y sostenibles, de seguridad alimentaria, promoción de la cultura, y la construcción de paz a nivel local, para promover la dignidad humana y el cuidado de la casa común.

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Foto de: Andras D. Hajdu // Banco ACT Alianza

Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, 19 de agosto

Por Jorge Javier Fernández – Coordinador del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia – CREAS Cada 19 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, establecido por Naciones Unidas en 2008. En esta fecha ocurrió un atentado bomba en el hotel Canal de Bagdad que cobró la vida de 22 trabajadores humanitarios, entre ellos el Representante Especial del Secretario General de la ONU para Iraq, Sergio Vieira de Mello, en 2003. Así como este hecho dio origen al Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, muchos otros sucesos han contribuido a inspirar a las personas para actuar por quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad. En esta materia, muchas organizaciones basadas en la fe históricamente se han movilizado para brindar asistencia humanitaria a las poblaciones afectadas por los efectos negativos de diversos fenómenos sociales, políticos y económicos. Esta inspiración de OBF se da tanto por el seguimiento las enseñanzas de los libros sagrados (la Torá, la Biblia, el Corán, entre otros) como por la adhesión a los Principios Humanitarios (Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad e Independencia), que la comunidad internacional ha determinado para actuar en contextos complejos. La adhesión a estos principios posibilita realizar un trabajo con un encuadre humanitario, al margen de cualquier situación de proselitismo. Para muchas organizaciones cristianas la acción social tangible, práctica, solidaria y caritativa de las Iglesias es conocida como Diaconía y si tiene un sentido amplio de cooperación con otros sectores cristianos, es posible definirla como Diaconía Ecuménica, pero si además tiene una práctica con enfoque de respeto, protección y promoción de derechos, podríamos comprender que estamos hablando de la Diaconía Ecuménica Profética. En este marco muchas OBF realizan acciones de promoción de una cultura de Paz, la promoción de acceso a derechos de las personas (sin discriminación alguna) y de prácticas que promuevan desde las comunidades y barrios un desarrollo transformador, un desarrollo sostenible como parte del cuidado de la casa común; de la creación. Más allá de las definiciones o conceptualizaciones son las personas en las comunidades quienes enfrentan los desafíos del sostenimiento cotidiano de la vida en contextos y situaciones muy complejas. La pobreza estructural; la marginación; las situaciones de desempleo; de violencia simbólica, económica, social y política; discursos de odio que se transforman en prácticas; la inseguridad alimentaria; los impactos de los desastres socio naturales y del cambio climático; los desplazamientos forzados; las guerras, entre otros, son parte de los escenarios cotidianos donde la acción humanitaria es realizada por trabajadoras y trabajadores algunos de los cuales son parte de Organizaciones Basadas en la Fe. Lo cierto es que al final del día quienes necesitan ayuda no hacen distinciones de emblemas, chalecos o discusiones filosóficas de porqué se está allí tratando de ayudar o quiénes son; solo reciben la ayuda mientras tratan de conservar sus derechos y su dignidad. En la última década muchos han sido los esfuerzos por revisar y reformular buena parte del sistema humanitario a nivel global para buscar una mayor efectividad en las prácticas, en la movilización de recursos e innovar en el quehacer humanitario. Fue en el año 2016 en la Cumbre Humanitaria Mundial, cuando formalmente el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, invitó a tener una mayor comprensión de los desafíos ubicando a las personas en el centro de las acciones. En tal sentido, las reflexiones y prácticas se proponen con un abordaje más integral, desde lo local y lo comunitario, en donde se puedan conjugar las prácticas de la construcción de Paz, el Desarrollo y la Acción Humanitaria. A esta conjugación de prácticas se las denominó TRIPLE NEXO. El Triple Nexo representa un desafío para todas las organizaciones que trabajan en estos temas (desarrollo, paz, humanitarios) ya que tienen una íntima relación que afecta la vida cotidiana de millones de personas. No puede haber PAZ sino no se generan condiciones para sostener una vida digna promoviendo lógicas de DESARROLLO (justo, sostenible, inclusivo, entre otras características). Es dificultoso brindar ASISTENCIA HUMANITARIA si no hay condiciones mínimas para generar bases de PAZ permanente. Y no es posible generar DESARROLLO si hay una dependencia que anula capacidades y ata todo a la ASISTENCIA HUMANITARIA; y así, cada uno de estos aspectos se conjugan entre sí dando cuenta de lo que es posible. Es una invitación para asumir el desafío y transformar nuestras prácticas organizacionales para lograr una perspectiva más amplia que logre mayores impactos posibles en las vidas de las personas y sus comunidades, más allá de nuestros “ropajes conceptuales”. En América Latina y el Caribe múltiples desafíos indican escenarios aún complejos que nos presentan situaciones de desplazamiento forzado por el cambio climático, los recurrentes desastres, las sequías, los grupos armados no estatales, las redes de trata de personas, los grupos narcotraficantes, por su parte las violaciones masivas a los derechos humanos que generan gran parte del desplazamiento de la región desde Centroamérica hacia el norte y hacia Sudamérica, procesos de Paz con deudas pendientes, debilidad de los Estados para atender las necesidades más urgentes de su población, y centralmente de grupos en situación de vulnerabilidad tales como niñas, niños, jóvenes, mujeres, adultos mayores, población de pueblos indígenas, personas del colectivo LGBtIQ+, personas migrantes y refugiadas, entre otras. Estos contextos representan desafíos para los Estados y para los esquemas de cooperación internacional ya que éstas y otras postales de situaciones del continente dan cuenta de las agendas y de los desafíos presentes, futuros y de todo aquello que sigue pendiente. Desde CREAS hemos incorporado este abordaje en los distintos proyectos, incluyendo al Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia, que nació en 2022 para atender las necesidades que surgían del contexto post COVID-19. De igual modo, el laboratorio de buenas prácticas ecuménicas e interreligiosas Ikuméni incluye un trayecto sobre temas humanitarios, en el que los jóvenes participantes se sensibilizan y adquieren herramientas para comprender las dinámicas de este sector, y actuar solidariamente en sus comunidades. Hacer memoria de este día es una oportunidad constante

