El Centro Juvenil Ramón Carrillo acompaña diariamente a más de 230 adolescentes y jóvenes de entre 12 y 21 años en la localidad de González Catán en la Provincia de Buenos Aires. Allí nació Carrillo Cocina, un proyecto que conjuga formación en oficio con la generación de oportunidades laborales y fortalecimiento del entramado comunitario.
Esta iniciativa surge como una respuesta concreta frente a un contexto de alta vulnerabilidad social, donde los jóvenes, junto a sus familias, enfrentan problemáticas como la deserción escolar, la falta de acceso al empleo formal, la inseguridad alimentaria, las adicciones y la violencia.
La propuesta Carrillo Cocina, apoyada por el Fondo de Pequeños Proyectos de CREAS, propuso sentar las bases de un emprendimiento pastelero de carácter comunitario, poniendo en el centro a los y las jóvenes como protagonistas del proceso. A través de la organización de talleres de panadería y pastelería coordinados por líderes juveniles del propio centro, buscó brindar herramientas prácticas y conocimientos aplicables al mundo del trabajo.
Nochebuena en Carrillo
El proyecto no se limitó a la capacitación. Gracias al apoyo de CREAS, lograron equipar el espacio de cocina con los elementos necesarios para producir en mejores condiciones. Además de fortalecer la lógica de trabajo colaborativo, el cuidado ambiental y el desarrollo de estrategias sustentables que permitan que lo aprendido se convierta en capacidad instalada dentro del propio Centro Juvenil.
Lo que comenzó como un espacio de formación fue creciendo hacia una experiencia colectiva más amplia. A lo largo del año, el proyecto promovió la participación de la comunidad vecinal, instituciones del barrio y las familias de los jóvenes. Ejemplo de esto fue la organización de la Gala Institucional y la celebración de Nochebuena en Carrillo, donde los jóvenes, junto a otras personas de la comunidad, cocinaron y compartieron una cena con más de sesenta personas, generando recursos a través de un buffet solidario y reafirmando la potencia del hacer comunitario.
Articulando con otros espacios
Carrillo Cocina se articuló con otros espacios como el centro de día y el centro de adultos mayores “Abuelos Felices”, promoviendo vínculos intergeneracionales, espacios de acompañamiento integral y el fortalecimiento del tejido comunitario. Los participantes del programa FINES que funciona en el centro, también se sumaron como consumidores habituales de los panes, bizcochuelos, budines, pizzas, mermeladas, tortas fritas y pastafrolas que se hacen en el taller.
El proyecto continúa creciendo. Las y los líderes juveniles ya están impulsando nuevas ideas, como un taller de pan casero y la venta de prepizzas por pedido, con el objetivo de ampliar la producción, generar ingresos genuinos y fortalecer el vínculo con la comunidad.
“Esta experiencia, nos demuestra que a partir de la organización colectiva y el trabajo comunitario se pueden lograr cosas maravillosas donde el fortalecimiento institucional es clave, ya que, sienta las bases para seguir abonando el proyecto, nos llena de entusiasmo y seguridad para encarar propósitos nuevos, siempre mirando hacia el futuro, un futuro donde los jóvenes sean protagonistas de sus propias vidas, donde sean escuchados y acompañados desde la ternura y el amor”.
Sofia Freire, joven y coordinadora de del Centro Juvenil Ramón Carrillo