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Liderazgo juvenil y recambio generacional: la experiencia del CC Belén

Por: Lina Salas Ramírez, Coordinadora de Comunicaciones CREAS. Los Centros Comunitarios son espacios esenciales; punto de encuentro de personas y realidades que reflejan las necesidades genuinas del día a día en los territorios. Preguntándonos por los espacios de liderazgo que ocupan los y las jóvenes nos acercamos al Centro Comunitario Belén, ubicado en la localidad Jose.C.Paz de la Provincia de Buenos Aires y con funcionamiento desde la década de los 80. Este Centro es un referente no solo por sus muchos años de servicio, sino por el recambio generacional con el cual muchos de los jóvenes que un día fueron beneficiarios del centro, hoy son educadores y educadoras de las nuevas poblaciones. Una de ellas es Belén Benitez, quien lleva 25 años vinculada al centro, al que llegó en sala de 4. El CC Belén nació en 1984, principalmente como un lugar de cuidado para las infancias cuyos padres, madres o tutores trabajaban. Esta demanda fue creciendo y así lo hizo también el Centro. “Unos años después, fundamos junto a otras organizaciones de barrio que dependen del proyecto UDI del ministerio de desarrollo de la provincia de Bs As la Red de Centros Comunitarios El Encuentro, que actualmente cuenta con más de 16 centros comunitarios en diferentes partidos del conurbano. En 1998 fundamos el área de jóvenes y junto con ella una radio comunitaria FM Tinkunaco 107.3 que lleva más de 20 años al aire, y la Biblioteca Popular Paulo Freire con 11 años de funcionamiento”. A través del Centro las juventudes de la zona reciben, de manera gratuita, talleres artísticos, acceso a la biblioteca, alimentos balanceados, compañía y contención, apoyo psicológico y familiar. “Trabajamos de lunes a viernes. Los/as jóvenes vienen a biblioteca a contraturno de la escuela, eligen el taller que van a hacer y el taller de mural suele ser muy atractivo por la libertad de trabajo que tienen para expresarse. El taller de video suele trabajar con proyectos elegidos entre todxs, y también trabajamos el proyecto anual de Jóvenes y memoria, con el que al final viajamos a Chapadmalal; es una experiencia única”. Con el apoyo de algunos fondos administrados por CREAS, incluido el Fondo de Pequeños Proyectos, El CC Belén ha fortalecido sus capacidades con diversos proyectos; desde una radio hace 25 años hasta el último proyecto de mural en 2023, pasando por reformas edilicias, talleres de formación y campañas contra la violencia. Liderazgo Joven Cuando le preguntamos a Belén por los papeles de liderazgo de los jóvenes en el Centro dice que un punto central es la Biblioteca, desde donde se les propone que tengan iniciativa frente a los temas que quieran tocar en encuentros y para proponer además espacios con los más chicos. “Que quienes hayan atravesado el espacio desde hace muchos años y tienen experiencias adopten diversas responsabilidades frente a los más chicos es muy importante para nosotros; es muy valioso que se pongan en el rol de líderes. Cuando los más grandes comparten con los más chicos las experiencias desde otro lugar, desde sus propias inquietudes, vemos nuestro objetivo cumplido”. ¿Cómo fue tu experiencia como estudiante en el Centro y luego como educadora? “Mi experiencia en el CC fue increíble en un montón de aspectos. Primero, pudiendo acceder a contenidos pedagógicos que no obtenía dentro de la escuela y por las experiencias ganadas a través de las diferentes actividades. Por ejemplo, cuando estaba en Infantiles, participamos de la Marcha de los Chicos del Pueblo, que se realizaba en ese momento a nivel nacional y viajamos por todo Argentina marchando en las ciudades más importantes del país, con la bandera de que el hambre es un crimen. Esto después de la crisis del 2001 en la que se acrecentaron las brechas sociales y en la que, como infancias, marchábamos conscientes de nuestros derechos y de las vulneraciones que otros niños y niñas estaban viviendo. Una de esas experiencias que te levantan y te forman el carácter. Luego, durante mi estancia en el área de Jóvenes me formé políticamente a través de los talleres del Centro y las redes que construimos con otros centros y grupos juveniles, con lo que entendimos lo comunitario y esto me ha formado a quién soy hoy”. (…) “Ahora, como educadora, yo pienso en talleres de formación política en los que participan los jóvenes que están en el centro y en medio de la situación que se vive en la Argentina también les acompañamos en sus luchas, como la Multitudinaria Marcha en Defensa de la Universidad Pública. Cada vez hay más jóvenes que están haciendo actividades para los más pequeños; por ejemplo: Constanza da talleres de folklore, Aldu el taller de géneros, Julieta en la guardería de 4 y 5. La experiencia se sigue pasando; sigue habiendo gente que pasa por el centro y que se queda a seguir marcando la diferencia desde lo comunitario”. ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan como Centro Comunitario en 2024? “Son gigantes. Económicamente es la parte que más nos golpea mientras deseamos sostener la cantidad y calidad de las actividades. También tenemos que atender otras necesidades que son inmediatas como el Servicio Alimentario: entendemos que nuestro trabajo es específicamente para las necesidades de la sociedad y por ende respondemos a lo que se necesita. Vamos a intentar enfocarnos en proyectos colectivos como Jóvenes y Memoria y también presentar nuevos proyectos a instituciones como CREAS que nos apoyan en nuestros objetivos. Este año deseamos realizar un encuentro de muralistas a nivel nacional porque lo cultural y lo artístico es una necesidad que los jóvenes nos manifiestan y también que en la situación actual gubernamental del país presenta una fuerte desfinanciación”. ¿Qué sientes que le debemos a los/as jóvenes como sociedad o cómo podemos brindarles mejores condiciones para vivir y liderar? Desde mi experiencia, a los y las jóvenes les debemos mucha escucha. Desde el adultocentrismo tan forjado asumimos que el adulto tiene la verdad y la razón; nos hace lastimarlos al no escuchar lo que tienen para decir, al no validar su

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Proyecto innovador de Cocinas Eficientes para la seguridad alimentaria en el AMBA

En Argentina, de acuerdo al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina al 15 de enero el 57% de la población se encontraba en situación de pobreza, y de acuerdo a UNICEF, esta situación afecta a 7 de cada 10 niños se encuentran en esta situación. Los comedores comunitarios son clave para la subsistencia en los barrios populares. 10 millones de personas asisten a comedores y merenderos comunitarios (un fenómeno que se ha incrementado desde la pandemia por COVID-19), por lo que estos espacios son centrales en la atención a la problemática de la alimentación y el cuidado de las personas. Para contribuir a garantizar la seguridad alimentaria de 3.500 personas, 1.000 de las cuales son niños y niñas, la Asociación Civil Ingeniería Sin Fronteras está llevando adelante en diez barrios del Área Metropolitana de Buenos Aires el proyecto “Cocinas eficientes a leña”, con el apoyo del Fondo de Respuesta Rápida y Mitigación de los Efectos de la Pandemia de CREAS. Este es un esfuerzo conjunto entre ISF-Ar , La Poderosa, Hacono Estufas y la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Ante las problemáticas económicas que empezaron a cuestionar la posibilidad del acceso a gas para las labores de cocina, debido a los altos costos de las garrafas es que fue necesario encontrar alternativas viables para poder sustituir con otras tecnologías que posibiliten atender esta cuestión. Este tipo de proyectos constituyen una respuesta viable ante la situación crítica que viven los comedores que las organizaciones comunitarias que los gestionan en un contexto país complejo por lo económico, lo político y lo social. Este tipo de cocinas eficientes a leña permiten reducir los costos en los comedores y también colabora en la optimización de tiempos de producción, principalmente para las mujeres que trabajan en dichos comedores permitiendo otro uso del tiempo de quienes tienen a cargo las tareas de cuidado, de igual modo reduce el impacto ambiental, dado el bajo consumo de leña. La tecnología propuesta promueve la eficiencia energética por mayor aprovechamiento de combustión y transferencia de calor a la olla. Además es más sostenible que la garrafa, en tanto usa fuentes disponibles a nivel local (madera, pallets, papel) de manera asequible y sin agregado de emisiones nuevas al ambiente (carbono neutral). Esta tecnología permite optimizar el gasto de energía, los costos y tiempos de cocción a través de un método alternativo basado en cámaras de combustión “rocket”. El proceso de fabricación de estas cocinas eficientes a leña para diez comedores comunitarios se complementa con la capacitación en el uso de estos nuevos artefactos que reciben los y las vecinas de los comedores, quienes además colaboran en la construcción, y para las cocineras que utilizarán esta tecnología. A partir del intercambio de actores locales, esta iniciativa contribuye con el fortalecimiento de las redes comunitarias en el territorio y de las personas como agentes de cambio en sus comunidades, especialmente las mujeres que lideran los espacios organizados en los comedores. CREAS contribuye así junto a ISF al fortalecimiento de capacidades de las organizaciones comunitarias para identificar las problemáticas en territorios e implementar soluciones para la vida digna con conciencia del cuidado de nuestra Casa Común.

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Educadoras de la cocina: sumando saberes que transforman la comunidad

Desde hace más de 30 años la Red de Organizaciones Educativas y Comunitarias nuclea 16 organizaciones situadas en el Gran Buenos Aires. Su objetivo es desarrollar propuestas para niños, niñas, adolescentes y familias de sectores populares y vulnerables. Las cocineras de los comedores –educadoras de la cocina– son, sin duda, parte vital de los centros comunitarios y educativos. En 2020, durante la emergencia de la pandemia, fueron protagonistas. Fueron ellas quienes buscaron estrategias para, aún desde la distancia, dar apoyo y estar cerca de las familias. Durante el confinamiento, las cocineras hicieron un recetario en el que, en sus propias palabras buscaban “Acercar el calor de las cocinas de nuestros centros a cada casa” y lo entregaban junto con los bolsones de alimentos a cada familia. Así aportaron ideas accesibles y nutritivas para las comidas de toda la familia. Con la experiencia de la pandemia, lograron identificar algunas cuestiones que querían reforzar en relación a la labor de las Educadoras de cocina y con las comunidades. Fue así como en 2021, con el apoyo del Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, desarrollaron el proyecto “Pandemia y saberes compartidos” con el objetivo de “Construir herramientas concretas para fortalecer nuestro trabajo en cada comunidad, y para trabajar con las familias, en relación a los cuidados y la salud integral”. Durante 2021, tanto educadoras de cocina como familias de las organizaciones que conforman la red, participaron de encuentros y espacios de reflexión sobre salud, nutrición comunitaria y la valorización del trabajo y los saberes de las educadoras. El fin de estos espacios fue buscar estrategias para compartir estos conocimientos con adultos, niños y niñas. Estos espacios fueron: Dos talleres de salud mental, en donde reflexionaron sobre la pandemia y los cambios personales y comunitarios que atravesaron Tres talleres de salud y nutrición comunitaria Acompañamiento personalizado a cada centro comunitario “Si bien hemos logrado reflexionar y construir herramientas concretas para fortalecer nuestro trabajo en cada comunidad, y para trabajar con las familias en relación a los cuidados y la salud integral, creemos que con la ejecución de este proyecto hemos abierto una nueva puerta a partir de la cual surgen nuevos desafíos” Informe del proyecto Pandemia y saberes compartidos, 2021 Con las nuevas herramientas y conocimientos adquiridos por las Educadoras de cocina en los centros comunitarios, se evidenció un cambio con respecto a la relación con las familias. Si bien los centros comunitarios y las educadoras de cocina siempre habían estado acompañando las trayectorias de los niños, niñas y adolescentes, hacían más referencia a lo escolar. Ahora las familias se acercan con inquietudes y necesidades en relación a los cuidados de salud y nutrición. “Además de fortalecerse el grupo, hubo un cambio significativo en relación a la comunicación directa de las cocineras con las familias. Son ellas las que reciben la demanda directa del barrio, pudieron empezar a tener un rol más de comunicarse con las familias, todo lo relacionado a lo pedagógico y educativo o algo planeado por ellas, fueron ellas las encargadas de transmitirlo directamente”. Sol Belaustegui, coordinadora de la Red La tarea de las cocineras es fundamental en los centros comunitarios, los comedores nunca paran. Por eso, durante los últimos dos años la Red de Organizaciones Educativas y Comunitarias ha seguido trabajando con ellas y buscando espacios en donde ellas puedan compartir sus sentimientos frente a sus tareas. Durante 2023, las educadoras cocineras siguieron participando de espacios en donde reforzaron sus derechos como mujeres y como cocineras comunitarias. Además, tuvieron instancias de intercambio con mujeres de otras redes en relación al reconocimiento de su tarea en los comedores comunitarios. Con la actual crisis económica que vive Argentina, hay un aumento en la demanda de los comedores y nuevamente son ellas quienes reciben a las personas y tienen la tarea de dar contención. Ellas, en red, están buscando estrategias y planteando nuevos objetivos ante los desafíos que presenta el contexto. Para nuestro Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio es esencial aportar en el fortalecimiento de las organizaciones, de los esfuerzos cooperativos y de las capacidades de las personas para atender sus necesidades y solventar sus problemáticas desde un lugar de autonomía. Las mujeres son sujetos esenciales en el funcionamiento en las comunidades y, naturalmente, protagonistas de muchos de los proyectos que apoyamos y seguiremos apoyando, con la convicción de que los efectos son mucho más expansivos cuando nos centramos en ellas, las juventudes e infancias, y las personas menos favorecidas.

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Diez proyectos por y para mujeres apoyados con el Fondo de Pequeños Proyectos CREAS

En este mes en que se resalta la importancia en la garantía de derechos para todas las mujeres, en CREAS reafirmamos nuestro compromiso con los aportes concretos para este fin. Para nuestro Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio han sido las mujeres, jóvenes y niñas las protagonistas de los diversos proyectos que acompañamos hace más de 20 años a través del apoyo económico, la formación, el intercambio y articulación de experiencias. Es nuestro deseo, que cristalizamos en nuestra misión, aportar en la generación de vida digna para todos y todas, y reconocemos en las mujeres los lugares de liderazgo desde los cuales se transforman las comunidades. Son también las mujeres y juventudes parte de los poblaciones más afectadas por las situaciones de vulnerabilidad como las crisis económicas, emergencias ambientales y sanitarias, las violencias en sus múltiples facetas, la migración u otras situaciones determinadas por la falta de garantía de derechos. Son también muchas mujeres quienes llevan adelante el trabajo diaconal de las iglesias y en las organizaciones comunitarias, sosteniendo la vida desde el emprendimiento productivo, la creación de espacios de escucha, promoviendo la creación y el arte, trabajando día a día en los centros comunitarios para hacer frente a las emergencias alimentarias y sanitarias, aportando desde experiencias educativas comunitarias y liberadoras, llevando esperanza en tiempos en que tanto hace falta. Hoy resaltamos los trascendentales efectos que logran las mujeres de las comunidades en Argentina compartiendo algunos de los proyectos que apoyamos con el #FPPCREAS y que son liderados por y para mujeres: Las Chicuelas del Ritmo en el Centro Educativo Comunitario Ramón Carrillo. Un grupo de danza que convoca a las mujeres del barrio y se ha convertido en espacio de encuentro entre ellas, de promoción del arte y la cultura, y de fortalecimiento del tejido social. Organización Yuraq Rumi en Piedra Blanca, Córdoba. Conformada por campesinas y campesinos migrantes de la comunidad boliviana quechua-parlante, conviviendo con familias argentinas mientras producen sus alimentos. Ninashpa, en Santiago del Estero. Un proyecto productivo de elaboración de cerámica con el que mujeres de tres comisiones municipales se han unido para capacitarse, producir, vender y capacitar a sus familias y nuevas generaciones. El proyecto de reciclaje de botellas de vidrio conformado por mujeres de diversas edades del barrio Sabattini y de otras zonas de Alta Gracia, Córdoba. Un espacio de formación y producción que se ha convertido en un lugar de congregación, contención y desarrollo de lazos comunitarios. El emprendimiento textil Hilvanando Sueños, de Campo Hardy, con el que se apoyan mutuamente las mujeres y generan salidas laborales para tener mejores condiciones de vida, especialmente aquellas que han sufrido violencias de género. El proyecto productivo de las mujeres del Centro Comunitario Caminos Abiertos en el Barrio San Cristóbal en C.A.B.A, con el que generan aprendizajes e ingresos monetarios mujeres en situación de vulnerabilidad, muchas de ellas migrantes de países como Venezuela, Colombia, Paraguay y Perú. La organización comunitaria Suyai, en Pilar, Córdoba, desde el cual se promueven valores como la cultura de la paz, el empoderamiento de la mujer, las infancias felices y libres de violencias, el ambiente sano, saludable y sostenible, el trabajo digno y la erradicación del hambre. El colectivo de mujeres cristianas Sororidad y Fe, desde el cual se convocan espacios de intercambio y acción por la eliminación de las violencias, con una perspectiva de fe. Los espacios recreativos promovidos desde el Centro Comunitario Creciendo en el barrio San Ambrosio en San Miguel, provincia de Buenos Aires, con el cual han recibido apoyo especialmente mujeres, muchas con casos de violencia doméstica. Los proyectos de la Casa Comunitaria Nora Cortiñas en Merlo, provincia de Buenos Aires, por donde pasan mujeres, niñas y niños en situaciones de vulnerabilidad por la falta de un lugar permanente para vivir.

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Nuevo Breviario PAMPA 2030 sobre Economía Social, Solidaria y Popular

En diciembre de 2023 se publicó un nuevo breviario de la Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030 titulado: ‘La eficacia para el desarrollo de la Economía Social, Solidaria y Popular en Argentina’. CREAS es miembro de PAMPA 2030 y el trabajo sobre nuevas economías inclusivas y sostenibles es uno de los temas transversales en nuestras líneas de intervención: lo incorporamos a las propuestas formativas, lo consideramos central para los procesos de intervención territorial y apoyo económico, y nos sumamos para aportar en las acciones de cooperación y articulación que lo facilitan a nivel territorial y con las organizaciones a nivel regional -en diálogo con los acuerdos del desarrollo global para el Cuidado de la Casa Común y la dignidad de todas las personas. Esta publicación resulta pertinente teniendo en cuenta el desarrollo notable de este sector de la economía: la Social, Solidaria y Popular – ESSP, por las características que la ubican como solución central a las problemáticas de la desigualdad social que se vive en los territorios (y que requiere atención concreta) pero también por los avances en la atención de las organizaciones internacionales, como la Resolución de la 110ª Conferencia Internacional del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en junio de 2022 y la Resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas – ONU en abril de 2023 (A/RES/77/281) sobre la “Promoción de la economía social y solidaria para el desarrollo sostenible”, que en particular: “alienta a las entidades pertinentes del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo, incluidos los equipos de la ONU en los países, a que presten la debida atención a la economía social y solidaria como parte de sus instrumentos de planificación y programación, en particular el Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, a fin de apoyar a los Estados, a petición de estos y de conformidad con sus mandatos, en la determinación, formulación, aplicación y evaluación de medidas y marcos políticos coherentes y propicios para el desarrollo de la economía social y solidaria como herramienta para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS”. Esta publicación, en la autoría de Marita González y Hernán Ruggirello, compila literatura relacionada con la ESSP y trabajo de campo para conocer a los actores clave en este sector que están o podrían estar potencialmente involucrados en la promoción de la cooperación al desarrollo. A lo largo de este Breviario de 73 páginas se despliega también información sobre los desafíos y oportunidades para las organizaciones de la Economía Social, Solidaria y Popular, teniendo en cuenta los respectivos contextos, explorando también estrategias y recomendaciones sobre cómo las organizaciones de la sociedad civil y los actores clave de la ESSP podrían trabajar juntos para apoyar y desarrollar aún más el sector como actor fundamental en el desarrollo equitativo y sostenible. Una vez realizadas estas aproximaciones al marco conceptual la publicación esboza una caracterización sobre el cooperativismo en Argentina, mencionando el valor de las acciones realizadas para su beneficio también desde las instituciones de educación superior y universidades en el país, también un mapeo de la economía popular en la que residen las nuevas cooperativas de trabajo, empresas recuperadas y movimientos sociales, que son las herramientas de producción y reproducción de la vida de las comunidades en centros urbanos, periurbanos y rurales. En el capítulo IV se despliegan los temas de esta investigación: La apropiación comunitaria de la economía social, solidaria y popular El aporte para lograr el trabajo decente, los derechos humanos y la justicia social Los avances normativos para brindar derechos laborales a la economía popular La inclusión social de los sectores desprotegidos La promoción de la sostenibilidad ambiental El empoderamiento de las mujeres y diversidad Crear y compartir conocimientos y aprendizajes Transparencia y rendición de cuentas Inspirando alianzas a nivel nacional Inspirando alianzas regionales e internacionales Para descargar el Breviario PAMPA 2030 ‘La eficacia para el desarrollo de la Economía Social, Solidaria y Popular en Argentina, clic aquí.    

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Intercambio entre Fondos de Pequeños Proyectos Argentina – Brasil

El Fondo de Pequeños Proyectos es una de las herramientas con las que cuenta CREAS hace más de veinte años para acompañar y fortalecer el trabajo de organizaciones comunitarias, iglesias, redes e iniciativas de la economía social y solidaria. Por medio de un sistema de proyectos y el apoyo económico, buscamos promover las acciones que los actores de los territorios urbanos más densamente poblados de la Argentina llevan adelante cotidianamente para mejorar la vida de las personas y construir comunidad. A finales de 2023 tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo de otro fondo de proyectos, el Programa de Pequeños Proyectos de la Fundación Luterana de Diaconía en Porto Alegre, Brasil. Ambas organizaciones formamos parte del Colectivo de Fondos de Pequeños Proyectos de Sudamérica, que reúne organizaciones contrapartes de Pan Para el Mundo que cuentan con esta herramienta. Este segundo encuentro con la FLD (precedido por su visita en abril a conocer los proyectos que apoya CREAS en Buenos Aires), permitió intercambiar ideas, estrategias y metodologías acumuladas en tantos años. Ambas organizaciones tenemos miradas y prioridades compartidas: la más importante es que el apoyo económico es una herramienta más dentro de una metodología integral que incluye acompañar el fortalecimiento de las organizaciones con espacios de intercambio, articulación, capacitación y aprendizaje. Una metodología que permite sostener los logros del apoyo económico así como contribuye a la sostenibilidad de las organizaciones, promoviendo mejoras en la gestión, en la formación de liderazgos, en su vinculación territorial y sectorial, y, en última instancia, en su capacidad de transformación. El foco en el acompañamiento del trabajo diaconal es otro de los intereses compartidos. Como organizaciones basadas en la fe buscamos fortalecer el trabajo social de las iglesias, comunidades de fe y organizaciones ecuménicas que contribuyen con su trabajo a la dignidad de todas las personas. La diaconía ecuménica es un valor para CREAS. Fortalecer su presencia territorial y su vinculación con otras organizaciones es parte también de nuestra estrategia. La importancia de promover el liderazgo de mujeres y jóvenes también fue un punto de encuentro entre CREAS y la FLD. No solo por medio del apoyo a proyectos que los y las tengan como destinatarios sino, a su vez, promover su participación activa en la implementación de los proyectos. Las acciones apoyadas por el FPP pueden ser también herramientas de transformación al interior de las organizaciones. Se descubren capacidades en las personas, se disputan roles, se impulsan nuevos liderazgos. El año 2024 en Argentina ya se nos presenta desafiante. Una crisis social y económica que se agrava cada día y una crisis ambiental que sigue desatendida. Será nuevamente la sociedad civil organizada quien deberá encontrar formas de dar apoyo a tantos y tantas que verán sus vidas y comunidades aún más empobrecidas y sus derechos vulnerados. Desde el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, queremos acompañar a aquellas organizaciones comunitarias, iglesias, jóvenes y mujeres que por medio de sus acciones busquen hacer una contribución a la sostenibilidad de sus comunidades, el desarrollo de iniciativas en nuevas economías, el cuidado del ambiente, y la promoción de la convivencia democrática y de territorios de paz.

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NO SOLO CIFRAS – 16 días de activismo frente a la violencia de género

La campaña 16 días de activismo contra la violencia de género es la campaña anual para crear conciencia sobre el problema global de la violencia de género. Comienza cada 25 de noviembre con el Día de la Noviolencia contra la Mujer y finaliza el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Cada año, el programa de justicia de género de ACT Alianza participa en la campaña global destacando las formas de violencia a las que están sujetas las mujeres y las niñas en todas sus diversidades y este año el objetivo ha sido concienciar sobre los datos todavía alarmantes que rodean a las mujeres y niñas en todas sus diversidades. Es necesario hacer mucho más para proteger y empoderar a las mujeres y las niñas en todo el mundo y para financiar y promover organizaciones que trabajen para lograr la justicia de género. Hacer sonar la alarma ante estadísticas desalentadoras no significa que sean sólo cifras. Estos números tienen nombres y sueños, habilidades y opiniones, habilidades e ideas. Las mujeres y niñas que están detrás de los números no pueden ni deben quedarse atrás. Debemos hacer más. A continuación compartimos apartes de la Guía Ilustrada sobre la Violencia de Género, realizada en 2023 por ACT Alianza para la Justicia de Género, y algunos datos compilados de informes de otras entidades, que consideramos complementarios. 1. Violencia Verbal: Empezar por esa violencia que se esconde detrás de lo que parece inofensivo pero que brinda la estructura sobre la cual se sostienen muchas más formas de violencia. Las palabras y las definiciones moldean la cultura, los derechos y las normas sociales. La forma en que definimos una injusticia y la decisión de utilizar el lenguaje inclusivo son acciones políticas. La lengua tiene la capacidad de cambiar el statu quo y hace que se manifiesten nuestras posiciones acerca de la justicia de género. La igualdad de género en la lengua se logra cuando todos los géneros se reconocen como agentes a quienes se les concede igual dignidad, valores y derechos. Desentrañar ciertos asuntos desde una perspectiva de género es un paso para actuar contra la discriminación sistémica, los fundamentalismos crecientes y los estereotipos de género. 2. Violencia en línea: Como una extensión de la violencia cara a cara, en los espacios online y virtuales se dan también diversos actos que violentan a mujeres, niñas y personas de la comunidad LGBTQI+, y en particular a defensoras de derechos humanos, con el objetivo de reducir los espacios democráticos y silenciar las voces de quienes hablan acerca de la justicia. La violencia en espacios virtuales puede asumir múltiples formas, incluyendo acoso, matoneo, acecho, discriminación, ataques verbales y amenazas de violencia, como violación u otras formas de violencia sexual. La violencia en línea también puede incluir comentarios sexuales no deseados o publicaciones no consensuadas en redes sociales, y burla a causa del cuerpo. La violencia en línea es una violación de los derechos humanos. Se intersecta con la violencia racial y económica, y otras formas de violencia. 3. Violencia económica: La violencia económica es una de las mayores causas de desigualdad en el mundo. En datos de ONU Mujeres, el 50% de las mujeres en edad laboral trabajan, mientras en los hombres el porcentaje supera el 75%. Asimismo, a nivel mundial las mujeres ganan 24% menos que sus contrapartes masculinos. Puede asumir múltiples formas, incluyendo —aunque no se limita a— leyes tradicionales discriminatorias con respecto a la herencia; la tenencia de la tierra; el acceso restringido a recursos financieros, oportunidades educativas o mercado laboral. La violencia económica puede llevar a la violencia física, promover la explotación sexual y el riesgo de contraer VIH, morbilidad y mortalidad materna, y el tráfico de mujeres y niñas. 4. Violencia cultural: La Mutilación Genital Femenina (MGF), el matrimonio forzoso y otras prácticas violentas que se escudan en tradiciones culturales siguen siendo violaciones a los derechos humanos y prácticas nocivas que afectan a mujeres y niñas en todo el mundo. En algunas comunidades, los padres y las madres creen que ayudan a protegerlas y ofrecen un futuro más seguro, o que estas prácticas son necesarias para el cumplimiento de requisitos religiosos. Ninguna creencia religiosa respalda o exige estas prácticas, así que los(as) líderes(as) religiosos(as) tienen la responsabilidad de exponer estas concepciones erradas, lo cual hace que las niñas tengan más probabilidades de finalizar sus estudios y enfrentarse a una vida de problemas de salud, incluidas las complicaciones maternas. 5. Acoso, abuso y explotación sexual en el sector: Explotación sexual: ocurre cuando un(a) trabajador(a) de una iglesia o del sector humanitario, quien tiene una relación ministerial o profesional con un(a) adulto(a) o niño(a) que tiene la edad de consentimiento, lo(a) invita a participar en una actividad sexual o mantiene una actividad sexual con su consentimiento. No importa que el(la) adulto(a) o el(la) niño(a) haya hecho la invitación o haya iniciado la actividad sexual. Acoso sexual: ocurre cuando un(a) trabajador(a) de una iglesia o del sector humanitario hace una insinuación sexual no deseada o una petición desagradable relacionada con favores sexuales a una persona. Puede consistir en uno o varios incidentes durante un periodo de tiempo y puede implicar diferentes formas de comunicación, como llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes de texto y redes sociales. Incluye pedirle tener relaciones sexuales; hacer gestos, bromas o comentarios con referencias sexuales; mostrar material sexualmente explícito. Abuso sexual: ocurre cuando un(a) trabajador(a) de una iglesia o del sector humanitario muestra alguna de las siguientes conductas: acoso sexual infantil, abuso basado en la imagen; agresión sexual; explotación sexual; acoso sexual; ver, tener, producir o distribuir pornografía infantil. Es la intrusión física real o amenazante de naturaleza sexual, sea a la fuerza, o bajo condiciones inequitativas o coercitivas. 6. Femicidio: Es tal la gravedad de esta realidad que cada vez son más los estudios que compilan datos y las organizaciones que realizan veeduría para la implementación de políticas que garanticen el derecho a la vida y a la vida digna en mujeres y niñas. Uno de estos estudios, publicado en

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Llamados a la transformación: Diaconía Ecuménica – Libro descargable gratis del CMI y ACT Alianza

“Hechos 6 describe el llamado de los primeros diáconos: Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás. Casi dos mil años después, este llamado a cuidar en el nombre de Cristo es igual de relevante, esencial y urgente. Discernir la mejor manera de hacerlo en tiempos cambiantes es lo que llevó a escribir el documento ‘Llamados a la acción transformadora: Diaconía Ecuménica’.” Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, Secretario General en funciones Consejo Mundial de Iglesias (2020-2021) Este documento es una publicación conjunta del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y ACT Alianza; elaborado con el objetivo de profundizar la comprensión de la diaconía ecuménica y proporcionar una plataforma común con la que iglesias, organizaciones basadas en la fe y socios ecuménicos de todo el mundo actúen y reflexionen en conjunto. La publicación describe los fundamentos bíblicos y teológicos de la diaconía, y ofrece contenido práctico para quienes participan en su implementación. El documento de estudio está destinado a la formación y capacitación en diaconía ecuménica, fortalecer la capacidad institucional de quienes participan en la diaconía y fomentar el diálogo y la cooperación entre iglesias, socios ecuménicos, ACT Alianza y el CMI. Esta colaboración entre instituciones cristianas tuvo su origen en la conferencia celebrada en Malawi en 2014 entre el CMI y ACT Alianza, que se esforzó por aclarar la relación entre las iglesias y los ministerios especializados. Desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas en 2015 y la pandemia de la COVID-19 desde 2020, se ha requerido que las iglesias y sus organismos diaconales respondan y se impliquen de manera coordinada, en concordancia con esas transformaciones y con ánimo cooperativo para compartir ideas y acciones entre las distintas confesiones y a través de las fronteras . . “La diaconía es “parte integrante del ser y de la misión de la Iglesia” (4.4). No hay iglesia sin diaconía, y no hay diaconía sin “el carácter distintivo de su acción basada en la fe”. En este contexto, en materia de diaconía, no hay contradicción entre un enfoque basado en la religión y otro basado en los derechos, ya que se refuerzan mutuamente: “las acciones basadas en la fe y en los derechos se afirman recíprocamente” … “La comprensión de nuestro “llamado a la transformación” viene acompañada de la idea de que este llamado (vocatio) incluye la necesidad de que nos comprometamos con las personas pobres, marginadas y excluidas mediante la defensa (ad-vocatio) y, si es necesario, mediante la provoca-ción (pro-vocatio): “la diaconía provocará resistencias y contradicciones, pero siempre con la con-vicción de que será transformadora, llamando a nuevas formas de ver, actuar y discernir”. Rudelmar Bueno de Faria, Secretario General ACT Alianza. PARA DESCARGA EN ESPAÑOL – CLIC AQUÍ.   Esta publicación está organizada en 10 capítulos más un Addendum o suplemento sobre la respuesta diaconal a la COVID-19, considerando que el libro se había preparado antes del brote de la pandemia y que sus consecuencias plantean importantes transformaciones y nuevos desafíos. Se pueden encontrar temas como: Capítulo 1: Antecedentes, contexto, ¿qué se entiende por diaconía ecuménica y documentos existentes sobre este tema. Capítulo 2: Historia de la Diaconía Ecuménica; iglesia primitiva, era misionera, ayuda intereclesiástica, diaconía ecuménica y ayuda para el desarrollo, nuevos paradigmas y la formación de ACT Alianza. Capítulo 3: La diaconía en el movimiento ecuménico policéntrico de hoy, con información sobre Busán 2013 y enfoques en la peregrinación de justicia y paz. Capítulo 4: Reflexión teológica sobre la diaconía; con referencias bíblicas, perspectivas trinitarias de la diaconía, la naturaleza y la misión de la iglesia, la diaconía como discipulado, diaconía y la proclamación. Capítulo 5: El contexto cambiante de la acción diaconal: nuevos rostros de la pobreza, los ODS como entorno sociopolítico para la diaconía, migración, justicia económica, justicia climática, justicia de género, justicia en salud. Capítulo 6: La naturaleza distintiva de la páractica diaconal: objetivo de la acci+on diaconal, la conexión entre lo que las iglesias son y lo que hacen, la diacon+ia como acción basada en la fe y los derechos, la singularidad de las organizaciones confesionales, activos diaconales, lenaguaje y profesionalidad diaconal. Capítulo 7: Desafíos contemporáneos: recursos limitados, carácter bilateral o multilateral del trabajo diaconal, cooperación y asociación, el trabajo con organizaciones laicas, diapraxis y trabajo con personas de otras religiones, diaconía profética, y el abuso en instituciones diaconales. Capítulo 8: Diaconía ecuménica en contextos regionales y sus diversas comprensiones: ortodoxa, luterana, reformada, anglicana, metodista, pentecostal, bautista, católica romana, de las iglesias instituidas en África y de las Iglesias de la Paz. Capítulo 9: Diaconía ecuménica en contextos regionales: Latinoamérica, Caribe, Europa, África, Asia, Oriente Medio, Pacífico, Norteamérica. Capítulo 10: El camino a seguir. Reconocer el momento de kairós, afirmar la diaconía como visión y mandato compartidos, la diversidad de los dones, la justicia como prioridad, estructuras para la acción compartida, refuerzo de redes de cooperación, mejoras a la comunicación, aumento de la capacidad diaconal, práctica y código de conducta, ecodiaconía. Descargar el documento en inglés, alemán o francés, aquí.

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